Narra Alondra FerreyraDavid, se quedó mirándome un poco enojado, lo que a mí me valió literalmente, en ese momento. Yo no quería ni estar cerca de él, ni de nadie. Caminé dejándolo, ahí parado en la calle y seguí caminando a pasos rápidos. Saqué otro cigarro de mi cangurera y lo encendí y seguí adelante, hasta que David, me alcanzó, me tomó por la cintura y quiso hacer valer, su autoridad.–Alondra, coño, ya te dije que no me gusta que fumes y no lo harás, joder – David, me quitó el cigarro de nuevo e hizo lo mismo, que con el otro – Deja ya, de ser tan infantil, que esas actitudes, las aborrezco de ti.Me molestaba cuando David, se ponía en ese plan, me encabronaba que quisieran mandarme, cosa que no le permitía a nadie, yo era libre, de hacer, lo que me diera la gana.–Yo aborrezco de ti, que me quieras controlar, justo como lo haces ahora – Subí el tono de voz – Suéltame y déjame estar sola, por favor. Lo necesito, te prometo que después, volveré a la casa con ustedes.Necesitaba
Narra David De MaríaDespués de llegar a casa y dormir un rato, pude notar, que Alondra estaba enojada conmigo, pues ella al parecer, había despertado antes que yo o tal vez, no había ni dormido. Yo desperté desorientado, pues no sabía cuantos días habían pasado, era una sensación muy fea, difícil e incómoda, esto que yo estaba sintiendo ahora. No quería, ni era mi intención arruinar este viaje, que era más que nada, para que Alondra conociera. Ella se salió de la recámara y yo, no me sentí con fuerzas, para salir detrás de ella. Cerré los ojos y me abandoné nuevamente al sueño.–De María, joder, despierta – Me dijo Romina y estaba cabreada al hacerlo – Ya no dormirás, ni un minuto más. Tenemos que irnos ahora mismo a Santillana del mar.Me encontraba bastante desorientado, y no eran modos de que me despertara, estaba muy mal, además yo no sabía, cuántas horas había dormido, pero con la forma de despertarme Romina, debía haber sido todo el día.–Romina, ¿Qué hora es? – Pregunté, frotá
Narra David De MaríaCreo que eso era lo que esperaba toda mujer, del hombre con el que estuviera, pero aquí había una gran diferencia, entre Sabadelle y yo.–A lo mejor en una de esas, encuentras a un tonto, como De María, que si se enamore de ti Jovana – Dijo mi colega – Y no te hagas ilusiones. No soy de los que se enamora de nadie y he tenido, mujeres hermosas a mí alrededor.Mi colega era directo, sabían las mujeres que estaban con él, de que iban, ya que este nunca les iba a prometer, algo que no les iba a dar, para que no se hicieran ilusiones, como le había dicho a Jovana. –Cómo la infeliz de Irina – Dijo Romina – Esa mujer, me cae en el hígado, pero tú, estás con ella, por sus senos y no porque la quieras, Sabadelle.Todos nos empezamos a reír en el auto y cuando menos esperé, Sabadelle se detuvo y entonces, me di cuenta, que habíamos llegado en cuestión de nada a Santillana del Mar, el lugar que yo consideraba, el más bonito para recorrerlo con mi consentida, era lo más he
Narra Alondra FerreyraEsa noche, después de regresar con los chicos, todos votamos, por quedarnos a dormir ahí en Santillana del Mar, aunque no estábamos tan lejos de San Vicente de la Barquera, todos seguíamos cansados por el recorrido del día y por la desvelada. Afortunadamente, Sabadelle, consiguió un lugar para quedarnos y era el Hotel Cuevas y apenas entramos, me di cuenta que Sabadelle, era un niño fresa como David, pues tenía un excelente gusto para los lugares. Él y David, se fueron a recepción, para que nos dieran las llaves de las habitaciones, mientras que las chicas y yo, recorríamos un poco el lugar. –Qué bueno que hemos venido con De María – Dijo Romina – Eso asegura, las estancias en lugares como estos. La vez que sólo salí con Sabadelle a un viaje así, acampamos en la playa.Pero hubiera sido mejor que hospedarse en grandes hoteles, aunque no estaba peleada con la comodidad que nos ofrecían, pero, hubiera sido una experiencia muy bonita acampar en ese lugar tan lindo
