Narra Alondra FerreyraDesperté en la enfermería del Tec muy aturdida y sin saber lo que pasaba conmigo, cuando abrí los ojos, vi a la doctora caminar hacía dónde yo estaba. Ella me miraba con angustia y tristeza, no me acordaba como había llegado ahí, sólo que estaba con David y me desvanecí. –Alondra Ferreyra Pérez, tú novio está afuera ¿Quieres que lo dejé pasar? – Me preguntó la doctora, muy preocupada – Te ves muy mal y sola, no te puedo dejar ir a casa.Pues yo no sentía con fuerzas, para pararme, porque estaba muy aturdida todavía, pero ya que David, aún estaba ahí, que me ayudara en eso.–Está bien doctora, dígale a mi chico que pasé por favor – Le pedí – Me siento mareada y un poco aturdida.–Claro, lo hago pasar enseguida. Quédate acostada, por favor ¿Una pregunta, Alondra, es la primera ocasión que te desmayas?–No doctora, pero hoy seguramente, me desmayé porque he estado sometida bajo mucha presión – Le expliqué a la doctora – Espero sentirme mejor, en un rato.–Tranquil
Narra Alondra FerreyraLas cosas no eran tan simples, como él quería, que se vieran, no era el hecho, que se fuera a socializar, y divertir con sus amigos, era el hecho que había tenido que ir a casa de esa mujer, valiéndole, por qué no se reunieron en otro lado, tenía que llegar justo ahí y abrazarla. Como si se hubiesen puesto de acuerdo, porque eso fue, lo que pasó por mi mente y si yo no hubiera llegado, no sé qué más hubiese estado dispuesto a hacer con ella.-No es eso mi amor, es que me muero de coraje, no sabes lo mal que me sentí, cuando vi que tenías a esa mujer en tus brazos, me dieron ganas de morirme. Te amo y si te pierdo, perderé lo único, que ha valido la pena en toda mi vida, no quiero y no puedo estar sin ti - Me deshice en llanto - Te amo David, por favor no vuelvas a verla, te lo suplico. Yo no puedo soportar, que seas amigo de tu ex.Porque en que cabeza cabía eso, si ya su tiempo había pasado con ella, cuál era el interés en seguir viéndola, en seguir manteniendo
Narra David De MaríaYo lo que más quería, era que, Alondra se calmara. Pero al ver que nada daba resultado, la tomé de la mano sin decir nada, por el resto del camino a mi casa. Al llegar mi madre, cómo siempre, nos recibió con los brazos abiertos, era algo que admiraba demasiado de mi madre que, siempre estaba de humor, para ayudar a los demás.–Hola chicos, bienvenidos – Nos saludó mi madre – Pasen por favor. Alondra, déjame darte un abrazo, hija.Mi madre adoraba a mi chica, eso no se lo tenía que decir, ellas se llevaban muy bien, y mi madre se había preocupado la noche de ayer, cuando estuvo Alondra en la Delegación.–Hola Carmen – Alondra abrazó a mi madre – Gracias, por todo lo que hiciste, por mí, supe que anoche, estuviste también en la Delegación.–Hola madre. – Nos abrazamos y nos dimos un beso.–Sí hija, tenía que estarlo, pero no recordemos eso, pasemos a comer.Mi madre era de las que no le gustaba traer a colación, recuerdos que nos afectaban, que esos se quedaran, all
Narra David De MaríaYa se había acercado la fecha, en que Petra regresara a México, por lo tanto teníamos, que pasar a recoger las cosas de Alondra, ya con lo que me decía, me tendría que desviar, un poco de mis objetivos.–Claro que sí mi amor, yo paso por tus cosas mi princesa y paso por ti en la noche a la biblioteca, para irnos a casa ¿Te parece bien, hermosa? –Sí mi amor, gracias. Te amo, David. – Me dijo sonriendo.–Te amo mucho, mi princesa.Nos dimos tiernos besos y nos fuimos a comer juntos, a una plaza comercial. Ese día mi madre andaría afuera, con una de mis tías y yo, no tenía tiempo de hacer de comer, pues tenía que, hacer muchas cosas, para la sorpresa de mi amada Alondra a la que ahora por petición de ella, se añadía la de ir por sus cosas, a casa de su padre, lo que haría con gusto y de paso, saludaba a Don Manuel. Cuando terminamos de comer, regresé a dejar a Alondra al Tec, para que hiciera sus pendientes, y yo me fui directo a su casa, en dónde estaba Don Manuel
