Helena Ramírez.
Apenas lo sentí en el evento no creí que me lo volvería a cruzar después de que su asistente me dijera que tenía que rechazarlo porque es de la realeza y yo no tengo papel para reina o luna, el simple hecho de que dijera eso, me valía poco pero cuando nombró a mis padres y a mi abuela solo hizo que me hirviera la sangre, no tenía ningún derecho de hablar de mi familia.
Y aquí estoy, sentada bajo el puente a lado del príncipe que no lleva la misma ropa puesta como en el evento, se veía bien elegante y una máscara de hierro que me doy cuenta que solo usa ante el público porque ahora frente a mí y tomándome la mano parece otra persona y la electricidad que siento por el toque es tan extraña que hace que mi corazón lata pero mi pregunta lo deja tenso.
— ¿Rechazo? — el pregunta y asiento.
Alexandre me había explicado algo de como librarme de tu pareja destinada de manera rápida.
— Bien, pero eso solo se hace si los altos mandos están de acuerdo — suelta mi mano haciendo que algo dentro de mi duela un poco y estas emociones son difíciles de manejar.
Se levanta y suspira mirando el río para luego mirarme, saca algo de su bolsillo y me lo da, es una joya demasiado hermosa con un lobo de logo.
— Ve a Londres, muestra esto y te harán pasar, yo haré una reunión para que te conceda la aprobación de rechazarme, no es tan fácil como crees — explica y simplemente se va, dejándome ahí sin dejarme preguntar algo más.
(…)
Entre al cuarto del hotel en donde nos estamos quedando Jazmín y yo ya que Monic está en una fiesta con otra asistente, tuvimos suerte de estar sentadas en segunda fila pero esta noche me pareció extraña cuando estaba ahí sentí un olor agradable, familiar e incluso me dieron ganas de llorar, junto cuando note la presencia de Callum note a la mujer a su lado que me miraba con confusión.
— Llegaste por fin — escucho a Jazmín saltar de la cama, cierro la puerta y le sonrió — Ya sé porque decía que te me hacías familiar — la miro rondando los ojos, no ha dejado de decirme eso desde que inicie a trabajar hasta Monic que no es de hablarme dice lo mismo, las personas son extrañas a veces.
— Jazmín… quiero descansar — asiente quedándose callada, dejo mis cosas en mi cama y entro a tomarme un baño, al salir me vestí y me senté en el balcón de la habitación, miro hacia arriba ya que tiene escaleras y decido subirlas viendo que Jazmín se ha quedado dormida de una, al llegar a la terraza visualizo mejor la torre.
Cierro los ojos y pienso en Callum, ese rubio que con solo tocar mi mano hizo que mi cuerpo se estremeciera, como si yo nunca hubiera tenido algún encuentro con algún chico.
— Nunca lo tuve — me susurre riéndome, pueda que sí y no lo recuerda como siempre.
— ¿Quién eres? — escucho que preguntan, huelo ese olor familiar, el mismo olor que en el evento, me volteo encontrándome con la mujer del desfile, caminó hacia a mí, veo que esta descalza con los zapatos en la mano, miro alrededor y no sé cómo es que llegó hasta aquí ni como me encontró.
— Me pregunto lo mismo, no entiendo que haces aquí — me encojo de hombros, dejó de acercarse poniéndose frente a mí. Puedo oler su olor más fuerte como si me estuviera amenazando.
— Por lo que veo estuviste con Callum — se cruza de brazos y supongo que también es una mujer lobo, no me había dado cuenta que olía a él. — Te dejare tranquila pero si te metes en mi camino, tendremos problemas, pequeña — se va por donde vino pero de una manera que no creí, saltó de este techo al suelo, mire hacia abajo en donde la vi montarse en un carro.
— Extraño mi vida normal donde solo sabía que yo era la única — susurro y me regreso a mi cuarto bajando las escaleras, una vez en la cama miro la joya de broche que me dio Callum, lo miro un poco y suspiro dejándolo dentro del bolso.
Si la única manera de librarme de Callum, es rechazarlo para que no sufra con alguien como yo, lo hare, merezco estar sola, es mi castigo, no puedo hundirlo en el mismo barco.
Londres, Inglaterra, 2023.
Miro las puertas del palacio, al parecer no es el palacio principal sino uno alejado de la ciudad, me bajo del taxis y me detengo delante de las rejas, un guardia me mira de pie a cabeza, saco el broche, apenas lo mira asienten dándome el acceso, el camino es largo y no quiero caminar pero llega un caballo de un lado.
