Narra David De MaríaEsa noche después de cenar, Alondra y yo, nos retiramos a nuestra recámara a descansar. Nos dimos un baño antes y por mucho que deseaba hacerla mía, no fue posible, me seguía sintiendo mal y me urgía meterme a la cama, para poder descansar, quería reponerme lo más rápido posible, pues mañana teníamos todo el día, para recorrer San Vicente de la Barquera y quería estar al 100%.–Buenas noches, mi consentida – La abracé y la llené de besos – Descansa y relájate, que hoy fue un día cansado.Demasiado para mi buen gusto, no pensé, que me fuera a dar ese desvanecimiento en el recorrido, si bien no me gustaban mucho ese tipo de actividades, lo había hecho, porque no quería que mi consentida fuera sola, y si lo hubiera pensado mejor, ni siquiera me hubiera atrevido a hacerlo.–Sí mi amor, buenas noches mi güero – Me dijo ella al oído – Duerme tranquilo, que yo haré lo mismo, ¿Ya te sientes mejor?Los dos estábamos súper cansados, se le notaba a mi chica cuando hablaba, p
Narra David De María-No lo sé, solo sé que me siento de la fregada y que ustedes, en lugar de ayudarme, están empeorando todo, de saber que se pondrían así, mejor me quedaba acostado sufriendo en la recámara - Dije molesto - Vuelvan a lo suyo, que parece, que los saqué de algo.Romina y Sabadelle, se apartaron un poco de mí. Después ella, se regresó a su recámara de ellos y Sabadelle, permaneció acompañándome. Yo no decía nada, solo cerraba los ojos y pedía a todos los santos, que me quitaran ese malestar. No quería, que, por ningún motivo, las vacaciones con Alondra, se jodieran, de ninguna manera, eso, no lo pensaba permitir nunca. -De María, tú estás intoxicado - Dijo Jovana - Te prepararé una infusión y con eso, te vas a mejorar. Eso sí, eso te hará que devuelvas el estómago unas cuantas veces, pero es para sacar lo malo.-No Jovana, por favor, que yo no quiero estar devolviendo, además eso es asqueroso - Dije apenado - Mejor, llamen a un médico o alguien que pueda checarme, me
Narra Alondra FerreyraAl día siguiente veía a David, demasiado raro, no sé, pero algo definitivamente, que no estaba para nada bien con él. Todo el día, lo había notado demasiado misterioso, pero no dije nada en el paseo, para no echar a perder las cosas. Por la noche cuando volvimos a la casa, me puse a ayudarles a las chicas a poner la mesa, pues esa noche íbamos a cenar ahí en la casa y ya que nos sentamos todos y empezamos a tomar lo que íbamos a cenar, se reveló el motivo, por el que mi amado güero estaba así.–Colega, por favor, ten cuidado con lo que comes hoy, que la nochecita que nos diste hace poco, estuvo fatal – Le dijo Sabadelle a mi chico – Necesito, que estés al 100%. –Lo estoy, créeme que lo estoy al 100% colega, a lo mejor soñaste que algo me pasó – Respondió David, mirando sospechosamente a Sabadelle – Yo desperté, como si nada, con mi consentida.–De eso nada, De María – Dijo Jovana – Sí, esa noche, pensé que ya íbamos a notificarle a Carmen, de tu fallecimiento.
