DaphneCamino sin rumbo fijo por mucho tiempo, no me fijo hacia dónde estoy yendo hasta que termino en la plaza del central park. Estar aquí me trae malos recuerdos de aquel día en que Josh me dejó por una estúpida llamada telefónica.No había vuelto a saber de él desde aquel crucero, excepto por las cuentas del banco que no paraban de llegar a mi buzón. Sigo evitándolas hasta que ya no pueda hacerlo más, no tengo ganas de lidiar con eso ahora, y me niego rotundamente a pedirle cualquier clase de ayuda a James. Si ya tiene un mal concepto de mi pensando que me robaré su dinero, llegar a mencionarle algo sobre la deuda seguramente le confirmaría esa sospecha infundada. Así que no lo haré, ya veré cómo soluciono ese problema, sola.Después de todo, siempre he estado sola para estas cosas. Mi madre se desentendió de mí luego de orquestar toda la boda en complicidad con la abuela. No he tenido noticias de ella más que uno que otro mensaje de “¿cómo estás?”. Ni siquiera se ha molestado de
JamesTengo los puños apretados, la respiración acelerada y siento arder mis mejillas de la rabia. Finalmente, se lo dije a Daphne. No pretendía hacerlo porque sé muy bien que ella es consciente de lo que me hizo. El daño ya estaba hecho y hacerlo de todas formas no cambiaría nada, pero realmente me molestó su reclamo estúpido.No sé cómo se enteró de lo de Mathews, a lo mejor ese maldito tramposo se había encargado de hacérselo saber de alguna manera. Debí sospechar que no se quedaría de brazos cruzados para conseguir mi respuesta afirmativa a la venta del terreno. Ya me lo dejó muy claro esta mañana, cuando por casualidades de la vida; o tal vez no tanto; se encontró conmigo a la salida del hospital luego de la huida de Daphne.Ella me mira con los ojos desorbitados y la boca muy abierta, como si no supiera de lo que le estoy hablando.—¿De qué estás hablando, James? ¿Drogas?Chasqueo la lengua y llevo mis manos a la cabeza. De verdad no quiero discutir esto ahora mismo. Mi mente es
DaphneMientras voy bajando el ascensor, le escribo a Bonnie. Un impulso me hizo sacar el celular y hacerlo, no quiero estar sola y ella es la única en la ciudad que conozco que podría ayudarme.“Oh, cariño, estás de suerte, Justo estoy a unas cuantas cuadras de la dirección que me dices, ahora mismo paso por ti, no te preocupes”.Leo lo que me contesta, y eso me hace respirar un poco más aliviada al saber que, al menos, no estaré sola esta noche. Salgo con mi maleta hasta la calle de en frente. El taxi que pedí debería recibirme ahí, sin embargo, todavía no llega. Ni el carro, ni Bonnie.Miro hacia arriba, como si de alguna forma pudiera verlo desde ahí en el pent-house. Ya no quiero llorar más, estoy harta de ser la misma chica indefensa que siempre termina lastimada por él. Ahora entiendo por qué me trata de esa forma; en cierto modo no lo culpo, ¿no reaccionaría yo igual si supiera que él me drogó para embarazarme?No dudo que mi tío y el marido de mi hermana sean capaces de hacer
JamesNo me agrada la forma fatalista en la que Akon dice con tanta ligereza que las han secuestrado. Ese es el peor escenario posible en el que podría imaginarme a Daphne, sin embargo, aunque una parte de mí se niega a creer que sea esa la respuesta a lo que está pasando; otra parte me dice a gritos que corra a buscarla ya mismo.—Tranquilos, por favor, Akon, no creo que ese sea el caso —digo intentando tranquilizarlo.—¿Qué más podría ser? ¿No te das cuenta de quiénes somos tú y yo? Hombres poderosos y con dinero, la idea no es descabellada, pudieron habérselas llevado para exigirnos dinero —especula.Saca su celular una vez más y trata de llamar a su mujer, pero esta vuelve a caer directo al buzón.Le quito el mío a Frank e intento yo mismo llamar a Daphne. Repica una y otra vez, sin ninguna respuesta. Vuelvo a intentarlo una vez más, y nada.—¿No responde su mujer? —pregunta el doctor, quien también tiene cara de preocupación.Hay una explicación plausible para que ella no me cont
