—¿Cómo pueda ser tan despreciable? —Dice Emma levanta la mirada llorosa hacia Elliot, que la mira indiferente. —¿Por qué a mí?
—Porque nunca debiste cruzarte en el camino de los Brown.—¿De qué está hablando?—De lo que te sucedió hace once años—expresa el viejo con frialdad.Esa frase le golpeó el corazón, fue como si estuviese siendo arrastrada a ese oscuro suceso, toda esa pesadilla regresaba y las lágrimas brotaron cuál manantial, intenta deshacerse del miedo olvidado, pero es inevitable. Su cuerpo tiembla y la mirada del viejo, le seguía apuñalando el corazón, los gritos aterradores de aquella noche vuelven a resonar en su cabeza, el asco, las palabras de aquel hombre, esa voz que creyó haber olvidado reaparecía haciéndola temblar.—¿Cómo es que lo sabe? —pregunta tomando valor.—Porque fuiste el error más grande que pudo tener mi hijo. Tú destruiste su futuro, por tu culpa tuve que enviarlo fuera del país y ahora está muerto. —golpea la mesa.—Era su hijo —murmura sin poder asimilar lo que escuchaba—¡Ese maldito ebrio que destruyó mi vida era su hijo! —. Grita entre sollozos.—¿Por qué crees que te acogí bajo mis brazos siendo a la hija de la cocinera de mi casa? Alguna vez te preguntaste por qué tu madre dejo de trabajar para mí o porque tu padre dejó de buscar al malnacido que ultrajó a su única hija y la dejo embarazada. —Emma seguís inmóvil, sin poder pronunciar palabra, viendo como el anciano acercarse para seguir gritando su ayer, desnudando su alma, golpeándole corazón. —William es mi nieto y si no haces lo que te pida, lo perderás, sin contar que la loca de tu madre será echada a la calle y me encargaré de que nunca puedas encontrarla.—¡Es un maldito miserable! —Se levanta con violencia desafiando esa mirada fría—Juro que se arrepentirá por todo lo que me está haciendo, le haré tragar cada una de esas palabras y hasta el último segundo de su existían lamentará el haberse metido conmigo.—Guarda tus amenazas para después, querida.—¡Le prohíbo que vuelva a llamarme así! —grita fuera de sí.—Será mejor que se tranquilice, Emma—interviene el abogado tomándola por los hombros. Él al igual que ella está descubriendo algunos secretos de Elliot, pero el objetivo principal era planear ese viaje.—¡No me toque! —grita apartando sus manos. Ustedes son los peores seres humanos que he podido conocer. Su sola presencia me da repugnancia.—De nada sirve que te alteres —Le dice —, los minutos siguen corriendo y las posibilidades se acortan. Lee el contrato, fírmalo y agrega la condición que quieras. Yo haré que se cumpla al pie de la letra, te doy mi palabra.Emma lo mira con una sonrisa. Ese hombre jamás daba su palabra en vano, podría ser el rey de los miserables, pero su palabra era ley, más ¿Sería capaz de inclinar la balanza a su favor y cumplir su petición?—voy a creerle. —Responde ella, sentándose a la silla, toma los papeles y empieza a leerlos.Emma se sienta y lee con calma cada párrafo de las estúpidas clausulas. Luego firma y pone su huella, pero al final de la hoja escribe algo. Luego le entrega el folder al licenciado. El hombre revisa de que todo este conforme para dar su visto bueno.—Segura de que es lo que quieres.—¡sí!, después de todo, mi hijo lleva su sangre.Eso pone en alerta a Elliot que se pone de pie y toma los documentos de las manos del abogado Henderson. Lee lo que ha escrito Emma y se carcajea.—¡Esto es inaudito! ¿Cómo te atreves a poner esa condición? —reclama el viejo.—Si le mira el lado bueno de las cosas, saldrá ganando. Su nieto adorado sobrevivirá y yo desapareceré de su vida.—No pienso darte un solo centavo de mi fortuna, tu hijo es un bastardo.—Y, sin embargo, quiere quitármelo porque lo reclama como su sangre. ¡Decídase de una vez, señor!—No eres más que una perra aprovechada.—Y usted un anciano avaro que juega a ser Dios—Responde de inmediato —El dinero no lo es todo, señor Brown, tarde o temprano sus acciones cavarán su propia tumba.—Por lo pronto, ya cavaste la tuya, firmaste, es todo lo que necesito.—Está muy seguro de que no regresaré de Holanda, ¿verdad?—No dejo cabos sueltos, querida. Ve y prepárate para tu viaje, y procura despediste de tu hermanito y tu madre. —dice con burla Elliot.—Cuando regrese…—Si es que lo haces —interrumpe.—Cuando regrese quiero mi dinero, los boletos de avión y los pasaportes en la puerta de mi casa —. Dice ella sin inmutarse por lo que dijera Elliot.Se miran unos segundos, tan desafiantes, ella no le haría fácil el morir, y él no descansaría hasta verla muerta. Ya se habían dicho lo suficiente y podría decirse que ya la tenía en sus manos, pero necesitaba jugarse la última carta para asegurarse de que ese sufrimiento se hiciera más intenso.Emma camina a la salida con la frente en alto.