Helena Ramírez.
Sigo su beso, mis sentidos se nublan por su rico olor, siento desvanecerme ahí, empiezo a sentirme de cierta manera que no dudo en separarlo sintiendo mis mejillas calientes, miro hacia abajo, jadeando al igual que él, realmente me ha gustado el beso, tanto para ser mi primera vez en tanto tiempo. Tenía 16 cuando me dieron el primer beso, fue asqueroso, no pensé que volvería a besar alguien en mi vida.
— Tengo que… — intento buscar las palabras pero su olor no me ayuda pensar bien, esto es tan nuevo para mí. — Cal…lum… — lo miro a los ojos, me está mirando.
— Lo siento, creo que no estas acostumbrada a oler las feromonas tan fuertes — dice, parpadeo cuando dejo de oler su dulce olor — Sera mejor que te mande al hotel en donde te estas quedando… — dice algo triste — Pero… ¿Podías pensar un poco? Tal vez si te quedas por 5 meses en mi mansión… te haga cambiar de idea — se separa por completo de mí.
— Callum… no sé si deba — intento excusarme ya que las palabras de Alexandre no dejan de repetirse en mi cabeza.
“Dile que sí, no nos alejemos”
Esa voz que creí que no oiría hablar en mis pensamientos.
— No lo tomes como que te lo diga yo como tu pareja, tómalo como un amigo — escucharlo decir “amigo” duele.
— Lo pensare — suspiro y abro la puerta, se queda ahí mientras me voy, al salir del palacio vi un taxis listo para llevarme al hotel donde me estaré quedando al parecer. Miro que Alexandre mira hacia algún lugar y luego se voltea a mirarme y es ahí donde me detengo en seco, no había sucedido lo que él quería.
— Veo que el príncipe dejó impregnado su olor en ti — lo escucho hablar de mala manera — Acordamos que te alejarías de él y ahora resulta que tu nombre no es tu nombre y por eso no pueden romper la unión — susurra cerca de mí, supongo por los guardias que se encuentran a nuestro alrededor.
— No tengo la culpa de que las cosas no salgan como gustas, a mí tampoco me han salido como gustan — digo para luego montarme en el carro sin decir nada, este arranca y sale del palacio, suspiro cansada, son tantas cosas que procesar que no sé por dónde empezar primero.
Tal vez deba volver a consultar con una bruja ya que por más que pregunto no me termino de convencer de que sea una mujer lobo y encima este unida por cosa del destino con un príncipe de sangre azul el cual es más terco que una mula.
(…)
Miro el techo de la habitación desde la silla, he intentado investigar de todo desde que llegue al hotel pero no encuentro nada que me sirva, es como cuando investigas una enfermedad por navegador y termina en que tienes cáncer, o sea, no es real, tienes que ir a un especialista en eso para saber lo que tienes, por eso no logro obtener nada de lo que quiero saber de mí.
Todo es tan confuso y siento que todo se debe a mis padres biológicos, son la raíz de todo lo que me está sucediendo.
— No tengo a quien más culpar — me río sentándome bien para mirar el ordenador. Miro la esquina de la pantalla y noto unos mensajes de parte de Jazmín, me fue difícil pedir permiso unos días para poder venir hasta Londres pensando que resolvería este asunto pero todo se ha vuelto más complicado que hace unos días.
Creí que el mes de julio sería un buen mes con lo de la semana de la moda y un posible aumento pero no, por lo que lleva del mes, todo ha ido en picadas, ¿Acaso no estoy viendo algo que haga mi vida mejor? Porque todo va a peor.
— Feromonas… — esa palabra que dijo Callum me llamó la atención así que lo investigue dándome cuenta que no investigue todo — ¿Me debo considerar un animal? — me pregunto al ver el significado.
Era más que obvio que los humanos no sueltan feromonas para atraer a otro humano, sino los animales para poder aparearse.
— ¡¿Acaso el príncipe Callum quiere aparearse conmigo sin apenas conocer?! — me pregunto en voz alta, cierro el ordenador y me alejo de la mesa quedando parada en medio de la pequeña sala del cuarto de hotel.
Una llamada entra haciendo que salga de mi shock para buscar mi teléfono hasta que lo encuentro entre las sábanas de la cama. Veo que es Jazmín, de seguro es por no haberle respondido los mensajes.
— ¿Qué pasó? — pregunto sentándome en la cama.
— ¿Cuándo regresas? Monic quiere empezar a sacar una nueva colección para la nueva temporada, ya sabes, comienza el verano y nos quiere a todos — asiento sin decir nada — ¿Cómo te va en tu viaje? — pregunta esta vez curiosa como si fuera realmente una amiga pero no la considero así, ni puedo considerar su amistad.
