Capítulo 22— Pasado dolorosoNarradorCon el sudor corriendo por su cuerpo, y removiéndose sobre la cama en un intento desesperado por despertar de la pesadilla, Nebra trataba de abrir sus ojos. Los hechos del pasado, sumados al doloroso evento que la destruyó hasta el punto de querer morir, parecían aliarse para atormentarla.— ¡No! Tú no puedes hacerme esto Federico ¡Es mi hijo!Aferrando sus manos a la sabaná que cubría su cama, Nebra deseaba escapar del mal sueño mientras que gritaba fuera de sí, y despertando al fin después de tanto luchar, tomo asiento con la respiración acelerada¿Qué diablos había sido eso? ¿No se supone que estaba superando la perdida de su pequeño?Controlando su respiración mientras reposaba la mano en su pecho, Nebra una vez estuvo más tranquila, se colocó de pie para ir a la cocina por un vaso de agua, y saliendo a la estancia, noto que todo se hallaba sumergido en un enorme silencio.Era muy tarde como para que Seth estuviera despierto aún, sobre todo si
Capítulo 23— Una propuestaNarradorAcortando la distancia entre los dos, Seth rodeo a Nebra con sus brazos, y atrayéndola a su cuerpo la abrazó, apoyando el mentón en su hombro. Fue un abrazo cálido, reconfortante mediante el cual deseaba hacerle saber que estaba allí para ella.— Te escuché ¿Una pesadilla?Nebra un poco descolocada por el repentino contacto, se limitó asentir apretando sus labios, y separándose, la observó en silencio unos segundos.— Sabes que puedes contarme lo que sea que te inquiete.Por un instante, Nebra titubeo si decirle, o no, sobre la relación que sostuvo con su padre, pero sabiendo que esto destruiría lo que fuese que hubiera entre ellos dos, se limitó a bajar su rostro.— Es algo complicado... Algo que jamás entenderíasDando un paso atrás, Seth rasco su nuca sin saber que más decir para no incomodarla, y sonriendo un instante después, algo tenso, agregó — ¿Cómo puedes saberlo si no lo has intentado? Si algún día quieres hablar del tema, sabes donde enc
Capítulo 24— Paseo bajo la lluviaNarradorDalia caminaba por el centro comercial, intentando despejarse después de otra acalorada discusión con su tía. El ruido de las conversaciones y los pasos apresurados a su alrededor le daban la distracción que necesitaba. Pero justo cuando se sentía algo más tranquila, una voz conocida la sacó de sus pensamientos.—Dalia, qué coincidencia verte por aquí.Se tensó al escuchar la voz de Stephen. Al girarse, lo vio acercarse con esa sonrisa que siempre le pareció más amenazante que amable.—¿Qué quieres, Stephen? —preguntó con un tono seco, tratando de mantener la calma.—Hablar contigo, nada más —respondió él, acercándose más de lo que ella consideraba cómodo. —Es hora de que dejes de jugar y aceptes lo que es inevitable.Dalia bufó, cruzándose de brazos.—¿Inevitable? ¿En serio? Lo que tú y mi tía quieren no va a pasar. No voy a casarme contigo, Stephen.Stephen apretó la mandíbula, y su sonrisa desapareció. Dio un paso más hacia ella, obligándo
Capítulo 25— No es amorNarradorSimón no se detuvo. Volvió a atrapar los labios de Dalia con una ferocidad contenida que ahora empezaba a desbordarse. Sus manos, grandes y firmes, se movieron con urgencia sobre su cintura, deslizándose hacia su espalda y bajando hasta sus caderas. La atrapó con fuerza, como si quisiera asegurarse de que no se apartara de él. Dalia respondió con igual intensidad, envolviendo los brazos alrededor de su cuello mientras el calor entre ellos crecía.Sus dedos comenzaron a explorar, bajando por la línea de la espalda de Simón antes de deslizarse hacia su pecho desnudo. La piel cálida de Simón se estremeció bajo sus dedos, y cuando Dalia inclinó la cabeza y besó su clavícula, él gruñó profundamente, un sonido bajo y gutural que la hizo sentir aún más audaz.—Dalia... —murmuró su nombre entre dientes, su voz cargada de deseo y algo que se sentía peligrosamente cercano al descontrol.Ella no respondió. En lugar de eso, continuó dejando un rastro de besos ardi
