Esa pregunta hizo que Rachel le contara todo lo que había estado revisando en la mañana junto con su secretaria, aunque no tenía anotado nada, ni tampoco estaba al frente de su computadora, pudo citar, casi sin equivocarse u olvidarse de algo, todos los puntos que sabía que estaban pendientes por atender.Incluso algunos de ellos habían hecho que él estallara en un arrebato de ira contra las secretarias porque éstas no habían podido organizar nada como él les había pedido, incluso se podía decir que ella tenía más conocimiento que él de los asuntos que normalmente trabajaba vicepresidencia.—También tendrá que asignar un ejecutivo para que se encargue de dos asuntos que si bien no son graves, sí que requieren de atención por alguien capaz de resolverlo en los mejores términos —le dijo como sugerencia.—¿De cuáles asuntos me está hablando, señorita Andreson? —le preguntó frunciendo el entrecejo.—Uno es con la empresa MediCorp, sobre la importaciones que estaban pendientes por entregar
—Bien —y con esa corta palabra dio por zanjada cualquier discusión, diferencia u oposición a lo que había decidido— Llamaré en este instante a Roberts para notificarle, luego irá a recoger sus credenciales para poder acceder a los sitios que necesitará como vicepresidenta, espereme un par de minutos —le dijo acompañando las palabras con un expresivo gesto.Rachel todavía estaba un poco sorprendida de lo que había hecho Patrick Hamilton, sin embargo la decisión le pareció apropiada en las circunstancias actuales, puesto que ella ya había identificado el problema y visualizado las soluciones y resuelto lo que se tenía que hacer.Eso le demostraba a ella que Patrick Hamilton no era ningún loco, y que era hábil a la hora de tomar decisiones puntuales en la empresa. Recordó también que había escuchado a varios decir que la empresa había alcanzado cifras históricas en ingresos gracias a sus firmes y acertadas decisiones en los negocios.Esa era una de las cosas que más admiraba en un hombre
—¿Qué pasó, señorita Andrews? ¿Tuvo muchos problemas con el “tirano” Hamilton? —le preguntó con avidez y curiosidad.—Pues algo así, más o menos —le dijo Rachel sin expresar mucho— Lo que sí es seguro es que pudimos llegar a algunos acuerdos.—¿Y eso es bueno? —preguntó con una sonrisa.—Bueno eso depende, míralo tú misma —de alguna manera se estaba divirtiendo con su nuevo cargo— Te informo que tendrás un trabajo nuevo, Ada.—¿Un trabajo nuevo? ¿Es que ya no me quiere como secretaria? —dijo con cara de tristeza.—Vas a pasar a ser la secretaria del vicepresidente.—Pero, ese cargo lo ocupaba Rose, pero ahora no hay vicepresidente. —dijo todo eso con los ojos abiertos por la sorpresa.—Sí que lo hay, acaban de nombrarlo —sonrió al decir esto.—¿En serio? ¿Y quién es?—Está sentado justo frente a ti.Por unos momentos Ada se quedó sin comprender hasta que de pronto se puso de pie y comenzó a aplaudir de alegría.—¿Y cómo es eso, señorita? Me siento tan contenta, ¡pero es increíble! —di
Ahora sí que Rachel no pudo reprimir un gesto de sorpresa ante esta noticia, la verdad es que no se esperaba que le pagaran ese salario por solo suplir ese puesto mientras alguien más lo ocupara, y ahora resulta que su salario si iba a incrementar, pero ella no sabía de cuanto estaban hablando. —¿Eso es en serio, señor Roberts? —Los ojos extremadamente abiertos indican que estaba muy sorprendida.—Y muy en serio, mi querida niña —dijo reafirmando la información— Y tanto es así que me escribió un memorándum aparte de la llamada donde me pedía que le notificase a usted su aumento de sueldo oficialmente. Creo que podrá pensar en comprarse su propio automóvil ahora, señorita.¿Comprarse un auto? pero su salario actual era muy bueno, pero solo para cubrir algunas cosas como comprarse un nuevo teléfono móvil y una laptop para sustituir a la viejita que tenía en casa, pero ¿Un auto? una sospecha le cruzó por la mente.—¿Y de cuanto estamos hablando, señor Roberts, cúal es mi nuevo salario?
