Narra Alondra FerreyraMi situación era preocupante, tanto como para imaginarme a mí misma con el uniforme de la cárcel, era algo que, me daba demasiado miedo, pero yo confiaba ciegamente en Axel y sabía que, él me iba a ayudar a salir de esto con bien. En tantos años de amistad, nunca me había defraudado y yo podía estar plenamente segura que, no iba a hacerlo esta vez, tampoco. Carmen me tenía abrazada, mientras me pasaba el malestar y ya que Axel se fue, lo hizo mi chico, mi güero hermoso, que no podía ocultar lo enojado que se encontraba.–Alondra, mi amor – David me tomó en sus brazos – Siento mucho como me puse, es que sabes que, los celos me ciegan, cuando te veo cerca de ese desgraciado.Yo ya no sabía cómo decirle a David, que sus celos eran completamente absurdos, que solo había un hombre en mi vida y ese era él.–No tienes ni qué decirlo David, sabes de sobra que, yo te amo solo a ti – Me refugié en su abrazo – Te amo tanto, como para hacer lo que hice, no soportaría que P
Narra Alondra Ferreyra–No papá, la loca aquí es tu mujer y ella no es mi madre – Dije histérica – Ella nunca lo ha sabido ser y tú, eres un ciego y un desgraciado que, nunca me escuchas, que nunca prestas atenciones a lo que te dije. Siempre te dije que, ella dejó que me violaran, tíos y gente asquerosa de su sociedad y tú, sólo le crees a ella.Nunca me había creído, solo decía que yo lo hacía para llamar la atención y para poner en ridículo a su esposa, que yo no medía la magnitud de lo que inventaba.–Ya basta – Gritó mi padre, mientras Carmen, se tapaba la boca horrorizada – No hay ningún día de tu vida, en que no causes un problema. No sabes vivir en sociedad, no respetas a nadie y le has hecho un daño terrible a tú madre. Ella quiere denunciarte y yo, sinceramente creo que es lo mejor, tú aprenderías mucho en la cárcel a portarte bien y a moderar y medir tus actos. En ese momento David, me abrazó más y me consolaba, para entonces yo ya no podía detener el llanto que caía desbo
Narra David De MaríaEra el colmo con Don Manuel, haber hablado para joder a mi adorada Alondra y decir todas esas estupideces juntas, no lo hubiera podido creer, de no haberlo escuchado yo mismo. Abracé a mi princesa, para calmarla. Ella estaba pasando por un momento terrible y conociéndola como, ya la iba comenzando a conocer, cada día más, sabía que, ella pensaba, que por su culpa, no íbamos a poder irnos a Madrid.–Ya mi amor, mi princesa tienes que calmarte – Sequé sus lágrimas y la besaba en repetidas ocasiones – Lo eres todo para mí, te amo tanto Alondra y no dejaré, que nada te pase.La estaba defendiendo de todo y siempre lo iba a hacer, yo no dejaría que esto creciera en torno a ella.–Yo te amo mucho a ti, David De María y siento tanto que, se arruinara el viaje que, ambos queremos hacer a Madrid, lo siento en verdad.–Yo lo siento más, no quiero que pienses que no iremos a Madrid, todo se va a calmar, te lo prometo – La senté en mis piernas y la abracé más, hasta que, la s
Narra David De María-Gracias madre, te quiero mucho y te agradezco, al igual que Alondra, por toda la ayuda que, nos has brindado a los dos, por todo lo que has hecho por nosotros y por no dejarnos solos.Ella siempre estaba para nosotros, en las buenas y en las malas, porque no se había puesto en nuestra contra, a pesar de lo que había hecho Alondra y nos había escuchado, antes de lanzar cualquiera acusación y nos hubiera reprendido, por las acciones que se cometieron.-Nunca lo haré hijo, siempre cuentan para todo conmigo y lo saben. Sube a Alondra, por favor que, no quiero que se lastime su cuello.-Sí, madre.Tomé a Alondra entre mis brazos y la cargué a mi recámara, mi princesa estaba bien dormida y no despertó para nada, ni cuenta se dio cuando la levanté. Al llegar a mi recámara, la acosté en mi cama y la cobijé y me quedé mirándola, con ojos de amor, como siempre la vi, desde que nos conocimos. La amaba demasiado tanto que, no la quise dejar sola y me metí a la cama con ella
Narra Alondra FerreyraEsa noche, cuando abrí los ojos, lo hice en la recámara de mi güero, de mi hermoso David y él estaba acostado y durmiendo a mi lado, me levanté un poco, para quedar sentada a su lado y poder admirarlo. Se veía increíblemente guapo, iluminado por la luz de la calle, de fuera de la casa y entre más lo miraba, más me sentía afortunada, porque un hombre cómo él, se había fijado en una pobre diabla como yo.–David, te amo – Le susurré al oído – Despierta, mi amor.–No estoy dormido, mi princesa – Respondió de inmediato – Sólo descansaba la vista, ¿Vamos a la cocina a cenar o quieres que te traiga, yo?–No mi amor, no te molestes – Volví a abrazarlo – Vamos a cenar y así cenamos con Carmen, aunque, no puedo ver ni qué hora es.–No lo sé yo tampoco, mi consentida. Vamos con mi madre, que te tenemos muy buenas noticias.–Sí, mi amor, mi güero hermoso.Salimos con mi guapísimo novio a la cocina del departamento, dónde Carmen estaba preparando la cena y se veía deliciosa.
