Narra David De MaríaYa se había acercado la fecha, en que Petra regresara a México, por lo tanto teníamos, que pasar a recoger las cosas de Alondra, ya con lo que me decía, me tendría que desviar, un poco de mis objetivos.–Claro que sí mi amor, yo paso por tus cosas mi princesa y paso por ti en la noche a la biblioteca, para irnos a casa ¿Te parece bien, hermosa? –Sí mi amor, gracias. Te amo, David. – Me dijo sonriendo.–Te amo mucho, mi princesa.Nos dimos tiernos besos y nos fuimos a comer juntos, a una plaza comercial. Ese día mi madre andaría afuera, con una de mis tías y yo, no tenía tiempo de hacer de comer, pues tenía que, hacer muchas cosas, para la sorpresa de mi amada Alondra a la que ahora por petición de ella, se añadía la de ir por sus cosas, a casa de su padre, lo que haría con gusto y de paso, saludaba a Don Manuel. Cuando terminamos de comer, regresé a dejar a Alondra al Tec, para que hiciera sus pendientes, y yo me fui directo a su casa, en dónde estaba Don Manuel
Narra Alondra FerreyraEse día en especial, yo sentía algo extraño dentro de mí, pero lo curioso era, que a pesar que me pasaban tantas cosas malas, la sensación que sentía, en ese momento era de algo bueno. Como si todo se estuviera alumbrando a mi alrededor, como un milagro.Salí de la biblioteca, ya satisfecha, con haber terminado mi tarea y mi guía, para mi examen de mañana, del que de todos modos, le iba a dar un repaso esta noche, en casa de Carmen, no podía perder mi beca y tenía que pasarlo, con la máxima nota posible.–Hola mi consentida – David me sorprendió abrazándome por la espalda – Te amo Alondra, vengo de casa de tu padre.Se notaba, pues venía muy alegre, me imaginaba que ya habían hecho las paces, mi papá tenía un buen poder de convencimiento. –Hola mi amor – Me giré para abrazarlo – Que bueno, que, si pudiste pasar por mis cosas y no te preocupes que tu aliento, me deja ver que sí vienes de ver a mi papá. Él siempre le invita a todo el mundo de tomar.–Muy bien mi
Narra Alondra FerreyraNo podía creer todo esto, yo que siempre tuve muy mala suerte en todo, había encontrado en él, todo lo que buscaba en alguien. Lo amaba y él me amaba y con eso, toda la mala suerte, que tuve en mi pasado, de pronto ya no me importaba.–Me ha encantado amor, muchas gracias – Lo abracé nuevamente – Te amo mucho, David De María Ramírez.–Yo te amo mucho, Alondra Ferreyra Pérez – El me robó un tierno beso – Ahora lo que sigue, es que vayamos de compras, mi muñequita. Necesitamos llenar, éstos enormes closets.David me dio la mano y juntos entramos al vestidor, en el que había dos closets enormes, de piso a techo como los de la casa de Carmen, uno para él y el otro para mí. Nunca pensé llegar a tener algo así, de súper lujo en toda mi vida. Esto era algo fuera de este mundo, era maravilloso y ahora yo, era tan afortunada de estar viviendo todo esto con mi David.–Antes, tenemos que brindar mi amor – Dije emocionada – Aunque, en eso ya te has adelantado con mi papá.–
Narra David De MaríaEra el primer día, que Alondra y yo, despertábamos en nuestro nuevo departamento. Bueno, yo desperté y ella, seguía dormida, me tocaba ahora, la tarea más difícil, la de despertarla, porque eso siempre me costaba trabajo, que ella abriera los ojos, muy temprano por la mañana. -Alondra, mi amor - La llené de besos - Despierta mi princesa, tenemos que ir al Tec.La movía despacio, nada parecía funcionar. Lo bueno de todo, era que yo me había levantado mucho más temprano de lo normal, para dar tiempo a que ella despertara. La moví y la levanté en mis brazos hasta que, ella abrió sus hermosos ojos. Esa visión, era la que quería ver todos los días, por el resto de mi vida. Ella era mi princesa y amaba con todo el corazón, despertar con ella.-Alondra, mi princesa ¿Has dormido bien? - Le pregunté, viéndola con mucha ternura - Estás preciosa.-Sí mi amor, he dormido bien, pero quiero dormir más ¿Te acuestas conmigo un ratito? Solo cinco minutos.-No mi amor, ya tendremos
