Narra Alondra FerreyraSaliendo del laboratorio, nos fuimos directo a casa de David, la verdad no había sido tan terrible que me sacaran sangre como yo lo pensaba, por algo dicen que tienes que conocer y que vivir las cosas para expresar tu opinión y cómo nunca había pasado por ese proceso, no tenía forma de saber cómo era. De camino a su casa, David me mimaba como sólo él sabía hacerlo y eso me llenaba de amor, de caricias y de suaves besos que me hacían sentir amada, protegida y valorada. Aún no me acostumbraba del todo a eso, pero poco a poco entre más estaba con él, más me iba acostumbrando. Y pensaba que, eso me merecía, que alguien me quisiera tal cual era.–Alondra, ¿Cómo te sientes mi princesa? – Preguntó mi príncipe – Espero ya se te esté pasando la molestia del brazo.–Me siento bien, mi amor, ya no me duele el brazo ¿Tú cómo te sientes?–También bien, mi amor.–Chicos antes de que se me olvide mencionarlo, les aviso que nos iremos hasta el martes a Valle. He conseguido la
Narra Alondra Ferreyra–Pasen chicos, adelante – Les dije emocionada al abrirles la puerta.–Sí, adelante. Están en su casa –Les dijo David.–Gracias – Nos respondieron ellos y después entraron a la casa de David.Estuvimos platicando en la sala y compartiendo botana y refresco, después pedimos unas pizzas para cenar. Para terminar nuestra noche jugamos videojuegos hasta decir ya no más y ya bien entrada la madrugada del domingo mis amigos se fueron no sin antes hacerme la batiseñal para hablar a solas conmigo ya cuando se habían despedido de David.–David mi amor, hablaré con mis amigos un momento si no te molesta a ti, claro está.–Para nada mi princesa, te espero dentro.Me alejé por el jardín de entrada de la casa de David para ir con mis amigos y saber ¿De qué trataba tanto misterio que no podían decirme nada delante de mi chico? Me podía imaginar cuál era su preocupación, pues estaba bastante lejos Valle de Bravo.–Hola chicos, ¿Qué pasa?, ¿Por qué tanto misterio? – Les pregunté
Narra David de MaríaEl domingo me desperté muy tarde, apenas comenzaba a abrir los ojos cuando noté que Alondra no se encontraba a mi lado, lo que causó que los abriera de golpe. Me levanté de la cama y bajé a buscarla pero ella no estaba por ningún lado, me desesperé. Me senté en la sala y me disponía a llamarla al móvil cuando encontré un recado de mi madre que se habían ido juntas al club. Subí a la recámara como flecha, para preparar mis cosas y rápidamente ya estaba listo para irme al club para alcanzar a mi madre y a Alondra. No entiendo por qué no me levantaron, yo soy de fácil despertar. Tomé las llaves de auto y me dirigí hacia allá. Al llegar al club, estaba por hacer una llamada, cuando me encontré con una de las amigas de mi madre del casino. La señora, Fina Morgan.–Hola David, ¿Cómo estás? – Me saludó y abrazó Fina – Acabo de ver a tu madre hace un rato, pero a ti se te han pegado las cobijas.Ok, creo que por eso no me pudieron despertar, ahora fue mi turno de quedarm
Narra David de MaríaNos fuimos a otra área de la alberca dónde había poca gente y pusimos unas toallas en las sillas de ahí para sentarnos, después pedimos a los meseros del área de la alberca unas bebidas. Alondra comenzó a reírse y yo estaba desconcertado, no le veía ninguna gracia a lo que acababa de pasar. Lo bueno fue que lo ha tomado con humor.–David, no puedo creer todo lo que has montado en segundos – Alondra seguía riéndose – Es que se notó perfecto que estás celoso.–Pues claro que lo estoy. No me pareció que se vinieran al club ustedes solas y que además de eso, ese junior capullo desgraciado te estaba viendo así casi desnuda – El cabreo hablaba por mí – No quiero que vuelvas a pasearte así no estando yo.–David, no estaba ahí yo sola con él. Además yo no le estaba prestando atención pero se me hacía de mala educación dejar ahí a Carmen sola si he venido con ella – Decía Alondra – No hice nada malo y si no quieres que ande así medio desnuda como has dicho ¿Dime entonces q