— Bien, estoy algo cansada… veré si puedo regresar el lunes — no escucho nada y simplemente cuelgo, es viernes por la noche, pronto será luna llena y tengo dudas, no tanto porque se acerque la luna sino porque a veces siento dolores por tres días, exactamente una semana antes de mi periodo, no sé si se deba a que soy una mujer lobo o es parte de mi periodo. — ¿Debería considerar la propuesta de quedarme con Callum?
Me pregunto, Callum debe de saber mucho más de lo que yo no sé, pero si acepto su propuesta, a Alexandre no le gustara, más cuando su plan inicial es separarnos por yo no tener madera de luna o reina, ¿Sera que Callum está al tanto de lo que me dice su asistente? Puede ser que no, pero esto no debe de importarme, ya que estoy de acuerdo con Alexandre.
La realeza no es un juego, es un mundo aterrador, quitando el mundo de los hombres lobos. No podría verme en un futuro como reina de una nación menos cuando tengo este concepto de reyes y reinas muy agotado, estamos en pleno 2023, a estas altura no debería de existir estos títulos pero bueno, quien soy yo para juzgar.
“Futura luna y reina”
Me responde esa voz que no sé de donde sale.
(…)
El cabello rubio de Callum brilla gracias a los rayos de luz que entran por el gran ventanal de su gran sala de su enorme mansión que podría considerar un palacio o la casa blanca de Washington pero eso no me sorprende, sino la manera tan rápida en la que me recibió, pensé que estaría ocupado siendo el príncipe heredero a la corona, porque sí, eso sí que lo investigue muy bien, quise indagar más en su vida pero no me dieron ganas de saber sobre su familia sabiendo que no debo unirme a ellos.
— ¿Lo pensaste, mi luna? — pregunta sin dejar de mirarme, intento tomar de la taza pero con la presencia de los guardias me parece algo incómodo y creo que Callum se da cuenta porque hace una seña haciendo que ambos guardias salgan de la sala — Nadie nos molestara, así que eres libre de hablar — asiento y suspiro.
— Tengo una gran variedad de preguntas que no me dejaron dormir anoche y que por más que investigara, era más que obvio que respuesta no iba a conseguir… — saco mi pequeña libreta en donde la mayoría de veces hago bocetos de vestidos y trajes. Miro a los ojos a Callum para luego mirar mi libreta mirando la primera pregunta — ¿Solo se puede transformar en lobo cuando hay luna llena? — pregunto.
Lo miro y niega.
— No respondiste a mi pregunta y quieres que responda todas tus preguntas… juegas sucio, mi luna — trago saliva pensando, pensé más en mis dudas que en la propuesta que me dio. — Si no viniste a darme una respuesta, dudo que pueda ayudarte en tus dudas… ya sabes a veces hay que estar entre tu misma raza para entenderse — se levanta, me levanto tomando mi libreta justo cuando me da la espalda.
¿Qué significa esto?, ¿Me tengo que ir?, ¿Se acabó la conversación?
— 100 días… — digo de la nada haciendo que se detenga, no sé si son los nervios o porque quiero respuestas a mis dudas — Me quedare por 100 días a cambio de que me respondas todas mis dudas y me dé trabajo — se voltea por fin, se acerca con paso decidido, una vez frente a mí se cruza de brazos.
— Bien, acepto tus condiciones… ya puedes empezar a vivir desde hoy aquí — sonríe diciendo.
Nos quedamos ahí frente a frente, no sé a dónde mirar que no sea su pecho o su rostro ya que si soy algo baja de estatura.
— Respondiendo a tu pregunta, nosotros podemos transformarnos cuando queramos — dice en respuesta, lo miro — Pero cuando llega la luna llena, digamos que perdemos un poco el control, por eso hay que aprender a controlarnos pero veo que no te has transformados desde entonces… — me analiza.
— Esa fue la primera vez que me transforme y estuve consciente — asiente a lo que digo, hace seña y nos volvemos a sentar donde ratos antes estamos sentados.
— ¿Cómo fue tu primera transformación a los 18? — pregunta y comienzo a jugar con los dedos.
— No recuerdo nada… solo sé que algo pasó y que no era yo — asiente, se queda callado como si no intentaría indagar más sobre el tema — Mmm, ¿Cómo se vuelve hombre lobo o mujer lobo? — pregunto cambiando de tema.
