Luar se encontraba encerrada en su cuarto desde el momento en que había sucedido todo, por más que Andrew le rogó desde el otro lado de la puerta que lo perdonara por el error que había cometido, ella no le contestó, ni siquiera para insultar por lo estupido que fue.La pequeña Omega solo podía llorar, en su cabeza solo se repetían las palabras de su jefe.– Eres más fácil de lo que creía Luar.Aquellas palabras fueron como un puñal directo en su corazón, que a cada segundo que pasaba se enterraba aún más profundo.Le dolían y mucho, era increíble que por más que se esforzaba en demostrarle amor a su jefe, esté solo la seguía tratando como a una puta, no entendía como aquel hombre no era capaz de creer en ella, si jamás le dio motivo para que desconfiara.Nunca debió acostarse con su jefe, jamás debió firmar aquel maldito papel, eran sus pensamientos, entre tanto las lagrimas se acumulaban en sus ojos, hasta rodar por sus mejillas, las cuales sentían que quemaban a medida que caen.Si
El camino fue realmente silencioso e incómodo, Kim ni siquiera le dirigió la mirada a Luar, ella se sentía nerviosa, no sabía a dónde la llevaría su jefe, pero tampoco se atrevía a preguntarle, no tenía ni idea qué tiempo llevaba su jefe manejando cuando un suave olor a mar se coló por la nariz de la omega, dejándole saber que se encontraban cerca del océano, se acercó a la ventana del auto y cerrando sus ojos aspiró más profundo aquel maravilloso aroma que hacía que su cuerpo y mente comenzarán a relajarse.El Alfa la observaba con el rabillo del ojo sin que ella se percatara y una pequeña sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios, todos sus problemas pasaban a un segundo plano cuando a su lado se encontraba aquella hermosa mujer.Kim se detuvo frente a una pequeña casita que se encontraba al pie de la playa.– Bajate – fue lo único que dijo saliendo del auto.Luar se quedó petrificada en el asiento sin saber que hacer, aun se encontraba algo confundida, cuando sintió que la pue
Kim se encontraba concentrado terminando de secar los últimos platos cuando de repente oyó un grito y se precipitó directamente al baño.–¿Qué pasa, Luar?Estaba ansioso por ver dónde estaba herida.–Estoy bien, sólo que casi me resbalo.La tímida voz de Luar salió y Kim se sintió aliviada.El dulce olor de la Omega impregnó el baño y dirigió la mirada de donde provenía y quedó con la boca abierta al ver aquella hermosa escena.Luar traía el pelo mojado, mientras algunas gotas de agua caían en su rostro, su camisa apenas cubría sus hermosas y perfectas piernas, su bella piel acaramelada contrastaba perfectamente con aquel trozo de tela blanco, la omega se veía demasiado sexy.El alfa trago con dificultad al tenerla delante de él de aquella manera, sus ojos recorrieron desde sus pies descalzos hasta su ojos almendrados, despacio, con calma, guardando en su mente cada detalle de su hermosa omega.– ¿Señor? Acaso tengo algo raro? – decía mientras se miraba buscando en la ropa – ¿O es mi
Luar tenia mas que claro que Kim se casaría en cualquier momento, sabía perfectamente que él no le pertenecía y que no sería para ella nunca pero la noticia dolía y mucho, aún más, después del hermoso fin de semana que pasaron juntos, donde el Alfa se permitió ser el mismo y dejar ver su lado tierno y cariñoso. La omega jamás olvidará las palabras que le dijo aquella noche luego de ver el atardecer, Kim creía que ella dormía y comenzó acariciando su rostro y dejando suaves y pequeños besos en su frente, ojos y terminó con un pequeño roce de labios para no despertarla y fue cuando lo escucho susurrar. – TE AMO PEQUEÑA, NO IMAGINAS CUANTO. Lo sintió acomodarse a su lado pero ella no abrió sus ojos, se mantuvo quieta mientras podía escuchar su corazón galopar a mil por segundo debido aquellas palabras que jamás imaginó que pudiesen salir de la boca de aquel ser tan frío y arrogante y mucho menos que fuesen dirigidas a ella. En estos momentos Luar era un mar de lágrimas, sentía como un
Kim parecía un animal enjaulado caminando de un lado de la oficina a otro, se imaginaba en el estado en el que se podría encontrar su secretaria porque a pesar de que ella no le abrió la puerta de su departamento, desde el otro lado pudo sentir su aroma cargado de tristeza. Necesitaba ver a Luar, explicarle todo, que ella supiera que no se casaba por amor, estaba dispuesto a dejar sus sentimientos expuestos y que ella supiera que el se habia enamorado como un tonto de ella, ya no le importaba nada mas despues de aquellos hermosos dias que paso a su lado. – ¿Qué sucede amigo? – preguntaba Kai que acababa de entrar a la oficina notando el estado en el que se encontraba Kim. – Acaso no te enseñaron a tocar primero antes de entrar – habló molesto Kim. – Me parece que hay alguien de muy mal humor hoy – dijo en forma de broma y tomando asiento. – Perdón se que no tienes culpa de nada pero… – ¿Qué pasó entre tú y tu secretaria? – Nada, bueno ella no quiere verme. – ¿Qué le hicistes?