Rachel caminó por el pasillo sin fijarse prácticamente en nada ni en nadie, pero luego se dio cuenta de que mientras pasaba por las diferentes oficinas, la mayoría del personal la miraba y comentaban entre ellos. Supuso que era porque el memorándum debía haber recorrido ya todos los departamentos de la empresa y comentaban sobre la desconocida que de la noche a la mañana la nombraban para tan importante puesto.La verdad es que no le pareció extraño, porque ella misma estaba tan sorprendida que tuvo ganas de pellizcarse en un par de ocasiones para saber que no estaba soñando. Y esto era realmente un sueño para cualquiera. Que le hubiera tocado a ella era un plus, un bono que la vida le daba quizás para compensar su orfandad y la escasez de recursos que había sufrido casi toda su vida.Cuando llegó a las oficinas de presidencia se hizo un notable silencio, algunos le dirigieron gestos de saludo y de respeto y en general había mirada curiosas y de sorpresa, y cuando entró en la oficina
—Estás bromeando, ¿Verdad, hermanita? —fue lo único que atino a decir su hermano mientras la miraba con incredulidad.Ella lo miró con algo de compasión por la cara cómica que él tenía, sabía que su hermano se resentía un poco de que ella siempre fuera sobresaliente mientras que él se quedaba inevitablemente rezagado.—No, hermanito. Mira mi nuevo carnet —al decir esto sacó el carnet que tenía en el bolsillo de su chaqueta.La sola muestra del carnet bastó para que su hermano se uniera a la celebración, y es que el solo carnet tenía una presencia única, estaba hecho de un metal hermoso, parecía platino y llevaba grabada la fotografía de Rachel y su nombre y cargo.Luego les explicó cómo había sucedido todo ese día de trabajo, el carácter de su jefe, el breve enfrentamiento que habían tenido y como con su trabajo le mostró lo que ella valía. Todos la miraban con orgullo.Luego le habló de los beneficios que iba a tener, cuando Erick escuchó que le darían una tarjeta de crédito platinum
Al entrar Patrick en la casa la primera que lo recibió fue la nana que prácticamente lo había criado, Emma Larson, era una amable mujer de unos cincuenta y cinco años, que ahora era Ama de Llaves de la mansión, pero cuando fue contratada por el matrimonio Hamilton hacían treinta y cinco, años había sido para servir de niñera de Patrick.Y eso hizo durante casi diez años hasta que él comenzó a ir al colegio, pero a pesar de haber servido en otros puestos en la casa, nunca había dejado de prodigar cariño como si fuera su propio hijo.—Mi pequeño, Pat —le dijo con tal tono de cariño que el corazón de Patrick volvió a ser niño durante unos segundos— Pero qué elegante estás.Se abrazaron y Patrick la levantó en vilo dándole una vuelta en el aire.—Hola Nana —le dijo con el mismo cariño, a veces la llamaba “mamá Emma”.Y era que la consideraba más “su mamá” que a su propia madre. Ivonne Coleman siempre fue una niñita de papá, sus padres tenían mucho dinero y se casó con Randall cuando apena
—Ven y siéntate aquí —le dijo señalando una silla que estaba al lado de él.Esto era bastante extraño, normalmente su padre usaba esa silla para que su esposa se sentara al lado de él cuando venía al despacho a hablar con él. Pero nunca lo había invitado antes a que la utilizara y mucho menos para hablar con él.Patrick se estaba convenciendo de que lo que iba a hablar su padre con él hoy era mucho más grave de lo que pensaba, trató de no hacerse ideas para no predisponer con su progenitor.—¿Cómo has estado, padre?—He estado mejor, definitivamente —una leve sonrisa se marcaba en sus labios de líneas nobles.—¿Estás enfermo? —le preguntó Patrick un poco preocupado.—Patrick —le dijo sin contestar la pregunta directamente— Te pido que tengas paciencia con lo que vamos a conversar hoy, y no quiero responder a tu pregunta todavía porque hay cosas de las que quiero hablar primero, ya sabes.—”Ordena tus prioridades” —completó Patrick el pensamiento que su padre siempre le repetía cuando