— Puede subirse y nosotros la llevamos, señorita — lo miro y miro al guardia que asiente, me subo y después de 5 minutos me bajo del caballo, la puerta se abre por Alexandre que me mira y me hace pasar, la entrada es enorme, me hace pasar por un pasillo y nos detenemos frente a una puerta.
— El broche — dice, se lo doy — Tienes que decir “Yo Helena Ramírez, rechazo a Callum II de Rufus como mi pareja destinada”, ¿Entiendes? — asiento a lo que me dice — En caso de que te digan que no tienes que decir algo porque no te aprobaron el rechazo, tienes que oponerte — con solo decir eso, toca la puerta para que esta se abra luego.
Entramos, el salón a oscuras, solo hay una luz en el medio, Alexandre me indica que me pare bajo la luz y eso hago. Puedo oler el olor de Callum, está en la sala, otros olores son de amargos que me fastidian la nariz de solo sentirlos.
— Helena Ramírez — escucho — Has sido convocada en esta reunión por ser la luna del alfa Callum II de Rufus, al cual quiere rechazar, ¿Razones? — dice un solo viejo, por lo que puedo sentir, son como 5 aunque no puedo descifrarlo tan fácil.
— No tengo madera para ser luna de manada ni reina… — respondo, escucho los murmullos.
— ¿No será por ser una salvaje ya que no tiene manada? — pregunta otro, miro mis manos.
— Fui criada por humanos, no sabía que era una mujer lobo hasta hace unas semanas — respondo con amargura, vuelven a murmurar, comenzaba a impacientarme por sus murmullos — ¿Algo más? — se quedan callados, comienzo a cansarme de estar parada.
— Aprobamos su deseo de rechazar, diga lo siguiente “Yo Helena Ramírez, rechazo al príncipe Callum II de Rufus como mi pareja destinada” una vez que lo haga, nuestro alfa heredero lo hará también — habla otro, miro hacia un lado viendo a Alexandre asentir, me concentro en el olor de Callum y miro por donde creo que está él parado.
— Yo Helena Ramírez, rechazo al príncipe Callum II de Rufus como mi pareja destinada… — dije lo más audible posible, miro al asistente personal del príncipe quien asiente por lo que acabo de decir como si me diera apoyo.
— No sentí nada, ¿Eso significa que no puedes rechazarme o algo anda mal? — escucho su voz, se acerca dejándose ver, me encontraba rodeada de puros hombres viejos cuando las luces se encendieron en el salón.
Debí morir cuando tenía la oportunidad y no estar en la sala del trono, me sentía sofocada por todas las miradas que sentía sobre mi cuerpo y sin darme cuenta todo se oscureció.
(…)
Abro mis ojos mirando un gran techo con decorado con destellos dorados, escucho más murmullos, me siento y ambos se voltean, tanto Alexandre como Callum, se quedan mirándome esperando que diga algo pero no lo hago y suspiro.
— ¿Dónde estoy? — pregunto ya que ninguno quiere hablar.
— Sigue en el palacio, ¿Segura que te llamas Helena? — pregunta el pelinegro, el rubio de Callum le da un codazo.
— Es el nombre que me dieron mis padres adoptivos — digo, Callum parece sorprendido — Supongo que no funcionó y seguimos unidos, ¿no? — digo mirando al rubio por una respuesta a mi confusión
— Si, al parecer o es porque no era tu nombre verdadero o tienes algún sello no te permite rechazarme como tu pareja — el pelinegro mira al rubio con su peor cara.
— Dudo que tenga una maldición, la bruja a la que fui, me dijo “Eres una mujer lobo, tu sangre pertenece a la realeza y tu destino como luna de manada espera tu llegada” eso fue lo que dijo hace unos años, no le creí hasta que me transforme por primera vez — digo mirando a la ventana. — Supongo que mentía, ¿no? — ambos se miran pero el más afectado y preocupado es Alexandre y no sé por qué.
— Entonces… ¿Por qué me rechazas? — dice Callum incomprendido.
Alexandre mira a otro lado como si no quisiera que lo delaten.
— No es la vida que quiero, lo siento — me levanto de la cama y me pongo los zapatos, escucho la puerta cerrarse, alzo la miranda y miro a Callum, al parecer Alexandre nos dejó a solas.
— Entonces, dejare todo, no puedo dejarte ir, mi lobo no lo permite y sé que tu loba tampoco lo permitiría — habla queriendo acercarse, mi pecho duele y no me gusta la sensación, cada vez que lo rechazo duele. — Por favor, Helena, estoy empezando a ser egoísta, no creí que fuera tan difícil que mi propia pareja destinada me rechace sin lograr romper nuestra unión como pareja — me siento en la cama.
