Narra Alondra FerreyraCaminamos por todo el centro de Peña de Bernal tomados de la mano y llegamos hasta dónde al parecer, se podía pagar una visita para subir a la Peña, estaban organizando grupos de diez personas y nos formamos en una fila que había mientras, una mujer de ahí, estaba dando indicaciones.–Mi princesa antes de que subamos quiero darte algo – Dijo David sacando una caja de su bolsillo – Espero que te encanten y que los quieras lucir ahora mismo. Los compré pensando en ti y en lo hermosos que se te van a ver puestos.–Muchas gracias David, pero cómo te he dicho antes yo no puedo corresponder a este tipo de cosas – Respondí apenada – Lo siento pero no puedo de ninguna manera aceptar lo que sea, que venga en esa caja.–Alondra, déjame consentirte por favor. Eres mi novia y además es solo un pequeño detalle para que te veas más bella de lo que ya eres – Dijo David mientras avanzábamos en la fila – Por favor, mira que si no los aceptas, harás que se moleste mi madre.– ¿Ca
Narra Alondra FerreyraMe sale la valentía, me molestaba que me retaran en algo, lo que tenía yo era que, en cuanto eso sucedía, mi ego se elevaba y hacia cualquier cosa para salir victoriosa de cualquier situación, es más, yo misma me retaba a ser mejor cada día y me superaba, nadie se podía dar el lujo de decir, que me había ganado ante un reto y eso no iba a suceder nunca y mucho menos hoy, así que si apostaba él en algo, iba a salir perdiendo.–Veo que has encontrado el significado exacto de la palabra. Lo siento mi consentida pero tu reacción sólo indica miedo. Te retaría a que te perfores los oídos pero no soy tan malo, te compraré otra cosa.Más me encendió en la forma en que lo dijo, eso me calentó hasta decir basta; no chiquito, esto no se iba a quedar así, es más si me retaba era capaz hasta de perforarme una ceja, el labio, la nariz, la lengua, lo que se le ocurriera, aunque después tuviera que quitármelo, pero de que lo cumplía, lo cumplía.–No, de eso nada y ¿Sabes qué? T
Narra David De MaríaEstaba esperando en la joyería a que saliera mi princesa, pensando que, si algo malo le pasaba por hacerse eso en los orejas, sólo sería culpa mía. Primero por lo poco observador que había sido al no darme cuenta que ella no llevaba los lóbulos perforados y después por retarla a hacer algo que, seguramente de no ser por mí y por mis comentarios jamás hubiera hecho por ella misma, pues estaba claro que habían pasado 18 años y no se los había hecho, me imaginaba que por algo no los traía perforados.Estaba nervioso y estaba impaciente. No me esperaba que pasara tanto tiempo y aun no salieran. A los pocos minutos, salió al mostrador la chica que se había llevado a Alondra, su cara denotaba preocupación y eso me alertó, algo no muy grato estaba sucediendo ahí en la trastienda, me recriminé de inmediato, por tonto y por insensible.–Joven, me está pidiendo la señorita que si puede pasar con ella, por favor. Generalmente no permitimos eso pero sólo le he podido perforar
Narra David De María–Fue lo que yo le dije justamente, madre – Intervine yo – Voy por hielo para ponerle en los oídos a Alondra.–Quédate con ella, yo se los traigo.–Gracias madre.Me senté con mi novia en la sala, la abracé y la llené de besos. Cuando mi madre me llevó el hielo y se lo puse en ambos lóbulos ella comenzó a sentir alivio, lo noté por la forma en que comenzó a cerrar sus ojos.–Mi princesa, ¿Tienes sueñito?, ¿Quieres que vayamos a descansar un rato?–Si mi amor, por favor – Respondió ella tiernamente.La tomé en mis brazos y la llevé a nuestra recámara, la recosté en la cama y le seguí poniendo hielo, hasta que se quedó plácidamente dormida. Le quité los zapatos y después bajé a hablar con mi madre y a hacer un poco de mi tarea del lunes, más tarde ayudaría a Alondra con la de ella, pensé.–Madre, Alondra se ha quedado dormida y quiero hablar de algo contigo – Dije a mi madre pidiendo un poco de su atención – No quiero volver a Morelia el lunes y que la madre de Alond