DaphneBonnie sigue quejándose a mis espaldas del dolor, me preocupa que de verdad se le vaya a adelantar el parto. El desgraciado hombre frente a mí está llamando a James mientras me mira con sorna.Lo odio.Si alguna vez tengo que desarrollar ese sentimiento, sin duda es contra este sujeto. Lo escucho burlarse de su supuesta gran hazaña y amenazar a James por el teléfono.—Tú sabes qué es lo que quiero. Ven con los papeles de la isla, listos para firmar, y a tu linda esposita no le pasará nada.Rechino los dientes al escuchar eso. No me gusta la posición de víctima y damisela en peligro en la que me está poniendo. No quiero pensar que soy, de alguna forma, la debilidad de James.No me sorprendería que lo mandara al mismísimo demonio y no haga nada por mí, después de todo, aún no olvido los motivos que me trajeron hasta aquí: él piensa que yo soy una traidora y una tramposa, capaz de las peores cosas para conseguir sus objetivos.Sé que le importa nuestro hijo en el vientre, pero no
James—¿Y bien? —pregunta Daphne al doctor con las manos en el pecho y una mirada angustiosa.—La señorita Bonnie tuvo el parto, lamentablemente no pudimos detener las contracciones, ya estaba demasiado avanzado —explica.Daphne jadea de asombro. Aunque no la conozca, me da mucho pesar que haya pasado esto por culpa del imbécil de Mathews.—Pero, ¿están bien? —intervengo.—Bonnie se está recuperando en su habitación, su bebé se encuentra en una incubadora bajo estricto cuidado especial en la UCI neonatal. Todavía no puedo dar un pronóstico, solo espero que vaya bien. Parece una bebé fuerte.—Fue niña entonces —murmura Daphne con los ojos inundados en lágrimas otra vez.Rodeo su cuerpo con mis brazos en un intento por consolarla. Todavía no concibo todo lo que sucedió. Sentir que estaba a punto de perderla me hizo darme cuenta de algo a lo que he estado huyéndole con renuencia: ella me importa mucho más de lo que he querido admitir.No sé qué es lo que siento por ella, y la verdad no q
DaphneEl cambio de James me tiene totalmente sorprendida. No sé si tiene que ver con mi reciente secuestro; aunque sería tonto pensar que no es así; pero ha estado mucho más atento conmigo, y menos odioso. Incluso sugirió cocinar conmigo.Ahora mismo está sentado frente a mí en la mesa mientras él bebe café y yo un jugo de naranja.—Estuve pensando que podríamos ir a visitar tiendas de bebé, ya sabes para ir comprando su ropa —dice después de darle el último sorbo a su taza.—¿No te parece que es muy pronto? Todavía no sabemos ni su sexo.—Eso no importa, podemos comprar colores neutrales hasta saberlo con certeza.Me inclino en la mesa sin ocultar la sonrisa de mi rostro. Me encanta la idea de que él esté entusiasmándose más con este embarazo.—¿Lo dices de verdad?—Por supuesto, después de todo, “recuerdo” es importante nosotros. —Me regala una gran sonrisa, pero yo lo miro confundida.—¿“Recuerdo”?—Es raro decirle feto o embrión, no me gustan esos términos. Y pues, es el primer r
James¿Cuántas coincidencias más van a seguir surgiendo entre Daphne y yo? Todavía no puedo creer que tengamos el mismo día de cumpleaños.En años anteriores, desde que estoy con Gabriela, celebramos los cumpleaños todos los años en el mismo restaurante de lujo, pero esta vez, ella no estará. De hecho, no creo ni siquiera que se acuerde de ello. Hace varios días que no hablamos, no me llama, ni mucho menos me ha escrito, aunque sea para preguntarme por nieve.Cada vez estoy más convencido de que mi relación con Gabriela pende de un hilo. En cambio, con Daphne todo es tan diferente. Fui un tonto al pensar que ella podría engañarme, realmente es una buena persona, que por circunstancias de la vida se vio implicada en todo esto.La veo terminarse su enorme helado, en realidad pensé que no lo lograría. Algo me dice que la veré vomitando eso más adelante, pero ahora mismo, me encanta verla disfrutar de un delicioso antojo.Le he prometido que celebraríamos nuestros cumpleaños juntos el dom