Me despierto adolorida como si hubiese tenido clases de etiqueta en casa, se que es un ejemplo absurdo, pero terminaba castiga todo el tiempo. Abro los ojos forzadamente y veo la claridad del día y por lo cómoda que estoy se que no estoy en mi habitación al parecer Alastor me escuchó, suspiró recordando cómo me sentía juré que iba a morir nunca antes me había dolido tanto como anoche. Quito la manta de mi cuerpo y me siento en la cama, tiro mis pies al piso de madera y trato de buscar mi ropa, pero antes quitó lo que cubre las ventanas del balcón para poder ver mejor y justamente cuando me doy la vuelta Alastor abre la puerta y se queda viéndome, intento cubrirme, ya que él no me quita los ojos de encima y cierra la puerta detrás de él, camina hacia a mí y me asombra al sentir cómo me acuna en sus brazos. —¿te sientes bien?— asiento abrazándolo igual no queriendo despegarme de él —tienes que comer— me habla suavemente —no quiero ahora, estoy bien así como estoy, aquí ahora contigo
Cierro la puerta detrás de mi espalda cansado y abatido, pero voy con arlo —ah, ya despertaste— lo miro de mala gana —ni siquiera he dormido ¿de que estás hablando?— él niega —¿ya tienes un diagnóstico?— le pregunto, mientras froto uno de mis ojos —quiero que vayamos al lugar donde vertimos la sangre de aurora— —arlo, ¿que quieres conseguir con esto?— —ya verás—ambos salimos y puedo ver cómo ha crecido la hierba —¿ves que interesante? Hierba en luna blanca— me da un poco de tranquilidad, después que jade está aquí las cosas han mejorado mucho. —bingo!— Espeta arlo y me saca de concentración. —¿ves cómo a muerto al igual que los espinos?—frunzo el ceño y vuelvo a mirar hacia las espinas de la ventana donde cayó jade y están en muy mal estado. Trato de procesar lo que arlo me cuenta y no se si es el cansancio o la sorpresa, pero me siento aturdido —vuelve desde el principio, me estás diciendo que jade no tiene una enfermedad en los huesos si no que su sangre está enven
Jade mantiene sus piernas recogidas abrazadas con sus brazos y su cabeza sobre sus rodilla. Un tronco sostiene su espalda, mientras Alastor prepara la carne para servirla como cada noche.Los ojos de ella están fijos en la fogata como si no escuchara nada en su alrededor pese a las risas de los demás lobos. Su cerebro esta en cualquier lugar menos ahí. Ellos empiezan a contar historias pasadas, él observa de reojo a jade, prefiere que esté así tranquila que teniendo conversaciones innecesarias con ellos.—JAJAJAAJ, recuerdo el miedo que nos tenían en colmillo negro, Kant black, no nos podía mirar se ponía a temblar el muy gallina— todos ríen, mientras mastican y jade siente su corazón temblar, prestando atención a lo que decían.—si pudiera tenerlo en frente le arrancaría las pelota a él y toda su maldita descendencia, siempre fue un perro cobarde no merecía ser alfa— su labio inferior tiembla un poco y entra mechones de cabello por sus orejas.—eran unos bastardos y nos envidiaban, é
Una risilla se escucha en la habitación del alfa y rey Ronan, está teniendo sexo con dos mujeres y su puerta es abierta —¡joder!— se agita, mientras su beta un señor de edad entra, una de las lobas estaba sobre él y la otra lo besaba. Tapan su desnudez con almohadas mirando al beta el cual es muy educado —señor, Kant black está junto a su esposa aquí, solicitan verlo— —¿traen con ellos a mi esposa?— —han llegado solos, señor— agita la mano para que una de las loba lo alimenten con uvas —ahh, pues que me disculpen estoy algo ocupado atendiendo a estas hermosas damas, cuando termine voy con ellos, ahora retírate— él hace una reverencia y sale del lujoso aposento cerrando las puertas, mientras escucha la voz de él llamando a ambas mujeres —vengan con papi preciosas— Ha pasado por lo menos una hora, en la sala de estar y Alejandra espeta —es un mal educado ¿en serio nos tiene esperando?- Justamente Ronan entra con una sonrisa espléndida saluda a Alejandra besando su mano —
