Narra Alondra FerreyraCuando me calmé un poco, volví a la llamada con Axel. No lo podía dejar en espera por siempre.-Axel, te pasaré la dirección de dónde estoy viviendo ¿Tienes donde anotar? - Le pregunté - Para que vengas ahora, por favor.-Claro que sí, cariño - Respondió tranquilamente - Pásamela y en unos momentos, ya salgo para allá.Le pasé la dirección y él tomaba nota, yo temblaba de los nervios y David lo notó, pero estaba enojado conmigo. El odiaba que Axel y yo estuviéramos cerca y yo, no entendía por qué, si éramos amigos y él siempre estaba para mí. No entendía a mi chico que, sabiendo cómo era mi vida y que yo estaba maldita por no sé quién, en lugar de alegrarse porque alguien quisiera ayudarme y ver por mí, se alteraba y se ponía a la defensiva.-Listo cariño - Me dijo Axel - Salgo ahora mismo, para allá y descuida que no pasara nada. Te lo prometo, tienes mi palabra.Esa era la clase de reacción que siempre había necesitado de mi propio padre, alguien que estuviera
Narra David De MaríaCon ese desgraciado de Axel, siempre pasaban cosas desagradables. Odiaba que, siempre abrazara a mi novia, eso me sacaba de mis casillas y quería ponerlo en su lugar en ese momento, exigirle que la soltara y mandarlo muy lejos, pero no pude hacer nada de lo que tenía pensado, apreté mis puños con fuerza y mi madre, que me conocía a la perfección, optó por abrazarme.–Licenciado Vega, muchas gracias por venir - Le dijo mi madre, para que él soltara a Alondra - ¿Quiere tomar algo?Me cabreaba tener contacto con este tipo, no me gustaba que para todo fuera convocado, como si fuera una eminencia en todo, como si fuera el que más sabía, era un dolor de cabeza para mí.–No muchas gracias, Carmen – Respondió él y al fin, soltó a mi novia – Así estoy bien, gracias.–De acuerdo, a lo que has venido – Le dije enojado y enfrentándolo – Necesito que, hagas lo que sea, para evitar que mi hermosa Alondra, vaya a parar a la cárcel.Él ya sabía a lo que venía, que lo hiciera rápi
Narra David De María-Axel, me da miedo que esta vez, no todo quede en amenazas - Alondra comenzó a llorar - No quiero que a Petra se le ocurra por ningún motivo, hacerle daño a Carmen, ahí sí no me tentaré el corazón, para hacerle un daño total.-No hija, no digas eso - Mi madre calmaba a Alondra - Por eso está aquí, el licenciado Vega, para ayudarnos a que esto se resuelva, por la vía pacífica. No podemos exponernos a andar metidos entre más y más problemas de violencia, hija.-Sí Alondra, por favor tienes que hacerle caso a Carmen - Le pidió Axel - A partir de aquí, yo me encargo y tú tienes que estar tranquila, ¿Me lo prometes, Alondra?-Sí Axel, te lo prometo.-Siendo todo de mi parte, yo me retiro - Dijo Axel despidiéndose - Que tengan buena tarde y más tarde los llamo, para darles informes.-Gracias licenciado Vega - Respondió mi madre - Por venir tan rápido a ayudar a mi hija, Alondra.-Por nada, Carmen. Nos vemos, Alondra y David.-Te acompaño Axel - Dijo Alondra y lo encamin
Narra Alondra FerreyraMi situación era preocupante, tanto como para imaginarme a mí misma con el uniforme de la cárcel, era algo que, me daba demasiado miedo, pero yo confiaba ciegamente en Axel y sabía que, él me iba a ayudar a salir de esto con bien. En tantos años de amistad, nunca me había defraudado y yo podía estar plenamente segura que, no iba a hacerlo esta vez, tampoco. Carmen me tenía abrazada, mientras me pasaba el malestar y ya que Axel se fue, lo hizo mi chico, mi güero hermoso, que no podía ocultar lo enojado que se encontraba.–Alondra, mi amor – David me tomó en sus brazos – Siento mucho como me puse, es que sabes que, los celos me ciegan, cuando te veo cerca de ese desgraciado.Yo ya no sabía cómo decirle a David, que sus celos eran completamente absurdos, que solo había un hombre en mi vida y ese era él.–No tienes ni qué decirlo David, sabes de sobra que, yo te amo solo a ti – Me refugié en su abrazo – Te amo tanto, como para hacer lo que hice, no soportaría que P
