Narra David de MaríaMi princesa se quedó muda al escuchar que Lisa, una de mis pocas amigas que tenía en Valle de Bravo, no le tomaba importancia a los malos comentarios que ella había hecho con respecto a Dolores, ni tampoco a sus celos que dejó manifestarse en ese preciso momento y que por el contrario todo eso hizo que Lisa siguiera hablando con nosotros muy normal.–Chicos, les estoy hablando –Nos decía ella – Díganme ¿Hacemos algo esta noche o no? Para avisarle a mi novio.La verdad era que no estaba de ánimos para salir de casa, además eso no le agradaría a mi madre para nada, ya la conocía. Tendríamos que organizarlo para después, además a Alondra se le notaba el cabreo a leguas y su carita estaba triste. Mejor evitar que se empeorara la cosa. Alondra no sabía disimular su enojo.–No lo sé Lisa, es que recién llegamos a Valle ayer y mi madre tiene visita hoy en la casa. No queremos vernos mal, saliéndonos y dejándola sola con la visita. Mejor si te parece bien lo dejamos para
Narra David de María–Mi amor, mi consentida. Te pido que te calmes por favor y mi amiga se llama Lisa no Luisa – Me reí ante eso, que Alondra fuera tan despistada – Sí estuve aquí con Lola, no te lo negaré porque ya Lisa lo dijo, pero vinimos sólo una noche y regresamos al día siguiente y no llegamos a mi casa. Mi madre no aprobó jamás a Lola, menos nos hubiera permitido quedarnos aquí, si no me crees puedes preguntarle a mi madre ya que volvamos.–David, no me mientas ahora diciendo que no se quedaron ahí, no seas cínico neta. Ahora me vas a decir que vinieron solo a ver los árboles y que se durmieron a orillas del lago, que no te la cogiste ni nada. Neta no mames – Alondra estaba fuera de sí dándole golpes al tablero del auto – No sé ¿Qué ganas con mentirme? Si ya Lisa lo ha dicho todo.–Alondra, que no te estoy mintiendo, carajo. Vinimos a celebrar el cumpleaños del novio de Lisa y solo estuvimos aquí esa noche, desvelándonos, tomando en una fogata que hicimos y tú ya estás pensan
Narra Alondra FerreyraEstábamos haciendo la negociación con el oficial inútilmente para que nos dejara ir, después de cómo nos había encontrado. No teníamos excusa realmente pero al menos por mi parte había valido la pena, nunca habíamos hecho el amor así y se había sentido maravillosamente bien, no sé si por la adrenalina del peligro o por tanto tiempo que llevábamos sin hacer el amor. Lo disfruté al máximo y creo que a David le pasó lo mismo, afortunadamente ya habíamos terminado.Este había sido uno de los momentos más excitantes de mi vida, creo que no estaba preparada para que esto sucediera. Nos dejamos llevar por la pasión, pero estos hechos siempre acaban mal, ya sea porque otras personas se daban cuenta y denunciaban o los propios agentes llegaban en el momento justo, cuando menos se les necesitaba. Pero estoy contenta, feliz de haber vivido esta experiencia.David se fue caminando con el oficial, yo suponía que para llegar a un acuerdo porque el oficial quería que fuéramos
Narra Alondra Ferreyra–Hola Fina, disculpa la tardanza es que no había pasteles ya hechos y nos tocó esperar – David saludó a Fina – Pero todo tiene un lado bueno y ahora hasta tenemos dos opciones.–Hola David y muchas gracias, sabes que adoro los postres –Respondió Fina.–David y Alondra, ¿Podrían por favor poner la mesa? Ya se nos hizo tarde para comer – Nos pidió Carmen.–Claro que sí Carmen, sin problema –Respondí yo, aun apenada.Entramos David y yo, para buscar todo lo necesario para poner la mesa en la cocina y ya que teníamos todo, nos pusimos a poner los mantelitos individuales, los platos, los vasos, copas para vino y cubiertos. David y yo nos lanzábamos miradas cómplices y de la nada nos comenzamos a morir de risa de acordarnos de toda la situación por la que habíamos pasado hace rato. Cuando ya todo estaba listo en la mesa, les avisamos a Carmen y a Fina y ellas pasaron a sentarse a la mesa. David y yo no dejamos que Carmen hiciera nada y nos pusimos a atenderlas y desp
