Vicente Cooper.Después de unos días de viaje finalmente regresé al hospital, tenía algunos pacientes que atender y una cirugía complicada que hacer durante el fin de semana, estoy empezando a cansarme, necesito vacaciones.Durante estos días que estuve fuera no hablé con Angélica, confieso que la extraño un poco. Es mentira, la extraño mucho, pero aún no la he encontrado.Paso unos minutos atendiendo a una paciente y cuando sale escucho que tocan la puerta de la oficina, autorizo la entrada y entra ella, motivo de mis noches de insomnio.Lleva un maquillaje sencillo que realza su rostro pálido y en contraste con su boca un labial rojo, que me llamó la atención por unos instantes. Su cabello corto está suelto y daría cualquier cosa en este momento por oler la suavidad de los feos negros.- ¿Podemos hablar unos minutos, doctor? - pregunta abrazando su portapapeles.- Sí - respondo y vuelvo a mirar unos archivos en la computadora, para disimular la alegría de verla.Se paró frente a mí
Vicente Cooper.- Oh, hola - salgo de mi ensoñación cuando me llama por segunda vez.- ¿Puedes sacar la tortita del horno?- Sí, sí - Muevo la cabeza a los lados para ahuyentar estos pensamientos, este calor que estoy sintiendo consumirme solo puede ser del horno, tiene que ser.- Ten cuidado de no quemarte - dice preocupado - ¿Dormiste bien? ¿Descansado?- Sí.- Entonces presta atención – dice enojada – Tus manos son demasiado preciosas para quedar inutilizadas por una quemadura.- Estoy atenta, parece que le hablas a un niño - me quejo.Así que me acerco a ella y trato de agarrar el paño de cocina, pero ella lo sujeta con fuerza y entramos en un tira y afloja tonto.- ¿Estás sonriendo? - pregunta sorprendido.- No - Lo niego rápido.- Tienes un hoyuelo - dice sonriendo y me toca la mejilla.Aprovecho su distracción y recorro su cuerpo con la tela acercándola a mí, el dulce aroma de su perfume invade mis fosas nasales.- Me haces sonreír, ángel.- Si viniera de otra persona pensaría
Vicente Cooper.- Estábamos hablando de tu historia - recuerda ella.- ¿De verdad quieres saber sobre esto?- ¿Te abrirías a mí?- Estás cenando en mi casa, ya hemos dormido en la misma cama y somos - Dudo un poco - Somos amigos, pero tienes que prometer que no se lo dirás a nadie.- Te lo prometo - dice apresuradamente - ¿Por qué se separaron?- Es un asunto bastante delicado.- Tómate todo el tiempo que necesites - anima.- Me separé hace unos años - comienzo - Mi esposa me había engañado.- Oh que aburrido. De verdad una vaca - comenta y yo sonrío - Vamos, quiero saber los detalles más sórdidos para poder mentalizarme que se le cae el pelo y se le marchita el pecho.- Me amas, Angélica.- Cuéntame más sobre la vaca.- El nombre de la vaca es Kate.- Nombre piraña - comenta.- No estudié mucho, me especialicé, tomé cursos de perfeccionamiento y toda mi dedicación fue alejarme de mi esposa, estábamos casados. Llegó un momento en que mi padre se enfermó y necesitaba que yo me hiciera
Vicente Cooper.Realmente se ha ido, suspiro de frustración y decido leer el libro para tratar de controlar mi mente. Después de que la habitación de Angélica ha pasado por horas, no sé, unos minutos, un tiempo determinado, la puerta de mi habitación, a la derecha, pasa la puerta de mi habitación.- Que susto - Me llevé la mano al pecho - Olvidé cerrar la puerta.- Menos mal que no cerró - dice mirándome fijamente. Ya había desistido de esperar allí, se me olvidó algo, doctor.- ¿Te gustan los panqueques? - cuestiono mientras dejo el libro a un lado y acaricio su cuerpo con mis dedos.Está vestida con un camisón rosa transparente corto que es mejor que un bikini. Siento que mi corazón late rápido.- No, quiero preguntar lo mío - se acerca.Estoy sentada en el sofá, como en su cumpleaños, y esta vez no está borracha.- Entonces pregunta - Ánimo.- ¿Crees que ser ideal necesita ser una mujer separada?- Disculpe, no entendí.- Estaba acostado en mi cama, desde un enorme ventanal de mi c