Cristal esperaba ansiosa en la sala del departamento de su amiga, al fin Luar se habia decidido hacerse la prueba de embarazo, era tanto su miedo de que le diera positivo que lo evito todo lo que pudo pero ya no le quedaba de otra, algunos otros sintomas se habian sumado ademas de las nauseas mañaneras, tambien se incorporaron los antojos, el cansancio por cualquier cosa, ademas de que los olores fuertes eran una tortura para ella.Cris se giró y lo primero que puedo ver fue la cara de abatida que traía Luar, su rostro y labios se encontraban pálidos y sus ojos se veían tan abiertos como naranjas, mientra una capa de sudor cubría su cuerpo.Cristal al verla de esta manera se apresuró hacia ella, las piernas de Luar habían perdido fuerzas y su cuerpo amenazaba con caer al suelo, pero gracias a la madre luna Cris pudo agarrarla a tiempo, ayudándole a tomar asiento.– ¿Te sientes muy mal cariño? – preguntaba preocupada su amiga. Los ojos de Luar comenzaron a humedecerse y las lágrimas a
La fiesta de compromiso de la familia Collins–Brown iba como se había planeado, en ella se encontraban personas de la alta sociedad y hasta políticos y como bien había pedido Alice, también trabajadores de ambas empresas.La omega se mantuvo toda la noche observando la puerta de entrada con la esperanza de que Luar llegará en algún momento pero esta nunca lo hizo, así que dejó su obsesión a un lado y se dedicó a sus invitados y hacer que ella y Kim pareciese una pareja de enamorados.El Alfa logró escabullirse de todo aquel teatro que había montado su padre y la familia Brown y ahora se encontraba en el balcón, dejó escapar un largo suspiro, sacó del bolsillo de su pantalón una cajetilla de cigarro.Hacía mucho tiempo había dejado el vicio pero desde que sus días se volvieron más tormentosos de lo normal y no pudo hablar con su linda secretaria, fumarse un cigarrillo era lo que sentía que aliviaba un poco su ansiedad, así que llevo uno a su boca y lo encendió dando una larga calada as
Sin saber en qué momento ya tenía a su jefe frente a ella apretando con fuerza su brazo derecho chocando el delicado cuerpo de la omega con la pared.– Auch – se quejo Luar por lo bruto que había sido kim–. Eres un animal.– Y tú eres una puta – le gritó.Luar trató de pegarle pero el alfa fue mucho más rápido y con la mano que le quedaba libre agarró la suya, logrando inmovilizarla.– Aaaaaah – gritó con furia la omega –. Estupido, siempre has sido eso, un estupido, que soy una puta… si, lo soy…– Yo…– Te saque dinero, logré que pagaras la matrícula del año entero de mi hermano y encima hice que te enamoraras, ja , eres tan estupido, jugué desde un principio contigo y caíste – el alfa había quedado abatido ante las palabras de su secretaria.– No te creo, no se puede fingir también – decía angustiado.– Pues creelo idiota, de ti no quiero saber nada más, ya obtuve lo que queria, porque crees que acepte el trato, todo me lo pusistes facil por pensar con tu entrepierna – le gritaba la