Cierro la puerta detrás de mi espalda cansado y abatido, pero voy con arlo —ah, ya despertaste— lo miro de mala gana —ni siquiera he dormido ¿de que estás hablando?— él niega —¿ya tienes un diagnóstico?— le pregunto, mientras froto uno de mis ojos —quiero que vayamos al lugar donde vertimos la sangre de aurora— —arlo, ¿que quieres conseguir con esto?— —ya verás—ambos salimos y puedo ver cómo ha crecido la hierba —¿ves que interesante? Hierba en luna blanca— me da un poco de tranquilidad, después que jade está aquí las cosas han mejorado mucho. —bingo!— Espeta arlo y me saca de concentración. —¿ves cómo a muerto al igual que los espinos?—frunzo el ceño y vuelvo a mirar hacia las espinas de la ventana donde cayó jade y están en muy mal estado. Trato de procesar lo que arlo me cuenta y no se si es el cansancio o la sorpresa, pero me siento aturdido —vuelve desde el principio, me estás diciendo que jade no tiene una enfermedad en los huesos si no que su sangre está enven
Jade mantiene sus piernas recogidas abrazadas con sus brazos y su cabeza sobre sus rodilla. Un tronco sostiene su espalda, mientras Alastor prepara la carne para servirla como cada noche.Los ojos de ella están fijos en la fogata como si no escuchara nada en su alrededor pese a las risas de los demás lobos. Su cerebro esta en cualquier lugar menos ahí. Ellos empiezan a contar historias pasadas, él observa de reojo a jade, prefiere que esté así tranquila que teniendo conversaciones innecesarias con ellos.—JAJAJAAJ, recuerdo el miedo que nos tenían en colmillo negro, Kant black, no nos podía mirar se ponía a temblar el muy gallina— todos ríen, mientras mastican y jade siente su corazón temblar, prestando atención a lo que decían.—si pudiera tenerlo en frente le arrancaría las pelota a él y toda su maldita descendencia, siempre fue un perro cobarde no merecía ser alfa— su labio inferior tiembla un poco y entra mechones de cabello por sus orejas.—eran unos bastardos y nos envidiaban, é
Una risilla se escucha en la habitación del alfa y rey Ronan, está teniendo sexo con dos mujeres y su puerta es abierta —¡joder!— se agita, mientras su beta un señor de edad entra, una de las lobas estaba sobre él y la otra lo besaba. Tapan su desnudez con almohadas mirando al beta el cual es muy educado —señor, Kant black está junto a su esposa aquí, solicitan verlo— —¿traen con ellos a mi esposa?— —han llegado solos, señor— agita la mano para que una de las loba lo alimenten con uvas —ahh, pues que me disculpen estoy algo ocupado atendiendo a estas hermosas damas, cuando termine voy con ellos, ahora retírate— él hace una reverencia y sale del lujoso aposento cerrando las puertas, mientras escucha la voz de él llamando a ambas mujeres —vengan con papi preciosas— Ha pasado por lo menos una hora, en la sala de estar y Alejandra espeta —es un mal educado ¿en serio nos tiene esperando?- Justamente Ronan entra con una sonrisa espléndida saluda a Alejandra besando su mano —
Con lágrimas y decepción lo espero en su habitación sintiéndome como la mujer mas miserable que pueda existir, lloro con tanto sentimiento como nunca antes, aún en medio del dolor que me tala los huesos no cuestiono nada supongo que algunos simplemente nacemos para el dolor y está bien, todo está bien. Abre la puerta y escuchó su voz áspera y fría. —¿que haces aquí jade?— espeta cerrando la puerta y no hablo solo me pongo de rodillas. —quiero pedirte perdón por haberte hecho molestar, por haberte dicho que quería que me tocaras, actúe cegada por el miedo a morir sin saber lo que es sentirse mujer, lamento causarte tanta molestia y llevarte al punto de actuar tan descaradamente conmigo, actúe mal y lo admito, así que me humillo una vez más ante ti— no miro sus ojos, no puedo hacerlo, ni siquiera tengo el coraje. —jade, levántate ahora mismo ¿que carajos estás haciendo?— se molestó mucho y fue brusco en hacerme poner de pie. —¿por que haces eso?— me toma por los hombros y me rem
