Narra David de María–Alondra, mi amor. Buenos días ¿Café? – Dije acercándole la taza, la cual ella tomó.–Sí mi amor, gracias. –Te ves hermosa mi amor, ¿Quieres ya bajar a desayunar? –No mi amor, aunque me bañe anoche me quisiera meter a bañar. Mi cabello es un desastre y tú ya estás muy guapo, vestido, cambiado y arreglado.–Son las ventajas de levantarse temprano, así rinde más el día – Me burlé un poco de ella – Pero tú no sabes de eso mi reina.–Vete al demonio – Me dijo ella riéndose y me aventó una almohada – Vete para que me pueda meter a bañar.–No me iré ahora que me has pegado con esa almohada menos – Respondí y le di también con una almohada – A toda acción hay una reacción mi princesa, no debiste pegarme.Ella no se dejó y se desató ahí una guerra de almohadas hasta que la voz de mi madre, nos interrumpió, dejándonos apenados ante el espectáculo que estábamos haciendo como si fuéramos dos niños chiquitos.–Chicos, les estoy gritando que si pueden bajar a ayudarme a hace
Narra Alondra FerreyraEstaba en la recámara de David, terminando de arreglarme para poder bajar con David y Carmen a desayunar algo, cuando me asomé por la ventana y pude ver que ellos estaban en el patio, en dónde nos sentamos David y yo a ver las estrellas y la luna la primera noche aquí. Veía que no estaban en una situación cómoda y a pesar de que no quería abrir la ventana para escuchar su conversación, pues parecía algo de muy mal gusto de mi parte.Pudo más la parte de mí que se preocupaba, porque mi chico estuviera de nuevo queriendo pelear por algo con Carmen. Así que abrí la ventana, para escuchar el motivo del desacuerdo entre ellos dos. No me gustaba que se pelearan.–David de María Ramírez, me vas a explicar en éste momento ¿A quién le compraste ese celular? No soy tonta, para darme cuenta de que en mi propia cara, te están extorsionando, cómo no te puedes dar cuenta de eso, hijo, por favor – Le reclamaba Carmen a David.–Madre, te prometo, que tengo una explicación y te
Narra Alondra FerreyraMe fui bajando lentamente hasta llegar al piso, me quedé llorando tirada en el suelo del balcón de la habitación de David, cuando escuché, que alguien subía la escalera. No me quería levantar, ¿para qué?Nunca debí de escuchar esa conversación y ahora me sentía peor que nunca, con un miedo terrible, a que esa mujer de una o de otra manera siguiera teniendo contacto con David y que después si lograba que él le volviera a tener confianza, pudiera intentar quitármelo.–Alondra hija, levántate del piso por favor – Me dijo Carmen – Vamos, bajemos para que desayunes algo.–Hola Carmen, lo siento pero no tengo hambre y de antemano me disculpo contigo, porque he escuchado toda la pelea entre David y tú – Le dije apenada – Sé que no debí hacerlo, pero la verdad es que me intrigaba ver el motivo, de que estuvieran tan molestos, el uno con el otro.–No te preocupes Alondra, era algo que yo venía justamente a comentar contigo. No quiero que entre nosotras existan problemas,
Narra David de MaríaDespués de que, me salí a perderme en la inmensidad del bosque por un rato, ya que realmente lo necesitaba para calmarme, despejarme y para estar lo más tranquilo posible para cuando se diera la discusión con Alondra, pues eso era seguro de que se daría, se daría. Ella no se iba a quedar tranquila después de saberlo todo y sé que ella tenía razón, por eso antes de confrontarla tuve que salir y tranquilizarme. Era lo mejor, para ella, para mí, para todos.Regresé a la casa y no las encontré ni a ella ni a mi madre, debieron salir juntas a algún lugar porque Alondra no conocía Valle de Bravo y aunque era muy aventurera, no la creía capaz de salirse sola a ningún lado. Me senté en la sala y llamé al móvil de mi madre pero no tuve respuesta, después llamé al móvil de Alondra y tampoco tuve respuesta. Lo único que con más razón podía asegurar ya que ninguna me respondía el móvil es que estaban juntas, era lo único seguro. Me senté a ver televisión y me sorprendió la ll
