Una manada de enormes lobos corrían velozmente por un sendero empinado lleno de arbustos y rocas. Todos estaban siendo guiados por un macho alfa, un lobo que sobresalía entre los demás. Era un espécimen de increíble belleza, el líder de la manada. Era un lobo de un pelaje espeso color gris, sus ojos eran color esmeralda y todo el cuerpo del animal irradiaba poder y valentía.
Esa tarde un grupo de lobos habían salido a cazar en compañía de su alfa, el pueblo donde convivían estos animales salvajes necesita alimentarse ya que eran una familia numerosa. Y dada la escases de alimentos debían recorrer cientos de kilómetros para encontrar alimento para todos. No era una tarea fácil la que llevaban estos lobos que se hacían llamar “los cazadores” solo ellos podían abandonar el dominio de los lobos para ir en busca de comida.
La razón de porque solo ellos eran los únicos con este derecho era fácil, el bosque donde habitaban estaba lleno de humanos cazadores. Les agradaba cazar a los lobos solo por su espeso pelaje, pero lo que desconocían esas personas era que estaban tratando con hombres lobos. Por el momento ningún lobo de la manada Luna de plata había perecido ante la mano de estos humanos salvajes, pero eso no quería decir que no pudiera suceder en algún momento.
Por ende el alfa de la manada había seleccionado a un grupo de lobos lo suficientemente rápidos y agiles para la tarea de cazar. Eren, era un alfa muy precavido. Defendía a su pueblo hasta la muerte y no estaba dispuesto a permitir que la vida de ninguno de los suyos estuviera en peligro. La vigilancia alrededor del pueblo era extrema, nadie traspasaba los límites sin que él no estuviera enterado. No era un alfa de 500 años por nada, se había ganado el respeto de su gente con el pasar de los años y eso era algo que apreciaba profundamente.
Pero no solo él llevaba el cargo de todo el pueblo Luna de plata, su beta Deon siempre se quedaba en el pueblo cuidando de todos. Era su mejor amigo y a igual que él se ganó el respeto y cariño de los lobos. A pesar de ser más joven que Eren era igual de astuto e intuitivo. Así que podía dejar a luna de plata a su cargo con los ojos cerrados.
—Alfa. Lo llama mentalmente uno de los cazadores que corre a su lado. —Hemos recorrido hectáreas y aun no hayamos ningún animal para cazar.
—Lo encontraremos, debemos tener paciencia.
—Pero nos hemos alejado demasiado del pueblo mi alfa, ¿no es arriesgado? Podríamos ser atacados por los cazadores.
—Están muy lejos, puedo olerlos a kilómetros de aquí. Contesta Eren deteniéndose en seco.
Eleva el morro hacia arriba aspirando un aroma en particular, desde que salió de casa convirtiéndose en lobo una fragancia poco inusual invadió sus fosas nasales, y aunque sabía que estaba mal lo que estaba haciendo el alfa se estaba alejando de la manada porque seguía aquella esencia que lo mantenía curioso… su misión era encontrar comida para la cena de esa noche, pero por alguna razón sus motivos cambiaron drásticamente.
Eren se sentía algo confundido, porque jamás babeaba tanto como lo estaba haciendo ese día. Se sentía muy inquieto ante aquella fragancia tan empalagosa. Sabía que algo no iba bien, necesitaba descubrir que era lo que lo tenía tan ansioso. Hasta las feromonas de su cuerpo se habían encendido.
—Alfa, ¿se encuentra bien? Pregunta el mismo lobo a su lado. Todos rastreaban algún animal mientras que su líder se detuvo.
—¿De qué hablas?
—Nos hemos dado cuenta de que su aroma es mucho más fuerte que antes, ¿todo va bien?
Eren lo sabía, su propio olor se había vuelto penetrante y posesivo. Pero era inevitable no sentirse de esa manera. Ese aroma lo cargaba loco, solo deseaba encontrar que era lo que lo tenía tan mal. No podía achacarle aquella reacción a su celo, ya que se encontraba muy lejos todavía. Pero entonces, ¿Qué era? Ignorando al lobo que estaba a su lado, Eren continuo olfateando el aire un poco frio, de su morro salía vapor blanco pero aun así su olfato era demasiado agudo como para pasar desapercibido cualquier cosa.
Entonces su nariz capto exactamente el lugar de donde provenía ese aroma que volvía loco sus entrañas. Los ojos verdosos del lobo enfocaron ese lugar, pero ¿debía ir? Convenía arriesgar la vida de sus chicos solo porque tenía curiosidad por saber de qué se trataba, aunque a esas alturas comenzaba a sospecharlo. Miro fijamente el camino correspondiente que debía tomar, era la vía que tomaban los humanos para llegar al pueblo.
—Alfa, estamos cerca de una carretera en la que transitan los humanos. Indica un lobo llegando a su lado.
—Iremos a ver algo.
