Sorpresas

—A levantarse Emma ya es hora de ir a la escuela— Dice mi mamá dulcemente sonriendo por mi cara al levantarme.

—¿Mamá? — Digo un asombrada al verla y la abrazo.

—Se te hará tarde— Me dice acariciando mi cabello con una voz llena de amor.

—No importa, mami lo único que importa es que está acá, junto a mí.

—Como siempre Emma, pero debes bajar todos están esperando para que desayunes.

Me levanto rápidamente de mi cama y corro a la sala, bajo las escaleras lo más rápido que puedo y observo a mi papá junto a mi hermano en la mesa.

—Emma, Emma— Escucho que me llaman una y otra vez a lo lejos es una voz distante— Emma despiértate.

La voz se escucha más cerca casa vez, muerdo mis labios y todo se comienza a desvanecer, todos los colores desaparecen y se vuelve negro.

—Dra. Brown, Ya es hora de su guardia— Me dice Logan sonriendo.

—Dr. M, gracias por levantarme— Digo algo sarcástica.

—Se nota su agradecimiento, de verdad que se puede sentir— Me responde de la misma manera.

—Lo lamento, estaba soñando con mis padres, cuando eso pasa quisiera no despertar— Admito mientras me levanto.

—Sin embargo, Emma este es el mundo real, nos guste o no, es donde vivimos.

—Lo sé, lo sé, pero bueno vamos a trabajar que para esto estudiamos y nos pagan— Digo colocándome mi bata, el suspira.

Logan es mi amigo desde hace mucho tiempo, el conoce mis emociones, no es fácil están en esta posición, mi celular suena y es de un número restringido así que contesto rápidamente, Logan sale de la habitación.

—Teniente Brown un gusto de saber de usted— Digo al atender la video llamada, no tenía una buena señal o buena definición, pero sabía que él estaba bien.

—Mi Dra. favorita, Hola Emm, Feliz cumpleaños princesa— Sonríe, estaba con su uniforme como siempre.

—¿En dónde estás? — Pregunto tratando de no llorar.

—En una misión, al terminarla podré tener algo de vacaciones y estar allí contigo, lo prometo— Me dice sonriendo.

—Debes prometer es que siempre regresar sano, es lo único que importa— Suspiró— ¿No te han herido? — Mi preocupación es algo obvia y él sonríe.

—Me extraña hermana, si soy uno de los superhéroes de Marvel.

—Sí, aun así, murió Ironman el hombre de hierro, así que un simple mortal como tú, puede morir también, solo quiero que te cuides.

—Lo haré, debes ir a trabajar y yo igual, te llamaré pronto ñ.

—No olvides que estaré pendiente de esa llamada.

Cortamos la comunicación, mi sueño y mi hermano llamándome, por lo menos me anima un poco el día.

Me acomodo mi bata y mi estetoscopio, salgo del cuarto de descanso y miro a mi al rededor, escucho el sonido de las camillas, el paso de las enfermera y doctores corriendo de un lado al otro es algo ya normal acá, algo de lo que uno se acostumbra rápidamente.

Entro a la sala de emergencia y mis compañeros están reunidos con un cartel que dice feliz cumpleaños, sonrió al ver todo esto y el cartel de aparte, mi hermano viene vestido con su uniforme y un ramo de flores, no me importa tanto en dónde estoy corro hacia él y lo abrazo.

Dirán que en este ambiente dónde estoy día a día entre la vida y la muerte me acostumbro, pero cada vez que mi hermano vuelve a casa es una victoria y un milagro para mí, aunque no lo demuestre vivo con pánico de que el no vuelva.

De recibir esa visita que les han hecho a varios compañeros o de otra situación que en este momento no viene al caso contar, lo miro mientras algunas lágrimas corren por mi rostro y le doy un pequeño golpe en el hombro.

—Eres un idiota como no me dirías qué estás acá— Fuera ido por ti.

—Lo sé, solo quería que fuera sorpresa.

—Tomate dos horas yo te cubro — Me dice Logan y asiento.

Camino junto a mi hermano sin decirle nada, tengo tantas emociones en este momento, sin embargo, lo más importante es que está vivo, está bien, está acá, eso es lo que me alegra.

—¿Cómo has estado? — Me pregunta el tratando de establecer una conversación.

—Todo es monotonía, siempre igual a lo que te he contado, no ha pasado nada nuevo ¿Tu? — Le pregunto, él se tensa un poco y sé que siempre será la misma respuesta.

—Sabes que no puedo hablar de ciertas cosas, aunque hay muchas cosas interesantes.

—¿Cuándo debes volver? — Pregunta algo esperanzada.

—En un par de semana, si nada pasa claro está, sabes que mi tiempo acá es prestado un poco, aunque no hablemos de cosas triste, tengo unas cosas que hacer, te veo en la casa, la cena estará lista así que no te tomes horas extra, lo más importante de tu vida llegó —Dice de manera agrandada y solamente me río, me da un fuerte abrazo y se aleja después de separarse sin antes decirme hasta luego con las manos.

Mi hermano es muy parecido a mi papá, es alto, cabello café igual que sus ojos, son café claro o marrones claros, mejor dicho, sin duda es una alegría que el este acá conmigo hoy, pero no sé hasta cuándo podré guardar mi secreto.

Hay silencios que van marchitando el alma y es lo que estoy sintiendo en estos momentos, estoy guardando silencio y esas palabras no dicha me gritan que mi mundo se está desmoronando poco a poco, como la arena que se resbala entre tus dedos, sin embargo, sé que no puedo evitarlo.

El miedo me invade, pero la vida tiene que continuar su curso, mi vida tiene que seguir adelante y debo ser responsable de las decisiones que tome, aunque le temo a las consecuencias, pero sin duda este mundo está lleno de momentos inexplicable, así que me aferro al día a día.

Hoy debo pedir un deseo y es vivir sin remordimiento, es poder ser feliz sin dolor, es poder ser libre realmente, vivir cada nueva aventura, sin embargo, es solo un sueño más.

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