| | |CAPÍTULO| | .✧. CUARENTA Y SEIS| .✦. El Príncipe Posesivo—¿Tu mujer? Por favor, no me hagas reír, Blacklane. Qué le hayas puesto un anillo, no significa que eres su dueño. —Alguien resopla, sí, ese es el alcalde Atherton. Es imposible no reconocerlo con su tono arrogante y resentido.—Te equivocas en eso por completo, Atherton —espeta la otra voz masculina, más ronca e imponente, haciendo eco entre las paredes de hormigón—. Que Aurora decida llevar ese anillo en su mano, es lo que la que vuelve completamente mía.Es la voz profunda del príncipe Lucian, por supuesto. Aurora corre hasta las rejas y agarra los barrotes. Planea llamar su nombre, pero cambia de opinión, por algún motivo. Se queda callada, escuchando a los dos hombres discutir en alguna parte del pasillo.—Creo que tienes muchas expectativas para una simple forastera, ¿sabes? —dice Edgar, burlón. Hace que la sangre de Aurora hierva—. Ella viene de la nada... y la reservas para ti en menos de una semana. Ja, dime una
| | |CAPÍTULO| | .✧. CUARENTA Y SIETE| .✦. El castigo de la pequeña CorbetAurora vuelve a la mansión con el fajo se cartas y, en los días siguientes, Lucian se comporta de la misma manera, aunque siempre tiene esa mirada misteriosa clavada en ella hasta en el último segundo. En príncipe no vuelve a ausentarse. Todo lo contrario, su presencia es más fuerte que nunca. Él está allí para desayunar, para almorzar, merendar y cenar, aunque él no toque ni una migaja de pan de ajo, y solo se queda allí sentado en una silla roja, con una copa de oro en la mano llena de... ese líquido rojo y espeso que significa tanto la vida como la muerte. Lucian la observa con hambre, sonríe de lado, bebe lo suyo y le pide que hable lo que sea, porque él la va a escuchar. Aurora se siente burbujeante, ligera y muy, muy caliente bajo la atención y los cuidados del Príncipe Blacklane. El día de la boda está a la vuelta de la esquina. El vestido está listo. Las flores y el pastel han sido escogidos.—Será u
| | |CAPÍTULO| | .✧. CUARENTA Y OCHO| .✦. La primera carta«Querida Aurora,No sé desde cuándo ha existido Rayrane Hills, pero puedo asegurarte que hay familias que han existido desde los orígenes del pueblo en las profundidades del Bosque Rojo. Los Atherton, los Blacklane, y nosotros, los Corbet. Las dos primeras familias siempre han sido rivales, y lo más curioso, es que recuerdo que los Corbet nunca intervinieron en esa rivalidad, hasta el anochecer en el que nació la primera mujer Corbet en décadas.Cuando era niño, escuché los rumores. Nadie sabe de dónde surgieron exactamente. Parece que un día, alguien lo dijo, y la historia se esparció.Tiene sentido, porque nunca entendimos qué estaba mal con nuestros genes, nuestra sangre, para que ninguna mujer naciera en nuestra familia. Algunos creen que es una advertencia cósmica, y que por eso debemos tomarlo como tal. Si no nacen mujeres Corbet, es porque no deben existir mujeres Corbet.Los Atherton, por otro lado, tenían muchas hij
| | |CAPÍTULO| | .✧. CINCUENTA| .✦. La tercera carta«Querida Aurora…Es inusual casar a miembros de la familia entre sí, pero los Atherton son nuestros aliados. Sus hijos y los nuestros conforman la línea de sangre.En Rayrane Hills nadie habla de esto. Nadie cuestionará las uniones demasiado cercanas de sus gobernantes (Atherton) y sus mejores combatientes (Corbet). Nadie lo menciona como lo que es.Yo mismo me casé con mi prima Atherton y tuve tu padre, quien se casó con la hija de su primo.Fue espontánea, la atracción de los hombres Corbet hacia las Atherton.Ojalá pudiera decir lo mismo de mi madre»...Aurora juguetea con la carta cerca del fuego de una vela. El resplandor crea sombras en su rostro solemne.¿Qué puede ser peor que descubrir que desciende de una familia incestuosa?—¿Qué te preocupa, Aurora? —le pregunta Ryland, caminando de puntillas por el borde de la cama.—¿Crees que Lucian se enfadaría si supiera que, en cierta medida, también soy una Atherton?Ryland s
