Callum De Rufus.Miro hacia la habitación de Helena mientras hablo con Tara, la doctora real de la familia que sustituye a su abuelo quien ha servido a esta familia desde que mi padre nació, aunque al principio mi padre no quería que Tara sirviera a la familia por ser mujer ya que siempre ha tenido esa mentalidad de que solo los hombres debe hacer esto y aquello pero gracias a mí fue que Tara logró ser parte de los médicos reales de la familia real.— Por lo que veo nunca ha pasado su celo con un alfa y si le doy supresores puede hacer un gran daño a su útero al punto de que no podrá tener descendencias solo por no haber tenido relaciones no puedo darle supresores — la explicación de Tara solo me hacía sentir inútil por primera vez — Pero mi pregunta aquí es… ¿Qué hace ella en tu territorio? — pregunta refiriéndose a mi mansión.Son pocas las personas que saben de ella.— Es mi pareja — respondo, frunce el ceño para luego abrir sus ojos y mirar a Helena.— Es real — asiento a lo que q
Callum De Rufus.Pude divisarla hecha un ovillo en la cama, me acerco poco a poco y la veo levantar la cabeza para mirarme, sus ojos parecían estar a punto de nublarse por el celo, en su cuello se ve el collar de hierro, la noto sentarse cuando llego a la orilla de la cama, levanta su brazo y tomo su mano para besar esta, controlándome de no lanzarme encima de ella y hacerlo mía de una vez.— Callum… — jadea, su rostro se encuentra totalmente rojo y un tanto sudorosa, trago saliva, me abraza del cuello haciendo que caiga junto a ella en la cama — Ayúdame… — dejo los condones sobre la cama para luego besarla en los labios en donde me recibe con mucho gusto, tocar su piel descubierta quema.Me ayuda a quitarme la ropa que se interpone entre nosotros al igual que yo la ayudo a ella, en menos de unos minutos estamos desvestidos tocándonos la piel de uno al otro bajo la luz nocturna que se asoma por la ventana del cuarto.Nuestros olores se mezclan al igual que nuestros gemidos y jadeos, t
Helena Ramírez. Abro mis ojos, lo último que recuerdo es a Callum caminar hacia a mí antes de que mi mente se nublara y mi loba me controlara, por primera vez sentía mi cuerpo descansado, no me dolía casi nada y el olor dulce de Callum me calma de una manera que me encanta. Me siento embriagada y me doy cuenta que es porque lo tengo abrazado a mí, solo puedo imaginar que perdí mi virginidad con mi pareja destinada, supongo que tarde o temprano tenía que pasar algo así.No puedo negar que es un príncipe muy guapo, el titulo le hace justicia a esas cejas dorados al igual que sus rizos que brillan por la luz que entra por la ventana, sus pestanas largas que no se notan por ser rubias pero si me acerco lo suficiente se notan, sus mejillas sonrosadas junto a su perfilada nariz con unas cuantas pecas, mientras que sus labios entre finos y canosos, no puedo dejar de tocarlo.Siento que si soy un poco egoísta en quedarme a su lado y tenerlo para mí, resolvería todos los daños provocados en m
Callum De Rufus.Suspiro siguiendo viendo los contenedores de cervezas mientras escuchaba a gerente de la fábrica que me dejó mi madre, una vez arreglado todo como cada mes, salgo del establecimiento, Alex me sigue, todos hablan pero simplemente no escucho a nadie y solo asiento. Ha iniciado septiembre y con iniciar han pasado cosas, estoy más en la calle que en la mansión, me estreso más y no puedo ver a Helena tanto como quiero, ni llegar a dormir con ella como lo hice el mes pasado y me frustra demasiado.Entro al carro y miro las calles de Londres. Mientras Alex seguía hablando y hablando, suspiro y lo miro.— Entonces, la señorita Adela quiere verlo ahora en su mansión — lo miro confundido — Me dijiste que agendara la cita — asiento y en menos de 10 minutos estaba frente a la mansión en donde vive con el esposo.Bajo del auto y la puerta se abre por el mayordomo de la casa, entro siguiendo al hombre hacia la sala principal de la mansión en donde veo a Adela sentada esperándome, n
