Narra Alondra FerreyraDespués de ver a Sabadelle, no pude evitar llorar. Me sentía demasiado mal y no quería saber más de David, aunque amaba a mi chico con todo mi corazón, era el colmo que encima de todo, mandaba a todo el mundo a que hablara conmigo, primero a Carmen y ahora hasta a Sabadelle. Además de lo patán que fue conmigo, también era un pocos huevos, que no tenía el valor de venir a tocar a la puerta de este lugar y de luchar por él mismo, por una oportunidad de hablar conmigo.–Alondra, hija – Carmen me abrazó, viéndome como estaba – Te quiero mucho, ven vamos a dar una vuelta caminando.–Gracias Carmen, pero ahora lo que necesito es un trago – Le confesé – Me siento muy mal y después de ver a Sabadelle, confirmo lo que te he dicho antes, que yo, ya no quiero estar con David De María, lo siento, pero me quiero regresar a México.–Ya no llores hijita – Carmen, me limpió mis lágrimas – Vamos a tomar unas cervezas a un bar que queda cerca a pie y lo platicamos, no soy muy de
Narra Alondra FerreyraDespués cuando me pude calmar algo, subí con Carmen a que me prestara algo decente para poder salir con Sabadelle y me maquilló un poco, para cubrir mis lágrimas, que amenazaban con volver a salir de mis ojos.–Que bonita estás Alondra, te espera abajo un galán – Dijo Begoña – Es Sabadelle y está como quiere.Bego, no mentía, Sabadelle, estaba muy bien, aunque yo lo veía como mi amigo, no se podía negar, que estaba muy guapo y que le gustaba a casi todas las mujeres, por lo que me había dado cuenta.–Bego, tú si que no te mides – La regañó Carmen – Sabadelle, solo es amigo de Alondra y viene por ella, para que salgan un rato.–Está bien, yo no he dicho nada – Bego, se fue riéndose.Carmen y yo bajamos, ella se saludó con Sabadelle y después yo me fui con él, me abrió la puerta de su camioneta, para que subiera y estaba conduciendo, hacia no sabía dónde, lo veía muy triste y muy pensativo, pero no quise preguntarle nada, pues no quería que saliera con nada que to
Narra David De MaríaAlondra me seguía amando, tanto o más de lo que yo, la amaba a ella y por eso me sentía dichoso, ella era la mujer de mi vida y con ese beso que le había robado y que ella terminó correspondiéndome, me sentí con un poco más de ánimos, para luchar, porque no se fuera de mi lado. El lado malo de todo esto es, que mi princesa, se había desmayado y por poco y no la alcanzaba a sostener. La cargué y la recosté en la cama de Sabadelle, quién estaba transparente del susto.–Colega, esto es muy serio – Me dijo él – Alondra, está inconsiente y muy pálida, no tiene color alguno en sus mejillas. Tenemos que hacer algo, voy a traerte alcohol.Sabadelle se fue a buscar el botiquín para traer el alcohol, como había dicho, esperando que esto funcionara a la primera, cosa que nos costaba mucho, cuando se había puesto de esta forma.–Gracias amigo, es que ella ha estado mal de salud – Le platiqué – Desde México, es que viene padeciendo, estos mareos y estos desmayos que la están a
Narra David De María–Lo siento mucho, colega – Sabadelle estaba triste – Yo nunca te había visto, así tan perdido de amor por una mujer, pero es mejor, que sí ella quiere irse, que la dejes ir. No la puedes obligar, a seguir en Madrid.Me negaba a mí mismo, que lo mío con mi consentida haya muerto. Era algo, que no quería y no podía concebir, ni entender y mucho menos aceptar. Ella era la mujer de mi vida, la mujer que amaba y quería darle la sorpresa de ir a ver a Bustamante, yo necesitaba, darle eso al menos y esperaba que con eso, Sabadelle, me pudiera ayudar, a convencerla, que me diera una última noche juntos, la noche de su cumpleaños.–Colega, me has dado una gran idea – Me levanté del piso esperanzado – Te pediré otro gran favor, abusando de tu buena voluntad, para ayudarnos a mi consentida y a mí.–Dime, De María ¿Qué necesitas, que haga por ustedes? Y con mucho gusto, lo haré.–Quiero, que entres ahora con Alondra y que le pidas que hable conmigo, pero antes que vayas a dec
