Narra David De MaríaAlondra y Sabadelle, ya no fueron a ningún lado, pues el miedo que ella, le tuvo a las palomas, fue mayor, que sus ganas de alejarse. Se fueron a sentar a un café ahí en la plaza y estuvieron esperando, hasta que me desocupé con las chicas de ir de compras y había sido lo mejor, había comprado varias cosas para mí y muchas para Alondra, con ayuda de Romina y de Jovana, que parecían unas expertas en el tema de las compras. Cuando terminamos de las compras, nos fuimos un rato a uno de los restaurantes del centro a cenar y a tomar unas cañas, pues al día siguiente muy temprano, nos iríamos a San Vicente de la Barquera.–Estás muy lento para tomar De María – Se estaba burlando Sabadelle – Tienes que tomar con más ganas, colega.Pues quería estar sobrio, para cuando nos fuéramos mañana seguir con lo planeado, lo podía hacer perfectamente cuando llegáramos a nuestro destino, podía dejarlo para mañana.–Yo sé porque no quiere tomar más – Dijo Alondra – A mi güero le da m
Narra David De MaríaNos quedamos dormidos, casi de inmediato Alondra y yo, estábamos muy cansados de todo el día, caminando y conociendo. Al día siguiente muy temprano, yo empecé a empacar todo y dejé dormir un poco más a Alondra, amaba verla así, plácidamente descansando, sin que nada importunara su sueño. Ella al poco tiempo, se despertó y yo, le llevé un café recién hecho, en la cafetera de la habitación.–Buenos días, mi consentida, se ve que has descansado, muy bien – Le di la taza de café humeante y un tierno y apasionado beso – Te amo, tómatelo preciosa, ya tenemos que salir, en poco tiempo.Teníamos que estar listos, antes de que viniera Sabadelle, como siempre con sus impertinencias, así que teníamos que apurarnos, para cambiarnos y estar lo antes posible.–Está bien mi amor, me lo tomaré, muchas gracias – Dije llena de felicidad – Te amo, David De María Ramírez.–También te amo, Alondra. Ella se tomó el café y yo, tomé también una taza y cuando terminamos de hacerlo, ella
Narra Alondra FerreyraSalimos de la casa a la que habíamos llegado y nos fuimos primero a almorzar algo, ya que nadie habíamos desayunado. Fuimos al restaurante Puente de La Maza, pues era de los restaurantes más cercanos, de la casa en la que estábamos. Sufrí un poco, pues casi todo lo que había de desayunar y de comer en ese lugar eran mariscos y cosas del mar, lo que era lógico, pues San Vicente de la Barquera es un puerto. Tuve que pedir un postre y un plato de fruta, pues a mí no me gustaban las cosas del mar.–Alondra, no quiero que te quedes así sin comer casi nada – Se preocupó Sabadelle – Podemos ir a otro lado, si así lo prefieres.–No, por mí no se preocupen, está bien – Dije convencida – Con este postre yo, aguanto bien y con la fruta. No me gusta la comida del mar y no acostumbro a desayunar mucho.–Sí, mi consentida es así, no le gusta nada de la comida del mar – Me defendió mi güero – Ya más tarde, podemos buscar un lugar dónde haya más variedad de comidas.–Claro no p
Narra Alondra Ferreyra–Mira Alondra, aquí es Posada Punta Linera – Me dijo Sabadelle – Aquí nos pensábamos quedar, pero tu güero no quiso.Era un sitio, por demás espectacular y David, no había querido hospedarse, no entendía el porqué, eso era un lugar soñado, como de una película, algo hermoso, para recordar.–No entiendo el motivo, se ve hermoso, parece una casita muy acogedora en medio del campo – Dije emocionada – Podría vivir aquí, definitivamente, sin vecinos y sin nadie alrededor.Fuera feliz, si tuviera un lugar así, solo para mí, donde nadie fuera a molestarme, me hubiera gustado, más este lugar que el que había elegido mi chico, pero el otro, también estaba hermoso.–También yo – Dijo Romina – Por eso, queríamos quedarnos aquí y en el plan romántico en el que venimos, además, nos iba a ir demasiado bien eso. Pero el problema ha sido, que David, quería algo de súper lujo, para traerte.Para mí no era necesario, que se gastara las millonadas, en querer darme lujos y cosas po
