•Narra Kenny Stewart•
Es la quinta vez que trago saliva después de unos largos 20 minutos. Siento un poco apretado el pequeño cuerpo de Morelia entre mis brazos y el calor está abochornándome por completo.
Las personas comienzan a bajar y al visualizar que hay más espacio, la desprendo de mí cogiéndola de sus delicados brazos. Inclino mi rostro para verla y ella se mantiene a ojos bien abiertos como si fuera una estatua de cera.
—Morelia… —replico su nombre–, Morelia… —Paso mi mano en frente de su rostro y ella comienza a reaccionar pestañeando varias veces.
—¿S-si? —Me responde tartamudeando y sonrío.
—Ya puedes acomodarte aquí a mi lado, solo sostente de mi brazo por el momento. —Le indico, y ella asintiendo tímidamente como lo es siempre, lo hace.
El tiempo aparenta ser una eternidad, ya me siento cansado y no cuento los segundos para salir de aquí.
***
—Aquí debemos bajar Sr. Stewart. —Morelia me av
•Narra Kenny Stewart•Inicio por observar a mis lados y a unos metros detallo una luz, que borrosamente logro percibir que es de alguna casa.«Debemos llegar ahí»—Morelia, ¿aún puedes correr? —Ella me asiente.—Bien, entonces sígueme. —Le especifíco y antes de que camine bajo la lluvia, me vuelvo a acercar a ella–. Dame tu cartera y toma esto. —Le digo, ella confundida me lo da y yo le entrego mi saco–. Al menos amortiguará la fuerza del agua, ¿está bien?Ella me asiente en tanto pongo su cartera en mi hombro, entonces yo también asintiendo para mí mismo, tomo valentía para correr mientras sigo cubriendo mi cabeza con mi maletín.Avanzamos rápidamente unos metros, cuando de repente un grito me hace voltear con el corazón acelerado a ver a Morelia.—&ie
°Narra Morelia Dalas°—Señorita ¿Entonces te quedas aquí o vas a dormir a mi habitación? —me cuestiona la abuelita mientras Kenny literalmente está implorándome con la mirada para quedarme.Contengo mi sonrisa satisfactoria, apretando mis labios y detallándolo con esa linda expresión, parece un enorme gato de peluche con lindo traje rosa esperándome sobre la cama. Hasta podría compararlo con el gato con botas, debido a que suele ser siempre áspero, pero que cuando quiere algo logra poner un gesto demasiado tierno.Si... eso es… es mi enorme gato con botas.Me giro a ver a la abuelita, despertando de lo infantil que estoy siendo y afirmo con mi irreparable sonrisa.—Si, no se preocupe, no… quisiera alejarla de su comodidad —mi voz inevitablemente se muestra algo temblorosa, y mis manos se aprietan entre sí
•Narra Kenny Stewart•La situación es un poco incómoda, no sé qué podría decir para alejar esta escena complicada entre ambos.«Concluyentemente este día lo recordaré por el resto de mi vida»Al menos debo será agradecido con Morelia por aceptar quedarse aquí, no sabría como hubiera dormido con las flatulencias de la anciana.Río por dentro y a la vez me avergüenzo, nunca pensé rogar con la mirada a alguien para decirle que duerma conmigo, y aunque no es de la forma sexual, igualmente fue demasiado bochornoso.No puedo dejar de culparme, porque incluso ella acaba de perder una cita por haberle pedido que me acompañe, creo conveniente pedirle una disculpa, pero no sé como iniciar, el mutismo entre ambos es de nuevo profundo.Carraspeo mi voz y rompiendo el silencio le digo.—Señorita
•Narra Maycol Bradwy•Vivir una “vida desastrosa”, entre comillas, ¿te define en la personalidad?Pues bien, puede ser cierto, al menos conmigo sucedió de esa forma.Ser un niño huérfano como en una triste película de nostalgia y drama, es lo que viví.Me volví un tipo demasiado rebelde, sociable y sobre todo jodidamente confiado, creía mover al mundo en mis manos cuando en realidad era todo lo contrario, y bien, debido a esos errores, mi vida no fue nada fácil.En mi juventud terminar injustamente en la cárcel, me desplomó con fuerzas sobre la faz de la tierra, pero es así como me pude dar cuenta de muchas cosas para bien o para mal.Gracias a la constancia y paciencia de mi segunda familia, “Los Dalas”, mi superación personal fue todo un éxito con los años. Pese de todo lo malo
