- ¿Por qué, Cat, por qué me has hecho algo así? Yo confiaba en ti.¿Pero de qué demonios está hablando este hombre loco? No comprendo la situación, ni su comportamiento, ¿por qué ha pedido que me aten y amordacen cuando le he salvado la vida y le he permitido encontrar al traidor que casi arruina su manada? ¿Acaso cree que no he pasado ya bastante miseria moral en mi vida? Mi padre me trataba como una basura, mi madre nunca pareció quererme, y cuando al fin podía tener una vida que me perteneciera, me vi obligada a unirme para toda la eternidad a un hombre que no confiaba en mi, solo para cumplir con una antigua leyenda que decía que yo era quien uniría dos manadas enfrentadas durante siglos.- Alfa Dean.- dije con el tono helado.- yo no te he traicionado. Te salvé la vida, me uní a ti, y he dejado que me maltrates en más de una ocasión.- dije sin resuello.- todo ello, porque creía firmemente que en algún punto confiarías en mi, y dejarías de tratarme como a una enemiga, pero empiez
Tres meses después.Han pasado tres meses, y aún me despierto con pesadillas diarias en las que veo como mi padre mata a mi madre de un certero disparo. No sé si alguna vez superaré ésto, la verdad.- Joven.- me dice Mariam con quien ahora vivo.- pásame el azúcar, odio que el café no esté bien dulce.Le paso el pequeño bote de cristal, y vuelvo a sumirme en mis pensamientos, aunque sé que pronto Mariam intentará sacarme del lugar oscuro en el que se encuentra mi mente.Cuando salí corriendo de aquella horrible isla, después de que todo sucediera, me vi sin ningún destino al que acudir. Mi manada estaba aún llena de personas leales a mi padre, el Alfa Carlop; la manada de Alfa Dean… por razones obvias no me parecía el mejor lugar, ¿así que dónde podía esconderme? Y de pronto sin mucho sentido, pensé que podía acudir a casa de Mariam, ni siquiera sé como llegué a esa conclusión, pero de algún modo, sabía que era una mujer en la que se podía confiar.Me daba un poco de apuro vivir en cas
- Es imposible que no lo sepas, niña, ¿es que no has visto lo anchas que están tus caderas? ¿O lo inflamados que están tus pechos? Mariam me lelvó delante del espejo frontal que tenía en su cuarto, y pude ver que había vuelto a perder peso con respecto a la última vez que me miré, no era de extrañar considerando lo deprimida que había estado en el último tiempo y lo mal que me habían sentado todas las comidas. Pero era innegable que los pechos eran más voluminosos, y las caderas se me habían ensanchado, incluso en la tripa podía notarse un poco de abultamiento. - Estás de al menos cuatro meses, Cat, aunque con lo delgada que te has quedado, estoy realmente preocupada por el bebé y por ti. Un bebé pensé, eso explicaba las continuas nauseas con las que mi cuerpo rechazaba la comida, las sensaciones extrañas de los últimos meses… si era lógico, supongo que me quedé embarazada la noche de l cabaña en el bosque, y si efectivamente hacía cuatro meses de aquello. Pero cuatro meses…. Y no h
He tardado una eternidad en acabar con ese capullo de Alfa Carlop esposado, y metido en un furgón blindado que he llevado especialmente para la ocasión. Mis hombres querían matarlo, y no los culpo, ese monstruo ha hecho mucho daño a mi manada. Pero no podía permitirles que hicieran algo así, Cat ya no tiene madre, si también mato a su padre, se quedará huérfana en un espacio de tiempo de tres meses, no creo que sea justo para ella.He dedicado más tiempo del que esperaba a acabar con este canalla detenido, ahora parte de mis hombres se lo llevarán a la mazmorra más fría y solitaria que pueda encontrar, y yo me aseguraré personalmente de que sea juzgado y condenado por todo lo que ha hecho hasta este momento.Quiero ir a ver como está Cat, aún cuando imagino lo enfadada que debe estar conmigo después de que no la creyera cuando la encontré en aquella isla, necesito decirle que era un idiota, que estaba ciego, que ahora sé que ella nunca me mintió, y que yo me dejé llevar por un montón
