Capítulo 226. Nostalgia Narra, David De María RamírezSabadelle venía a lo suyo de eso, nadie lo iba a negar, y tampoco él iba a decir que no, pero yo era el que estaba muy lejos de querer estar con alguna mujer, no tenía necesidad de gritar a los cuatro vientos que la única mujer que quería que estuviera a mi lado es mi consentida y nadie más.–Así me gustan las fiestas, tú si sabes amigo – Sonrió mi colega – De aquí, esta noche, no me saca nadie.Entramos a la casa de mi amigo y sí había mucha gente. Iñaki era muy popular y me di cuenta de que todo su grupo de la universidad estaba presente y no como yo que apenas puedo distinguir a mis compañeros. A Sabadelle, de inmediato lo fueron a abordar unas mujeres hermosas y yo me alejé, no quería estar con mujeres ya, solo quería verla a ella a mi consentida. Me serví un trago y me fui a sentar a un sitio tranquilo para estar solo cuando llegó Romina.–Hola, De María – Me saludó Romina – Bienvenido a la fiesta, sinceramente no creí que ve
Capítulo 227. Un fuerte mareo Narra Alondra Ferreyra PérezJorge, el amigo de Víctor, había resultado ser muy relajado y muy buena onda conmigo. Me había caído de maravilla y después de sus cuidados médicos, me pude sentir mejor de esos dolores tan espantosos que me aquejaban. Ese día la pasamos bien en casa de Víctor y ya bien entrada la noche, llegó Ana Laura, muy tomada a su casa, cuando nosotros habíamos terminado de cenar.–Son unos groseros – Reclamó – Pensé que me iban a esperar para cenar, pero da igual. No los necesito.–Ana Laura, mírate amor – Dijo Víctor – Te ves mal y estás en un estado bastante nefasto e inconveniente.No quería ningún problema con Ana Laura, de seguro me venía a echar bronca, ahora que venía borracha de seguro se iba a poner impertinente. Quiero estar lo más alejada de su presencia, no estoy para estar aguantando sus insolencias, siempre se pone muy mal cuando toma.–No digas más, Víctor. Manda a dormir a Alondra o a coger con Jorge, o qué sé yo, quier
Capítulo 228. Cómo en un cuento Narra Alondra Ferreyra PérezJorge estuvo conmigo platicando para que me calmara y me di cuenta que no tenía caso que yo siguiera alegando con él, de todos modos, él cómo médico iba a hacer lo que considerara que es lo mejor para mí y ante eso no pude hacer nada. Él mandó a que compraran el medicamento y después me lo administró y mientras me hacía efecto, me estuvo ahí acompañando.–Alondra, estas compresas calientes te van a ayudar mucho – Jorge me dio unos saquitos – Póntelos entre la ropa y tu piel en la zona que sientas dolor.–Muchas gracias, Jorge. Creo que tú después de ver que soy un problema andante no vas a querer saber más de mí y se invertirán los papeles, ahora tú no me vas a querer conocer.En definitiva, los papeles se estaban invirtiendo, solo causo molestias y nadie quiere estar conmigo, así como le está pasando a Ana Laura y ahora le va a pasar a Jorge. Él que se ha comportado como todo un caballero y yo en el comienzo no lo quería n
Capítulo 229. Malas intenciones Narra, David De María RamírezPasaron algunos días después de la fiesta de Iñaki y en esos días yo me aislé un poco de todos mis amigos, menos de mi colega, ya que seguía viviendo con él en el mismo piso. Ese día fui a comer con mi padre a un hermoso restaurante en el que era costumbre que nos reuniéramos cuando queríamos ir a comer solos él y yo. Mi padre llegó muy puntual y yo, apenas si logré llegar a tiempo.–Hola, papá – Lo saludé – Espero que no te enojes, he llegado en tiempo. Se me van los días volando haciendo lo de la universidad.Las horas las pasaba metido en mis cuestiones académicas, ya no tenía tiempo para nada más. Ahora me sentía muy bien conmigo mismo, organizando mi vida, dándole prioridad a lo que en realidad me va a beneficiar. Es lo que me han enseñado mis padres.–Hola, hijo. Muy bien que te estés metiendo de lleno a la Universidad, no le creí a Carmen cuando me lo dijo. Me he tomado la libertad de ordenar, espero no te importe.
