| | |CAPÍTULO| | .✧. SEIS| .✦. Un regalo inesperadoAurora se derrumba en el piso y se queja.¡No tiene un vestido!En su pequeña maleta hay sudaderas, oberoles, vestidos estampados no diseñados para fiestas. Revisa una, dos, tres veces. El resultado es el mismo: está jodida. Se entierra en el sillón con un puchero decepcionado. Ya es de noche y las calles están desiertas. En ese momento, solo se puede regañar a sí misma.Daisy amaría burlarse de su desgracia.—¿Y tú qué, muchacha? ¿Por qué traes esa cara de llanto? —le pregunta Linsey a la mañana siguiente, después de atender los primeros clientes habituales.La mayoría de los clientes la mira de reojo, sin decir nada. Seguramente saben que es una Corbet.—Asistirás a la fiesta del alcalde, ¿cierto?—Quién no lo haría. Espera, ¿vas a ir?Aurora frunce el ceño.—¿Cómo sabes que me invitaron?Las cejas de Linsey bailan, traviesa. Es curioso que una brecha de generación las separa a las dos y, a pesar de eso, a Linsey no le avergüenc
| | |CAPÍTULO| | .✧. SIETE| .✦. ¿Sugar Daddy?Los complementos que le trae Ryland son unos tacones de aguja y un abrigo, ambos de color negro. Además, le entrega una gargantilla y unos aretes de diamante.Aurora no puede evitar compararse con una de esas Sugar Baby de las que Daisy habla en la universidad.Linsey no obtiene un Lamborghini para ayudarla con los regalos, pero se ofrece a acompañarla hasta la casa, echarle una mano con el cabello y el maquillaje si lo necesita. Aurora rechaza la última oferta, pero se lo agradece.La chica conductora, Ryland, las espera en la calle, después de cerrar la tienda mucho antes de la hora habitual (según Linsey, cuando el alcalde hace fiesta, la gente anda engalanada desde temprano).—El amo me ordenó que te lleve a casa, Aurora —dice la chica, abriéndole la puerta trasera del auto negro.Oh, Dios mío.—Eh, yo...Ryland se queja, sosteniendo la puerta.—Por favor, entra al auto... ¿Sí? —Sus grandes ojos le suplican—. No quiero tener problema
| | |CAPÍTULO| | .✧. OCHO| .✦. Buscando una princesaLucian la lleva al auto, haciendo todo lo que hace un caballero que solo encuentras en las novelas románticas. Ryland, la chica revoltosa, se asoma desde el asiento del conductor.—¡Aurora! —La chica suelta una risita traviesa detrás su mano enguantada—. Te ves... como para comer.—Ryland —advierte Lucian con una ceja alzada.La chica regresa al volante sin perder el ánimo.—Ay, perdón, amo Lucian.Aurora retuerce los dedos en su regazo mientras Ryland arranca el auto. Se siente pequeña. Se siente fuera de lugar. Se siente...Casi se le escapa un jadeo cuando la mano grande de Lucian detiene sus movimientos nerviosos con un agarre fuerte. Él presiona el pulgar en el punto de pulso de su muñeca frágil, y ella traga saliva, confundida por la descarga de placer que recorre su espalda.Con los labios abiertos, Aurora admira las venas marcadas de su mano, la facilidad con la que podría apretar y hacerle daño.—No sabía que vivías en la
| | |CAPÍTULO| | .✧. NUEVE| .✦. Los hermanos AthertonHay una suave melodía llamándola...Aurora flota, fluye y gravita hacia él. La mano de Lucian se acerca a su espalda desnuda, rozando las delicadas cadenas con toques tentativos. Aurora contiene el aliento, electrificada en cada punto de contacto. Duele, el toque fantasma de los dedos de Lucian, porque su piel exige más.—¡Ahí está, la preciosa Aurora Corbet!La magia desaparece gracias al estridente llamado de Edgar Atherton.De repente, la mano de Lucian se aprieta, tirando amenazadoramente de las cadenas. Aurora se traga un chillido, medio asombrada medio preocupada. No oye que le rompe el vestido, pero la fuerza que tiene es impresionante.¡¿Cómo es tan fuerte?!—Bienvenida. —Atherton se acerca sonriente, resaltando en la multitud con un smoking azul celeste—. Me alegra ver que aceptaste la invitación.Aurora intenta contestar, y lo consigue en el segundo intento.—Alcalde.Cuando Atherton ya está allí, Lucian, por primera ve
