Narra Alondra Ferreyra PérezEse día, al terminar de trabajar en el taller de mi tío, me cambié y me puse un poco presentable a pesar de no tener ganas de nada, pues Carmen, me estaba esperando para ir a cenar. Me despedí de todos mis compañeros y amigos del taller y cuando estaba a punto de salir, Simone me alcanzó.–Alondra, sé que ahora mismo piensas que nada te levantará el ánimo – Simone me abrazó y me dio un papelito – Sé que apenas nos hemos conocido hoy, pero cuenta conmigo, te anoté mi dirección y mi número de teléfono, en caso de que necesites, lo que sea, que espero que no sea así y que nos veamos mañana aquí.–Gracias Simone, en serio muchas gracias – Respondí llorando – Mañana nos vemos aquí, yo también espero no sea necesario, molestarte.–No es una molestia, quiero que estés bien, hasta mañana Alondra.–Gracias, nos vemos mañana.Salí del taller arrastrando los pies y apenas puse un pie afuera, ahí estaba ella, mi mamá Carmen, para abrazarme y darme todo ese amor, que y
Capítulo 16. Un recuerdo muy dolorosoNarra Alondra Ferreyra PérezCon solo estar hoy aquí, me está costando, no iba a poder soportar mirar en cada rincón, sin recordarlo, si todo el lugar tenía su nombre escrito, por donde mirara ahí estaba su recuerdo. No iba a poder aguantar estar viviendo bajo el mismo techo, donde habíamos vivido muchos momentos felices.–Gracias mamá Carmen, pero por ahora no puedo – Apenas pude decir – Me está matando estar aquí, sin él. Lo veo en todas partes de esta casa, dónde tantas veces hablamos de amor.Eso sería un martirio para mí, sentir su presencia, su olor, entrar a su recámara y ver su ropa, olerla, pensar que él está presente, cuando estaba en otro continente, sin importarle como me encontraba, eso era lo peor, porque ni siquiera podía decir que me lo iba a encontrar por pura casualidad en le Tec, si había puesto toda la distancia de por medio.–Lo sé, pero no puedes dejarte caer mi niña. Límpiate esas lágrimas y vamos a la cocina, hice del tiram
Capítulo 17. Quizás, una muy mala decisiónNarra David De María RamírezLa cápsula me estaba haciendo sentir lleno de vida, eso era un alivio para mí y el inmenso dolor, que pensé que me iba a derribar, se estaba apagando de a poco, me sentía, aunque todavía un poco triste, era cómo si entre los efectos de la cápsula, además de hacerme sentir, más aliviado, me diera también la resignación y la fuerza de voluntad, para soportar que la mujer de mi vida, ya no está a mi lado y que no hay marcha atrás.Me levanté con mucha energía a desempacar mis maletas, algo que no había hecho y hasta ánimos tuve de ponerme a cocinar, puse la música a todo volumen y Sabadelle, mi colega, llegó un rato después que lo hice yo.–¡Bendita sea la cápsula! – Exclamó mi amigo – Veo que ha obrado un milagro, estás de pie y estás cocinando De María, eso hay que celebrarlo.Sabía que esto iba a ser pasajero, porque, aunque estuviera de pie, por los ánimos que me infundían la cápsula, mi problema en verdad era qu
Capítulo 18. Reacción adversaNarra David De María Ramírez–Créelo Jovana – Respondí – Aquí estoy. Te ves muy bien, con ese corte de cabello.Ahora lo llevaba un poco más corto y no se veía mal, muy al contrario, como le estaba diciendo, le sentaba muy bien, ahora me podía dar cuenta que, a mi adorada Alondra, nunca la había visto con su melena corta, era que le sentaba de maravilla traer su cabello como siempre lo traía, amaba su cabello y más, cuando yo se lo secaba.–Sí, es que pronto hará calor y no quiero complicarme con la melena larga. Huele delicioso, ¿Has cocinado tú? – Preguntó sorprendida – Sí es así, espero que sepa mejor de lo que huele, la comida.Era mi especialidad, cocinar y le podía asegurar que iba a estar mejor de lo que olía y de lo que se veía, nunca había fallado al cocinar algo, les podía garantizar que todo quedaba como de restaurante de esos de cinco estrellas, si no hubiera elegido la carrera de ingeniería, me hubiera dedicado a la cocina internacional.–Sí,
