Narra Alondra Ferreyra Pérez–No, eso no es cierto – Lloré histérica – Lo dices, porque a ti nunca nadie te amó, como David me ama a mí y porque a ti no te gusta como Tavo, te demuestra el amor. Pero lo de David y yo, es más que amar.Éramos el uno para el otro y no se pudo haber ido así nada más. Él tenía que regresar a mí, teníamos que empezar de nuevo, me iba a morir si mi güero se ha ido a Madrid, no le creía nada a mi hermana, estaba celosa del amor que nos teníamos David y yo.–Alondra, por favor despierta – Mi hermana me jalaba de los brazos – Si te digo que él se fue de México, es porque es la verdad. Es más, mañana Carmen, piensa ir a buscarte al taller de mi tío para invitarte a cenar y contártelo ella misma. Él se fue y tú, estás aquí. Tienes que dejar ir lo que sea, que sientas por él.No entendía como mi hermana me podía estar pidiendo eso, yo amaba a David con cada fibra de mi cuerpo, no lo iba a poder olvidar nunca, estaba enamorada de él desde el momento que lo vi por
Narra David De María RamírezIrme de México, me había dolido demasiado. Había sido un gran dolor en el alma, nunca antes me había costado tanto dejar atrás México, solo que esta vez, la había dejado atrás a ella, a mi consentida, a la única mujer a la que amaba de verdad y me dolía demasiado no estar aquí con ella, cuando soñaba que estuviéramos aquí juntos, como las dos veces anteriores que había venido a Madrid. Estaba en el piso de mi amigo Sabadelle, era uno de esos días que él estaba en una llamada y yo, no sé por qué sentí que me latía más rápido el corazón, pues algo me decía que quién lo llamaba, era ella, mi consentida. Lo vi colgar su móvil y mirarme cabizbajo, entonces un inmenso escalofrío sacudió todo mi ser.–David, era ella, colega – Me confirmó él – Está muy mal, está muy triste y me atrevo a pensar, que así ha estado, desde que ustedes ya no están juntos.Por supuesto que ella la estaba pasando mal, y yo había dejado que se tirara al suelo pidiendo mi perdón y no se l
Narra David De María RamírezMejor que no me dijera nada, si con todo esto que estaba sufriendo ya era suficiente, no se lo deseaba a nadie.–No hijo, por favor tienes que calmarte. David, no llores así, no es sano para nadie y ahora, si estás tan mal y te arrepientes de no estar con ella, entonces regresa y lucha por ella, pero no te destruyas así – Me aconsejó mi madre – Yo no quiero, saber que sigues en ese estado depresivo, te vas a enfermar.Ya nada me importaba, si me enfermaba o si me moría, porque no la tenía conmigo, y si eso me estaba destruyendo, que lo hiciera de una buena vez, la amaba más que a mí mismo, no podía ver un futuro sin ella, ni siquiera el día de mañana lo veía seguro, esto iba a acabar conmigo.–Quiero morirme madre – Grité destrozado – La amo, la necesito en mi vida. Cada mujer que veo, la comparo con ella, Alondra es mi amor, es mi vida, es mi princesa, mi todo, mi consentida.Necesitaba que la fuera a ayudar, si ella estaba peor que yo, algo le podía pasa
Capítulo 11. Un gran amor no se olvidaNarra Alondra Ferreyra PérezDesperté en un lugar desconocido para mí y me asusté demasiado, y al no ver a nadie conocido, hasta que me levanté un poco y vi a mi hermana Anastasia ahí sentada. Ella me miraba moviendo la cabeza negativamente hacia ambos lados, en señal de desaprobación y también de molestia.–Alondra, nos has dado a todos un susto de muerte – Me dijo mi hermana – Por eso te trajo una ambulancia al hospital.Al escuchar la palabra hospital, me asusté más, por más que pasara el tiempo no me gustaba estar en ese tipo de lugares,– ¿Qué? No, Anastasia, yo no quiero estar aquí, no quiero, solo quiero que nos vayamos a casa – Le supliqué – Sabes, que odio estar en estos lugares.–Te tuvieron que poner un suero vitaminado, te has desmayado y llevas un buen rato inconsciente – Me explicaba – No puedo creer, que te la estés pasando dañando de la peor manera posible tu vida, es el colmo Alondra. Una ruptura no es para que dejes todo y te hu
