Narra Alondra Ferreyra PérezCarmen representaba a todas las madres que se preocupaban por sus hijos, así era como se tenía que comportar una madre, no solo con sus hijos, sino también con los amigos de sus hijos, para que otras trataran bien a los suyos, está de más hablar de cierta persona que nunca lo haría. –Sí, mi amor, en casa ya no tendrás problema, tu madre no se va poder acercar a ti.–Hija, siento que las cosas se hayan salido de control, pero ya esto no se lo vuelvo a pasar a Petra.–En dado caso señor, pondré una orden de alejamiento.Mi chico sale en mi defensa, quisiera comérmelo a besos delante de todos, pero no quería hacer un espectáculo con todos los que estaban a nuestro alrededor, pero lo recompensaría, he llegado a la conclusión que él era lo que estaba esperando, un regalo una promesa, no sé algo que me tenía que corresponder, algo que me merecía.–No será necesario, hijo, Petra ya no se acercará a mi hija con esas intenciones, hablaré muy claro con ella.Mi pad
Narra David De MaríaPasaron algunos días tranquilos mientras que mi princesa hermosa se recuperaba del todo y estábamos felices en mi casa sin preocupaciones, sólo salíamos para ir al Tec y volvíamos a casa para hacer tareas, para abrazarnos, ver tele y querernos mucho. No me importaba tener que ver Floricienta, si con eso Alondra era feliz, yo lo era también. Amaba cada detalle y cada momento que estaba con ella. Su inocencia era tan pura, no me cabía en la cabeza, como su madre decía que era una rebelde y trataba de cortar sus alas cada vez que ella se revelaba, pues no era sumisa ante su madre, creo que solo estaba haciendo valido su derecho de opinar y ser una persona independiente, pues ella sola había pedido la beca, sus padres no la apoyaban en nada referente a los estudios.Una noche mientras estábamos con mi madre cenando y platicando, tocaron la puerta de mi casa. Fui a ver de quién se trataba y me encontré de frente con Dolores mi ex novia, que iba vestida muy escandalosa
Narra David De MaríaAlondra se soltó de inmediato de mi abrazo y sus lágrimas se hicieron presentes. Ella me dejó ahí parado en la puerta y se dirigía para entrar a la casa. Yo la alcancé y la abracé por la espalda, la mantuve así hasta que ella por fin, me pudo decir algo.–Explícate David, ¿Qué fue todo eso?, ¿Acaso tú tenías novia? Y es por eso que estaba esa mujer como loca diciendo estupidez y media.–Tranquila mi princesa. Te juro que todo tiene una explicación, volvamos adentro, por favor no llores.–Está bien.Entramos a la casa y mi madre obviamente también quiso saber lo ocurrido y el motivo de mi tardanza en la puerta ahora de las dos. De modo que les expliqué a ella y a Alondra lo que pasaba.–Ha venido Dolores madre, tú si sabes de quién te hablo. Vino porque tenía la esperanza de recuperarme y de que retomáramos lo nuestro dónde lo habíamos dejado – Comencé a explicar – Le dejé claro que ya no volveré con ella, ni ahora ni nunca porque ya tengo a mi princesa. Además de
Narra Alondra Ferreyra PérezEstaba que no me podía creer que David me hubiera hecho un regalo cómo ese, ¿Dónde habían quedado los detalles simples? Pensaba para mis adentros cuando David, me besó suavemente recostándome en la cama, a lo que yo simplemente me dejé llevar por sus deliciosos, dulces y tiernos besos, que causaban en mí un estremecimiento total y absoluto, acompañado de sensaciones indescriptibles para mí. Era como si las olas del mar me hicieran sucumbir ante su fuerza atrayente, como si me estuviera llevando a lo profundo, arrastrándome en esa inmensa marea de sensaciones. Los besos fueron subiendo de tono, entonces recordé que estábamos en su casa, en su recámara y que Carmen también se encontraba aquí, así que detuve el beso y me incorporé de inmediato.–Alondra, ¿Qué pasa mi amor?, ¿Te sientes mal? – Preguntó David un poco preocupado por mi reacción – Recuerda que no haremos nunca, nada que tú no quieras.Sabía de sobra que él nunca me obligaría a hacer algo, que yo