Narra Alondra FerreyraCarmen al verme tan alterada caminó conmigo rumbo al área de los vestidores de mujeres, sin decirme nada y yo tampoco le dije nada, Carmen era muy discreta, ahí nos metimos a bañar y que bueno que no me preguntó nada. Era obvio que se había dado cuenta que David y yo nos habíamos peleado. Saliendo de bañarnos, ella estaba muy seria y hasta que pasó un rato mientras ella se secaba el cabello, se animó a decirme algo.–Alondra, sé que algo pasó entre mi hijo y tú. No tienes que decirme nada si no quieres, pero no pueden estar con este tipo de cosas, con la situación tan complicada que estamos viviendo – Dijo Carmen – Así que lo buscaremos y nos iremos todos juntos a casa.Tenía razón, si algo pasaba y nos teníamos que quedar aquí todo se iría complicando con Petra al asecho, no dejaría que eso ocurriera, ya me estaba haciendo a la idea de que pronto estaríamos lejos de ella. Nada nos podría salir mal, ahora que el viaje estaba a la vuelta de la esquina.–Perdóname
Narra Alondra FerreyraPor la mañana siguiente, David me despertó con toda la calma que le fue posible, yo no quería despertarme aún pero teníamos que bajar a desayunar pues no podía perder la cita que con tanto esfuerzo había logrado Carmen con la doctora el día de hoy. –Buenos días chicos, espero que durmieran bien – Nos saludó Carmen – Me tomé la molestia de servirles el desayuno.–Buenos días Carmen – La abracé – Todo se ve delicioso.–Gracias madre, disculpa que tardáramos en bajar. Sabes lo difícil que es despertar a Alondra.–No pasa nada hijo, buen provecho, chicos.–Gracias madre, provecho.–Provecho y gracias Carmen.Desayunamos un poco rápido yo no sabía hasta dónde íbamos a ir a la ginecóloga, hasta que llegó la hora de irnos. David, se fue con nosotras pero el quedó de verse con un amigo suyo en una plaza cercana al consultorio. Me despedí de él y se bajó en la plaza. Carmen y yo seguíamos nuestro camino rumbo a la consulta con la doctora. Los nervios ya comenzaban poco
Narra David de MaríaMi madre, me llamó para avisarme que mi amada Alondra y ella ya habían salido de la consulta con la ginecóloga. Yo tardé un rato más con mi amigo, por lo que ellas se fueron directo sin mí, más tarde me fui a casa en un taxi, al llegar encontré a mi madre y a mi princesa tomándose una copa de vino en la sala.–Hola hijo ¿Cómo te ha ido con tu amigo? –Me pregunta mi madre – Nosotras hace un rato que llegamos ¿Quieres una copa de vino? está delicioso.–Hola madre, hola Alondra mi princesa – Saludé a las dos mujeres de mi vida – Con mi amigo me ha ido muy bien y ¿A ustedes como les fue? acepto la copa de vino, gracias.–Nos fue bien, pero nos hubiera ido mejor si no nos quedábamos a la consulta. Aquí les digo a los dos con toda sinceridad que no fue grato para mí –Dijo Alondra – No me gustó que esa doctora me metiera la mano, todas esas cosas y el interrogatorio.Mi madre se levantó para servirme vino y yo estaba muy atento a lo que Alondra me contaba respecto a lo d
Narra David de María–Lo siento Ruperta, en serio. Deseo que a pesar de como se ha comportado Dolores conmigo y con mi novia que pueda estar bien pero me temo que no puedo ayudarlas.Ya sabía yo como eran esas ayudas, por el dinero no tenía problema, solo que Dolores se lo podía pensar de otra forma y ahí si le iba a fallar.–David por favor, hazlo por el amor que alguna vez sentiste por mi hermana. –Es que después de conocer a Alondra te puedo decir con toda seguridad que con Dolores solo teníamos atracción sexual. Al menos yo no la amé nunca – Dije con frialdad – Pero lamento en serio por lo que está pasando.–Si lo lamentaras nos ayudarías y más porque tú eres el culpable de todo – Gritó Ruperta – Desde que la terminaste ella se vino abajo y si se muere en parte tú serás culpable espero que puedas vivir con eso, adiós.Ruperta se dio media vuelta y comenzó a caminar. Yo pensaba dejarla marchar sin hacer nada, pero algo dentro de mí me hizo tener compasión y humanidad entonces la a