Capítulo 19. Mi último adiósNarra Alondra Ferreyra PérezDespués de esa noche que David le habló a Carmen, la depresión me pegó con más fuerza de lo que me estaba pegando, iba al Tec a estudiar más por obligación que por otra cosa y realmente, ya no le estaba poniendo para nada las ganas en absoluto. En el taller de mi tío, me pasaba lo mismo, hacía mi trabajo bien, pero muerta en vida, como había estado desde la última vez que vi a mi güero, hace un mes. Ese día que salí del taller, llegué a casa de mi hermana y me la encontré muy arreglada.–Hola Alondra – Me saludó mi hermana – Ven, ponte hermosa, te he comprado un vestido. Hoy se casa Adriana ¿Ya no te acuerdas?Para lo que yo iba a hacer, no tenía necesidad de estar arreglada, ni siquiera iba a necesitar estar vestida, si no me iba a llevar nada, pero era mejor no salir, tenía que aprovechar ahora que ella ya estuviera a fuera de la casa.–Hola Anastasia, sí me acuerdo de ella, una de tus amigas de la Universidad – Recordé – Est
Capítulo 20. Intento fallidoNarra Alondra Ferreyra PérezCaminé con el bote en mis manos y apenas si tenía tiempo, para que el veneno hiciera efecto y morir, antes que llegara Tavo y mis sobrinas a impedirlo. Ya no quería estar más en este mundo, ya no quería hacerlo. A nadie ya le importaba, a nadie le iba a preocupar que muriera, nadie iba a llorar por mí, había sido una carga para todos y mejor dejar de existir para ya no serlo.Me fui caminado al espejo del baño y me vi con vida por última vez, me despedí de mí misma, de la piltrafa que veía en el espejo, de una mujer que no tenía sueños, ilusiones, ni ganas de vivir. Me maldije y me dije, todo lo que me odiaba, por ser tan estúpida, por haber perdido al hombre que amaba y sin dar marcha atrás llené el vaso con el que me lavaba los dientes de agua del grifo y me fui tomando, todas y cada una de las pastillas del bote, sintiendo los estragos al poco tiempo de ingerirlas, sentía como me iba descomponiendo lentamente y esperaba que
Capítulo 21. Mi otra realidadNarra David De María RamírezCuando desperté, después de no saber lo que había pasado estaban Sabadelle, Jovana y Romina, mirándome con unas caras de muerte lo que me hizo de momento, que dudara si yo seguía en este mundo todavía. Los miré a los tres y Romina, no se contuvo y empezó a llorar. Entonces sí he muerto, pensé para mis adentros. Si no fuera así, mi amiga no tendría por qué estar llorando de la manera en la que lo estaba haciendo.– ¿Qué pasa Romina? – Le pregunté a mi amiga – ¿Estoy muerto? ¿Me morí?Todos se miraban entre ellos y nadie me respondía. Yo morí de eso estaba seguro, pero si estaba muerto ¿Por qué sentía dolor? Me dolía el pecho, como si alguien me hubiera encajado algo y lo hubiera dejado atravesándome de costado a costado. Algo muy grave estaba pasando conmigo, algo terrible me estaba pasando, pero ¿Ellos porque no me estaban escuchando? Era muy raro, no sabía si estaba muerto o vivo. Entonces Sabadelle se acercó a mí con una car
Capítulo 22. Una nueva oportunidadNarra David De María RamírezMe dieron ganas de darle otro golpe a Jovana, no había quedado conforme con lo que le había tocado hace rato no me podían estar culpando a mí y ahora se ponían de parte de Alondra. Las tres eran iguales. De seguro ya se habían burlado las tres de la muerte de Lola.–Son unas cabronas – Les dije a las dos, lleno de odio y les aventé cosas a la cara – En primera porque se ponen del lado de ella, pobrecita de Alondra ¿Y yo qué? No les importo un carajo es el colmo que yo les valga a las dos, y a ti también colega.Acaso no veían como me encontraba yo, también estaba sufriendo. No tenían por qué culparme a mí de todo lo que pasara, yo también había sufrido un daño irreparable y eso no lo veía ninguno de los tres, con estos amigos para qué quiero enemigos.– ¿Te vas a calmar? – Me preguntó Sabadelle retándome – Nadie, tiene que estar soportando tus arranques de idiota. Nada de lo que pasó con Alondra es culpa de nadie, solo tu