— Por un rasguño, otros por nacimiento — asiento haciendo memoria de si alguna vez me atacó algún lobo — Tú debiste ser de nacimiento al igual que todos nosotros — lo miro — Tengo una biblioteca enorme en la mansión, ahí podrás encontrar muchas respuestas si quieres — asiento.
— Me gustaría, es más confiable que navegar por internet — río un poco y lo veo sonreír.
— Bien, ordenare que hagan el almuerzo, mientras hare que mi mayordomo te muestre tu cuarto, iremos lento y veras el pro qué debes estar a mi lado — se levanta y se va dejándome pensando miles de cosas más.
Ahora he metido bien dentro la pata, debo renunciar a mi trabajo y a mi apartamento y comenzar a vivir bajo el mismo techo que el príncipe, solo espero que estos 100 días pasen tan rápido como los 5 años en los que sufrí.
Callum De Rufus.Salgo de la sala con una gran sonrisa en mi rostro, por fin mi luna aceptó quedarse en mi mansión, claro por 100 días pero igual se va a quedar, ahora solo queda conquistarla como lo hacen los humanos, puedo compadecerla por vivir 18 años como humanos y 5 años intentado ser una simple mortal debió ser duro para ella.William, mi mayordomo más personal se me acerca esperando alguna orden de mi parte.— La señorita Ramírez se queda a almorzar, William, así ve y muéstrale su cuarto — asiente y se va, me acerco a unos de los sirvientes que se encontraba limpiando — Davidson — la muchacha baja la cabeza esperando la orden — Revisa que el almuerzo ya este y díganle a Donne que ponga un plato más más en la mesa, tenemos una invitada — asiente y se va. Entro a mi despacho en donde veo a Alex mirando por la ventana, me siento en la silla del escritorio y este voltea a mirarme.— ¿La dejaras quedarse? — es lo primero que pregunta.— Claro, y tú como mi beta real tendrás que
Callum De Rufus.Diana parecía curiosa e incluso emocionada por saber cómo es Helena pero si Diana la miraba, notaria el parecido con Ava y conociendo a mi hermana, podría soltar algo. Solo espero que Helena no se haya enterado por otros medios de que tengo pareja, piensa que estoy soltero y cuando se entere de que no, me tachara de mentiroso y no quiero eso, no cuando me costó convencerla de que viva bajo mi techo por ciertos días.Le hago seña a mi rubia hermana y se sienta, me siento y la miro esperando que me diga el porqué de su presencia en mi mansión, no es que no la quiera en mi casa, sino que siempre que se aparece sin avisar es porque algo hizo, algo quiere o algo le pidieron hacer.— A ver… dime — mira a otro lado y suspiro — Sé que no viniste porque me extrañas, Diana — suelta el aire y me mira a los ojos, sus ojos marrones parecen dudar en decirme lo que pasa por su cabeza.— La salud de nuestro padre — dice directamente — No soy tonta, sé que nuestro padre sufre y que no
Helena Ramírez. Han pasado 15 días desde que comencé a vivir bajo el mismo techo que el príncipe, es estos días han pasado cosas que no pensé vivir, encima de que también he aprendido mucho sobre mí, sobre la mujer lobo que soy y he comenzado a aceptar lo que soy también, aunque es difícil terminar de aceptarme pero lo estoy intentando y aunque hayan pasado dos semanas no he hecho más que leerme toda la biblioteca, hay demasiadas cosas de las cual aprender.— Su alteza — escucho, levanto la mirada de mi libro y veo al príncipe en la entrada de la biblioteca con el mayordomo William — El carro le espera para la reunión — parece asentir y se van.¿A dónde se ira esta vez? No, eso no debe importarme.— Este libro de almas gemelas destinadas me tiene harta — lo cierro intentando no chillar, dice exactamente lo que hice hace 17 días cuando intente rechazar con el permiso de los altos cargos y no hay otra manera de separarme de la unión, conexión o lo que sea que se llame.¿Y si intento av
Callum De Rufus.Miro hacia la habitación de Helena mientras hablo con Tara, la doctora real de la familia que sustituye a su abuelo quien ha servido a esta familia desde que mi padre nació, aunque al principio mi padre no quería que Tara sirviera a la familia por ser mujer ya que siempre ha tenido esa mentalidad de que solo los hombres debe hacer esto y aquello pero gracias a mí fue que Tara logró ser parte de los médicos reales de la familia real.— Por lo que veo nunca ha pasado su celo con un alfa y si le doy supresores puede hacer un gran daño a su útero al punto de que no podrá tener descendencias solo por no haber tenido relaciones no puedo darle supresores — la explicación de Tara solo me hacía sentir inútil por primera vez — Pero mi pregunta aquí es… ¿Qué hace ella en tu territorio? — pregunta refiriéndose a mi mansión.Son pocas las personas que saben de ella.— Es mi pareja — respondo, frunce el ceño para luego abrir sus ojos y mirar a Helena.— Es real — asiento a lo que q