Capítulo 230. Una buena amigaNarra, David De María RamírezMi padre era un capullo mayor, no tenía por qué decirme lo que me dijo de Alondra y parecía que él no podía o no quería entender que yo, amaría a Alondra con toda mi vida y mi corazón para siempre. Alondra siempre sería mi consentida, ella siempre será esa mujer con la que yo quiera pasar los mejores días y noches de mi vida. Llegué al piso sin comer y empecé a cocinarme algo, cuando llegaron Paloma y mi colega.–Hola, David. Creo que es mejor que me vaya – Dijo Paloma – No vaya a ser que me quieras pegar nuevamente y que no me pilles de humor y yo te devuelva con creces el golpe.–Sí Paloma, pensé que mi colega no estaba – Dijo Sabadelle – Por eso te traje porque yo no puedo salir del piso. Tengo que entregar un proyecto mañana.No estaba enojado con ellos y mucho menos iba a armar algún pleito, si ellos querían estar aquí, por mí no había problemas. No me voy a volver a poner como me puse la vez pasada, estoy consciente de
Capítulo 231. Muy mala idea venirNarra, Alondra Ferreyra PérezCon los cuidados de Víctor y de Jorge, me pude sentir mejor y eso me aliviaba un poco, aunque, por otro lado, esperaba que todo se solucionara entre Ana Laura y yo porque de seguir esa hostilidad de su parte, este viaje iba a ser un desastre. Ya que me sentía mejor, seguramente íbamos a salir de la casa y yo quería que se siguiera el plan que habíamos acordado, esperaba que mi amiga quisiera lo mismo y que no hubiera problemas.–Buenos días, ¿Cómo están amigos? – Saludé sentándome a desayunar – Ya me siento mejor y no tengo intenciones que se sigan retrasando los planes del viaje, una disculpa por estar tan mal.–Buenos días, Alondra – Respondió Víctor – Eso me parece excelente, ya hemos perdido varios días aquí en la casa y yo tampoco tengo intenciones de perder más. Veo que te han hecho muy bien los cuidados que te ha dado Jorge.La verdad es que sus atenciones me habían hecho mucho bien, estaba casi como nueva, me podí
Capítulo 232. Un día a mi favor Narra Alondra Ferreyra PérezSalimos todos juntos en una de las limusinas de Víctor, yo me senté al lado de Jorge y frente a nosotros estaban Víctor y Ana Laura. Víctor sirvió de una botella de vino que llevaba ahí y nos dio una copa a cada uno, supuse que mi amigo ya se había dado cuenta de la tensión que estaba instalada entre Ana Laura y yo y no quería problemas, algo que le agradecía porque yo no sabía si me iba a poder contener de decirle a Ana Laura algo, si ella volvía a atacarme.–Le estaba diciendo a Jorge que tenemos que aprovechar que el día está muy nublado – Dijo Víctor – Así que propongo que vayamos a que Alondra conozca la Catedral y la Plaza de Armas.–Sí, ya Víctor me comentó que eres enemiga del sol, Alondra – Jorge me sonreía – No te preocupes, a mí tampoco me gusta.Por lo menos tengo un aliado con respecto a lo del sol, así Ana Laura no iba a poder decir nada. Ya que de seguro mis sugerencias no le iban a gustar, yo estoy dispuesta
Capítulo 233. Mala ideaNarra, David De María RamírezTuve unos días tranquilos con mi colega y con Paloma, los días que estuvo ella de visita en Madrid, ellos hacían sus planes de salir e irse de fiesta y yo a veces iba un rato con ellos y otro rato me quedaba en el piso. Tenía muchas cosas que hacer de la universidad y tenía que seguir centrado en lo mío, no podía dejar que los planes de salir con mi colega y con Paloma me echaran a perder mis avances académicos y lo mejor de todo es que ellos bien que lo sabían.–David, hoy por la noche no nos puedes quedar mal – Dijo mi colega – Es el cumpleaños de nuestro colega Irving y él me ha pedido que te lleve así sea como sea.Sé que mi colega quiere que salga como solíamos hacerlo, pero yo ya tengo otro chip, otra forma de pensamiento y ya esos días habían quedado atrás, me estaba dedicando solamente a disfrutar de mi carrera, el estudio es para mí ahora una fuente de entretenimiento.–Haberlo dicho antes, colega – Negué con la cabeza – Y