Narra David De MaríaEstuve en el hospital por todo ese día y toda esa noche, mi madre pasó a verme, cuando los doctores lo permitieron y después de ella, lo hizo mi amada Alondra, quién se quedó a mi lado, hasta el día siguiente, para que me dieran de alta.–Hola mi príncipe – Alondra me dio un beso – Carmen, ya está arreglando todo lo de tu salida para irnos a casa.Mi hermosa Alondra, se veía bastante cansada, pues toda la noche me estuvo cuidando, no era necesario, que se quedara despierta pero aun así lo hizo y eso le afectó. –Hola mi princesa – La abracé tiernamente – No me iré con la bata de hospital puesta, creo que a mi madre y a ti, se les ha pasado el traerme ropa.Me imaginaba que se les había olvidado ese punto, esperaba que aun hubiera tiempo, para que se pudiera pasar por algo de ropa antes. –No, Carmen me ha dado esta bolsa con ropa, para que te cambies mi amor. Me asusté mucho – Alondra, no me soltaba – Tuve miedo, que algo muy grave te hubiera pasado, lo bueno es,
Narra David De María–Buenas tardes, David, lamento llamarte, para darte malas noticias – Suspiró – Cómo no te presentaste hoy a dar las asesorías, ya no podré hacer nada por ti y tendrás que recursar la materia completa. No podías perder ningún día, según el acuerdo que teníamos hecho.Era precisamente lo que le iba a explicar y si me daba la oportunidad, quedaría eso aclarado, no tenía por qué mentir sobre eso.–Entiendo, pero puedo explicarlo profesor – Le dije alterado – No puedo perder la materia, por ningún motivo, es más puedo ir, para allá ahora mismo al Tec, para explicarlo todo. El día de ayer tuve un accidente y recién voy saliendo del hospital.–No es necesario que venga para acá, ya mañana estará dado de baja del programa de las asesorías. Lo siento mucho y de mi parte es todo – Anunció el profesor.–Espere, no me puede dejar así – Le dije, pero aun así me colgó.Arrojé el celular tan fuerte, que casi le causaba un daño al parabrisas del auto de mi madre. Ella y Alondra m
Narra Alondra Ferreyra Luego de irme de casa de Carmen, la preocupación no me dejaba, ni a sol, ni a sombra y era lógico, mi chico se había quedado metido en serios problemas. Yo quería ayudarlo, pero ¿Cómo hacerlo? Tenía miedo, que en efecto perdiera la materia de forma definitiva, tenía que hacer algo por él y tenía en mente más o menos, que podía hacer. David y Carmen no notaron que, yo tomé el folder que contenía todo lo del hospital y lo traje conmigo al Tec, ahora faltaba lo más difícil, resolver la cuestión con el profesor López.–Hola buenas tardes – Saludé a una recepcionista – Estoy buscando a un profesor López que se encarga de coordinar lo de las asesorías para los estudiantes de primer año de la carrera de Ingeniería Industrial.–Hola buenas tardes, señorita – Respondió – El profesor Roberto López en este momento está en hora libre y se encuentra en el área de profesores. Ahí lo puede encontrar.–Muchas gracias.Salí corriendo del área de coordinación académica y fui a
Narra Alondra Ferreyra –Alondra mi amor, ¿En serio? – Preguntó mi chico – No lo puedo creer, pero ¿Qué le has dicho? En las prisas por salir del hospital, perdí el folder con los documentos y las pruebas que demuestran, que estuve ahí.–No lo perdiste amor, con esas pruebas negocié, que te dieran tu segunda oportunidad, pero ya corre y ve con él – Nos besamos, en repetidas ocasiones – Por favor, mi amor.–Alondra, te amo preciosa. No lo puedo creer, mi princesa.–David De María, venga acá – Le dijo el profesor López, que no vimos ni de dónde salió – No hará que todo lo que hizo su novia, haya sido en vano. Lo espero en la oficina.–Sí ya voy profesor.Mi chico y yo nos despedimos. El se fue a atender su asunto, con el profesor López y yo, me fui a mis clases y a mi prueba. El día se nos pasó a ambos muy rápido y cuando salí de clases, fui a esperar a mi hermoso güero, a que saliera de las asesorías. De pronto, me había entrado, una desesperación y una ansiedad de estar con él, que n