Vicente Cooper.Me quedo con la boca abierta, sin saber qué hacer.¿Fue porque dije que ella quiere casarse y tener hijos y yo no?¿Fue porque insinué que era un error?¿O fue porque se dio cuenta de que era más que sexo?¿Es porque se detuvo a pensar que estaba arriesgando demasiado para que estuviéramos juntos?Hay tantas preguntas y no sé cómo responder a ninguna de ellas, pero no importa. A la mierda las preguntas. A la mierda mi pasado. La quiero ahora y será mía.Así que cuando tomes una decisión, tómala por mí, ¡porque me quieres, porque me quieres! Recuerdo tus palabras hace unos momentos.Quiere que corra tras ella, ¿no?¿Pero no es eso lo que he estado haciendo desde que nos conocimos: rendirme?Tomo una respiración profunda y camino con pasos duros hacia su apartamento, toco la manija de la puerta y para mi completa alegría está abierta. Entro, cierro la puerta y me dirijo hacia el pasillo de las habitaciones, cuando me acerco escucho que tiran cosas contra la pared.¿Está
Vicente Cooper.Decido ignorar sus últimas palabras y tiro de su cuerpo encima de mí, se sienta a horcajadas sobre mi regazo y siento su intimidad rozar la mía, lo que arranca un gemido ronco de mi garganta. Su mano descarada baja por mi pecho y se mete dentro de mis shorts, su dedo juega con la cabeza hinchada y roja de mi pene con movimientos circulares, esparciendo el líquido que ya me estaba untando .- Quiero saborearte - dice ella con una pequeña sonrisa.- ¿No preferirías tomártelo con calma? - pregunto ronca de deseo.- Lo quiero todo - dice con firmeza - Quiero poner a prueba todo el conocimiento que obtuve viendo y leyendo sobre sexo.- Me encantaría ser tu conejillo de indias - Paso mi lengua lentamente sobre tu pezón - Así que cariño, quiero mi sabor en tu boca.Ella da una pequeña sonrisa y saca mi polla dura de mis pantalones cortos y boxers. Acerca su boca a mi oído y susurra.- Envíeme, señor.- Chúpame - le ordeno y ella desliza sus labios por mi pecho, su lengua se a
Angélica Ross.Me despierto sintiendo mi cuerpo agotado, pero mi alma está refrescada. Es muy extraño y nuevo para mí estar cansado del sexo y al mismo tiempo feliz y ligero. Anoche fue la mejor noche de mi vida, estoy muy contenta de que Vince fuera la primera. Abro los ojos y miro al techo recordando cada momento de ayer, fue tan perfecto que parece que todo fue solo un sueño.Después de unos momentos decido llamar a mi hermano para contarle lo de anoche y todo lo que me reveló Vicente, le prometí que no se lo diría a nadie, pero mi hermano es parte de mí, en él confío todo lo que soy.Hola vida, vuelve a mí.Te amo como nunca he amado a nadie, perdona mi desliz.Todavía puedo ser el esposo con el que sueñas.Y sigo soñando con el día en que voy a disfrutar todo de tu cuerpecito inmaculado.firmado Gayo.Leo el mensaje en cuanto tomo mi celular mi cuerpo se estremece de horror, este hombre debe estar loco y estos mensajes ya me empiezan a asustar.Respiro hondo, este hijo de credos
Vicente Cooper.Después de horas de tratar de concentrarme en algunos roles de administración del hospital, decido parar, no puedo pensar en nada más que en ese ángel de cabello negro. Ha pasado una semana desde que nos entregamos al deseo carnal que nos consumía, todavía estoy sorprendido de haber sido elegido para ser el primer hombre en su vida, me gustaría ofrecerle todo lo que se merece.- Hola - Contesto mi celular al primer timbre, me levanto y apago la computadora.- Hola hermanito, te extraño - dice Hanna del otro lado emocionada.- También.- ¿Cuándo vienes a visitarnos? - pregunta.- Breve.- He estado hablando con Ángel, cuando venga tráela - pide.- ¿De qué has estado hablando? - buscar saber.- Cosa de chicas, nos hicimos muy buenos amigos, salimos a veces - comenta.- No sabía.- No es como que deba contarte todos mis pasos, ni siquiera a ella, no tienes nada – me echa en cara.- ¿Cómo me llamaste Hanna? - pregunto impaciente.- Tranquila, solo quería saludarte y pedirt