Narra David de MaríaLos rayos y la lluvia pegaban en mi cara y lograron despertarme, nos habíamos quedado dormidos Alondra y yo, en medio del bosque y cuando ya estábamos completamente empapados por el agua de la lluvia y los relámpagos iluminaban todo el bosque, quise despertar a Alondra y cómo siempre, me estaba costando mucho trabajo. No entendía como si nos estaban cayendo gotas enormes ella no podía despertar, estábamos lo que le sigue de empapados.–Alondra, mi amor, mi princesa despierta. Están cayendo rayos y estamos en medio del bosque, nena, por favor nos tenemos que ir de aquí – Le decía a su oído y la besaba para buscar que ella reaccionara – Mi muñequita despierta, por favor. Es peligroso estar aquí.Al ver que no despertaba, rápidamente me levanté y la tomé en mis brazos para alejarnos al menos un poco de los árboles. Era muy peligroso estar ahí, con la tormenta terrible que estaba cayendo. Afortunadamente cuando Alondra notó, que yo caminaba con ella en mis brazos, se
Narra David de María–Alondra, mi amor. Buenos días ¿Café? – Dije acercándole la taza, la cual ella tomó.–Sí mi amor, gracias. –Te ves hermosa mi amor, ¿Quieres ya bajar a desayunar? –No mi amor, aunque me bañe anoche me quisiera meter a bañar. Mi cabello es un desastre y tú ya estás muy guapo, vestido, cambiado y arreglado.–Son las ventajas de levantarse temprano, así rinde más el día – Me burlé un poco de ella – Pero tú no sabes de eso mi reina.–Vete al demonio – Me dijo ella riéndose y me aventó una almohada – Vete para que me pueda meter a bañar.–No me iré ahora que me has pegado con esa almohada menos – Respondí y le di también con una almohada – A toda acción hay una reacción mi princesa, no debiste pegarme.Ella no se dejó y se desató ahí una guerra de almohadas hasta que la voz de mi madre, nos interrumpió, dejándonos apenados ante el espectáculo que estábamos haciendo como si fuéramos dos niños chiquitos.–Chicos, les estoy gritando que si pueden bajar a ayudarme a hace
Narra Alondra FerreyraEstaba en la recámara de David, terminando de arreglarme para poder bajar con David y Carmen a desayunar algo, cuando me asomé por la ventana y pude ver que ellos estaban en el patio, en dónde nos sentamos David y yo a ver las estrellas y la luna la primera noche aquí. Veía que no estaban en una situación cómoda y a pesar de que no quería abrir la ventana para escuchar su conversación, pues parecía algo de muy mal gusto de mi parte.Pudo más la parte de mí que se preocupaba, porque mi chico estuviera de nuevo queriendo pelear por algo con Carmen. Así que abrí la ventana, para escuchar el motivo del desacuerdo entre ellos dos. No me gustaba que se pelearan.–David de María Ramírez, me vas a explicar en éste momento ¿A quién le compraste ese celular? No soy tonta, para darme cuenta de que en mi propia cara, te están extorsionando, cómo no te puedes dar cuenta de eso, hijo, por favor – Le reclamaba Carmen a David.–Madre, te prometo, que tengo una explicación y te
Narra Alondra FerreyraMe fui bajando lentamente hasta llegar al piso, me quedé llorando tirada en el suelo del balcón de la habitación de David, cuando escuché, que alguien subía la escalera. No me quería levantar, ¿para qué?Nunca debí de escuchar esa conversación y ahora me sentía peor que nunca, con un miedo terrible, a que esa mujer de una o de otra manera siguiera teniendo contacto con David y que después si lograba que él le volviera a tener confianza, pudiera intentar quitármelo.–Alondra hija, levántate del piso por favor – Me dijo Carmen – Vamos, bajemos para que desayunes algo.–Hola Carmen, lo siento pero no tengo hambre y de antemano me disculpo contigo, porque he escuchado toda la pelea entre David y tú – Le dije apenada – Sé que no debí hacerlo, pero la verdad es que me intrigaba ver el motivo, de que estuvieran tan molestos, el uno con el otro.–No te preocupes Alondra, era algo que yo venía justamente a comentar contigo. No quiero que entre nosotras existan problemas,