Narra Alondra Ferreyra–Después se pelean – Viri les dijo a las dos – Alondra, por favor destapa la tarjeta, estoy desesperada, por saber quién te manda las flores.–Está bien, ya voy.Retiré con cuidado la tarjeta, del arreglo floral y abracé un peluchito que tenía incluido, yo estaba segura que eran de David, pero al abrir la tarjeta, sentí muchas cosas, que me despertó leer, quién la mandaba y mis lágrimas, salieron como cascadas de mis ojos.–Las flores, me las ha mandado Axel – Les dije a todas – Es un amigo mío de México, no sé como supo la dirección de aquí.–Yo se la he dado – Dijo Carmen – El día que me llamó, le quise decir en dónde ibas a estar, porque él, estaba muy preocupado por ti.–Gracias Carmen, quiero llamarlo para darle las gracias, ¿Me podrías ayudar Carmen? A hacer la llamada, por favor.–Claro que sí, hija – Carmen me abrazó.–Ahh no – Viri y Bego, estaban molestas – Antes que llames, para agradecer las flores, nos tienes que enseñar a ese Axel, queremos saber,
Narra David De MaríaNo lo demostraba, pero estaba un poco nervioso, más bien demasiado nervioso porque, aunque veía muy feliz y muy tranquila a mi consentida, no sabía si lo que estaba por hacer esta noche, me iba a resultar de la forma que yo pensaba, pero esperaba que así fuera. Por lo pronto, ella estaba feliz con las flores, con el regalo que le había dado y para cerrar la noche como debía ser, cuando estábamos por llegar al teatro Nuevo Apolo, en el que le tenía la mejor sorpresa de la noche, pensaba, que esta sería la sorpresa, que le haría bajar la guardia.–Mi consentida, cierra tus ojos, te los voy a cubrir – Le avisé – Es para la otra sorpresa que te tengo, preciosa.–Está bien David, hazlo – Ella accedió – Pero, ¿A dónde vamos? –Es sorpresa, mi princesa.Le cubrí los ojos a mi hermosa Alondra y cuando nos encontramos en nuestros lugares en el teatro, los cuales eran lugares vip, por supuesto, ella aún los tenía cubiertos, pues mi sorpresa, no tardaba en dar inicio y cuan
Narra David De María–Nunca podría olvidarlo amor mío – Ella quería llorar de nuevo – Me sentía morir, de saber que nos peleamos y pensé que nunca, volveríamos a estar así, como estamos ahora, juntos, me dolía saberte lejos de mí.–Te amo, Alondra. Yo también sentí que te iba a perder, te prometo, no volver a tratarte así, nunca más. Nos dimos un apasionado beso y después, nos llevaron un poco de vino y una fina botana de tapas, quesos y carnes frías para degustar. Alondra y yo, nos tomamos un momento para botanear, platicar y relajarnos. Después de botanear y compartir un rato, nos llevaron la cena y cenamos con tranquilidad una cena gourmet de tres tiempos con un exquisito vino, cuando terminamos de cenar, se veía que era el momento, que sería más difícil para mí, pues sabría si Alondra iba a querer subir a la suite conmigo o si no quería, pues tendría que resignarme. Ahora que ella, me había perdonado, no me podía dar el lujo de hacer algo, que ella no quisiera.–David, muchas gra
Narra Alondra FerreyraNo podía creer, que me había reconciliado con David y me sentía la mujer más feliz del mundo, volvimos en la limusina a casa de Begoña, porque queríamos contarles, a Carmen y a las chicas, que nos habíamos reconciliado. Todo el camino, mi güero, me abrazaba, me besaba y me llenaba de pequeños besos, haciendo que yo, me sintiera en el cielo, cómo cada vez que estaba a su lado.–Te amo Alondra, gracias por la oportunidad, que me has dado de volver a estar juntos, mi consentida – Me dijo mi príncipe – Eres, la mujer que amo y que amaré por toda la vida.Yo no podía vivir sin él, esta reconciliación, me lo confirmaba, estábamos hechos el uno para el otro, esperaba no volvernos a pelear de nuevo de esa forma, porque yo había estado dispuesta a regresarme a Ciudad de México, sin importarme nada más.–Te amo mi güero, yo también te amo y espero que nunca, volvamos a pelear así, sabes, que lo eres todo para mí.Me subí encima de mi güero y nos empezamos a besar, total e