Callum De Rufus.Pude divisarla hecha un ovillo en la cama, me acerco poco a poco y la veo levantar la cabeza para mirarme, sus ojos parecían estar a punto de nublarse por el celo, en su cuello se ve el collar de hierro, la noto sentarse cuando llego a la orilla de la cama, levanta su brazo y tomo su mano para besar esta, controlándome de no lanzarme encima de ella y hacerlo mía de una vez.— Callum… — jadea, su rostro se encuentra totalmente rojo y un tanto sudorosa, trago saliva, me abraza del cuello haciendo que caiga junto a ella en la cama — Ayúdame… — dejo los condones sobre la cama para luego besarla en los labios en donde me recibe con mucho gusto, tocar su piel descubierta quema.Me ayuda a quitarme la ropa que se interpone entre nosotros al igual que yo la ayudo a ella, en menos de unos minutos estamos desvestidos tocándonos la piel de uno al otro bajo la luz nocturna que se asoma por la ventana del cuarto.Nuestros olores se mezclan al igual que nuestros gemidos y jadeos, t
Helena Ramírez. Abro mis ojos, lo último que recuerdo es a Callum caminar hacia a mí antes de que mi mente se nublara y mi loba me controlara, por primera vez sentía mi cuerpo descansado, no me dolía casi nada y el olor dulce de Callum me calma de una manera que me encanta. Me siento embriagada y me doy cuenta que es porque lo tengo abrazado a mí, solo puedo imaginar que perdí mi virginidad con mi pareja destinada, supongo que tarde o temprano tenía que pasar algo así.No puedo negar que es un príncipe muy guapo, el titulo le hace justicia a esas cejas dorados al igual que sus rizos que brillan por la luz que entra por la ventana, sus pestanas largas que no se notan por ser rubias pero si me acerco lo suficiente se notan, sus mejillas sonrosadas junto a su perfilada nariz con unas cuantas pecas, mientras que sus labios entre finos y canosos, no puedo dejar de tocarlo.Siento que si soy un poco egoísta en quedarme a su lado y tenerlo para mí, resolvería todos los daños provocados en m
Callum De Rufus.Suspiro siguiendo viendo los contenedores de cervezas mientras escuchaba a gerente de la fábrica que me dejó mi madre, una vez arreglado todo como cada mes, salgo del establecimiento, Alex me sigue, todos hablan pero simplemente no escucho a nadie y solo asiento. Ha iniciado septiembre y con iniciar han pasado cosas, estoy más en la calle que en la mansión, me estreso más y no puedo ver a Helena tanto como quiero, ni llegar a dormir con ella como lo hice el mes pasado y me frustra demasiado.Entro al carro y miro las calles de Londres. Mientras Alex seguía hablando y hablando, suspiro y lo miro.— Entonces, la señorita Adela quiere verlo ahora en su mansión — lo miro confundido — Me dijiste que agendara la cita — asiento y en menos de 10 minutos estaba frente a la mansión en donde vive con el esposo.Bajo del auto y la puerta se abre por el mayordomo de la casa, entro siguiendo al hombre hacia la sala principal de la mansión en donde veo a Adela sentada esperándome, n
Helena Ramírez. Abro mis ojos cuando noto la ausencia de Callum en la cama, me siento y suspiro viendo que se ha ido, me levanto al baño y me doy una ducha pensando en lo que preguntare a la bruja hoy, aunque ayer fue un día extraño pero al menos pudimos vernos después de una semana y hablar, algo que no hacia tanto tiempo, mi madre era con quien más hablaba y la abuela nunca me escuchaba. Termino de bañarme y me visto rápido, miro la hora y salgo del cuarto, al bajar entro al comedor en donde como lo más normal posible.— Davidson — llamo a la sirvienta y se aparece, es una joven de cabello negro con lindo ojos marrones y piel aceitunada — Saldré, ¿Me acompañas? — pregunto, el mayordomo me mira.— Le preparare el carro, señorita — asiento agradeciendo y se va.— Claro señorita, le preparare un abrigo — dice y se va, suspiro y miro la comida, no tengo tanto apetito pero sigo comiendo porque no sé si regreso a almorzar, me levanto y agradezco al personal de cocina por el desayuno, una