Narra Alondra FerreyraYo no sabía si Romina, me había leído el pensamiento con respecto a lo que estaba punto de suceder, pero le agradecía infinitamente el que se hubiera querido ir y llevar a Sabadelle y a Jovana. –Coincido con Romina – Dijo Jovana – Alondra y De María, tienen que gozar, de su celebración privada. Buenas noches.Se fueron despidiendo y el último fue Sabadelle, se veía que no había estado nada de acuerdo, con la decisión de David, de pedirme matrimonio, pero, ya a eso, no se le podía hacer nada.–Buenas noches, colega y Alondra – Dijo Sabadelle – Y muchas felicidades.–Gracias – Dijo mi güero.Cuando ellos se fueron a su habitación, David, se levantó del piso y yo, lo tomé de la mano. Mientras caminábamos de vuelta a la habitación, yo pensaba en la mejor forma de decirle, que no podía casarme con él, aunque tenía miedo, que eso acabara con la relación, yo tenía que ser valiente y decirle la verdad. Entramos a nuestra habitación y David, me preparó un café ahí, de
Narra David De MaríaPasamos cerca de dos semanas más, en San Vicente de la Barquera, haciendo base ahí, para movernos a demás localidades cercanas a Cantabria, volvimos a Comillas, regresamos a Santillana del Mar, varias veces, pues a Alondra y a mí, nos había encantado ese lugar y yo, había sido un iluso al soñar, que la vería vestida de blanco en ese lugar de ensueño y que ella y yo, nos uníamos en matrimonio, pero eso, no sería posible, al menos no ahora, en un futuro cercano. No dejé que eso me desanimara y el último día que estaríamos por Cantabria, nos fuimos a Fuente Dé, dónde tomamos un teleférico, yo me subí únicamente con Alondra y Sabadelle, se subió en otro con Romina y con Jovana.-Alondra, mi amor, ¿Qué te ha parecido Cantabria? - Le pregunté, mientras estábamos en el teleférico, mirando las impresionantes vistas - Espero, que te guste tanto como a mí.Era de los lugares que más me gustaban a mí, por eso había decidido traerla a que disfrutara de todos los lugares, que
Narra David De María–Si colega, yo también tengo algo de tos – Dijo Sabadelle – Pero es por el frío que hace.–Está bien, pero si en algún momento, te sientes mal, nos vamos mi hermosa Alondra. No le insistiría, pero estaría pendiente de todo lo que le pasara, no quería que nada en el mundo, dañara este hermoso viaje, así que debíamos continuar, caminando y disfrutando de todo lo que nos estaba enseñando este viaje. –Sí, mi amor.Cuando me aseguré que Alondra estaba bien, seguimos caminando por el lugar y después nos sentamos un poco en el pasto y cuando ya, nadie podíamos dar un paso, nos fuimos en el auto a comer a Potes y después de eso, pasamos al baño y nos subimos de vuelta al auto. Esta vez, Jovana se fue de copiloto con Sabadelle y yo, me fui con Romina y con Alondra, en la parte de atrás, pues íbamos a ir en el auto hasta Santander, para entregarlo y tomar un tren de vuelta a Madrid.–David, mi amor, me siento cansada – Me dijo mi princesa, cuando íbamos en la carretera.L
Narra Alondra FerreyraLos días que siguieron en Madrid, la pasamos muy bien con David, con Sabadelle y con las chicas, también con otros amigos de él. En nuestro último fin de semana en Madrid, yo me fui a quedar con Carmen, con Viri y con Begoña, a su casa, porque David, no pudo eludir el compromiso de ir a la boda de su hermano, Mi chico se veía guapísimo, cuando me fue a dejar con Carmen y a mí se me caía todo, de solo verlo así, guapísimo.-Alondra, mi princesa, vendré en la noche por ti - Me dijo mi chico con ternura - Te amo, preciosa. Te quedas aquí en las mejores manos, con mi madre y con las chicas.Me había dicho que solo iba a cumplir con ese compromiso, que no se pensaba quedar mucho tiempo en la fiesta, y me pareció lo mejor, no me gustaban, para nada esos dos hermanos de mi güero, ellos eran muy elitistas y que bueno que, ya no tuve que convivir con ninguno de los dos.-Te amo, mi príncipe - Lo abracé y nos besamos - Que te vaya muy bien, David de mi amor, de mi vida y