Narra Alondra FerreyraEsa actitud de David me estaba desesperando totalmente. Estaba montando tal drama digno de una novela. No podía creer que estuviera montando todo ese numerito y lo peor es que estaba exponiendo su vida, así que muy a pesar de que estaba que me cargaba la chingada de coraje, caminé mojándome a dónde él estaba.-David, por favor. Deja de hacer esto - Lo tomé de la mano - Vamos a entrar a la casa.En ese momento un rayo, impactó muy lejos en el bosque retumbando el suelo, dándonos la señal que si no queríamos tener un desafortunado accidente, debíamos de entrar a la casa. Los arboles no eran recomendados, cuando estaba cayendo tremenda tormenta eléctrica. -Dime que me amas Alondra, dime que me perdonas - Me pedía mi chico mientras sus lágrimas se mezclaban con la lluvia - Por favor dímelo, mi princesa.Por esta vez, haría lo que decía, era preferible tenerlo calmado a buscar una mala hora en los confines del bosque, lo abracé y lo conduje de regreso a la casa, est
Narra David de MaríaDespués de esa noche tan intensa y tan apasionada, caí rendido de sueño y motivos me sobraban, podía ser por la borrachera que traía encima, por la intensa actividad con Alondra o por el cansancio tan intenso, que acumulé durante todo el día. No sé cuál de las 3 alternativas o si fue el conjunto de las tres lo que me llevó a caer inconsciente en mi cama, tanto que por la mañana siguiente cuando el intenso y espantoso dolor de cabeza me despertó no vi a Alondra y con solo abrir los ojos me lastimaba la luz de manera terrible y espantosa.Permanecí en mi cama recostado y me tapé la cara con una almohada, intenté volver a dormir, pero el dolor tan fuerte me tenía hecho pedazos, entonces a los lejos escuché pasos que en cuanto más se acercaban a mí, el ruido hacía mucho más intenso el dolor de cabeza. Ahora me acordaba de juramento, de la promesa que hacemos las personas con resaca, no volver a tomar nunca más en nuestras vidas.–David, mi amor. Tienes que reponerte –
Narra David de María–No Alondra, dónde se guarda la comida para que se conserve, ahí detrás mi madre, tiene un botiquín ¿Puedes traérmelo por favor?–Detrás del refrigerador querrás decir, déjame ver. Pero David es que no puedes tomarte nada, déjame llamar a Carmen, para saber si ya vienen en camino.Alondra tomó su móvil y comenzó a llamar a mi madre, yo me desplomé y me acosté en el sillón. Me sentía más mal que nunca en mi vida y en ese momento, entraron mi madre y Fina a la casa.–Hola chicos ¿Cómo están? – Nos saludó Fina.–Hola Fina, bien gracias –Respondió Alondra – Pasa y siéntate por favor.–Gracias, Alondra.–Hola Fina – La saludé, apenas si podía hablar.–Alondra hija, no te respondí porque ya estábamos llegando – Se disculpó mi madre con Alondra.–No pasa nada Carmen, bueno sí. David se siente muy mal. Tiene migraña y quería tomar algo del botiquín, pero no le di nada como me habías dicho. Le expliqué, que fuiste por Fina, para que lo atendiera.–Así es Alondra, tú y yo v
Narra Alondra FerreyraDavid se veía muy enojado con todo ese relajo de Fina y la sesión de acupuntura. Yo estaba en la cocina con Carmen y trataba a toda costa, de no reírme de él, pues luego todo podía salirme mal a mí, si se daba cuenta David, que todo este rollo era una cuestión mía, de Fina e incluso de Carmen, que nos habíamos puesto de acuerdo, para hacerlo sufrir un poco.-Alondra - Dijo Carmen detrás de mí - ¿Cómo va David con Fina?-Pues no sé Carmen, le han clavado más agujas, creo que Fina ya se pasó. Creo que ya ha sufrido mucho, el pobrecito - Dije un poco triste - Deberíamos decirle, que le quisimos dar una lección, por la borrachera de anoche y por todo lo demás.Yo no aguantaba verlo en ese estado y que lo que en realidad necesitaba era un analgésico, como él decía, que era lo que lo aliviaba. Estaba que le decía a Fina, que ya lo dejara descansar de tantas agujas clavadas en la cabeza. Pobre de mí David.-No Alondra, haríamos quedar mal a Fina y eso no se hace. Ademá