Narra Alondra Ferreyra PérezAsí nos deshicimos poco a poco de la ropa prenda por prenda en la oscura habitación, dónde sólo nos iluminaba la luz de la luna colándose por la ventana que daba a la calle.David siguió acariciándome con ternura, explorando cada rincón de mí cuerpo cubriéndome de besos, desde mis tobillos hasta mi cuello, mis labios, dónde se detuvo para escucharme jadear en su boca, mientras él entre beso y beso me susurraba que me amaba y yo le correspondía diciéndole que por igual yo lo amaba mucho a él. -Te amo, Alondra.-Y yo te amo a ti, David, mucho.Después de lo que parecía una eternidad, David se colocó un preservativo, me miró volviéndome loca al mirarlo así, tan atractivo, tan viril, tan dispuesto y tan guapo para mí. Obviamente antes de decidirse a hacerme suya, quiso saber mi opinión.-Mi princesa, ¿Estás segura? - Río él mismo al hacerme la pregunta - Sí quieres esperar, yo lo entenderé.-Estoy muy segura, por favor David. Hazme ya el amor, quiero ser tu m
Narra David de MaríaEn la mañana del día siguiente, me despertaron los rayos de sol que se colaban a través de las cortinas abiertas de la ventana. Así me pude dar cuenta que no era un sueño, que había sido la pura realidad, que había hecho el amor en toda regla con mi hermosa Alondra. Me quedé maravillado mirándola, era tan bella, acaricio su brazo desnudo, mientras ella aún dormía sobre mi pecho estando desnuda y relajada. Es tan hermosa, tan diferente de todo lo que me había pasado antes. Me limité a acariciar su cabello hasta que me quedé dormido nuevamente a su lado. La tenía tan pegada a mí, que no quería que nada ni nadie nos separara. Estábamos perdidos en el sueño, hasta que el sonido de mi móvil me hizo despertar abruptamente, siendo mí madre quién me llamaba, me percate que Alondra ni siquiera se había movido de su sitio, así que la dejaría descansar un rato más.–Buenos días hijo, ¿Dónde se han metido toda la noche? Creo tener una idea pero necesito estar segura – Mi ma
Narra David de María–Danos unos diez minutos y nos vemos en la calle afuera del hotel – Pedí a mi madre y corté la llamada.Alondra me miraba un poco extrañada sin soltarse de mi abrazo, poco a poco nos separamos y le pasé su ropa para que se vistiera. Tomé mi ropa e hice lo mismo y termine de vestirme, acomodé todo en la mochila, una vez que Alondra estuvo lista, bajamos a reunirnos con mi madre quién ya nos esperaba afuera del hotel. Llevé a Alondra al auto con mi madre y volví únicamente a entregar la tarjeta de la habitación, enseguida salí, para reunirme con ellas.–Listo madre, ahora si podemos irnos. Muchas gracias por pasar por nosotros – Dije apenas me subí al auto. –Hijo supongo que no le alcanzaste a decir nada aún a Alondra – Afirmó mi madre.–Supones bien madre. No le he dicho nada a Alondra aún, pero prefiero que nos vayamos y le iré contando en el camino.–David, ¿Qué está pasando amor? Me estoy poniendo nerviosa – Me preguntó Alondra asustada – Me da miedo no saber l
Narra Alondra FerreyraCaminamos por todo el centro de Peña de Bernal tomados de la mano y llegamos hasta dónde al parecer, se podía pagar una visita para subir a la Peña, estaban organizando grupos de diez personas y nos formamos en una fila que había mientras, una mujer de ahí, estaba dando indicaciones.–Mi princesa antes de que subamos quiero darte algo – Dijo David sacando una caja de su bolsillo – Espero que te encanten y que los quieras lucir ahora mismo. Los compré pensando en ti y en lo hermosos que se te van a ver puestos.–Muchas gracias David, pero cómo te he dicho antes yo no puedo corresponder a este tipo de cosas – Respondí apenada – Lo siento pero no puedo de ninguna manera aceptar lo que sea, que venga en esa caja.–Alondra, déjame consentirte por favor. Eres mi novia y además es solo un pequeño detalle para que te veas más bella de lo que ya eres – Dijo David mientras avanzábamos en la fila – Por favor, mira que si no los aceptas, harás que se moleste mi madre.– ¿Ca