Narra Alondra FerreyraEsa noche, después de que David se fue, Sabadelle me llevó de regreso a casa de la amiga de Carmen y al llegar ahí, Carmen ya me estaba esperando. Sabadelle y yo, nos despedimos y después yo, entré con Carmen a la casa de su amiga y me debatía entre contarle o no, que había visto a David, pero, de cualquier manera, ella se iba a enterar y, además, no estaría para nada por demás, que ella, me pudiera dar su sabio consejo.–Hola hija, veo que te ha ido muy bien – Carmen, me abrazó – Te ves muy contenta, que bueno que la pasaste bien con Sabadelle ¿Te preparo, algo de cenar?–Hola Carmen, no muchas gracias. Mejor subamos a descansar.–Cómo quieras hija.Carmen y yo, subimos a su recámara y mientras yo me alistaba para dormir, ella se sentó en la cama, como cualquier madre lo haría con su hija, esperando que yo le contara, como me había ido con Sabadelle.–Carmen, tienes razón, me fue bien con Sabadelle. Excepto por algo – Tomé aire, antes de decírselo – Vi ahí a Da
Narra Alondra Ferreyra–Después se pelean – Viri les dijo a las dos – Alondra, por favor destapa la tarjeta, estoy desesperada, por saber quién te manda las flores.–Está bien, ya voy.Retiré con cuidado la tarjeta, del arreglo floral y abracé un peluchito que tenía incluido, yo estaba segura que eran de David, pero al abrir la tarjeta, sentí muchas cosas, que me despertó leer, quién la mandaba y mis lágrimas, salieron como cascadas de mis ojos.–Las flores, me las ha mandado Axel – Les dije a todas – Es un amigo mío de México, no sé como supo la dirección de aquí.–Yo se la he dado – Dijo Carmen – El día que me llamó, le quise decir en dónde ibas a estar, porque él, estaba muy preocupado por ti.–Gracias Carmen, quiero llamarlo para darle las gracias, ¿Me podrías ayudar Carmen? A hacer la llamada, por favor.–Claro que sí, hija – Carmen me abrazó.–Ahh no – Viri y Bego, estaban molestas – Antes que llames, para agradecer las flores, nos tienes que enseñar a ese Axel, queremos saber,
Narra David De MaríaNo lo demostraba, pero estaba un poco nervioso, más bien demasiado nervioso porque, aunque veía muy feliz y muy tranquila a mi consentida, no sabía si lo que estaba por hacer esta noche, me iba a resultar de la forma que yo pensaba, pero esperaba que así fuera. Por lo pronto, ella estaba feliz con las flores, con el regalo que le había dado y para cerrar la noche como debía ser, cuando estábamos por llegar al teatro Nuevo Apolo, en el que le tenía la mejor sorpresa de la noche, pensaba, que esta sería la sorpresa, que le haría bajar la guardia.–Mi consentida, cierra tus ojos, te los voy a cubrir – Le avisé – Es para la otra sorpresa que te tengo, preciosa.–Está bien David, hazlo – Ella accedió – Pero, ¿A dónde vamos? –Es sorpresa, mi princesa.Le cubrí los ojos a mi hermosa Alondra y cuando nos encontramos en nuestros lugares en el teatro, los cuales eran lugares vip, por supuesto, ella aún los tenía cubiertos, pues mi sorpresa, no tardaba en dar inicio y cuan
Narra David De María–Nunca podría olvidarlo amor mío – Ella quería llorar de nuevo – Me sentía morir, de saber que nos peleamos y pensé que nunca, volveríamos a estar así, como estamos ahora, juntos, me dolía saberte lejos de mí.–Te amo, Alondra. Yo también sentí que te iba a perder, te prometo, no volver a tratarte así, nunca más. Nos dimos un apasionado beso y después, nos llevaron un poco de vino y una fina botana de tapas, quesos y carnes frías para degustar. Alondra y yo, nos tomamos un momento para botanear, platicar y relajarnos. Después de botanear y compartir un rato, nos llevaron la cena y cenamos con tranquilidad una cena gourmet de tres tiempos con un exquisito vino, cuando terminamos de cenar, se veía que era el momento, que sería más difícil para mí, pues sabría si Alondra iba a querer subir a la suite conmigo o si no quería, pues tendría que resignarme. Ahora que ella, me había perdonado, no me podía dar el lujo de hacer algo, que ella no quisiera.–David, muchas gra