Narra Alondra Ferreyra–Más le vale que la aprendiera y sobre el fin de semana, ya no creo que sea buena idea, que vayan con Lisa y con el borracho del novio – Manifestó Carmen – Estoy muy molesta Alondra y es por eso, que quise hacer también esto de Fina para que David sepa, que conmigo no se juega y que no permitiré ese tipo de comportamientos ridículos.–Tienes razón Carmen, espero que él entienda esa lección y que sepa comportarse mejor de ahora en adelante – Le di la razón a Carmen – Por mí, está mucho mejor si no quieres que vayamos a lo del viernes. Lisa me cayó bien, pero el borracho ese como lo has llamado, no es una buena influencia para David.–Gracias por entender Alondra, espero que David no se enoje. Pero por lo que pasó, no los dejaré ir a ningún lado con ese borracho – Sentenció Carmen.Carmen y yo volvimos caminando a la cabaña de nuevo, Fina nos esperaba en el patio trasero con una cara de angustia, lo que hizo que me alarmara de inmediato preguntándome si David esta
Narra David de MaríaDesperté sin saber qué hora era ni si era de día, de noche o de tarde, en la oscuridad de mi recámara y debo admitir, que me sentía aún un poco aturdido. El dolor de cabeza se había relajado, pero no se había ido en su totalidad, pero al menos me sentía un poco menos mal, que hace rato y lo atribuí a que también me ayudó el dormir un rato. Me puse los zapatos tenis, pasé al baño y luego bajé, quería ver si Alondra y mi madre estaban en casa o si se habían ido a algún lado con Fina. Llegué abajo y vi que mi madre y Fina estaban en la sala jugando cartas muy concentradas, mi siquiera despegaron los ojos de sus cartas al bajar de la habitación. Busqué con la mirada a mi novia y di con ella, Alondra estaba en el comedor haciendo los deberes todavía. Ella al verme se emocionó y se levantó a abrazarme.–Mi amor, ¿Cómo te sientes? – Preguntó ella – Perdóname por dejarte solo, pero tuve que bajar a hacer mis tareas.Por eso no me podía quejar, Alondra era de las personas
Narra David de MaríaAlondra se despidió de mí con un tierno y apasionado beso, después se volvió a sentar dónde estaba en el comedor para seguir con su tarea. Yo por mi parte, me subí al auto con mi madre, quién tenía seguramente una intención oculta y siniestra en querer que fuéramos al pueblo a solas. Yo iba un poco nervioso removiéndome en mi asiento pero disimulaba esperando que sólo fuera una salida a comprar algo. Hasta que mi madre entró en la gasolinera y se estacionó fuera de la tienda de conveniencia. Pero no se movía de su sitio, era algo extraño de su parte, fácilmente nos hubiéramos ido al bosque cerca de la casa. No alejarnos tanto.–Pensé que iríamos al pueblo ¿Vas a comprar algo acá? O ¿Vas a hacer un pago? – Pregunté a mi madre.–Ni lo uno, ni lo otro David – Mi madre me miraba como si sus ojos fueran a salirse de sus órbitas – Estoy muy molesta y muy decepcionada de ti hijo. No puedes tapar el sol con un dedo, las cosas siempre se descubren, tarde que temprano.–Ya
Narra Alondra FerreyraAl encontrarme sola después de que David y Carmen se fueron, me apuré para terminar mis tareas y la de mis clientes, decidí una vez que tenía todo hecho y solucionado, llamar a mis amigos para platicar un rato y para ver si no se les ofrecía nada más, aparte de las tareas. Extrañaba esos días, después de clases.–Hola – Respondió Javier – Alondra no puedo creer que me estés llamando, pensé que tú chico, no te dejaría respirar.Javier se la pasaba molestando con lo mismo, pensaba que David era mi carcelero, pero era todo lo contrario, aquí podía ir y venir sin tener restricciones, era todo lo diferente, a lo que vivía con Petra. –Hola Javy ¿Cómo están? Espero que no me estén echando mucho de menos – Me reí un poco – Yo sí los extraño mucho, pero con todo y eso debo reconocer, que la he pasado muy bien, aquí en Valle de Bravo.Lo poco que había conocido hasta el momento, me gustaba demasiado y con eso de que, íbamos a empezar a hacer cosas al aire libre, me tenía