Capítulo 26— Lo arruinéNarradorLilian se paseaba inquieta por la oficina de su hijo mayor, con el teléfono móvil en una mano y un pañuelo en la otra. Su rostro mostraba preocupación mientras miraba a Seth, que estaba sentado en el sofá, observándola con el ceño fruncido.—Seth, por favor, tienes que ir a ver a tu hermano. No sé nada de él desde hace días, y no responde mis llamadas.Seth se pasó una mano por la mandíbula, claramente molesto.—Seguramente está metido en uno de sus líos. Sabes cómo es Simón, madre.Lilian lo miró con un destello de reproche.—Por eso mismo estoy preocupada. Sé cómo es Simón, y esta vez algo no está bien. Tengo una llave de su apartamento, pero no me atrevo a ir.Seth suspiró profundamente, pasando una mano por su cabello mientras se ponía de pie.—Está bien, yo iré. Pero si está bien, voy a darle una buena lección por preocuparnos así.—Solo asegúrate de que esté a salvo, por favor —dijo Lilian, tendiéndole la llave con una mirada llena de preocupació
Capítulo 27— ¿La olvido?NarradorSimón dio un sorbo al café, dejando que el calor se extendiera por su garganta y ayudara a disipar el frío interno que aún lo abrazaba. Su mirada estaba fija en la taza, como si buscara respuestas en el líquido oscuro. Seth lo observaba desde el otro lado de la mesa, dándole espacio pero claramente esperando que hablara. Después de unos minutos de silencio, Simón soltó un suspiro pesado y dejó la taza sobre la mesa.—No sé ni por dónde empezar... —murmuró, frotándose las sienes con ambas manos.—Por donde quieras —respondió Seth con calma. —Tómate tu tiempo, pero no te calles.Simón levantó la vista, su rostro lleno de emociones contenidas.—Supongo que todo empezó en casa... ya sabes cómo era.Seth apretó la mandíbula al escuchar esas palabras. No necesitaba más contexto; ambos conocían el infierno que habían vivido bajo el mismo techo.—Papá siempre me veía como... como el débil —continuó Simón, soltando una risa amarga. —Nunca fui suficiente para é
Capítulo 28— ¿Debo llamarte jefe?Narrador Seth se encontraba en su oficina, rodeado de montañas de documentos y reportes financieros que no parecían tener fin. Había pasado las últimas semanas sumergido en números, intentando entender el verdadero estado de la empresa desde que asumió el cargo. Lo que había empezado como una simple revisión de rutina pronto se convirtió en algo mucho más inquietante. Frunció el ceño mientras pasaba las páginas de un reporte de cuentas por pagar. Las cifras no cuadraban. Facturas infladas, pagos a proveedores inexistentes, y movimientos que parecían fuera de lugar. Lo había notado antes, pero ahora estaba convencido de que algo más oscuro estaba ocurriendo.—Esto no tiene sentido... —murmuró para sí mismo, pasando rápidamente a otro archivo.Tocaron a la puerta, y su asistente, Martín, asomó la cabeza.—¿Todo bien, Seth? Necesitas algo más antes de irme.Seth levantó la mirada, sus ojos serios.—Sí, Martín. Necesito que consigas a un equipo de audito
Capítulo 29— ¿La recuerdas?NarradorSeth estaba sentado junto a Nebra en la sala de estar, repasando mentalmente los últimos acontecimientos. Simón había dado pasos significativos en su rehabilitación, y aunque el camino era largo, Seth no podía evitar sentirse orgulloso de su hermano. Por primera vez en mucho tiempo, veía una chispa de determinación en él, algo que no estaba dispuesto a ignorar.Nebra lo miraba desde el otro extremo del sofá, con una leve sonrisa mientras revisaba su laptop. Notando el silencio reflexivo de Seth, levantó la vista.—¿En qué piensas? —preguntó, dejando la computadora a un lado.Seth giró la cabeza hacia ella, esbozando una sonrisa ligera.—En Simón. Estoy... sorprendido y satisfecho con cómo está manejando las cosas últimamente. No es fácil lo que está haciendo, pero está demostrando que quiere cambiar.Nebra asintió lentamente, apreciando la sinceridad en su tono.—Es cierto. Ha estado esforzándose, y eso dice mucho.Seth pasó una mano por su cabello