Al entrar Patrick en la casa la primera que lo recibió fue la nana que prácticamente lo había criado, Emma Larson, era una amable mujer de unos cincuenta y cinco años, que ahora era Ama de Llaves de la mansión, pero cuando fue contratada por el matrimonio Hamilton hacían treinta y cinco, años había sido para servir de niñera de Patrick.Y eso hizo durante casi diez años hasta que él comenzó a ir al colegio, pero a pesar de haber servido en otros puestos en la casa, nunca había dejado de prodigar cariño como si fuera su propio hijo.—Mi pequeño, Pat —le dijo con tal tono de cariño que el corazón de Patrick volvió a ser niño durante unos segundos— Pero qué elegante estás.Se abrazaron y Patrick la levantó en vilo dándole una vuelta en el aire.—Hola Nana —le dijo con el mismo cariño, a veces la llamaba “mamá Emma”.Y era que la consideraba más “su mamá” que a su propia madre. Ivonne Coleman siempre fue una niñita de papá, sus padres tenían mucho dinero y se casó con Randall cuando apena
—Ven y siéntate aquí —le dijo señalando una silla que estaba al lado de él.Esto era bastante extraño, normalmente su padre usaba esa silla para que su esposa se sentara al lado de él cuando venía al despacho a hablar con él. Pero nunca lo había invitado antes a que la utilizara y mucho menos para hablar con él.Patrick se estaba convenciendo de que lo que iba a hablar su padre con él hoy era mucho más grave de lo que pensaba, trató de no hacerse ideas para no predisponer con su progenitor.—¿Cómo has estado, padre?—He estado mejor, definitivamente —una leve sonrisa se marcaba en sus labios de líneas nobles.—¿Estás enfermo? —le preguntó Patrick un poco preocupado.—Patrick —le dijo sin contestar la pregunta directamente— Te pido que tengas paciencia con lo que vamos a conversar hoy, y no quiero responder a tu pregunta todavía porque hay cosas de las que quiero hablar primero, ya sabes.—”Ordena tus prioridades” —completó Patrick el pensamiento que su padre siempre le repetía cuando
Luego siguió diciendo.—Y la cláusula conjunta con esa era peor. —Su padre suspiró quedamente como si de repente le hubieran faltado las fuerzas, Patrick le puso una mano en su pierna como para transmitirle ánimo y apoyo.— Esta reza que si teníamos solo una hija o un solo hijo, los bienes, a mi muerte se repartirían en partes iguales entre mi esposa y mi hija o mi hijo.—Por cierto —continuó su relato— Que su padre estableció que ella no podría tener más de un hijo, porque aparentemente los médicos que la examinaron una vez determinaron que ella era muy débil para tener más de un hijo. y me hizo firmarlo como cláusula también, por eso estás solo hijo, sin hermanos ni hermanas como a mi me hubiera gustado.—Pero eso es terrible, papá —eso lo dijo con auténtico asombro y dolor por lo que su padre había pasado— Me parece tan increíble, aunque conociendo a la hija puedo determinar como era mi abuelo materno. Era un ser frío y un desgraciado también. —su padre sonrió ante el comentario.—L
—No entiendo lo que dices, Patrick, o mejor dicho, no entiendo por qué me estás diciendo eso ahora —a su padre le gustaba entender perfectamente todo lo que se le hablaba.—Es que recordé que a Cynthia me la presentó Ivonne, papá. No es nada extraordinario si lo vemos desde el punto de vista aislado —dijo con rostro meditabundo— Pero resulta que ella misma fue la que me presentó a Martha Cotes.Su padre lo miraba, pero ya no con cara de confusión, sino por el contrario, con una cara de sabia comprensión.—Pues, no lo dudo. pero podría tratarse de que ella quería que te casaras con una mujer que ella considerara “apropiada” para tí.—No lo sé, pero algo me dice que no era solamente eso. —Por eso te dije que, quizás, no habías buscado en el lugar apropiado —le dijo su padre sonriendo.De nuevo la misma frase. ¿No era eso lo que le había dicho nana Emma? Una idea comenzó a rebullir en la mente de Patrick.—¿Crees que Ivonne me las presentó como parte de un plan? —le preguntó ante la mir