— James, sabe perfectamente quien eres —Agrega el viejo, haciéndola detener sus pasos — Ahora ya puedes entender el por qué te odia.Emma traga saliva y hace puño en sus manos.—El odio es mutuo, señor. —Responde sin mirarlo —Jamás podría sentir la más mínima consideración por el hijo del hombre que destruyó mi vida. Pero le diré algo —Se gira para mirarlo. — Cuando James se enamore de mí, conocerá el verdadero infierno — se apresura a salir, sin ver el gesto de asombro en Elliot.Se deja caer en la silla, aun sin poder creer lo que dijera. Segundos después golpea el escritorio con rabia. Henderson lo mira desorientado, ignoraba la verdad tras el hijo oculto de Emma, puede que sea una fiera en las negaciones y el más temido entre los abogados, pero era porque era justo y hacía valer las leyes a pesar de todo lo que se dijera de él.—Asegura de que esa maldita no regrese —le dice Elliot mirándolo.—¿Por qué no me dijo que ella fue ultrajada por…?—El factor no altera el producto —lo interrumpe—, mi querido Henderson.—En este caso, si lo hace, señor.—No te pago para dar opiniones, sino para hacer cumplir lo que pido. Y en este momento, quiero que te encargues de que muera en Holanda.—¿Quiere matarla después de lo que su familia le ha hecho?—Las cosas ya están hechas, tenemos a los enemigos encima y tú quieres perder el tiempo en venerar a una perra —grita enfadado.—Discúlpeme señor, pero esta vez debo protestar.—¡Lárgate! Ya no te necesito.—¿Me está despidiendo?—Sí, tengo un centenar de abogados dispuestos a todo por servirme. Puedes irte.Hendersonsonríe y lo mira indiferente.—No puedo creer lo que dice. Pero si ya lo ha decidido me iré, más, quiero recalcarle que no está echándome, sino que renuncio.—Mal agradecido ¡lárgate! —Dice el viejo poniéndose de pie.El abogado camina hacia la puerta, peroElliottenía que dejar su amenaza, no puede darse el lujo de perder a su mejor hombre en el campo.—Recuerda por qué estás aquí en primer lugar, si te vas, debes afrontar las consecuencias, y sabes que no hay roca que no pueda mover para encontrar a los tuyos y matarlos como perros sarnosos.Hendersontraga saliva y frunce el ceño. Respira hondo y apretando los puños se aleja de la puerta y camina de regreso a su escritorio.—Bien—Expresa el viejo —, eso es lo que creí. Ve y termina de coordinar el viaje, pero
Al salir de la constructora, Emma se dirige a la casa de salud donde se encontraba su madre. Fue internada ahí porElliotdos años después de que su padre muriese. En ese entonces estuvo muy agradecida con ese miserable y fue tan feliz cuando pudo contar con su apoyo para continuar con sus estudios ante la ausencia de sus padres. Desde esa fecha ella se puso sobre los hombros a la familia Díaz. Lloro por dentro y se esforzó el triple para poder ser profesional y seguir costeando la salud de su madre.Hubo cosas que no entendía de la repentina locura de su mamá, sus cambios de humor tras la muerte de su esposo, las noches en vela llorando. La agresividad cada vez que lo veía.Si bien ha mejorado los últimos años y la reconoce a ella y a su hijo William, el shock traumático vivido no le permite continuar con su vida.Se acuerda de sus amigos de barrio, sus vecinos, sin embargo, sigue
La conversación con el padre Amaro no la hizo cambiar de opinión, pero alivió un poco su corazón. Luego hablo con su madre y le pidió perdón por no creerle. Compartió con ella unas horas y al volver a casa, decide visitar aJenna, su amiga, vecina y madrina de William. Ella administra un prestigioso salón de belleza en centro de la ciudad. Le hace una llamada de camino a su local.Unos minutos después, esta frente a su establecimiento.—¡Amiga, que sorpresa! Cuando me dijiste que vendría no podía creerlo ¡Adelante! —Expresa emocionada dejándola pasar.—Decisión de último minuto.—Pero, qué cara traes mujer —Dice al fijarse ensu tristeza— ¿Pasó algo?—No exactamente, mañana tendré un viaje de negocios a Holanda con James.—¿Qué? —Se emociona—El papacito estirado viajará contigo ¿Escuche bien?—Sí, y necesito un cambio radical en mi personalidad.—¡Oh! Ya veo —La codea—Después de todo, si te gustaba ese bombón.La lleva hasta una de las sillas