| | |CAPÍTULO| | .✧. DIEZ| .✦. El Príncipe Blacklane—Ya te estabas tardando mucho.Aurora mira disimuladamente detrás de Oscar Atherton. Con un nudo en el estómago, se da cuenta de que la puerta del salón está más lejos de lo que recuerda.—Lo siento, no sabía que usa el baño de damas —comenta cautelosa.Sus palabras ensanchan la sonrisa sardónica del hombre.—Bonita e ingeniosa. ¿Qué más sorpresas ocultas?Aurora se aparta poco a poco del alcance de Oscar Atherton. El pasillo es lo suficientemente amplio para que pueda escabullirse por un extremo.—Ninguna que le interese —replica ella—. Con permiso.El hombre persigue sus pasos, sin embargo, obligándola a retroceder en dirección contraria.—¿A dónde vas con tanta prisa?Vuelve a mirar detrás de él. Luego mira detrás de ella, agarrándose la falda antes de que la pise con los tacones y se tropiece, por caminar de espaldas. Hay unas puertas dobles de cristal, abiertas. La está guiando hacia allí, no cabe duda.Cada vez más tensa y a
| | |CAPÍTULO| | .✧. ONCE| .✦. La pequeña oveja en el mataderoEl mundo da vueltas alrededor de Aurora. Ella permanece en el suelo, acurrucada y congelada, frente a la escena de un crimen.El cuerpo de Oscar Atherton se desploma como un saco de patatas cuando la mano del príncipe deja de sostenerlo en el aire. Sin embargo, Aurora es incapaz de concentrarse en algo que no sea el rostro de Lucian Blacklane; la boca cubierta de sangre brillante, los ojos de plata mirándola directamente, los colmillos que se vuelven a esconder.—Aurora.Cuando él murmura su nombre, el hechizo estalla.—Tú… Acabas de… Él está… No se mueve. ¿Por qué? —susurra, teniendo dificultades para apuntar el cuerpo inerte de Oscar Atherton, con el brazo torcido en un ángulo antinatural y la garganta rebanada de lado a lado. La imagen grotesca entra por sus ojos, pero no llega a su mente. Una parte de ella sabe que debería estar gritando o derramando el champagne caliente en su estómago en este preciso instante.—¿Qu
| | |CAPÍTULO| | .✧. DOCE| .✦. La mansión BlacklaneVe sangre.No es raro que vea sangre, cuando tiene estos sueños.Debe ser su familia, sus abuelos, sus bisabuelos. Los ve en Rayrane Hills y los lugareños los adoran. A los hombres, porque las mujeres suelen ser de otras familias, de otro linaje. Los hombres Corbet son amados.No obstante, siempre hay una mujer de sangre Corbet cuando Aurora sueña. Es una mujer hermosa, dura y no es odiada por ser lo que es. Todo lo contrario. La gente susurra sobre su belleza, admira su tenacidad y respeta su opinión. ¿Quién es? ¿Por qué está en Rayrane Hills? Aurora sospecha que la ha visto en otra parte.«Despierta»Las imágenes se desvanecen, poco a poco. Aurora se aleja del sueño sin protestar, aunque la mujer Corbet la mire fijamente y estire la mano, diciéndole algo que no logra escuchar.Sea lo que sea, Aurora lo olvida en cuanto despierta.Lo primero, es el olor. Ese aroma picante a geranio y canela entra por su nariz y suaviza cada punto d
| | |CAPÍTULO| | .✧. TRECE| .✦. La princesa atrapada en el castilloLos sueños que tiene los recuerda cuando se ve en el espejo y su cara se parece mucho a la mujer que ve en ellos siempre.¿Tal vez es una mujer Corbet del pasado?¿Tal vez está enloqueciendo?Se viste con una sudadera y unos joggers, porque no tiene más nada que ponerse de su ropa. Ryland es muy amable al conseguirle ropa, aparte del desayuno.Las horas transcurren despacio, torturándola, y Lucian brilla por su ausencia en cada una. Lo más inquietante de todo es que no puede salir de la habitación hasta que él ordene lo contrario.—A ver, entiéndelo, el amo Lucian me va a castigar si lo desobedezco —explica la chica conductora, con una risita divertida que debería ser más bien una mueca de terror.¿Qué tiene de gracioso un vampiro manipulador y mandón amenazándola con castigos? ¡¿Por qué no está asustada de solo imaginarlo?!—De veras no entiendo cómo puedes hablar tan tranquila de eso. ¡Hablas de castigo! —protesta