Me duele la cabeza, no sé donde estoy, y cuando comienzo a recuperar la consciencia, me veo atada y amordazada en una cama desconocida. Trató de no entrar en pánico, pero notó dolor en todo el cuerpo, especialmente en la tripa, y aunque quiero agarrarme el vientre y proteger al hijo que crece en él, las ataduras me lo impiden.Trato de gemir, protestar, y revolverme, pero rápidamente veo como se acerca a la cama Vincent. ¡Cielos! Ese hombre es como una plaga, ¿cómo demonios ha conseguido llegar hasta aquí? ¿Ha venido con Alfa Dean? Espero que ese hombre no haya sido capaz de enviarlo a protegerme, porque a estas alturas, es tan obtuso, que no creo que haya descubierto el engaño.- Preciosa Cat.- dice con una voz melosa que me da asco, aunque supongo que intenta ser dulce conmigo.- me alegro de que hayas despertado. Me siento fatal por haber tenido que atarte, pero es que quería que estuvieras relajada. Yo gimo con miedo, este hombre debe de estar loco si se cree lo que está narrando,
Salgo corriendo en dirección al armario de Mariam y me pongo la primera blusa que encuentro. Teniendo en cuenta que esta anciana es considerablemente más ancha que yo, al ponérmela noto que me cuelga de los hombros, y me cae casi como un saco sin forma por el cuerpo. ¡Mejor! Quizá de ese modo consiga que Alfa Dean no se fije en el notorio abultamiento de mi vientre.- ¿CAT?- repite él de nuevo con un tono que mezcla la incredulidad y la furia.- ¿Estás embarazada?- Ese tema no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando hace solo unos minutos.- ¡Tiene todo que ver! Es mi hijo, ¿es que no ibas a decírmelo nunca?- O hija, a mi no me importa su sexo, Cat.- ¿No? ¿Y si no es un heredero, Alfa Dean?- Dará igual, es una criatura que proviene de mi, será sangre de mi sangre, ¿cómo no voy a quererla?- Porque hasta ahora no has mostrado demasiado respeto por mi, o por ninguna otra mujer.- Cat… mi desconfianza hacia ti no se debe en absoluto a tu sexo, sino hacia tu familia.- Si toda
- Señora.- dice uno de los miembros del antiguo consejo de mi padre.- nunca he escuchado nada tan ridículo.Siento una furia ciega que mana de mi cuerpo, y enciende mis nervios, me enfada que este hombre viejo y sin ninguna visión de futuro, tilde de estúpida mi petición de dirigir la que fuera la manada de mi padre. Él ha muerto sin un descendiente varón, y eso implica que yo debería ser ahora quien gobernara mi manada. Desde que llegué hace un par de días, solo he podido salir a reconocer el terreno, pero he visto miseria, niños pidiendo limosna, y casas abrasadas hasta los cimientos, ese es el único legado que ha dejado la guerra entre Alfa Dean y mi propio padre. ¿Es que ninguno de los dos es consciente de que luchar debería ser la última opción? Las verdaderas víctimas son siempre los súbditos, que se ven obligados a luchar, a pasar hambre, incluso a ver morir a sus propios hijos por el estúpido ego de dos hombres que no son capaces de ceder ni lo más mínimo. ¿Qué una mujer no es
- Señor.- dice un muchacho que debe de tener unos veinte años, y al que he enviado como espía a buscar a Cat.- la hemos encontrado.- ¿Y por qué has tardado tanto en venir a contármelo?- No ha sido fácil, Alfa.- dice en un tono conciliador, y me mira con gesto de reproche, lo que hace que suavice mi tono, porque sé que en los últimos días he sido un auténtico manojo de nervios, gritando y quejándome de todo.- ¿Has podido persuadirla de que regrese a esta casa?En realidad me muero por decir que la extraño,y que desde que no está, ni ella, ni mi madre, ni mis buenos amigos guardias que murieron durante la invasión de la casa de la manada, he sentido que el mundo caía sobre mis hombros; pero un Alfa no dice esas cosas, simplemente es fuerte pase lo que pase, no se queja.<