Capítulo 12 Una nueva amistadNarra Alondra Ferreyra PérezEn lo que ella había estado conmigo en el hospital, ellos la habían ayudado, se veía que yo iba a ser una carga para ellos, era una buena para nada, no sabía hacer nada, ni siquiera me sabía defender en eso.–Gracias.Me fui a lavar las manos como pude y después, me senté a la mesa con mis sobrinas que ya estaban sentadas ahí para cenar. Mi hermana y mi cuñado nos sirvieron la cena y yo, me comí lo que me dieron casi pasándomelo entero, la comida no me sabía a nada y parecía estar viviendo fuera de mi cuerpo, nada se sentía ni parecía real, yo en verdad, me sentía de lo más mal. Después de cenar, mis sobrinas y yo, lavamos los trastes y recogimos la cocina y después, nos fuimos a dormir a la recámara que ocupábamos las tres, desde que yo llegué a esta casa.–Buenas noches, chicas – Les dije a las dos – Por favor, ¿Me despiertan? Mañana, cuando se levanten. No puedo faltar a clases.Era la única forma que me podía levantar, y e
Capítulo 13. Buscando una salidaNarra David De María RamírezDespués de la borrachera terrible que me puse con Romina y con Sabadelle, ella, horas más tarde, se estaba arreglando para irse al bar. Yo ya no sabía, si era de día, de noche o de tarde, todo me estaba dando igual y la cabeza la sentía a punto de reventarme. Tenía mareos y náuseas, me arrastré al baño para expulsar todo el alcohol que tenía en el cuerpo y quién sabe qué más. Cerré un poco mis ojos y recordaba a Alondra, esto me iba a consumir por completo.–Colega, no puedes seguir así – Dijo Sabadelle – Necesitas, reponerte y levantarte de esto, sabemos que amas a Alondra, lo sabemos de sobra Romina y yo, pero tú has decidido dejarla. Ya para por favor y ya no te hagas más daño, que no tiene caso.Por supuesto que yo había sido el que había terminado con nuestra relación, pero no tenía otra opción, no podía aceptar que ella era así, que no podía sentir el dolor ajeno, que no tenía corazón, podía haber todas las personas d
Capítulo 14. Tomando una drástica decisión Narra David De María RamírezEra inútil querer sacarla de mi corazón, cuando cada latido que él emitía, era para ella, y por ella, me la recordaba cada pulsar, cada respiración que tomaba. No exageraba, cuando decía que cada latido del corazón, lo daba por ella, era la primera vez que me enamoraba y dolía mucho no saber, hasta cuando iba a poder soportar estar sin el amor de mi vida.–Hazlo entender entonces y deja de estarte destruyendo delante de todos nosotros, no te queremos ver así – Me expresó – No me gusta, verte decaído y acabado, pareces un muerto, una momia, una reliquia. Ya basta, De María, la vida, no puede terminar por tu estupidez, de no quererla olvidar.Lo dice como si fuera fácil, como si cerrando los ojos y dormir, ya me iba a despertar a la mañana siguiente sin sentir nada por ella, era absurdo, porque la vida se me podía ir apagando, llevaba tanto tiempo intentándolo, pero era inútil, esto no se iba a terminar nunca.–No
Narra Alondra Ferreyra PérezEse día, al terminar de trabajar en el taller de mi tío, me cambié y me puse un poco presentable a pesar de no tener ganas de nada, pues Carmen, me estaba esperando para ir a cenar. Me despedí de todos mis compañeros y amigos del taller y cuando estaba a punto de salir, Simone me alcanzó.–Alondra, sé que ahora mismo piensas que nada te levantará el ánimo – Simone me abrazó y me dio un papelito – Sé que apenas nos hemos conocido hoy, pero cuenta conmigo, te anoté mi dirección y mi número de teléfono, en caso de que necesites, lo que sea, que espero que no sea así y que nos veamos mañana aquí.–Gracias Simone, en serio muchas gracias – Respondí llorando – Mañana nos vemos aquí, yo también espero no sea necesario, molestarte.–No es una molestia, quiero que estés bien, hasta mañana Alondra.–Gracias, nos vemos mañana.Salí del taller arrastrando los pies y apenas puse un pie afuera, ahí estaba ella, mi mamá Carmen, para abrazarme y darme todo ese amor, que y