Narra Alondra Ferreyra–Déjenme salir a verlo – Dijo Bego – Tengo que, darle gusto a la vista.Bego, no perdía ninguna oportunidad de deleitarse la pupila viendo a Sabadelle, que en verdad era un chico muy guapo. Y ella al parecer le gustaba mucho, aunque dijera Carmen que había mucha diferencia de edad, yo a Bego, la veía hasta más joven que la tía de David, la señora que dijo Sabadelle, que le había dado lo suyo.–Claro que sí, madre. Nos ponemos de acuerdo, para que nos veamos algunos de estos días – Dijo mi chico – Ya nos vamos.–Adelántate con Sabadelle hijo, tengo que subir por algo que le quiero dar a Alondra – Dijo Carmen – Por favor, ven conmigo hija.–Si Carmen.David, se despidió de abrazo y de beso con Carmen y yo, subí con ella a su recámara, tenía que recoger y llevarme, todo lo que ellas, habían comprado para mí, sería una grosería total y absoluta de mi parte, el no hacerlo, pero Carmen, por la expresión de su cara, quería darme algo más y yo, esperé pacientemente, por
Narra David De MaríaAl salir del cine, Sabadelle y Romina, querían que fuéramos un rato al bar, pero yo me sentía muy cansado y tenía ganas, además de ahora que ya estaba reconciliado con Alondra, irnos ella y yo solos al piso, para relajarnos y estar solos en la buhardilla, andábamos, además demasiado elegantes, ella y yo, para ir al bar, pues ambos traíamos puesta la ropa de ayer.-No puedo creer, que no quieran venir con nosotros al bar, colega - Dijo Sabadelle, sin poder creer - Por favor, vengan un rato.-Lo siento amigo, pero estoy muerto, quiero dormir y además tenemos que coger fuerzas, para los días que siguen - Les hice saber - Alondra tiene que recorrer mucho en Madrid y fuera de aquí.-Tienes razón De María - Dijo Romina - Es mejor que, vayan a descansar. Alondra, se ve muy cansada. -Sí, lo estoy un poco - Admitió mi princesa - Mejor, ya los veremos mañana.-Bien, los llevaremos al piso y nosotros, nos seguimos al bar - Dijo Sabadelle - Vamos, colega.Caminamos saliendo
Narra David De MaríaAlondra se abrazó más a mí y yo, rompí en llanto junto con ella. No podía ni pensar en que algo le pudiera pasar, yo me volvería loco, si eso fuera a ser así y entonces decidí, que iba a hacer lo que fuera, porque la pudieran revisar aquí en Madrid, no podíamos regresarnos sin saber, que era lo que la afectaba en realidad.-Entonces luego planeamos ir a que mi padre, te haga un chequeo, no quiero que te pase nada malo, mi princesa.-Está bien, mi amor, pídele una cita a tu papá, ya no me quiero volver a desmayar, porque a veces pienso, que ya no me voy a despertar nunca.-Ya no digas eso mi amor, mejor descansemos, ya mañana hablo con mi padre.Nos acostamos y cubrí nuestros cuerpos con un edredón, ella poco a poco, se fue quedando dormida y luego yo cerré mis ojos, quedándome rendido a su lado. Ya al día siguiente, me desperté y estuve por un rato contemplando a mi mujer, era hermosa, la más linda de todas.Dejé que siguiera durmiendo en lo que yo me metía a baña
Narra Alondra FerreyraAhora sí, mis días en Madrid, empezarían a tener más luz que oscuridad. Ese día me divertí como loca con mi güero, pero cuando nos alcanzó la lluvia y nos empapamos de pies a cabeza, entramos empapados al piso y de inmediato David, me cedió el baño, para que me bañara y no me fuera a enfermar. Era lo mejor, que podía hacerse, que nos sacáramos toda el agua, que teníamos en el cuerpo, la lluvia nos había sorprendido, yo no pensé en ningún momento que fuera a llover.–Alondra, mi amor, el baño es todo tuyo, preciosa – Me dijo mi güero – Yo mientras, pondré a cocer una infusión, no nos vayamos a enfermar, por la mojada que nos hemos dado.–Gracias mi amor, no me tardaré en bañarme, para que puedas hacerlo tú. Te amo.–También yo, te amo, Alondra.Me metí a bañar, lo más rápido que pude y después de eso, ya que estuve bañada, seca y vestida, salí del baño, para que mi güero, se pudiera meter a bañar. Él me regaló un apasionado beso, que movió todo en mí y después me