A Patrick hubieran podido darle con una mazo en la cara y no hubiera puesto una cara de asombro como la de ahora, sus ojos bien abiertos miraban a los de su padre como si no hubiera escuchado bien.Su mente parecía una especie de torbellino, porque decenas de imágenes de sus recuerdos pasaron por su mente a una velocidad increíble. ¿Cómo podría ser esto posible?—Entonces, ¿Ivonne no es mi madre? Aunque eso no me sorprendería mucho —dijo cuando al fin pudo recuperar el habla.—Pues sí, hasta dónde puedo saberlo, hijo.—¿Cómo es eso? —le dijo con una suspicaz mirada.—Bien, te lo explicaré —dijo lanzando un suspiro— Cuando los años pasaban y no teníamos muestra de que hubiera un embarazo por medios normales decidí que fuéramos al médico. Tu madre se molestó un poco por mi decisión porque no le consulté, al tiempo me di cuenta de que ella no quería tener un bebé. Y obviamente ella lo había estado evitando a propósito, le dije, aunque podría sonar como una amenaza, que tenía el derecho d
Randall Hamilton se movió de su asiento y acercó su mano hasta que la posó en el hombro de su hijo.—Puedo entender por lo que estabas pasando, pero si no hubiera sabido eso de boca del mismo doctor no hubiera podido entenderlo, hijo —apretó el hombro de su hijo con fuerza— Lo siento, en verdad lamento todo este tiempo que hemos perdido y ya ves, ahora tengo mis días contados.—Tienes razón, papá. Yo tampoco sabía que era algo más profundo en mi, creía que simplemente no me gustaban las personas, al fin y al cabo ignoraba que era una condición —lo dijo todo de un solo tirón— Y lamento profundamente que no haya podido estar más cerca de tí, también lamento que no haya podido controlar mi ira en esos momentos, solo pensaba que era tan injusto todo — se interrumpió de golpe al notar que la voz se le quebraba por la emoción intensa que sentía en esos momentos.—Ya está bien, hijo. Sé que saldrás adelante —al escuchar esas palabras, el nudo que Patrick Hamilton tenía en la garganta creció
Patrick se quedó mirando a la mujer que debería ser su amorosa madre, pero que no mostraba el menor afecto en su porte, ni en sus ojos grises y fríos, y mucho menos en sus palabras o gestos.Estaba parada mirándolos con desprecio en sus ojos y con los brazos en jarra, mientra al lado de ella se pavoneaba su flamante sobrino, que apenas superaba su cara de estupidez.Se deshizo a medias del abrazo de la nana y se volteó un poco hacia ellos antes de hablar.—Si no te dan ganas de vomitar la cara del sujeto que tienes al lado, Ivonne, dudo de que nada más lo haga —le dijo con voz dura y cortante— Además, puedes verte en el espejo para que sientas algo de asco.La cara de Ivonne Coleman se congestionó por la furia, y Dereck hizo como si fuera a acercarse hacia él como para golpearlo como acostumbraba a hacer cuando eran más jóvenes.—Déjalo, Dereck, no tiene importancia —lo dijo como con dejadez, pero sus ojos, llenos de odio, desmentían esa aparente calma e indiferencia que sentía.—Si q
Después de salir de la mansión paterna, Patrick se puso a pensar, tenía que encontrar una solución. ¿Quién demonios querría casarse con él?Las chicas de su estatus social lo conocían y lo evitaban, algo que a él en ese momento no le importaba, pero que ahora era trascendental e importante, de vida o muerte, casi literalmente.Pensó en su padre, enfermo y cansado, y un ramalazo de ternura y cariño le inundó el pecho. Tendría que sacrificar mucho, mañana hablaría con el doctor Morris, necesitaba de toda la ayuda que fuera posible.Esa noche Patrick se fue a dormir sabiendo que un gran cambio estaba gestándose en su interior, lo que no sabía era si iba a ser capaz de hacerlo a tiempo para poder cumplir con las cosas que le había prometido a su padre.Pero, a pesar de la gran tensión y el estrés que esto podía causar, esa noche se durmió más tranquilo que muchas de las noches anteriores de su vida adulta. Sí, Patrick Hamilton estaba cambiando.……….Ese día, Rachel Anderson se levantó con