Helena Ramírez. Abro mis ojos cuando noto la ausencia de Callum en la cama, me siento y suspiro viendo que se ha ido, me levanto al baño y me doy una ducha pensando en lo que preguntare a la bruja hoy, aunque ayer fue un día extraño pero al menos pudimos vernos después de una semana y hablar, algo que no hacia tanto tiempo, mi madre era con quien más hablaba y la abuela nunca me escuchaba. Termino de bañarme y me visto rápido, miro la hora y salgo del cuarto, al bajar entro al comedor en donde como lo más normal posible.— Davidson — llamo a la sirvienta y se aparece, es una joven de cabello negro con lindo ojos marrones y piel aceitunada — Saldré, ¿Me acompañas? — pregunto, el mayordomo me mira.— Le preparare el carro, señorita — asiento agradeciendo y se va.— Claro señorita, le preparare un abrigo — dice y se va, suspiro y miro la comida, no tengo tanto apetito pero sigo comiendo porque no sé si regreso a almorzar, me levanto y agradezco al personal de cocina por el desayuno, una
Helena Ramírez. — Supongo que no entiendes como son las cosas, digamos que hay una regla marchista que dice que las mujeres no pueden gobernar — se explica, asiento empezando a entender lo que me dice — Pero no me quejo, viendo como mi hermano tiene toda la carga en los hombros y tiene que ir y venir, hacer y deshacer, encontrar y desencontrar, aparecer y desaparecer y todo lo que un príncipe heredero tiene que hacer, así que no me quejo — se encoje de hombros.Seguimos caminando por el jardín y me acerco a unas flores, me agacho y las miro.— ¿Sucede algo? — pregunta agachada a mi lado, la miro.— No, solo tengo muchas cosas en la cabeza — excuso a pesar de que si es así, hay muchas cosas de la cual resolver y simplemente quiero desaparecer — Por cierto, tu hermano me dijo de los gemelos… ¿Sabes cómo se llaman? — pregunto y veo que se levanta cruzándose de brazos no muy contenta, me levanto.— Uno es Anthony y el otro es Dominik — dice suspirando, asiento pero difícil saber cuál es
Callum De Rufus.Nunca me había sincerado tanto con alguien y anoche fue el momento, el tener a Helena escuchándome y dándome apoyo era lo que necesitaba en todo momento, ahora la necesito más porque apenas desperté esta mañana, William me llamó diciendo que mi padre abrió los ojos y quería hablar conmigo, supongo que para decirme sus últimas palabras de aliento.— Tienes que… casarte, Callum — en lo primero que dice cuando me detengo frente a su cama. — Ava será una increíble luna para… la manada y… reina… — respiro profundo para no comenzar una pelea viendo que él se encuentra a punto de morirse.— ¿Solo te importa el titulo? — pregunto — Mamá era una plebeya, sino fuera por el abuelo que le regaló unas de sus tierras, no hubiera tenido título, o tal vez fue porque ella le salvó la vida como para compensarla como reina — hablo lo más pacífico posible pero claro que con el tono que estoy usando no suena como pensé.— No empieces… — se queja, me siento suspirando con molestia — No met
Helena Ramírez. Observo a William nervioso, se había ido la luz y no había calefacción en la mansión como para poder irnos a dormir a los cuartos, los gemelos comen galletas y Diana se arropa con una manta que le trajeron, ¿Será porque es otoño y hace aún más frío?— ¿Y si dormimos todos en la sala? Aprovechemos la chimenea — sugiero recordando que los cuartos no tienen chimeneas, Callum me mira y lo piensa.— Traigan algunos colchones y mantas, es mejor dormir aquí con el calor de la chimenea a que suframos frío en los cuartos, más porque los gemelos no tienen edad para transformarse — dice aceptando mi idea, los 3 parecen convencidos y feliz por la idea que he dado. Supongo que Callum tenía otra idea en su mente y si no me equivoco es que nos transformáramos en lobos y así mantener calor pero no pensó en los gemelos al parecer.— Tendremos una pijamada — celebro cuando William desaparece de la sala, bajo los brazos viendo que no dicen nada, puedo sentir la mirada de Callum y suspir