Narra Alondra FerreyraCerré los ojos apenas toqué la almohada y esa fue una de las pocas noches, en las que sentí, no haber dormido en absoluto, pues apenas me había quedado dormida, cuando mi chico, ya me despertaba con besos y al abrir los ojos, lo vi ya listo y muy guapo, para irnos al Tec. Odiaba eso de mí, el no poder ser alguien, que se le despertara con facilidad.–Alondra, mi amor, tenemos que ir al Tec, ya te he preparado el baño para que te metas a bañarte, apenas tenemos tiempo – Dijo apurado.–Sí mi amor, lo haré – Le di a David, un beso rápido – Te ves, muy guapo.–Tú, estás preciosa, como siempre.Me metí a bañar a velocidad del rayo y después ya que estuve lista, salimos con Carmen a la cocina para desayunar, ella cómo siempre, ya nos tenía todo preparado para que, lo pudiéramos hacer sin contratiempos y lo hicimos muy rápido. David, ya no podía faltar al Tec y yo, aunque no era mi mismo caso, no quería hacerlo, menos ahora que, sí todo salía bien, nos podíamos ir a Ma
Narra David De MaríaEstaba por salir de mis clases ese día. Me sentía demasiado fastidiado, tal vez porque necesitaba con urgencia salir del país, irme a Madrid con mi hermosa Alondra y olvidarme de todas las presiones a las que, había estado sometido, las cuales eran demasiadas y quería zafarme de ellas a cómo diera lugar, estaba cansado y con ganas de mandar, todo lo referente al Tec, al diablo. Al terminarse la clase, el profesor de esa última hora, me detuvo, pues no sabía a qué se debía su interrupción, yo tenía prisa por irme y encontrarme con mi novia. –David De María Ramírez, ¿Tienes un momento, que me regales? Por favor – Me pidió – Necesito que hablemos de tu desempeño en mi asignatura.–Lo siento profesor, pero tengo un poco de prisa. Mi novia, me está esperando afuera y ella ha estado un poco enferma.–Sólo serán unos momentos, por favor o si lo prefieres, nos podemos ver esta tarde en mi hora libre que es de 6 a 7 pm, en la sala de profesores, como tú gustes.–Será mej
Narra David De MaríaPero eran uno de esos viajes que uno no podía postergar, ya lo habíamos planeado y pasado por muchas dificultades, para que al final no pudiéramos ir.–No dé las cosas por sentado, profesor – Dije cabreado – Gracias, me llevaré mis trabajos y acepto lo que me ha propuesto, mañana mismo tendrá todo hecho y entonces, podré deshacerme de su materia y me podré ir a Madrid con mi chica.Estaba lo que seguía de cabreado, pero yo no le podía dar un no rotundo al profesor, en éstos casos, se aceptaba y se entregaban los resultados que se podían, yo me comprometía a ver, en que podía avanzar, más era muy poco tiempo que me estaba dando.–Esa es la actitud David, no debes derrotarte ante nada, toma llévate todo – Me entregó mis trabajos – Échale ganas y nos vemos mañana, en cuanto me los traigas, en tu presencia los evaluaré y sabrás mañana mismo, si puedes ir a Madrid o no.–Gracias profesor, buenas tardes.Me despedí del profesor, pero estaba con los ánimos por el suelo,