Salí casi corriendo de la habitación, si era Kim el que había llegado no podía permitir que Cristal lo echara.Me quedé con la boca abierta al ver de quién se trataba.– Andrew – fue lo único que salió de mi boca.– Te pregunte qué hacías aquí – habló mi amiga, con sus manos colocadas a los lados de su cuerpo en forma de jarro.– Luar, ¿cómo estás? Te ves aún más hermosa – me sonrió– Y tú más insolente, no cambias – ahora miraba a Cris.– Ja y tu maldito infiel, mentiroso…– Ya basta Cris, por favor – le pedía a mi amiga y esta dejó escapar un suspiro – Pasa Andrew.En el trayecto le sacó la lengua a Cristal, mientras ella ponía los ojos en blancos.Andrew fue mi primer y único novio, los tres éramos muy unidos, los mejores amigos, pero luego de enterarme de su traición di por terminada la relación, por más que me pidió perdón y rogó para que lo dejara volver a mi lado no lo deje, aunque lo perdone, al final hasta lo entendí, estábamos juntos desde muy jóvenes y lo único que hicimos f
KIM– He sido un estupido – se podía escuchar la furia de aquel Alfa que caminaba de un lado a otro, como un animal enjaulado en la amplia sala del departamento de su amigo.– Calmate Kim, si no me explicas no te podré entender.– Ahhhhhhhh – dejó escapar un grito para aliviar un poco su dolor, porque en estos momentos era lo que más sentía, un inmenso dolor clavado en su pecho. – ¿Qué sucedió con tu asistente, mi querido amigo? – dijo el Alfa pelirrojo que se encontraba sentado con sus piernas cruzadas, degustando de un exquisito trago.– ¿Cómo sabes que es con Luar? – preguntaba Kim curioso.–Porque se que es por la única que te pondrias asi, aunque lo niegues te has enamorado amigo, esa Omega te ha robado el corazón.Kim se detuvo en seco y se giró hacia Kai con el ceño fruncido, ahora se encontraba el doble de molesto.– No me he enamorado Kai, solo me siento decepcionado.– Oh y porque sería tu decepción? Al final solo seria una chica a la que le pagas para que se acueste contig
Luego de aquella noticia, Kim salió de casa de los Brown como alma que se lleva el diablo, a pesar de que estuvo de acuerdo con todo, su furia aumentaba con el pasar del tiempo, su padre le iba a explicar el porqué de aquello y tendría que darle algo que realmente lo convenciera, porque si no terminaria con aquella falsa inmediatamente.Al llegar a casa de su padre entró gritando el nombre de aquel maldito hombre.– Oliver Collins – decía a toda voz.– Señor su padre se encuentra ocupado en su despacho con un invitado importante – le explicaba nana, la mujer que lo había criado.– Quiero verlo ahora nana – sus pupilas se encontraban dilatadas y mantenían la furia reflejada en ellos.– Pidió que no lo molestaran.– No me importa nana – diciendo esto se dispuso a caminar al despacho de su padre cuando sintió que le agarraban del brazo.– Por favor señorito primero cálmese – le rogaba la pequeña señora que había cuidado de él y sabía lo peligroso que podría llegar hacer Kim cuando se enc
Luar se encontraba encerrada en su cuarto desde el momento en que había sucedido todo, por más que Andrew le rogó desde el otro lado de la puerta que lo perdonara por el error que había cometido, ella no le contestó, ni siquiera para insultar por lo estupido que fue.La pequeña Omega solo podía llorar, en su cabeza solo se repetían las palabras de su jefe.– Eres más fácil de lo que creía Luar.Aquellas palabras fueron como un puñal directo en su corazón, que a cada segundo que pasaba se enterraba aún más profundo.Le dolían y mucho, era increíble que por más que se esforzaba en demostrarle amor a su jefe, esté solo la seguía tratando como a una puta, no entendía como aquel hombre no era capaz de creer en ella, si jamás le dio motivo para que desconfiara.Nunca debió acostarse con su jefe, jamás debió firmar aquel maldito papel, eran sus pensamientos, entre tanto las lagrimas se acumulaban en sus ojos, hasta rodar por sus mejillas, las cuales sentían que quemaban a medida que caen.Si
