—No puedes permitir que los demás descifren tus pensamientos a través de tus palabras y acciones, eso es muy peligroso—advirtió Enrique.
—Entendido, papá... —Respondió Leona.
Enrique sacó su móvil y realizó una videollamada a Alejandro.
Al otro lado, en la pantalla, apareció el rostro severo y afilado de un hombre.
Leona apretó con fuerza el brazo de Enrique y actuó intensamente para mostrar el amor profundo entre padre e hija frente a Alejandro.
Sin embargo, él la ignoró por completo y preguntó fríamente: —¿Qué asunto se trae aquí?
—Tu hermana ya ha llegado a un acuerdo con Ada. Solo falta que vayas a firmar el contrato— dijo Enrique con un tono autoritario—Ve a verla lo antes posible y firma el contrato.
—Ya se llegó a un acuerdo, no es necesario que intervengas—respondió Alejandro, curvando ligeramente los labios con desprecio. —Felicitaciones anticipadas a mi hermana, has robado un proyecto que puede ayudarte a prosperar de Clara. Dado que mi hermana es astuta y capaz, es apropiado