Narra Alondra FerreyraEse día en especial, yo sentía algo extraño dentro de mí, pero lo curioso era, que a pesar que me pasaban tantas cosas malas, la sensación que sentía, en ese momento era de algo bueno. Como si todo se estuviera alumbrando a mi alrededor, como un milagro.Salí de la biblioteca, ya satisfecha, con haber terminado mi tarea y mi guía, para mi examen de mañana, del que de todos modos, le iba a dar un repaso esta noche, en casa de Carmen, no podía perder mi beca y tenía que pasarlo, con la máxima nota posible.–Hola mi consentida – David me sorprendió abrazándome por la espalda – Te amo Alondra, vengo de casa de tu padre.Se notaba, pues venía muy alegre, me imaginaba que ya habían hecho las paces, mi papá tenía un buen poder de convencimiento. –Hola mi amor – Me giré para abrazarlo – Que bueno, que, si pudiste pasar por mis cosas y no te preocupes que tu aliento, me deja ver que sí vienes de ver a mi papá. Él siempre le invita a todo el mundo de tomar.–Muy bien mi
Narra Alondra FerreyraNo podía creer todo esto, yo que siempre tuve muy mala suerte en todo, había encontrado en él, todo lo que buscaba en alguien. Lo amaba y él me amaba y con eso, toda la mala suerte, que tuve en mi pasado, de pronto ya no me importaba.–Me ha encantado amor, muchas gracias – Lo abracé nuevamente – Te amo mucho, David De María Ramírez.–Yo te amo mucho, Alondra Ferreyra Pérez – El me robó un tierno beso – Ahora lo que sigue, es que vayamos de compras, mi muñequita. Necesitamos llenar, éstos enormes closets.David me dio la mano y juntos entramos al vestidor, en el que había dos closets enormes, de piso a techo como los de la casa de Carmen, uno para él y el otro para mí. Nunca pensé llegar a tener algo así, de súper lujo en toda mi vida. Esto era algo fuera de este mundo, era maravilloso y ahora yo, era tan afortunada de estar viviendo todo esto con mi David.–Antes, tenemos que brindar mi amor – Dije emocionada – Aunque, en eso ya te has adelantado con mi papá.–
Narra David De MaríaEra el primer día, que Alondra y yo, despertábamos en nuestro nuevo departamento. Bueno, yo desperté y ella, seguía dormida, me tocaba ahora, la tarea más difícil, la de despertarla, porque eso siempre me costaba trabajo, que ella abriera los ojos, muy temprano por la mañana. -Alondra, mi amor - La llené de besos - Despierta mi princesa, tenemos que ir al Tec.La movía despacio, nada parecía funcionar. Lo bueno de todo, era que yo me había levantado mucho más temprano de lo normal, para dar tiempo a que ella despertara. La moví y la levanté en mis brazos hasta que, ella abrió sus hermosos ojos. Esa visión, era la que quería ver todos los días, por el resto de mi vida. Ella era mi princesa y amaba con todo el corazón, despertar con ella.-Alondra, mi princesa ¿Has dormido bien? - Le pregunté, viéndola con mucha ternura - Estás preciosa.-Sí mi amor, he dormido bien, pero quiero dormir más ¿Te acuestas conmigo un ratito? Solo cinco minutos.-No mi amor, ya tendremos
Narra David De MaríaAlondra, tenía razón, pues ella no deseaba a ese niño y yo tampoco, no lo íbamos a traer a que sufriera a este mundo, si ninguno de sus dos padres lo iba a querer, no era justo, ni para nosotros, ni para él.–Por supuesto, pero esperemos que no estés así, Alondra – Declaré – Tendríamos que adelantar el viaje a España, allá es legal el aborto y aquí tendríamos problemas. Pensemos positivamente, que tú, no estás embarazada. Porque la mente es muy poderosa, verás que, no lo estás mi amor.Quería por todos los medios convencerla y convencerme a mí, mismo, de que eso no iba a ser posible, no estábamos en edad de tener un hijo y por mi parte nunca lo iba a tener, desde niño esa había sido mi convicción, la de no ser padre.–Gracias, por apoyarme David, en todo. Por eso te amo, mi príncipe.Ya estaba todo dispuesto y dicho, saldáramos de dudas y buscaríamos un método anticonceptivo más efectivo, por nada del mundo, esto nos tenía que volver a pasar, por lo menos que solo