Daphne¿He escuchado bien?No puede ser que él esté proclamando frente a Noah que es mi esposo. Hace media hora ni siquiera toleraba mirarme y ahora se ufana frente a mi amigo y se llena la boca diciendo todo eso. ¿Qué le pasa?No puedo dejar de mirarlo boquiabierta, ¿cómo no voy a mirarlo así?James me sujeta firme del brazo sin apretar demasiado. Veo a Noah, quien tampoco puede creer nada de lo que está pasando. Es obvio que no le cae bien, lo mira con desdén y tiene los puños apretados.—Pues si es tu esposa, entonces deberías cuidarla mejor. Esas lágrimas no son más que tu culpa —espeta, furioso.—Lo que pase entre ella y yo no es tu problema —refuta James.Me quedo como una tonta mirándolos discutir sin saber cómo intervenir en la situación.—¡Basta los dos! Noah, te veré después, ¿está bien? —Mis ojos le suplican que se vaya.Relaja la postura tensa que tiene y suspira.—Llámame si me necesitas, no lo olvides —dice antes de dar media vuelta e irse.Cuando estoy segura de que Noa
JamesDaphne descoloca cada gramo de cordura que me queda en la cabeza. Odio que me haga sentir culpable por todo esto, cuando el hecho de que nieve se perdiera es su culpa. Aun así, soy yo quien termina siendo el peor energúmeno de todos por reaccionar como un loco desquiciado.¿Quién en su sano juicio se arroja contra una motosierra? Aunque sea para salvarle la vida a un pequeño animalito, y en especial si está embarazada. De solo volver a recordarlo provoca que hierva la sangre de la ira. Es demasiado buena persona, o demasiado tonta; y apuesto a que es más lo segundo que lo primero.Se ha mantenido callada desde que le dije que no me importaba su bienestar. No quise decirlo en serio, claro que me importa, en un sentido de que ¡es una persona!, tampoco soy un maldito psicópata sin sentimientos. Al menos como ser humano, sí me importa lo que le pase. No sé por qué le dije que no, pero veo que eso la molestó de alguna forma, porque no ha querido ni volver a mirarme.Subimos hasta el
JamesHa pasado una semana desde aquella noche con Daphne. Las cosas volvieron relativamente a la normalidad. Ella ha estado casi todo el tiempo en su cuarto sin decirme que ha estado haciendo, y yo he tratado de evitarla todo lo que me es posible.Salgo muy temprano del pent-house y llego muy tarde en la noche, cuando ella ya está durmiendo. He mantenido esta distancia porque no quiero que ella vuelva a confundirse después de mi momento de debilidad y culpa de esa noche. Entre ella y yo no puede haber más que una relación contractual hasta que nazca el bebé.Para este tiempo, Daphne está por cumplir los dos meses de embarazo. Aún no se asoma una pancita en su vientre, pero los síntomas comunes de esa condición ya empiezan a ser más notorios. La escucho vomitar en las madrugadas y quejarse de constantes dolores de cabeza. Es por eso que hoy le agendé una cita con el doctor de la otra vez, además, es momento de llevar su control obstétrico otra vez.Luego del ataque directo de ese mole
DaphneEsto debe ser otro de esos sueños lúcidos que siempre tengo. James King está arrodillado delante de mí y masajea mis pies como si fuese el perfecto esposo ideal. Esto debe ser una broma de cámara escondida o algo así.—Muy bien papás, ahora deben tomar a las mamás de los brazos y mientras ellas se relajan en la pelota, ustedes les harán un suave masaje en la espalda —ordena el doctor.—Vamos —dice James extendiendo su mano.Parpadeo varias veces como una tonta. Tiene una semana evitándome por completo, desde que se comportó totalmente como un loco debido a lo de nieve. En un principio quise creer que de verdad le importo, pero ahora sé que solo lo hizo por sentirse culpable por haberme tratado tan mal.No necesitaba que me dejase dormir en su cama, o que me ayudase a ducharme en su bañera. Con un “lo siento”, hubiera sido más que suficiente, pero él podrá hacer cualquier cosa menos disculparse conmigo por ser un idiota.Ahora está aquí en la consulta cuando claramente dijo que