•Narra Kenny Stewart•Me siento conmovido por el extraño acto que acaba de hacer esta mujer. Mi corazón está tan agitado por todas las emociones enredadas que ni siquiera me puedo mover.Morelia siempre ha sido muy cálida, amable y sensible, así que rápidamente logro deducir que ha escuchado completamente lo que siempre digo entre pesadillas y se siente apenada por mí.Su reacción inesperada me tiene estupefacto, sin embargo, mi ser varonil incontrolablemente se pone alerta.—Srta Dalas… —menciono su nombre apoyándome en su pecho, pero ella se aferra más a mí, abrazando con fuerza mis hombros.Mi mente se queda en blanco debido a sus caricias, entonces comienzo a percibir su dulce aroma y calor femenino que ella desprende. Sin embargo, debido a ello vilmente, me quiero descontrolar en cuestión de un instante.&laq
•Narra Kenny Stewart•—Bien… entonces ¿qué más deseas saber? —le pregunto, regresando mi mirar hacia el frente mientras que a la vez hago un pequeño carraspeo con mi puño cerca de mi mentón.—Bueno… no estoy segura de si quisiera hablar sobre ello, pero… hace un momento cuando usted tenía la pesadilla, repetía el nombre de Ana antes de que llame por su madre. Eso me sorprendió mucho, porque se veía muy disturbado ¿Ana… Ana es alguien que le hizo mucho daño?Nos giramos a ver al mismo tiempo y Morelia se pasma al cruzar nuestras miradas, parece que nota mi gran desconcierto por eso de inmediato su gesto se transforma en vergüenza.—Pe-perdón yo… no quiero que hable de algo que quizás no desea hablar, yo… solo estaba preocupada. Lo-lo siento, creo que estoy siendo
°Narra Maycol Bradwy°Son las 11 de la mañana.¡11 de la mañana! Y no sé absolutamente nada de Morelia.Me siento completamente preocupado y enojado. Ella no realiza este tipo de cosas y me desconcierta que no responda mis llamadas, y lo peor de todo es que no llegó a casa.La esperé, ingresé a su departamento y me mantuve a la espectativa de su llegada desde el sofá a piernas y brazos cruzados, sin embargo, hoy temprano me levanté asustado porque me había quedado dormido. Automáticamente la busqué por toda la casa e igual que ayer, no había ningún rastro de ella.¡Esto era el colmo!Hace una hora decidí salir, porque debía irme rumbo al trabajo, pero mi inmensa preocupación me hizo deambular en contradicciones con mi mente y al final, me arrepentí. Por lo tanto, decidí esperarla un rato más desde aquí dentro de mi auto.—¡Maldición! —golpeo el timón en frente mío con ira.Esta ansiedad definitivamente me está
°Narra Maycol Bradwy° —¿Renunciar? ¿Por qué debería hacerlo? —me responde a la defensiva y eso me molesta aún más. —no pienso hacerte caso ¡jamás lo haría! Es mi decisión, ¡es mi vida Maycol! Gruño y me sostengo de la cabeza, girándome para razonar un poco. Este tipo de peleas las hemos tenido muy pocas veces, pero cuando sucede, solemos decirnos todo tipo de cosas hirientes, sin ningún filtro. —Sigue con lo tuyo y deja de preocuparte por mí. —me declara con expresión seria limpiándose el rostro. —¿Qué no me preocupe por ti? —Ya no soy una niña Maycol. —¡Maldición! —Mi pecho sube y baja, y ya no logro contener mis sentimientos reprimidos. —lo he hecho, siempre lo hago, y siempre lo haré. —¡Ya no es necesario! —Morelia —aprieto mis labios y dándome media vuelta, la sostengo de los hombros, desfogando lo que pasé —me preocupo, así como lo hice ayer. ¡Te esperé! ¡