—¿a donde vamos?— pregunta jade un poco asustada, pues salen a escondidas de la manada y teme que sea a despedirla después de su extensa conversación y ciertas confesiones. El no responde y eso hace que se ponga más nerviosa y le vuelve a preguntar: —¿por que salimos a escondidas?— él se detiene dándole la espalda y voltea. —estás haciendo muchas preguntas— responde y la ayuda a saltar de un lugar a otro tomándola por la cintura y nuevamente le hace otra pregunta —no pretendes echarme ¿cierto?— sus ojos y los de ella se quedan fijos mirándose, ella queriendo una respuesta y él con ganas de comérsela a besos como no lo hacían hace mucho. Ella evade su mirada, pues la intensidad de él al mirarla la penetra y la pone muy nerviosa y él responde con calma. —a ver, ¿no sabes estar en silencio un momento? no saldríamos a escondidas si esa fuera la idea— Asiente y camina hacia delante nerviosa dejándolo detrás y él se detiene para ver que tan distraída es, pero al no escuchar sus
Cuenta la leyenda que un alfa llamado Alastor Bismarck, rey de la manada «luna blanca» fue castigado junto a todos sus lobos por la diosa luna. El pecado de ellos fue la maldad de su corazón, se destruían entre ellos y la codicia y vanidad los hacia no querer darle lugar a las lobas solteras o comprometidas abusando de ellas y quitándoles sus purezas. hacían mal a otras manadas provocando así, que todas estuvieran en contra de ellos, ya que muchas veces les robaban las mujeres qué, desde su codicia y egoísmo ellos deseaban. El alfa Alastor, era el más pequeño de cinco hermanos, pero el más sangriento y despiadado, y decidió quitarle la vida a todos sus hermanos para quedarse con el trono antes de tiempo. Tuvo un reinado próspero y fértil, pero estaba basado en la lujuria y vanidad y solo derramar sangre los hacía sentirse saciados, cualquiera que se atreviera a enfrentarlos no dudaban en derramar su sangre, inocente o culpable todos pagaban a una. Causaban el terror a su paso y eran
Cómo cada día los lobos de Luna blanca fueron en busca de agua y a cazar. Ya habían pasado cinco días desde la última caza y el hambre los atacaba.Mientras caminaban y discutían entre ellos, Arlo bufaba, pues eran tan infantiles para su gusto y hablaban tantas estupideces, que lo abrumaba su falta de inteligencia y sus pocas capacidades para pensar.—¡Agh! estoy cansado de esta maldita vida, soy un lobo de guerra, no un esclavo que tiene que buscar agua para que Alastor se lave el culo todos los días—Los demás se ríen y Arlo quien se veía como un lobo débil le gruñe enfadado.—si mantienes la boca cerrada posiblemente no le diga al señor alfa que te arranque la lengua, Clark—El abucheo de los lobos lo hizo enfurecer y soltar el cántaro para el agua, pues Clark era agresivo y uno de los que quería la cabeza de Alastor en secreto.—¿crees que porque eres la marioneta de él, te tengo miedo?— un gruñido salió desde lo más profundo de él anunciándole que quería pelea y Arlo espetó en t
Se levanta, la mira unos segundos y se va a su habitación, arlo le pregunta: —¿qué hago con ella?— pero él solo lo ignora y sube las escaleras, llega a su cuarto cierra la puerta y siente como sus rodillas flaquean, frota su mano y después de tantos siglos sonríe con calidez humana, era bueno volver a sentirse vivo después de tantos siglos, pero cierra su boca y cierra los ojos —no me vas a jugar una mala pasada diosa, no se que quieres lograr con esto pero no, ella no huele como una mujer fuerte es pequeña y débil como si su cuerpo se fuera a romper— Rechina sus dientes, pues estaba molesto, de igual forma no habían condiciones para tener una mujer en el castillo, pero su corazón no para de latir, ese aroma estaba metido entre sus fosas nasales y no sabe que hacer, jamás pensó que sería posible que una mujer llegara a su vida. Volvió a bajar las escaleras después de unas horas, la chica estaba siendo alimentada, aún con las manos atadas —¿QUIEN LOS MANDÓ ALIMENTARLA? USTEDES N