Capítulo 0327
El conductor del vehículo negro pisó el acelerador a fondo, acelerando rápidamente por un camino rural y apartado. La noche era oscura y sombría, con el tifón aún dejando sentir su fuerza; el viento aullaba al chocar contra el coche.

Una vez dentro, Celia sintió una ligereza sin precedentes y soltó un profundo suspiro de alivio.

—¿Por qué no vino mi madre? —preguntó Celia al conductor.

—Teme ser descubierta; la señora no se atreve a mostrarse —respondió el conductor con voz grave.

Celia se tiró de la ropa de prisionera que llevaba puesta, sintiendo un olor a moho que le desagradaba.

—¿No me trajiste ropa? No puedo ir al extranjero vestida así —se quejó.

El conductor se concentró en manejar, como si no hubiera escuchado. En ese momento, Celia miró a través del espejo retrovisor y vislumbró un poco del rostro del conductor; tenía una cara cuadrada, pero no lo había visto antes.

—¿Por qué no te he visto en la familia Fernández? —Celia comenzó a sospechar; todo parecía demasiado fácil.

El
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