Con lágrimas y decepción lo espero en su habitación sintiéndome como la mujer mas miserable que pueda existir, lloro con tanto sentimiento como nunca antes, aún en medio del dolor que me tala los huesos no cuestiono nada supongo que algunos simplemente nacemos para el dolor y está bien, todo está bien. Abre la puerta y escuchó su voz áspera y fría. —¿que haces aquí jade?— espeta cerrando la puerta y no hablo solo me pongo de rodillas. —quiero pedirte perdón por haberte hecho molestar, por haberte dicho que quería que me tocaras, actúe cegada por el miedo a morir sin saber lo que es sentirse mujer, lamento causarte tanta molestia y llevarte al punto de actuar tan descaradamente conmigo, actúe mal y lo admito, así que me humillo una vez más ante ti— no miro sus ojos, no puedo hacerlo, ni siquiera tengo el coraje. —jade, levántate ahora mismo ¿que carajos estás haciendo?— se molestó mucho y fue brusco en hacerme poner de pie. —¿por que haces eso?— me toma por los hombros y me rem
—¿a donde vamos?— pregunta jade un poco asustada, pues salen a escondidas de la manada y teme que sea a despedirla después de su extensa conversación y ciertas confesiones. El no responde y eso hace que se ponga más nerviosa y le vuelve a preguntar: —¿por que salimos a escondidas?— él se detiene dándole la espalda y voltea. —estás haciendo muchas preguntas— responde y la ayuda a saltar de un lugar a otro tomándola por la cintura y nuevamente le hace otra pregunta —no pretendes echarme ¿cierto?— sus ojos y los de ella se quedan fijos mirándose, ella queriendo una respuesta y él con ganas de comérsela a besos como no lo hacían hace mucho. Ella evade su mirada, pues la intensidad de él al mirarla la penetra y la pone muy nerviosa y él responde con calma. —a ver, ¿no sabes estar en silencio un momento? no saldríamos a escondidas si esa fuera la idea— Asiente y camina hacia delante nerviosa dejándolo detrás y él se detiene para ver que tan distraída es, pero al no escuchar sus
—¡Ay no quería volver aún!—hace una rabieta como niña pequeña después de actuar como un adulto consciente de la realidad y de la vida, Alastor ríe con él cubre bocas ya colocado, pero ella lo escuchó —¿reíste?— le pregunta con los ojos muy abiertos y él cruza las cejas —¿de que hablas?— Le pregunta porque no entiende, ni siquiera él se había dado cuenta de que había reído —te escuche reír alfa, no lo niegues— lo señala con el dedo —escuchaste mi garganta rascarse, yo no se reír— ella intenta hacerle cosquillas y él frunce el ceño incómodo. —¿que estás haciendo?— coloca sus brazos a cada lado de su cintura cuestionándolo —quiero verte reír o sonreír antes de morir— él se vuelve serio porque hablaba tanto de la muerte. —ya te dije que no vas a morir— pero ella le da la espalda —viste lo fuerte que fue esta vez, nunca había sangrado y sangre mucho— abraza sus brazos melancólica y vuelve y habla —no sabemos cómo será la próxima vez, que tan fuerte será, por eso me dio gusto
—mírame— sus ojos ya estaban hinchados y sus pómulos colorados—no te sientas mal, te dije que todo tiene una solución— pero ella no comprende y simplemente le grita como nunca antes lo hizo por respeto, pero esta vez estaba tan mal que no le importó nada.—¿SI CUÁL? ¿CUÁL ES LA MALDITA SOLUCIÓN ALASTOR?— le iba a contar lo que le dijo el anciano, pero no quería ilusionarla y que luego todo sea mentira, simplemente suspiró —ya encontraremos una solución dijste que rara vez me equivoco así que confía en mí——a estas alturas del juego no confío en nadie— le repitió la mismas palabras que él le había dicho y camino fuera de su presencia.El salió detrás de ella fuera de la casa y la llamo por su nombre delante de todos y Clark quien la vio tan molesta quiso hacerse el gracioso, pero ella simplemente rozó su hombro ignorándolo, quería comprobar lo que Duncan le había contado.Clark hizo un sonido de diversión al verla así era la segunda vez que veía esa cara triste y sin importarle espet