El camino fue realmente silencioso e incómodo, Kim ni siquiera le dirigió la mirada a Luar, ella se sentía nerviosa, no sabía a dónde la llevaría su jefe, pero tampoco se atrevía a preguntarle, no tenía ni idea qué tiempo llevaba su jefe manejando cuando un suave olor a mar se coló por la nariz de la omega, dejándole saber que se encontraban cerca del océano, se acercó a la ventana del auto y cerrando sus ojos aspiró más profundo aquel maravilloso aroma que hacía que su cuerpo y mente comenzarán a relajarse.El Alfa la observaba con el rabillo del ojo sin que ella se percatara y una pequeña sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, todos sus problemas pasaban a un segundo plano cuando a su lado se encontraba aquella hermosa mujer.Kim se detuvo frente a una pequeña casita que se encontraba al pie de la playa.– Bajate – fue lo único que dijo saliendo del auto.Luar se quedó petrificada en el asiento sin saber que hacer, aun se encontraba algo confundida, cuando sintió que la pue
Kim se encontraba concentrado terminando de secar los últimos platos cuando de repente oyó un grito y se precipitó directamente al baño.–¿Qué pasa, Luar?Estaba ansioso por ver dónde estaba herida.–Estoy bien, sólo que casi me resbalo.La tímida voz de Luar salió y Kim se sintió aliviada.El dulce olor de la Omega impregnó el baño y dirigió la mirada de donde provenía y quedó con la boca abierta al ver aquella hermosa escena.Luar traía el pelo mojado, mientras algunas gotas de agua caían en su rostro, su camisa apenas cubría sus hermosas y perfectas piernas, su bella piel acaramelada contrastaba perfectamente con aquel trozo de tela blanco, la omega se veía demasiado sexy.El alfa trago con dificultad al tenerla delante de él de aquella manera, sus ojos recorrieron desde sus pies descalzos hasta su ojos almendrados, despacio, con calma, guardando en su mente cada detalle de su hermosa omega.– ¿Señor? Acaso tengo algo raro? – decía mientras se miraba buscando en la ropa – ¿O es mi
Luar tenia mas que claro que Kim se casaría en cualquier momento, sabía perfectamente que él no le pertenecía y que no sería para ella nunca pero la noticia dolía y mucho, aún más, después del hermoso fin de semana que pasaron juntos, donde el Alfa se permitió ser el mismo y dejar ver su lado tierno y cariñoso. La omega jamás olvidará las palabras que le dijo aquella noche luego de ver el atardecer, Kim creía que ella dormía y comenzó acariciando su rostro y dejando suaves y pequeños besos en su frente, ojos y terminó con un pequeño roce de labios para no despertarla y fue cuando lo escucho susurrar. – TE AMO PEQUEÑA, NO IMAGINAS CUANTO. Lo sintió acomodarse a su lado pero ella no abrió sus ojos, se mantuvo quieta mientras podía escuchar su corazón galopar a mil por segundo debido aquellas palabras que jamás imaginó que pudiesen salir de la boca de aquel ser tan frío y arrogante y mucho menos que fuesen dirigidas a ella. En estos momentos Luar era un mar de lágrimas, sentía como un
Kim parecía un animal enjaulado caminando de un lado de la oficina a otro, se imaginaba en el estado en el que se podría encontrar su secretaria porque a pesar de que ella no le abrió la puerta de su departamento, desde el otro lado pudo sentir su aroma cargado de tristeza. Necesitaba ver a Luar, explicarle todo, que ella supiera que no se casaba por amor, estaba dispuesto a dejar sus sentimientos expuestos y que ella supiera que el se habia enamorado como un tonto de ella, ya no le importaba nada mas despues de aquellos hermosos dias que paso a su lado. – ¿Qué sucede amigo? – preguntaba Kai que acababa de entrar a la oficina notando el estado en el que se encontraba Kim. – Acaso no te enseñaron a tocar primero antes de entrar – habló molesto Kim. – Me parece que hay alguien de muy mal humor hoy – dijo en forma de broma y tomando asiento. – Perdón se que no tienes culpa de nada pero… – ¿Qué pasó entre tú y tu secretaria? – Nada, bueno ella no quiere verme. – ¿Qué le hicistes?