DANTE.Se me hacía divertido ver a estar mujer en mis brazos, me enojo mucho que no me obedeciera, no quería salir del auto, de verdad podía ser tan molesta, mi paciencia estaba al tope, tenía muchas formas de torturar a esta desvergonzada mujer, así que la tome en brazos llevando su cuerpo en mi hombro hasta a la puerta.Una vez abrieron en la entrada, la baje al suelo bruscamente.- ENTRA –La empujo sin mirarla, pero miro que se tropieza con sus pies y cae sin más.Fui más rápido y la atrape en mis brazos por sus curveadas caderas, nadie más que yo podría lastimar a esta mujer, ni siquiera el suelo… De eso estaba seguro.Me divirtió ver como su cuerpo temblaba junto al mío, y noté su rostro rojo, sonreí aún más al notar que seguía provocando eso en ella, tapo su rostro con sus manos y se sacudió de mis brazos.- Desagraciado, suéltame. No tienes respeto por una mujer, déjame ir maldito bastardo, eres una escoria, no tienes ningún derecho a tratarme así y menos en contra de mi volunt
DANTE.Necesitaba calmarme, verla completamente desnuda por primera vez, trajo a mí recuerdos de cuando pensaba entregarse a mi aquella noche y despertó en mí el deseo más salvaje, tenía que controlarme.No sé qué me pasaba, pero con esa mujer no podía simplemente tomarla ni hacerla mía como a las otras mujeres, quería tenerla y castigar a esa mala mujer, pero solo no podía, tuve que salir de mi habitación y refrescarme rápidamente, tenía que distraerme de lo contrario no la dejaría tan fácil.Después de refrescarme en el jardín un poco con el viento frio de la mañana golpeado en mi rostro, entre al comedor y ordene el desayuno, ya debería estar lista esta mujer…Ya había pasado media hora y el desayuno estaba servido, esta mujer aún no bajaba.¿Es que acaso no piensa mostrarme respeto?Empiezo a comer sin ella de igual forma no me importaría si muere de hambre, a mitad de mi desayuno puedo notar que por fin baja, no pude escuchar el ruido de sus tacones, ya que la casa esta alfombrad
Con mis cosas en mano, subo rápidamente las escaleras dirigiéndome a la habitación de Dante, busco algo de ropa, algo cómodo y deportivo, por la noche anterior me di cuenta que condujo mucho, así que no podía estar tan cerca de la ciudad y creo que tendría mucho que buscar para ubicar en qué lugar estaba, pero fue tan decepcionante, este hombre no sabe nada de mujeres, todo era tan elegante, tacones, vestidos y trajes y más trajes, así que no habiendo otra opción me visto con unos pantalones campana, negro con franja blanca a los costados, un top blanco de encaje y un gabán largo, no quedándome otra me pongo unos tacones a fuego.Necesitaba saber sobre dónde me encontraba pasa salir de aquí lo más pronto posible, tenía miedo a las últimas palabras que dijo Dante.- ¡NO, NO, NO –Jamás, ese hombre no me pone un dedo encima.Saque mi celular y descubro que está agotado, busco una fuente de carga, pero es imposible no encuentro nada, llega la hora del almuerzo y salgo de la habitación ya
Mientras la gala estaba en su apogeo…En las increíbles playas de puerto Vallarta Jalisco, un hombre alto, con un cuerpo que al parecer fue creado por los mismos dioses, con ojos claros y profundos como el mismo océano, piel bronceada, cabello caoba, nariz respingada y cejas pobladas, se divertía en su yate de oro con algunos socios y Alex Cuper; su socio principal, compañero, guarda, su agente personal, chofer y sobre todo uno de sus más leales amigos.Alex Cuper, es de unas de las familias más peligrosas de Colombia, que se encuentran en los suburbios de Medellín, pero Alex Cuper nunca quiso esa vida, a pesar de lo que su padre quisiera para él. Y él, al ser hijo del duro de los capos antioqueños, heredaría algún día los negocios de su padre que llevaban una gran conglomeración entre las cuales estaba la trata, drogas, armamentos, lavado, secuestros, guerras frías y muerte y más muertes, todo ilícito, nada legal.Sin embargo, el destino le ayudo a Alex Cuper a cambiar de rumbo.Hace