Narra David De MaríaAlondra, tenía razón, pues ella no deseaba a ese niño y yo tampoco, no lo íbamos a traer a que sufriera a este mundo, si ninguno de sus dos padres lo iba a querer, no era justo, ni para nosotros, ni para él.–Por supuesto, pero esperemos que no estés así, Alondra – Declaré – Tendríamos que adelantar el viaje a España, allá es legal el aborto y aquí tendríamos problemas. Pensemos positivamente, que tú, no estás embarazada. Porque la mente es muy poderosa, verás que, no lo estás mi amor.Quería por todos los medios convencerla y convencerme a mí, mismo, de que eso no iba a ser posible, no estábamos en edad de tener un hijo y por mi parte nunca lo iba a tener, desde niño esa había sido mi convicción, la de no ser padre.–Gracias, por apoyarme David, en todo. Por eso te amo, mi príncipe.Ya estaba todo dispuesto y dicho, saldáramos de dudas y buscaríamos un método anticonceptivo más efectivo, por nada del mundo, esto nos tenía que volver a pasar, por lo menos que solo
Narra Alondra FerreyraDespués de pasar por el horrible proceso, ese que tanto odiaba, que me sacaran sangre, me sentí un poco mareada y cerré los ojos, lo que asustó a David y enseguida, se puso de pie para abrazarme.–Alondra, mi amor ¿Qué tienes? – Preguntaba mi chico – Dime mi princesa, ¿Qué es lo que sientes?–Sí amor, si me siento un poco mal – Respondí – Estoy mareada y quiero devolver el estómago.Todo me daba vueltas y sentía, que me iba desmayar, de un momento a otro y para acabarla de rematar, tenía nauseas.–Si necesitan usar el sanitario, aquí a la vuelta hay uno, al que pueden pasar los dos – Nos indicó la química – La prueba se las estaremos entregando en 4 horas, pueden venir aquí por ella o que se les envíe vía correo.–Gracias señorita – Respondió David – Vendremos por ella, personalmente. Ya es todo, ¿verdad?Yo ya quería estar en el departamento, para poder acostarme, pues me sentía muy mal.–Sí, ya es todo. Pueden retirarse y los veo más tarde. – Nos dijo la señor
Narra Alondra Ferreyra–Madre, yo estoy seguro que Alondra no está embarazada – David, se defendió – Ha estado pasando por mucha tensión y por mucha presión y todo eso es lógico, que acaba con la paz mental de cualquier persona.–Sí, la acaba en su totalidad, hijo. Pero no puedo creer, que estén con estas dudas – Carmen se exaltó – Ustedes, son muy jóvenes y no están preparados, para una responsabilidad de esa magnitud y yo, no quiero más problemas con esa mujer, con Petra.David me abrazó, yo seguía llorando en sus brazos y él me trataba de calmar. Me sentía muy mal, sentía ahora un escalofrío, que me recorría mi cuerpo y empecé a temblar por eso mismo. David rápidamente fue por un cobertor y me cubrió con él. Me acostó en el sillón y me quedé así cobijada. Carmen, estaba muy enojada, tanto que cuando estuvo el café lo tomamos todos, más a fuerzas que de ganas y después, como era de esperarse, vino su reprimenda.–Chicos, ustedes, me decepcionan terriblemente – Carmen, nos miraba muy
Narra David De MaríaMi madre, salió devastada de nuestro piso y no era para menos. En menos de un rato se había enterado, de lo que pensábamos hacer Alondra y yo, en el caso que ella pudiera estar embarazada. Lo sentía mucho por mi madre, pero yo no podía obligar a Alondra a tener un bebé, cuando yo tampoco, tenía contemplado aquello en mis planes. Yo no quería ser padre y no había forma en que nadie, me obligara a que lo fuera. Abracé a mi consentida, que estaba llore y llore, pues esto le había afectado más de lo debido.–Mi consentida, no llores Alondra – La abracé tiernamente – Ya mi amor, falta solo media hora, para ir a recoger la prueba y lo haremos juntos, como hacemos todo. No estarás sola, ni por un momento, yo te lo prometo. Te lo juro Alondra.–Lo sé David, pero me siento mal por todo lo que ha pasado con Carmen. Ella debe sentirse fatal, por la manera en la que ambos dijimos, todo lo que hemos dicho. No pude quedarme callada – Se disculpaba ella – Esto no debió pasar, p