— Simplemente no puedo, merezco estar sola, no puedo estar a tu lado, estoy pensando en ti, no quiero que te suceda algo si sigues viéndome, no nos conocemos y aunque estemos unidos, no puedo permitir que alguien más muera en mi vida — me levanto por completo y salgo de ahí, miro a los lados de los pasillos para irme pero alguien me toma del brazo.
— Date la oportunidad y déjame entrar en tu vida, porque si te vas, será muy peligroso para mí, no tienes idea de cuánto seria — trago saliva por su corta cercanía hacia mi rostro para luego sentir sus labios dejándome embriagar por su aroma.
¿Quién en su sano juicio estaría besando a un desconocido como si o conociera desde años?
Helena Ramírez. Sigo su beso, mis sentidos se nublan por su rico olor, siento desvanecerme ahí, empiezo a sentirme de cierta manera que no dudo en separarlo sintiendo mis mejillas calientes, miro hacia abajo, jadeando al igual que él, realmente me ha gustado el beso, tanto para ser mi primera vez en tanto tiempo. Tenía 16 cuando me dieron el primer beso, fue asqueroso, no pensé que volvería a besar alguien en mi vida.— Tengo que… — intento buscar las palabras pero su olor no me ayuda pensar bien, esto es tan nuevo para mí. — Cal…lum… — lo miro a los ojos, me está mirando.— Lo siento, creo que no estas acostumbrada a oler las feromonas tan fuertes — dice, parpadeo cuando dejo de oler su dulce olor — Sera mejor que te mande al hotel en donde te estas quedando… — dice algo triste — Pero… ¿Podías pensar un poco? Tal vez si te quedas por 5 meses en mi mansión… te haga cambiar de idea — se separa por completo de mí.— Callum… no sé si deba — intento excusarme ya que las palabras de Alexa
Callum De Rufus.Salgo de la sala con una gran sonrisa en mi rostro, por fin mi luna aceptó quedarse en mi mansión, claro por 100 días pero igual se va a quedar, ahora solo queda conquistarla como lo hacen los humanos, puedo compadecerla por vivir 18 años como humanos y 5 años intentado ser una simple mortal debió ser duro para ella.William, mi mayordomo más personal se me acerca esperando alguna orden de mi parte.— La señorita Ramírez se queda a almorzar, William, así ve y muéstrale su cuarto — asiente y se va, me acerco a unos de los sirvientes que se encontraba limpiando — Davidson — la muchacha baja la cabeza esperando la orden — Revisa que el almuerzo ya este y díganle a Donne que ponga un plato más más en la mesa, tenemos una invitada — asiente y se va. Entro a mi despacho en donde veo a Alex mirando por la ventana, me siento en la silla del escritorio y este voltea a mirarme.— ¿La dejaras quedarse? — es lo primero que pregunta.— Claro, y tú como mi beta real tendrás que
Callum De Rufus.Diana parecía curiosa e incluso emocionada por saber cómo es Helena pero si Diana la miraba, notaria el parecido con Ava y conociendo a mi hermana, podría soltar algo. Solo espero que Helena no se haya enterado por otros medios de que tengo pareja, piensa que estoy soltero y cuando se entere de que no, me tachara de mentiroso y no quiero eso, no cuando me costó convencerla de que viva bajo mi techo por ciertos días.Le hago seña a mi rubia hermana y se sienta, me siento y la miro esperando que me diga el porqué de su presencia en mi mansión, no es que no la quiera en mi casa, sino que siempre que se aparece sin avisar es porque algo hizo, algo quiere o algo le pidieron hacer.— A ver… dime — mira a otro lado y suspiro — Sé que no viniste porque me extrañas, Diana — suelta el aire y me mira a los ojos, sus ojos marrones parecen dudar en decirme lo que pasa por su cabeza.— La salud de nuestro padre — dice directamente — No soy tonta, sé que nuestro padre sufre y que no
Helena Ramírez. Han pasado 15 días desde que comencé a vivir bajo el mismo techo que el príncipe, es estos días han pasado cosas que no pensé vivir, encima de que también he aprendido mucho sobre mí, sobre la mujer lobo que soy y he comenzado a aceptar lo que soy también, aunque es difícil terminar de aceptarme pero lo estoy intentando y aunque hayan pasado dos semanas no he hecho más que leerme toda la biblioteca, hay demasiadas cosas de las cual aprender.— Su alteza — escucho, levanto la mirada de mi libro y veo al príncipe en la entrada de la biblioteca con el mayordomo William — El carro le espera para la reunión — parece asentir y se van.¿A dónde se ira esta vez? No, eso no debe importarme.— Este libro de almas gemelas destinadas me tiene harta — lo cierro intentando no chillar, dice exactamente lo que hice hace 17 días cuando intente rechazar con el permiso de los altos cargos y no hay otra manera de separarme de la unión, conexión o lo que sea que se llame.¿Y si intento av