Narra David De MaríaEsa noche después de cenar, Alondra y yo, nos retiramos a nuestra recámara a descansar. Nos dimos un baño antes y por mucho que deseaba hacerla mía, no fue posible, me seguía sintiendo mal y me urgía meterme a la cama, para poder descansar, quería reponerme lo más rápido posible, pues mañana teníamos todo el día, para recorrer San Vicente de la Barquera y quería estar al 100%.–Buenas noches, mi consentida – La abracé y la llené de besos – Descansa y relájate, que hoy fue un día cansado.Demasiado para mi buen gusto, no pensé, que me fuera a dar ese desvanecimiento en el recorrido, si bien no me gustaban mucho ese tipo de actividades, lo había hecho, porque no quería que mi consentida fuera sola, y si lo hubiera pensado mejor, ni siquiera me hubiera atrevido a hacerlo.–Sí mi amor, buenas noches mi güero – Me dijo ella al oído – Duerme tranquilo, que yo haré lo mismo, ¿Ya te sientes mejor?Los dos estábamos súper cansados, se le notaba a mi chica cuando hablaba, p
Narra David De María-No lo sé, solo sé que me siento de la fregada y que ustedes, en lugar de ayudarme, están empeorando todo, de saber que se pondrían así, mejor me quedaba acostado sufriendo en la recámara - Dije molesto - Vuelvan a lo suyo, que parece, que los saqué de algo.Romina y Sabadelle, se apartaron un poco de mí. Después ella, se regresó a su recámara de ellos y Sabadelle, permaneció acompañándome. Yo no decía nada, solo cerraba los ojos y pedía a todos los santos, que me quitaran ese malestar. No quería, que, por ningún motivo, las vacaciones con Alondra, se jodieran, de ninguna manera, eso, no lo pensaba permitir nunca. -De María, tú estás intoxicado - Dijo Jovana - Te prepararé una infusión y con eso, te vas a mejorar. Eso sí, eso te hará que devuelvas el estómago unas cuantas veces, pero es para sacar lo malo.-No Jovana, por favor, que yo no quiero estar devolviendo, además eso es asqueroso - Dije apenado - Mejor, llamen a un médico o alguien que pueda checarme, me
Narra Alondra FerreyraAl día siguiente veía a David, demasiado raro, no sé, pero algo definitivamente, que no estaba para nada bien con él. Todo el día, lo había notado demasiado misterioso, pero no dije nada en el paseo, para no echar a perder las cosas. Por la noche cuando volvimos a la casa, me puse a ayudarles a las chicas a poner la mesa, pues esa noche íbamos a cenar ahí en la casa y ya que nos sentamos todos y empezamos a tomar lo que íbamos a cenar, se reveló el motivo, por el que mi amado güero estaba así.–Colega, por favor, ten cuidado con lo que comes hoy, que la nochecita que nos diste hace poco, estuvo fatal – Le dijo Sabadelle a mi chico – Necesito, que estés al 100%. –Lo estoy, créeme que lo estoy al 100% colega, a lo mejor soñaste que algo me pasó – Respondió David, mirando sospechosamente a Sabadelle – Yo desperté, como si nada, con mi consentida.–De eso nada, De María – Dijo Jovana – Sí, esa noche, pensé que ya íbamos a notificarle a Carmen, de tu fallecimiento.
Narra Alondra FerreyraDavid, se quedó mirándome un poco enojado, lo que a mí me valió literalmente, en ese momento. Yo no quería ni estar cerca de él, ni de nadie. Caminé dejándolo, ahí parado en la calle y seguí caminando a pasos rápidos. Saqué otro cigarro de mi cangurera y lo encendí y seguí adelante, hasta que David, me alcanzó, me tomó por la cintura y quiso hacer valer, su autoridad.–Alondra, coño, ya te dije que no me gusta que fumes y no lo harás, joder – David, me quitó el cigarro de nuevo e hizo lo mismo, que con el otro – Deja ya, de ser tan infantil, que esas actitudes, las aborrezco de ti.Me molestaba cuando David, se ponía en ese plan, me encabronaba que quisieran mandarme, cosa que no le permitía a nadie, yo era libre, de hacer, lo que me diera la gana.–Yo aborrezco de ti, que me quieras controlar, justo como lo haces ahora – Subí el tono de voz – Suéltame y déjame estar sola, por favor. Lo necesito, te prometo que después, volveré a la casa con ustedes.Necesitaba