Narra Alondra FerreyraDavid, se quedó mirándome un poco enojado, lo que a mí me valió literalmente, en ese momento. Yo no quería ni estar cerca de él, ni de nadie. Caminé dejándolo, ahí parado en la calle y seguí caminando a pasos rápidos. Saqué otro cigarro de mi cangurera y lo encendí y seguí adelante, hasta que David, me alcanzó, me tomó por la cintura y quiso hacer valer, su autoridad.–Alondra, coño, ya te dije que no me gusta que fumes y no lo harás, joder – David, me quitó el cigarro de nuevo e hizo lo mismo, que con el otro – Deja ya, de ser tan infantil, que esas actitudes, las aborrezco de ti.Me molestaba cuando David, se ponía en ese plan, me encabronaba que quisieran mandarme, cosa que no le permitía a nadie, yo era libre, de hacer, lo que me diera la gana.–Yo aborrezco de ti, que me quieras controlar, justo como lo haces ahora – Subí el tono de voz – Suéltame y déjame estar sola, por favor. Lo necesito, te prometo que después, volveré a la casa con ustedes.Necesitaba
Narra David De MaríaDespués de llegar a casa y dormir un rato, pude notar, que Alondra estaba enojada conmigo, pues ella al parecer, había despertado antes que yo o tal vez, no había ni dormido. Yo desperté desorientado, pues no sabía cuantos días habían pasado, era una sensación muy fea, difícil e incómoda, esto que yo estaba sintiendo ahora. No quería, ni era mi intención arruinar este viaje, que era más que nada, para que Alondra conociera. Ella se salió de la recámara y yo, no me sentí con fuerzas, para salir detrás de ella. Cerré los ojos y me abandoné nuevamente al sueño.–De María, joder, despierta – Me dijo Romina y estaba cabreada al hacerlo – Ya no dormirás, ni un minuto más. Tenemos que irnos ahora mismo a Santillana del mar.Me encontraba bastante desorientado, y no eran modos de que me despertara, estaba muy mal, además yo no sabía, cuántas horas había dormido, pero con la forma de despertarme Romina, debía haber sido todo el día.–Romina, ¿Qué hora es? – Pregunté, frotá
Narra David De MaríaCreo que eso era lo que esperaba toda mujer, del hombre con el que estuviera, pero aquí había una gran diferencia, entre Sabadelle y yo.–A lo mejor en una de esas, encuentras a un tonto, como De María, que si se enamore de ti Jovana – Dijo mi colega – Y no te hagas ilusiones. No soy de los que se enamora de nadie y he tenido, mujeres hermosas a mí alrededor.Mi colega era directo, sabían las mujeres que estaban con él, de que iban, ya que este nunca les iba a prometer, algo que no les iba a dar, para que no se hicieran ilusiones, como le había dicho a Jovana. –Cómo la infeliz de Irina – Dijo Romina – Esa mujer, me cae en el hígado, pero tú, estás con ella, por sus senos y no porque la quieras, Sabadelle.Todos nos empezamos a reír en el auto y cuando menos esperé, Sabadelle se detuvo y entonces, me di cuenta, que habíamos llegado en cuestión de nada a Santillana del Mar, el lugar que yo consideraba, el más bonito para recorrerlo con mi consentida, era lo más he
Narra Alondra FerreyraEsa noche, después de regresar con los chicos, todos votamos, por quedarnos a dormir ahí en Santillana del Mar, aunque no estábamos tan lejos de San Vicente de la Barquera, todos seguíamos cansados por el recorrido del día y por la desvelada. Afortunadamente, Sabadelle, consiguió un lugar para quedarnos y era el Hotel Cuevas y apenas entramos, me di cuenta que Sabadelle, era un niño fresa como David, pues tenía un excelente gusto para los lugares. Él y David, se fueron a recepción, para que nos dieran las llaves de las habitaciones, mientras que las chicas y yo, recorríamos un poco el lugar. –Qué bueno que hemos venido con De María – Dijo Romina – Eso asegura, las estancias en lugares como estos. La vez que sólo salí con Sabadelle a un viaje así, acampamos en la playa.Pero hubiera sido mejor que hospedarse en grandes hoteles, aunque no estaba peleada con la comodidad que nos ofrecían, pero, hubiera sido una experiencia muy bonita acampar en ese lugar tan lindo
Narra Alondra FerreyraYo no sabía si Romina, me había leído el pensamiento con respecto a lo que estaba punto de suceder, pero le agradecía infinitamente el que se hubiera querido ir y llevar a Sabadelle y a Jovana. –Coincido con Romina – Dijo Jovana – Alondra y De María, tienen que gozar, de su celebración privada. Buenas noches.Se fueron despidiendo y el último fue Sabadelle, se veía que no había estado nada de acuerdo, con la decisión de David, de pedirme matrimonio, pero, ya a eso, no se le podía hacer nada.–Buenas noches, colega y Alondra – Dijo Sabadelle – Y muchas felicidades.–Gracias – Dijo mi güero.Cuando ellos se fueron a su habitación, David, se levantó del piso y yo, lo tomé de la mano. Mientras caminábamos de vuelta a la habitación, yo pensaba en la mejor forma de decirle, que no podía casarme con él, aunque tenía miedo, que eso acabara con la relación, yo tenía que ser valiente y decirle la verdad. Entramos a nuestra habitación y David, me preparó un café ahí, de