DaphneCamino sin rumbo fijo por mucho tiempo, no me fijo hacia dónde estoy yendo hasta que termino en la plaza del central park. Estar aquí me trae malos recuerdos de aquel día en que Josh me dejó por una estúpida llamada telefónica.No había vuelto a saber de él desde aquel crucero, excepto por las cuentas del banco que no paraban de llegar a mi buzón. Sigo evitándolas hasta que ya no pueda hacerlo más, no tengo ganas de lidiar con eso ahora, y me niego rotundamente a pedirle cualquier clase de ayuda a James. Si ya tiene un mal concepto de mi pensando que me robaré su dinero, llegar a mencionarle algo sobre la deuda seguramente le confirmaría esa sospecha infundada. Así que no lo haré, ya veré cómo soluciono ese problema, sola.Después de todo, siempre he estado sola para estas cosas. Mi madre se desentendió de mí luego de orquestar toda la boda en complicidad con la abuela. No he tenido noticias de ella más que uno que otro mensaje de “¿cómo estás?”. Ni siquiera se ha molestado de
JamesTengo los puños apretados, la respiración acelerada y siento arder mis mejillas de la rabia. Finalmente, se lo dije a Daphne. No pretendía hacerlo porque sé muy bien que ella es consciente de lo que me hizo. El daño ya estaba hecho y hacerlo de todas formas no cambiaría nada, pero realmente me molestó su reclamo estúpido.No sé cómo se enteró de lo de Mathews, a lo mejor ese maldito tramposo se había encargado de hacérselo saber de alguna manera. Debí sospechar que no se quedaría de brazos cruzados para conseguir mi respuesta afirmativa a la venta del terreno. Ya me lo dejó muy claro esta mañana, cuando por casualidades de la vida; o tal vez no tanto; se encontró conmigo a la salida del hospital luego de la huida de Daphne.Ella me mira con los ojos desorbitados y la boca muy abierta, como si no supiera de lo que le estoy hablando.—¿De qué estás hablando, James? ¿Drogas?Chasqueo la lengua y llevo mis manos a la cabeza. De verdad no quiero discutir esto ahora mismo. Mi mente es
DaphneMientras voy bajando el ascensor, le escribo a Bonnie. Un impulso me hizo sacar el celular y hacerlo, no quiero estar sola y ella es la única en la ciudad que conozco que podría ayudarme.“Oh, cariño, estás de suerte, Justo estoy a unas cuantas cuadras de la dirección que me dices, ahora mismo paso por ti, no te preocupes”.Leo lo que me contesta, y eso me hace respirar un poco más aliviada al saber que, al menos, no estaré sola esta noche. Salgo con mi maleta hasta la calle de en frente. El taxi que pedí debería recibirme ahí, sin embargo, todavía no llega. Ni el carro, ni Bonnie.Miro hacia arriba, como si de alguna forma pudiera verlo desde ahí en el pent-house. Ya no quiero llorar más, estoy harta de ser la misma chica indefensa que siempre termina lastimada por él. Ahora entiendo por qué me trata de esa forma; en cierto modo no lo culpo, ¿no reaccionaría yo igual si supiera que él me drogó para embarazarme?No dudo que mi tío y el marido de mi hermana sean capaces de hacer
JamesNo me agrada la forma fatalista en la que Akon dice con tanta ligereza que las han secuestrado. Ese es el peor escenario posible en el que podría imaginarme a Daphne, sin embargo, aunque una parte de mí se niega a creer que sea esa la respuesta a lo que está pasando; otra parte me dice a gritos que corra a buscarla ya mismo.—Tranquilos, por favor, Akon, no creo que ese sea el caso —digo intentando tranquilizarlo.—¿Qué más podría ser? ¿No te das cuenta de quiénes somos tú y yo? Hombres poderosos y con dinero, la idea no es descabellada, pudieron habérselas llevado para exigirnos dinero —especula.Saca su celular una vez más y trata de llamar a su mujer, pero esta vuelve a caer directo al buzón.Le quito el mío a Frank e intento yo mismo llamar a Daphne. Repica una y otra vez, sin ninguna respuesta. Vuelvo a intentarlo una vez más, y nada.—¿No responde su mujer? —pregunta el doctor, quien también tiene cara de preocupación.Hay una explicación plausible para que ella no me cont