Una risilla se escucha en la habitación del alfa y rey Ronan, está teniendo sexo con dos mujeres y su puerta es abierta —¡joder!— se agita, mientras su beta un señor de edad entra, una de las lobas estaba sobre él y la otra lo besaba. Tapan su desnudez con almohadas mirando al beta el cual es muy educado —señor, Kant black está junto a su esposa aquí, solicitan verlo— —¿traen con ellos a mi esposa?— —han llegado solos, señor— agita la mano para que una de las loba lo alimenten con uvas —ahh, pues que me disculpen estoy algo ocupado atendiendo a estas hermosas damas, cuando termine voy con ellos, ahora retírate— él hace una reverencia y sale del lujoso aposento cerrando las puertas, mientras escucha la voz de él llamando a ambas mujeres —vengan con papi preciosas— Ha pasado por lo menos una hora, en la sala de estar y Alejandra espeta —es un mal educado ¿en serio nos tiene esperando?- Justamente Ronan entra con una sonrisa espléndida saluda a Alejandra besando su mano —
Con lágrimas y decepción lo espero en su habitación sintiéndome como la mujer mas miserable que pueda existir, lloro con tanto sentimiento como nunca antes, aún en medio del dolor que me tala los huesos no cuestiono nada supongo que algunos simplemente nacemos para el dolor y está bien, todo está bien. Abre la puerta y escuchó su voz áspera y fría. —¿que haces aquí jade?— espeta cerrando la puerta y no hablo solo me pongo de rodillas. —quiero pedirte perdón por haberte hecho molestar, por haberte dicho que quería que me tocaras, actúe cegada por el miedo a morir sin saber lo que es sentirse mujer, lamento causarte tanta molestia y llevarte al punto de actuar tan descaradamente conmigo, actúe mal y lo admito, así que me humillo una vez más ante ti— no miro sus ojos, no puedo hacerlo, ni siquiera tengo el coraje. —jade, levántate ahora mismo ¿que carajos estás haciendo?— se molestó mucho y fue brusco en hacerme poner de pie. —¿por que haces eso?— me toma por los hombros y me rem
—¿a donde vamos?— pregunta jade un poco asustada, pues salen a escondidas de la manada y teme que sea a despedirla después de su extensa conversación y ciertas confesiones. El no responde y eso hace que se ponga más nerviosa y le vuelve a preguntar: —¿por que salimos a escondidas?— él se detiene dándole la espalda y voltea. —estás haciendo muchas preguntas— responde y la ayuda a saltar de un lugar a otro tomándola por la cintura y nuevamente le hace otra pregunta —no pretendes echarme ¿cierto?— sus ojos y los de ella se quedan fijos mirándose, ella queriendo una respuesta y él con ganas de comérsela a besos como no lo hacían hace mucho. Ella evade su mirada, pues la intensidad de él al mirarla la penetra y la pone muy nerviosa y él responde con calma. —a ver, ¿no sabes estar en silencio un momento? no saldríamos a escondidas si esa fuera la idea— Asiente y camina hacia delante nerviosa dejándolo detrás y él se detiene para ver que tan distraída es, pero al no escuchar sus
—¡Ay no quería volver aún!—hace una rabieta como niña pequeña después de actuar como un adulto consciente de la realidad y de la vida, Alastor ríe con él cubre bocas ya colocado, pero ella lo escuchó —¿reíste?— le pregunta con los ojos muy abiertos y él cruza las cejas —¿de que hablas?— Le pregunta porque no entiende, ni siquiera él se había dado cuenta de que había reído —te escuche reír alfa, no lo niegues— lo señala con el dedo —escuchaste mi garganta rascarse, yo no se reír— ella intenta hacerle cosquillas y él frunce el ceño incómodo. —¿que estás haciendo?— coloca sus brazos a cada lado de su cintura cuestionándolo —quiero verte reír o sonreír antes de morir— él se vuelve serio porque hablaba tanto de la muerte. —ya te dije que no vas a morir— pero ella le da la espalda —viste lo fuerte que fue esta vez, nunca había sangrado y sangre mucho— abraza sus brazos melancólica y vuelve y habla —no sabemos cómo será la próxima vez, que tan fuerte será, por eso me dio gusto