DANTE.- ¡Mierda! –Digo al sentir el bulto de esa mujer en mis brazos, se ha desmayado, el chofer abre la puerta trasera de mi auto al verme llevarla en brazos, la acuesto y puedo notar lo que me dijo, su pie sangra incontrolablemente, no lo había notado por la oscuridad y porque estaba ocupado luchando con ella mientras trataba de soltarse de mí.-A la mansión –Le grito al chofer.- Y rápido… –Mientras el arranca el motor, yo le marco a Theo, mi primo que es médico y me puede ayudar con esto sin problemas.Hace una semana está en el país, así que es el único que me puede ayudar en este momento, el celular suena tres veces y no contesta.- ¡Maldición! –Grito pensando que no me va a responder, pero al cuarto timbre me contesta.- Dante, ¿sabes qué hora es cierto? acab… - Lo interrumpí.- Theo es urgente, por favor deja eso para después, ven ya a la mansión, está sangrando mucho y se desmayó su presión es muy baja, por favor ven ya –Estaba tan asustado y no tenía tiempo de explica
- ¿Qué haces Mujer? debes reposar –Me habla el famoso Doctor mientras busco mis cosas, pero no las encuentro en ningún lado.- Ya que no me ayudaras, llama a Matteo, ¿eres su primo no?Mis cosas al parecer se perdieron anoche mientras ocurría lo que vez, dile donde estoy, yo voy en camino… -Pienso un momento… – Oye dile por favor que me busque lo antes posible él debe saber de este lugar y como llegar que me encuentre en el camino, y a Dante si llega, dile que se pudra, y gracias por su ayuda Doctor Spencer, espero que entienda que nada de esto es contra usted –Le digo con todo el afán mientras salgo de la habitación cojeando como pato, el hombre había quedado atónito por toda la información que le di, pero no tenía tiempo que perder.Mientras bajo las escaleras con todo el dolor del mundo y lo más lento que ni las tortugas, escucho a unas empleadas cuchichiando bajito, pero logre escuchar lo que dice una.- El señor Dante es tan guapo, no sé por qué tiene que tener esa mujer aquí
Un hombre muy guapo se encontraba ahora en ciudad de México, las propiedades donde se encuentra la máxima producción está en un su pico y deben ser supervisadas por el mismo jefe.- Espero que hoy esté solucionado el problema. De lo contrario, volaran cabezas –Dijo el guapo hombre al gerente encargado y su secretaria.La susodicha no dejaba de hacerle ojitos, mientras que los ojos de este hombre lo único que expresaban eran una frialdad increíble que humeaban y hacían temblar a cualquiera que presenciara el momento.Sin embargo, la mujer le gustaba esa aura y quería ser parte de la vida del jefe, ella pensó que tan afortunada y rica fuera si solo pudiera ser la amante del jefe, incluso si fuera solo una más.- Si jefe, no se preocupe –Responde el gerente con los dientes temblando.El hombre se dirige al jet privado y continua con su viaje hacia el país de Colombia.Al llegar, un hombre mayor de buen porte con una frialdad igual a la de su nieto lo esperaba apoyándose en su bastón.-
SHEILA.Me desperté en un hospital, esto de salir lastimada siempre se estaba volviendo muy cotidiano en mi vida diaria.Parpadeé lentamente adaptando mis ojos al brillo penetrante que se filtraba en ellos, al abrirlos me alegré mucho de ver ese rostro tan conocido para mí, aunque sentía dolor en todo mi cuerpo, pude articular palabra.- Matt –Dije, mi boca y garganta estaba tan seca, logro ajustar la luz en mis ojos completamente y lo miro claramente.Si es él, es Matteo, mi corazón desbarbada de alegría, después de todo si pude escapar de aquel hombre malvado.Matteo que estaba recostando su cabeza aun lado de la cama en la que me encontraba y agarraba mi mano con delicadeza, al escuchar mi entrecortada voz, levanta su cabeza me mira y sonríe, este se apura a pisar el botón de emergencia de la habitación en llamado de los médicos.- Sheila, princesa, como te sientes, háblame por favor, dime ¿quieres un poco de agua? -Pregunta él con obvia preocupación y un destello de alegría en s