Capítulo395
Ese día, tras liberarse de los brazos de Rodrigo, Noa regresó a casa y pasó toda la noche sin dormir.

Tampoco salió ilesa, al volver se dio cuenta de que se había rasguñado el codo. La sangre se mezclaba con el pus y una sensación ardiente y punzante le hizo torcer la boca, casi llorando.

Al haber escapado en secreto, no se atrevió a contarle a nadie, así que encontró una caja de medicinas y se ocupó de la herida de manera muy básica. Luego, se acurrucó en la cama con su oso de peluche, sintiéndose miserable, pero sin poder conciliar el sueño en toda la noche.

En medio de su confusión, vino a su mente una serie de recuerdos.

Recordó cuando fue obligada a comer en un sucio baño;

Recordó cuando los chicos que Jimena envió la arrojaron de cabeza en un basurero;

Recordó el ratón muerto en su mochila;

Recordó cómo Jimena rasgó y tiró a sus pies su novela favorita;

Recordó el piano en la sala de música... todo era una pesadilla que nunca desaparecería de su vida.

Jimena, Rodrigo.

Entonces, R
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