La mañana había llegado y Emma con su nueva personalidad se dirige al Aeropuerto Internacional de San Francisco muy temprano, es la primera en llegar y sentarse a disfrutar de la vista y de la mirada de los hombres que le sonreían al pasarjunto a ella. Se sentía toda una diosa, casi irreconocible.Unos minutos después ve llegar aHenderson, esta frente a ella y parece no reconocerla, con desaparición parece buscarla con la mirada por todos lados, ella le sonríe para que la viese, pero en definitiva no la reconoce. Poco después le hace una llamada.—Buenos días, señorita Emma, ¿Dónde está? El vuelo no tarda en salir.—Llegue hace una hora licenciado, estoy sentada en el mismo lugar que acordamos, aquí, frente a usted—levanto la mano para saludarlo y él se acerca sin poder creer que sea ella.—Yo... No la reconocí — expresa aún con el teléfono en la mano.—Buenos días — responde ella apartando el teléfono de su oreja para guardarlo. —Lamento que no me hay
En cuanto entro al baño, Emma respira nerviosa y lleva su mano al pecho, su corazón late descontrolado, sus manos tiemblan, al igual que sus piernas, siente que la vista se le nubla, no cree que de su boca hayan salido esas palabras. James en verdad estaba rojo, quizás de ira o de vergüenza, talvez de la importancia de no poder imponer su santa voluntad en ella.Corre al espejo y se mira unos segundos. Esa mujer no era la misma niña boba que soñaba con encontrar el verdadero amor y casarse de blanco, ahora era la chica mala que empezaba a desquiciar a James Brown y hacerlo perder la cabeza por conseguir acceso a su corazón.—Haré que supliques tenerme en tu cama, lo juro. Me convertiré en tu obsesión más grande, tu deseo más dulce y prohibido.Minutos después sale encontrándose con Connor—Hola preciosa. Vi que tu jefe corrió tras de ti, quería saber si necesitabas ayuda,—Puedo defenderme sola. Gracias.—Pocas son las mujeres que tienen carácter como el tuyo.
Al llegar al hotel, James esperaba en la puerta.Hendersonno dice nada, baja en silencio las maletas y las carga hasta la recepción donde esperan para recibir las llaves de sus habitaciones.Los chicos carismáticos no tardan en llegar haciendo que James empiece a perder la cordura.CuandoHendersonpide las reservaciones, solo le entregan dos llaves.—¿Compartiremos habitaciones? —expresa muy enojado,—Órdenesde su abuelo,—Me vale m****a lo que diga el abuelo, pide una habitación más —exige James ante la mirada de felicidad de Emma.—Lo siento ya no hay habitaciones disponles—dice el encargado.—¿Cómo es eso posible? Debehaber alguna por ahí —Vuelve a alterarse.—Deja de ser tan infantil, tu actitud en verdad molesta. Si no quieres compartir tu espacio conmigo, seré yo al que pida alojamiento en otro lugar estoy segurade quemuchos querrán brindarme alojamiento.—Nosotros estaremos felices de tenerte —dice Con
Al juego al que se adentraban era muy peligroso, esa primera noche fue difícil de sobrellevar. James recordada cada segundo de esa manera sexy de desvestirse y su erección crecía, su perfume parecía perseguirlo atormentando sus sentidos.Unas horas después ambos se quedaron dormidos y el despertar fue una nueva proeza. La lucha por ser el primero en tomar un baño. El que entrará primero se demoraría lo que le diera la gana.—¿Dónde quedó él, “Las damas primero”?—No veo aquí a alguna dama —Responde él.—Que gracioso eres.—Yo tengo más pudientes que cumplir así que entraré primero.—No hay problema—Se levanta de la cama—puedo tomar un rico baño calentito donde mis hermosos vecinos, estoy segura de que será el mejor baño que tome. Ya te has de imaginar —Camina a la puerta con su toalla en la mano.Esta por abrirla cuando la mano de James se coloca en la entrada deteniéndose.—¿Estás impidiéndome que tenga un exquisito desayuno? Que egoísta eres, ya est
El verdadero desafío recién empezaba. La fiesta de bienvenida que los socios lanzaron en el hotel Waldorf Astoria Amsterdam, era extravagante y los hombres de Thomas ya estaban en el edificio, al igual que la gente de Elliot. Todos ellos infiltrados entre los invitados y meseros se preparaban para el momento preciso, unos para secuestrar a James los otros para impedir que pase.Emma se mostraba deslumbrante, con su vestido largo color esmeralda, llevando las miradas de los hombres sobre ella y acelerando el corazón de James que a cada segundo no podía disimular los Celos que le provocaba.Las horas siguieron avanzando, entre bailes y copas de champaña el discurso de Gerrit, el nuevo socio inversionista llamo la atención de todos. Henderson se acerca a Emma para darle la señal. —El momento ha llegado, están aquí —susurra a su oído.—¿También puedes verlos?—¿A cuántos has localizado?—He podido cuanto más de una docena, están armados y en todas partes, y aunque