Callum De Rufus.Miro hacia la habitación de Helena mientras hablo con Tara, la doctora real de la familia que sustituye a su abuelo quien ha servido a esta familia desde que mi padre nació, aunque al principio mi padre no quería que Tara sirviera a la familia por ser mujer ya que siempre ha tenido esa mentalidad de que solo los hombres debe hacer esto y aquello pero gracias a mí fue que Tara logró ser parte de los médicos reales de la familia real.— Por lo que veo nunca ha pasado su celo con un alfa y si le doy supresores puede hacer un gran daño a su útero al punto de que no podrá tener descendencias solo por no haber tenido relaciones no puedo darle supresores — la explicación de Tara solo me hacía sentir inútil por primera vez — Pero mi pregunta aquí es… ¿Qué hace ella en tu territorio? — pregunta refiriéndose a mi mansión.Son pocas las personas que saben de ella.— Es mi pareja — respondo, frunce el ceño para luego abrir sus ojos y mirar a Helena.— Es real — asiento a lo que q
Callum De Rufus.Pude divisarla hecha un ovillo en la cama, me acerco poco a poco y la veo levantar la cabeza para mirarme, sus ojos parecían estar a punto de nublarse por el celo, en su cuello se ve el collar de hierro, la noto sentarse cuando llego a la orilla de la cama, levanta su brazo y tomo su mano para besar esta, controlándome de no lanzarme encima de ella y hacerlo mía de una vez.— Callum… — jadea, su rostro se encuentra totalmente rojo y un tanto sudorosa, trago saliva, me abraza del cuello haciendo que caiga junto a ella en la cama — Ayúdame… — dejo los condones sobre la cama para luego besarla en los labios en donde me recibe con mucho gusto, tocar su piel descubierta quema.Me ayuda a quitarme la ropa que se interpone entre nosotros al igual que yo la ayudo a ella, en menos de unos minutos estamos desvestidos tocándonos la piel de uno al otro bajo la luz nocturna que se asoma por la ventana del cuarto.Nuestros olores se mezclan al igual que nuestros gemidos y jadeos, t
Helena Ramírez. Abro mis ojos, lo último que recuerdo es a Callum caminar hacia a mí antes de que mi mente se nublara y mi loba me controlara, por primera vez sentía mi cuerpo descansado, no me dolía casi nada y el olor dulce de Callum me calma de una manera que me encanta. Me siento embriagada y me doy cuenta que es porque lo tengo abrazado a mí, solo puedo imaginar que perdí mi virginidad con mi pareja destinada, supongo que tarde o temprano tenía que pasar algo así.No puedo negar que es un príncipe muy guapo, el titulo le hace justicia a esas cejas dorados al igual que sus rizos que brillan por la luz que entra por la ventana, sus pestanas largas que no se notan por ser rubias pero si me acerco lo suficiente se notan, sus mejillas sonrosadas junto a su perfilada nariz con unas cuantas pecas, mientras que sus labios entre finos y canosos, no puedo dejar de tocarlo.Siento que si soy un poco egoísta en quedarme a su lado y tenerlo para mí, resolvería todos los daños provocados en m
Callum De Rufus.Suspiro siguiendo viendo los contenedores de cervezas mientras escuchaba a gerente de la fábrica que me dejó mi madre, una vez arreglado todo como cada mes, salgo del establecimiento, Alex me sigue, todos hablan pero simplemente no escucho a nadie y solo asiento. Ha iniciado septiembre y con iniciar han pasado cosas, estoy más en la calle que en la mansión, me estreso más y no puedo ver a Helena tanto como quiero, ni llegar a dormir con ella como lo hice el mes pasado y me frustra demasiado.Entro al carro y miro las calles de Londres. Mientras Alex seguía hablando y hablando, suspiro y lo miro.— Entonces, la señorita Adela quiere verlo ahora en su mansión — lo miro confundido — Me dijiste que agendara la cita — asiento y en menos de 10 minutos estaba frente a la mansión en donde vive con el esposo.Bajo del auto y la puerta se abre por el mayordomo de la casa, entro siguiendo al hombre hacia la sala principal de la mansión en donde veo a Adela sentada esperándome, n