Narra Alondra FerreyraDavid y yo morimos de risa cuando Carmen, se manifestó diciéndonos que debíamos de salir a cenar, estábamos tan metidos en el beso que ignoramos ambos por completo que ella ahí estaba, es que nos consumíamos el uno al otro, olvidando por completo de todo a nuestro alrededor, pues solo teníamos ojos para nosotros mismos.–Lo siento Carmen, por este comportamiento – Me disculpé con ella – También pienso que debemos de salir a cenar.Pensé que un poco de distracción nos iba a servir a los dos, casi no podíamos estar solos, no pasaba un segundo en que no estuviéramos besándonos o acariciándonos.–Madre, lo lamento yo también. Cuando estoy con Alondra pierdo la noción de todo – Se justificó David – Vamos a cenar a donde quieran.–No pasa nada chicos. Ya que volvamos de cenar retoman sus tareas y lo que sea que estaban haciendo.Mi cara comenzó a ponerse caliente de la vergüenza, de seguro estaba sonrojada hasta las orejas, que de por sí estaban rojas por las perforac
Narra Alondra Ferreyra–Claro que la recuerdo y la pienso cumplir. Siempre juntos los tres, dile a Javy que les contaré todo ya que nos veamos el lunes en el Tec. Por ahora, te tengo que dejar Julio, vine a cenar con David y con su mamá.–Eso ya me huele a seriedad, cenando con mi suegra. ¡Wow! ¡No lo puedo creer! El lobo se ha convertido en una linda ovejita – Julio seguía riendo a carcajadas – Está bien, sólo usen condón porque no queremos sorpresitas, Alondra. Nos vemos el lunes y lo que necesites sabes que Javier y yo aquí estamos.–Gracias por tus consejos constructivos, Julio, nos vemos el lunes.Terminé la llamada con mi amigo y volví dentro con mi chico y con Carmen quienes ya habían ordenado por mí, lo cual me encantaba pues a mí no se me daba fácil lo de decidir.–Alondra mi princesa, ya hemos pedido algo de cenar pero si no te gusta pedimos algo más lo que tú quieras – Me dijo mi príncipe.–Lo que hayan ordenado estará bien para mí. Muchas gracias.No tardaron en llevarnos
Narra David de María Al día siguiente desperté muy tarde después de esa hermosa noche que habíamos tenido Alondra y yo, ella aún dormía plácidamente, era tan bella, me podía quedar horas mirándola, no pensaba despertarla hasta que vi la hora siendo cerca de las 12 del medio día de ese domingo. La desperté poco a poco y con mucha ternura, besos y paciencia por lo difícil que era despertara. No me di por vencido hasta que lo logré después de mucho intentarlo, abre sus ojos aun con sueño.–Mi princesa, despierta preciosa – Susurré suavemente a su oído haciéndola que se moviera – Tenemos que almorzar algo, no sé a qué hora quiera irse mi madre de vuelta a Morelia, así que no la hagamos esperar demasiado. –David, mi amor ¿Ya es de día? – Preguntó ella con sus ojos cerrados todavía – Tengo mucho sueño.Era el resultado de haber pasado una noche llena de pasión, de verdad parecíamos en estado de brama, solo tenían que pasar unos pocos minutos para volver a amarnos, era delicioso todo lo qu
Narra David de María –Sí pude dormir y ahora todos necesitamos almorzar y decidir lo que haremos. Mañana ustedes tienen clases, por lo que hoy por la tarde volveremos a Morelia y a la tormenta que allá nos espera.–Sugiero que almorcemos primero madre, si eso está bien para ti.–Claro, vamos a almorzar.Almorzamos en calma y en silencio. Yo notaba a Alondra muy pensativa y hasta podría decir que un poco asustada, yo sabía que su madre estaba loca pero en ese punto solo ella podía saber lo mucho que había sufrido con esa mujer. No sabía lo que pensara mi madre, lo único que sabía es que por mi cuenta correría que esa infeliz mujer no le haría daño a mi princesa. Alondra de pronto, comenzó a cuestionar a mi madre.–Carmen, te noto muy seria y creo que es por algo que yo hice – Alondra miraba a los ojos a mi madre buscando una respuesta – Sí es por lo que piensas que estamos yendo David y yo muy rápido te pido que me perdones, si no me he comportado como se debe comportar una chica dec