Narra David de MaríaDespués de que, me salí a perderme en la inmensidad del bosque por un rato, ya que realmente lo necesitaba para calmarme, despejarme y para estar lo más tranquilo posible para cuando se diera la discusión con Alondra, pues eso era seguro de que se daría, se daría. Ella no se iba a quedar tranquila después de saberlo todo y sé que ella tenía razón, por eso antes de confrontarla tuve que salir y tranquilizarme. Era lo mejor, para ella, para mí, para todos.Regresé a la casa y no las encontré ni a ella ni a mi madre, debieron salir juntas a algún lugar porque Alondra no conocía Valle de Bravo y aunque era muy aventurera, no la creía capaz de salirse sola a ningún lado. Me senté en la sala y llamé al móvil de mi madre pero no tuve respuesta, después llamé al móvil de Alondra y tampoco tuve respuesta. Lo único que con más razón podía asegurar ya que ninguna me respondía el móvil es que estaban juntas, era lo único seguro. Me senté a ver televisión y me sorprendió la ll
Narra Alondra FerreyraDavid llegó en un estado inconveniente esa noche y eso me puso peor de lo que ya estaba, o sea que no le había sido suficiente con estar enojado conmigo todo el día y ahora aparte de todo, llegaba en ese espantoso estado de ebriedad, cayéndose de borracho. Volteé a ver a Carmen, quién estaba enojada totalmente al igual que yo y para mi buena suerte, ella se adelantó a decirle algo a David.-Mira nada más como vienes, David de María. Eres el colmo, estás hasta el gorro de borracho ¿Se puede saber dónde estabas y con quién? - Lo reprendió Carmen - De verdad, que te veo y si alguien me lo hubiera dicho, no lo habría creído nunca.Bueno para mí era la primera vez que lo veía en ese estado, pues Carmen lo conocía bien y para que lo viera en esas fachas, debía ser algo nuevo también para ella. Los borrachos, se volvían impertinentes, la mayoría de los casos, David estaba moviéndose de un lado para otro.-Madre, estaba con mi amigo Andrés el novio de Lisa. Me invitó uno
Narra Alondra FerreyraEsa actitud de David me estaba desesperando totalmente. Estaba montando tal drama digno de una novela. No podía creer que estuviera montando todo ese numerito y lo peor es que estaba exponiendo su vida, así que muy a pesar de que estaba que me cargaba la chingada de coraje, caminé mojándome a dónde él estaba.-David, por favor. Deja de hacer esto - Lo tomé de la mano - Vamos a entrar a la casa.En ese momento un rayo, impactó muy lejos en el bosque retumbando el suelo, dándonos la señal que si no queríamos tener un desafortunado accidente, debíamos de entrar a la casa. Los arboles no eran recomendados, cuando estaba cayendo tremenda tormenta eléctrica. -Dime que me amas Alondra, dime que me perdonas - Me pedía mi chico mientras sus lágrimas se mezclaban con la lluvia - Por favor dímelo, mi princesa.Por esta vez, haría lo que decía, era preferible tenerlo calmado a buscar una mala hora en los confines del bosque, lo abracé y lo conduje de regreso a la casa, est
Narra David de MaríaDespués de esa noche tan intensa y tan apasionada, caí rendido de sueño y motivos me sobraban, podía ser por la borrachera que traía encima, por la intensa actividad con Alondra o por el cansancio tan intenso, que acumulé durante todo el día. No sé cuál de las 3 alternativas o si fue el conjunto de las tres lo que me llevó a caer inconsciente en mi cama, tanto que por la mañana siguiente cuando el intenso y espantoso dolor de cabeza me despertó no vi a Alondra y con solo abrir los ojos me lastimaba la luz de manera terrible y espantosa.Permanecí en mi cama recostado y me tapé la cara con una almohada, intenté volver a dormir, pero el dolor tan fuerte me tenía hecho pedazos, entonces a los lejos escuché pasos que en cuanto más se acercaban a mí, el ruido hacía mucho más intenso el dolor de cabeza. Ahora me acordaba de juramento, de la promesa que hacemos las personas con resaca, no volver a tomar nunca más en nuestras vidas.–David, mi amor. Tienes que reponerte –