Narra Alondra Ferreyra–No papá, la loca aquí es tu mujer y ella no es mi madre – Dije histérica – Ella nunca lo ha sabido ser y tú, eres un ciego y un desgraciado que, nunca me escuchas, que nunca prestas atenciones a lo que te dije. Siempre te dije que, ella dejó que me violaran, tíos y gente asquerosa de su sociedad y tú, sólo le crees a ella.Nunca me había creído, solo decía que yo lo hacía para llamar la atención y para poner en ridículo a su esposa, que yo no medía la magnitud de lo que inventaba.–Ya basta – Gritó mi padre, mientras Carmen, se tapaba la boca horrorizada – No hay ningún día de tu vida, en que no causes un problema. No sabes vivir en sociedad, no respetas a nadie y le has hecho un daño terrible a tú madre. Ella quiere denunciarte y yo, sinceramente creo que es lo mejor, tú aprenderías mucho en la cárcel a portarte bien y a moderar y medir tus actos. En ese momento David, me abrazó más y me consolaba, para entonces yo ya no podía detener el llanto que caía desbo
Narra David De MaríaEra el colmo con Don Manuel, haber hablado para joder a mi adorada Alondra y decir todas esas estupideces juntas, no lo hubiera podido creer, de no haberlo escuchado yo mismo. Abracé a mi princesa, para calmarla. Ella estaba pasando por un momento terrible y conociéndola como, ya la iba comenzando a conocer, cada día más, sabía que, ella pensaba, que por su culpa, no íbamos a poder irnos a Madrid.–Ya mi amor, mi princesa tienes que calmarte – Sequé sus lágrimas y la besaba en repetidas ocasiones – Lo eres todo para mí, te amo tanto Alondra y no dejaré, que nada te pase.La estaba defendiendo de todo y siempre lo iba a hacer, yo no dejaría que esto creciera en torno a ella.–Yo te amo mucho a ti, David De María y siento tanto que, se arruinara el viaje que, ambos queremos hacer a Madrid, lo siento en verdad.–Yo lo siento más, no quiero que pienses que no iremos a Madrid, todo se va a calmar, te lo prometo – La senté en mis piernas y la abracé más, hasta que, la s
Narra David De María-Gracias madre, te quiero mucho y te agradezco, al igual que Alondra, por toda la ayuda que, nos has brindado a los dos, por todo lo que has hecho por nosotros y por no dejarnos solos.Ella siempre estaba para nosotros, en las buenas y en las malas, porque no se había puesto en nuestra contra, a pesar de lo que había hecho Alondra y nos había escuchado, antes de lanzar cualquiera acusación y nos hubiera reprendido, por las acciones que se cometieron.-Nunca lo haré hijo, siempre cuentan para todo conmigo y lo saben. Sube a Alondra, por favor que, no quiero que se lastime su cuello.-Sí, madre.Tomé a Alondra entre mis brazos y la cargué a mi recámara, mi princesa estaba bien dormida y no despertó para nada, ni cuenta se dio cuando la levanté. Al llegar a mi recámara, la acosté en mi cama y la cobijé y me quedé mirándola, con ojos de amor, como siempre la vi, desde que nos conocimos. La amaba demasiado tanto que, no la quise dejar sola y me metí a la cama con ella
Narra Alondra FerreyraEsa noche, cuando abrí los ojos, lo hice en la recámara de mi güero, de mi hermoso David y él estaba acostado y durmiendo a mi lado, me levanté un poco, para quedar sentada a su lado y poder admirarlo. Se veía increíblemente guapo, iluminado por la luz de la calle, de fuera de la casa y entre más lo miraba, más me sentía afortunada, porque un hombre cómo él, se había fijado en una pobre diabla como yo.–David, te amo – Le susurré al oído – Despierta, mi amor.–No estoy dormido, mi princesa – Respondió de inmediato – Sólo descansaba la vista, ¿Vamos a la cocina a cenar o quieres que te traiga, yo?–No mi amor, no te molestes – Volví a abrazarlo – Vamos a cenar y así cenamos con Carmen, aunque, no puedo ver ni qué hora es.–No lo sé yo tampoco, mi consentida. Vamos con mi madre, que te tenemos muy buenas noticias.–Sí, mi amor, mi güero hermoso.Salimos con mi guapísimo novio a la cocina del departamento, dónde Carmen estaba preparando la cena y se veía deliciosa.