—mírame— sus ojos ya estaban hinchados y sus pómulos colorados—no te sientas mal, te dije que todo tiene una solución— pero ella no comprende y simplemente le grita como nunca antes lo hizo por respeto, pero esta vez estaba tan mal que no le importó nada.—¿SI CUÁL? ¿CUÁL ES LA MALDITA SOLUCIÓN ALASTOR?— le iba a contar lo que le dijo el anciano, pero no quería ilusionarla y que luego todo sea mentira, simplemente suspiró —ya encontraremos una solución dijste que rara vez me equivoco así que confía en mí——a estas alturas del juego no confío en nadie— le repitió la mismas palabras que él le había dicho y camino fuera de su presencia.El salió detrás de ella fuera de la casa y la llamo por su nombre delante de todos y Clark quien la vio tan molesta quiso hacerse el gracioso, pero ella simplemente rozó su hombro ignorándolo, quería comprobar lo que Duncan le había contado.Clark hizo un sonido de diversión al verla así era la segunda vez que veía esa cara triste y sin importarle espet
El alfa no entendía que había sucedido, era como si hubiera caído en una especie de trance que le gritaba que matara a alguien, pero ¿justamente con jade? Verla mirarlo decepcionada y las horribles marcas en su cuello lo embriagaron de un sentimiento que nunca había sentido y no sabía cómo llamarlo. Se marchó dejando a todos sin una respuesta clara a que había sucedido en sí y con la cara sonriente de Clark, quien le había gritado mucho antes, quien era él realmente y era cierto, no había cambiado, seguía siendo el mismo de siempre, no había mejorado ni un poco. Se encerró en su habitación necesitaba estar solo para entender que era ese sentimiento.—todo está bien— espeta jade sabiendo que se siente devastada y escucha la voz de Clark —¿ese es el sujeto que defiendes a morir? ¿Ves porque es bueno a veces escuchar las advertencias? el mismo que defendiste fue el mismo que, con algunos veinte minutos de diferencia intento ahorcarte, como los viejos tiempos——Alastor no me asesino y t
—¿crees que es justo que me hagas esto? Tengo tres días con un sentimiento extraño, ni siquiera sé como llamarlo en mi pecho y estómago la cual no me permite tener hambre ¿y esta es la forma en la que te presentas ante mí, después de tres días? ¿apunto de morir? te pedí que no te juntaras con ellos, ni siquiera deberías juntarte conmigo— lo último lo susurra. coloca paños en su frente para calmar la fiebre que no baja para nada y mantiene la herida de su muñeca abierta —vas a volverme loco jade, en tan poco tiempo he tenido que sufrir de todo contigo, más que mi propio castigo que ha durado cincuenta años, empiezo a creer que mi castigo eres tú— La noche cae y deja caer gotas de agua en su lengua, los fluidos penetran la tela que colocó en la herida botando un líquido amarillento con sangre. Se mantuvo a su lado cuidándola y no pegó un ojo en toda la noche porque la fiebre la podía hacer convulsionar y con esa noche y ese día era la cuarta noche y el cuarto día en la que no probaba
—alfa— espeta suavemente jade. —¿necesitas algo?— él se acerca. —¿ya comiste? Me enteré que duraste varios días sin comer— le pregunta preocupada —hmm! No he comido, me dediqué a curarte, estuviste a punto de morir— —necesitas comer para que crezcas más— él alza las cejas y echa su cabello hacia atrás se comportaba como una niña pequeña. —ya no voy a crecer más, tú si— pero lo siguiente que espeta le molesta. —¿por que no me dejaste morir alfa? No crees que era mejor así y así no tenías que sentir culpa— —¿no sientes que estás delirando? Descansa un poco más, arlo te traerá comida más tarde— —alfa, no quiero descansar ya lo he hecho bastante, sabes algo, no quise faltarte al respeto ni hablarte así, perdóname estaba muy afligida por lo que sucede con mi sangre, creo que no era un buen momento para ninguno de los dos— empieza a llorar y Alastor se sienta a su lado —¿y por qué lloras?— ella sorbe su nariz —me siento triste— tontamente él le hace una pregunta —¿y como es es