Narra David De MaríaMi madre siempre nos ha apoyado en todo a Alondra y a mí, desde que empezamos nuestra relación, por lo que siempre nosotros le hemos estado muy agradecidos, pero más me gustaba que Alondra, se sintiera apoyada y querida, tanto por mi madre, como de mí. Alondra, en cuanto se supo apoyada por mi madre y por mí, no dudó ni por un momento y nos pusimos a hacer de forma rápida los pendientes del Tec, de nuestros deberes y luego mi madre nos sirvió de comer, para que lo hiciéramos al mismo tiempo que hacíamos los deberes, pues debíamos tener todo listo, antes de salir.–Chicos, si ya terminaron nos podemos ir al hospital – Dijo mi madre – Para ir y que Alondra, pueda estar un rato con su abuelita o la alcance a ver, antes que la metan a cirugía.Me había apurado en mis deberes, pues mi madre, tenía razón, debíamos estar antes de que a la abuelita de Alondra, la metieran a operar, para que mi consentida estuviera tranquila y pudiera hablar con ella.–Sí madre, yo ya ter
Narra David De MaríaLa señora, no dejaba de vociferar, cada vez parecía, que era poseída por el demonio, nos agredía a su antojo y eso hoy se tenía que acabar, no sabía cómo le iba a hacer, pero de esta no pasaba.–Ya cállate Petra – Alondra gritó – No tienes por qué insultar ni a David, ni a Carmen, cuando la única persona, que es basura y que es indigna de que le pasen cosas buenas eres tú. Yo no vine por ti, vine por mi abuelita, quién si me interesa, no como tú, que no eres nadie para mí.Mi princesa, se estaba defendiendo de la tiranía de Petra, que bueno que no se iba a seguir dejando insultar y maltratar de esa señora. –Mira Alondra – Petra la miró con odio – No te quiero aquí, da la casualidad, que tu abuelita es mi madre y yo dejaré ordenes que no la veas, no sé ni como te enteraste, que está enferma cuando yo, nunca pedí que se te avisara.–Yo se lo dije mamá – Dijo Anastasia – Alondra y mi abuelita se quieren mucho y pensé que, a mi abuelita, le haría bien, que Alondra vi
Narra Alondra FerreyraHabían pasado días después de la friega que David, le había dado a la loca de Petra. Carmen y yo, seguíamos muy nerviosas todavía, pensando en la magnitud y en la severidad de los problemas, que faltaban todavía por caernos encima. Sí de algo yo podía estar segura plenamente, era que Petra, no se iba a quedar en paz y mi intuición me decía que, muy pronto estaríamos, por tener problemas de nuevo.–Carmen, ahorita que venía llegando del Tec, han llegado a dejar una notificación y tengo mucho miedo – Le dije asustada – Presiento que es de Petra, para David.–No te asustes Alondra – Me pidió Carmen – Tienes que calmarte, estar tranquila y relajada. Ahorita la destaparé.–No, es que te espera afuera un mensajero, para que salgas y firmes. Reconozco estos papeles apenas los veo, son por parte de los juzgados, es un citatorio.–Calma Alondra, por favor. Iré a firmarle a la persona, que ha venido a traer esto.–Sí Carmen.Carmen salió a ver al mensajero, que había lleg
Narra Alondra Ferreyra–Bien, Manuelito, lamento mucho, que nos hayamos aparecido aquí en tu despacho, para algo más, que no es el venir a saludarte – Dijo Carmen – Sucede que, debes estar enterado, que Petra denunció a mi hijo David, por el incidente que ocurrió en el hospital, el día que fuimos a acompañar a Alondra a ver a su abuelita, cosa que, por culpa de Petra, no fue posible.–Sí, Carmelita – Respondió mi papá – Estoy al tanto de todo y de lo que ha hecho Petra, no puedo yo hacer nada. Lo siento, pero David la lesionó gravemente, tiene múltiples lesiones y no pude evitar, por más que traté de evitar la denuncia en contra de David, sintiéndolo mucho Carmen y me da mucha pena contigo.El escuchar a mi padre decir, que no pudo hacer nada, para impedir que la desgraciada de Petra, denunciara a mi David, me lanzó un balde de agua helada a mi cuerpo. Sentí volverme loca de coraje, entonces solté a David y me puse de pie para enfrentar a mi padre, algo que nunca en mi vida había hech