| | |CAPÍTULO| | .✧. CUARENTA Y NUEVE| .✦. La segunda carta«Querida Aurora...Eres idéntica a tu bisabuela.No es solo lo físico, ya verás. Es tu mirada. Es turbia y profunda.No te conocí lo suficiente. Tus padres murieron en un accidente automovilístico poco después de tu nacimiento. Entonces, caíste en mis brazos. En ese momento, no eras más que un bebé chillón y rosado, pero me miraste como una vez lo había hecho mi madre.Sentí escalofríos.Tenían razón sobre las mujeres Corbet. Mi madre me obligó a ver esa realidad, cada vez que la vi conversar con ese hombre misterioso cuando nadie estaba mirando.Tenía que casarse con un Atherton.Ella se casó con un Atherton.Yo fui el único que supo que había otro hombre en su cama»...¿Otro hombre? Se pregunta Aurora las horas siguientes. ¿Qué otro hombre? Sigue pensando, mientras la boda está a dos días de distancia.—¿Estás bien, pequeña criatura? —oyó la voz profunda de Lucian a su lado, en el balcón donde ambos leyeron sus respect
| | |CAPÍTULO| | .✧. CINCUENTA Y UNO| .✦. La cuarta carta«Mi Aurora, la segunda de su nombre, el reflejo de tu abuela…¿Qué pasa por las mentes de las mujeres Corbet? ¿Por qué su presencia se siente como un presagio? ¿Su soledad es un indicio de advertencia? ¿O somos nosotros los que les enseñamos el camino de la destrucción?Mi madre fue tan solitaria, incluso cuando se casó con un Atherton. Era tan fría con él, pero a mí me miraba de una manera bastante confusa. Me amaba, se le veía en los ojos, pero también había tristeza, y una profunda desesperación.Recuerdo perfectamente el día que mi padre sugirió que yo llevara su nombre. Fue la primera vez que vi, por primera vez, a mi madre enseñar los dientes enfurecida.“Mi hijo es mío y llevará mi apellido” ella rugió pasivamente sin ver que yo estaba escondido en las escaleras, escuchándola despotricar contra el hombre que se suponía que era mi padre.Sabía que las mujeres Corbet siempre lograron que sus hijos llevaran sus apellidos,
| | |CAPÍTULO| | .✧. CINCUENTA Y DOS| .✦. La quinta carta«Querida Aurora...No lo reconocí, no al principio. Era solo un niño, y jamás había visto a un Príncipe de verdad.Había oído acerca de los Blacklane. Todos han oído algo acerca de los Blacklane. En realidad. Rayrane Hills es su propiedad, aunque los Atherton sean los gobernantes. Estos Príncipes han estado aquí desde hace siglos. Tienen una mansión en lo profundo del Bosque Rojo y nadie ha puesto un pie en ese lugar. Ellos también construyeron el Black Brick Pass, y la mayoría prefirió alejarse de aquel camino sagrado. ¿Para qué profanarlo? Decían. ¿Quiénes somos nosotros? Repitieron.Pero ver a un Blacklane en persona, todavía fue un privilegio. Fue una oportunidad inédita.Era el hombre más alto que había visto en el pueblo. Si era tan alto, ¿por qué usaba un bastón? ¿Lo necesitaba? Probablemente fue viejo. Los Blacklane eran una dinastía milenaria. Sus descendientes eran indispensables para el legado. Él debía ser el padr
| | |CAPÍTULO | | .✧. FINAL | .✦. La boda negra «Querido Auriel… Por más que no lo desees, soy tu madre hasta al final, aunque intentes cubrir tus ojos y cubrir tus oídos cuando él se encuentre alrededor. La sangre siempre ha sido más pesada que el agua. La sangre conecta todo hasta el infinito. La sangre en tus venas te conecta a mí y a tu padre, eternamente. ¿Qué pesa más que eso? Cuando vuelvas a verme, seré una sombra y un recuerdo lejano, después de todo, nosotras somos obligadas a permanecer en la sombra de un Atherton, pero nosotras estamos destinadas… a pertenecer a un Blacklane. Rayrane Hills nos ha condenado por este pecado, nos ha despojado de nuestra bondad y, sin misericordia, nos ha exiliado. Aunque es difícil justificarlos cuando su hipocresía los identifica. Mi niño, en realidad, tú eres mi único amor en este mundo oscuro. Pero soy quién soy, lo siento. Soy la peor mujer. Ellos tampoco son mejores que yo y eso parece que les molesta mucho más. Ojalá pudie