Y dichas aquellas palabras hecho a correr en esa dirección impulsado por la curiosidad. Todo su cuerpo le pedía que fuera a ese lugar, y cada vez que se acercaban más intenso se hacia el aroma. Tenía que ser eso, no había otra razón explicable para ponerle nombre a lo que estaba sintiendo. Pero, ¿Por qué en ese lugar? Eso no le estaba agradando. Llevando su cuerpo al extremo Eren corría como un lobo salvaje esquivando rocas y arbustos seguido de su manada.
Entonces estando tan cerca de la vía donde transitaban coches el sordo ruido de unas yantas llamo la atención del lobo y sus compañeros. Todos llevaron su vista hacia la vía en el que venía un autobús a toda prisa el cual había perdido el control, se notaba al chofer tratando de mantener el control del volante pero le había sido imposible de maniobrar el enorme autobús. Sin remedio este se volcó comenzando a dar vueltas en la desolada carretera de la montaña.
Los lobos se encontraban escondidos entre los matorrales observando el desastre inminente en que ellos no podían hacer nada. Al final el autobús Traspaso las barreas amarillas de seguridad cayendo por el barranco que existía al lado de la vía.
—Alfa, debemos irnos de aquí. Los humanos vendrán para socorrer a esas personas. Nos pillara en medio.
Eren noto a sus lobos nerviosos, no es que les tuvieran miedo a los humanos solo que todos intentaban mantener en secreto su existencia y sobre todo naturaleza. Por esa razón llevaban tantos años vivos, por mantenerse ocultos de una humanidad cruel… pero por alguna razón no podía irse, ese aroma que lo arrastraba por todo el camino se encontraba dentro de ese autobús lleno de personas que se quejaban.
—Quédense aquí. Ordeno a los chicos.
Corrió hacia el autobús que se mantenía con los neumáticos hacia arriba mientras echaba humo por un costado, los cristales de las ventanas se encontraban rotos así que esto le permitió al alfa asomarse mientras olfateaba… en cuanto lo hizo lo primero que diviso un par de ojos azules lo miraron fijamente. Eren sintió un latigazo en su corazón, esa chica lo miraba firmemente sin pestañar.
De pronto ella cerró los ojos quedando inconsciente. Eren se dio cuenta que el aroma que lo había llevado a ese lugar se desprendía de ella, no podía dejarla allí… algunos de sus lobos se acercaron a él.
—Eren debemos irnos, los humanos se acercan. ¡Son cazadores!
Sin pensárselo mucho el alfa se transformó en humano y como pudo metió su cuerpo desnudo al interior del autobús sacando aquella chica rodeaba de personas muertas y otras heridas... Estando con ella en sus brazos sintió su corazón palpitar más de la cuenta. Definitivamente esa mujer era su luna. Tomándola con firmeza Eren corrió directo al bosque desapareciendo entre la maleza.
Emocionada era una palabra muy blanda para lo que sentía en esos momentos, más bien excitada era la palabra adecuada para el momento que estaba viviendo Valentina… después de mucho tiempo al fin se le cumplía uno de sus tantos deseos, luego de trabajar por largas horas sin descanso en el restaurante de su tío por fin esta chica de 25 años volvería a reunirse con su madre y hermanito.Desde que tuvo edad para trabajar su madre se vio obligada a enviarla con su tío a Asheville (Estados unidos) casi a dos días de distancia de su casa en Telluride colorado. La razón por la que su mamá la envió con el hermano de su padre era porque recientemente el papá de Valentina había fallecido cuando ocurrió un derrumbe de nieve en el pueblo dejándolo tapado por la misma. Desamparando a su esposa con una niña a la que mantener
Eren cargaba a la chica en sus brazos mientras corría en compañía de sus lobos por el bosque de regreso a la manada. Su preocupación iba en aumento ya que la mujer en sus brazos sangraba muchísimo y desde que cayo inconsciente no había vuelto a despertar. Su pulso era muy bajo y aún faltaba mucho para llegar hasta el pueblo.—Alfa, ¿Por qué ha traído a esa humana con usted? Le pregunta un loco que corría a su lado de manera de protección.—No podía dejarla morir.—Muchas personas en ese autobús también iban a morir, ¿Por qué ella?—Llévate a un grupo de lobos y vayan a cazar, regresen al pueblo cuando hayan terminado ¿entendido? Ordeno eren ignorando la pregunta del lobo.—Sí señor.El lobo corre en otra direcc
Lo tomó, intento recordar si ella traía uno encima pero la verdad es que no se percató de eso. Así que hurgo dentro del bandolero sacando la billetera de la mujer. —Valentina Hokins. Susurro leyendo sus documentos.—Así que, así es que te llamas. Sonríe mirándola mientras que su corazón retumbaba como loco. —Al fin llegas a mí, después de tantos años.Eren toco su frente sintiéndola muy caliente, parecía que tenía mucha fiebre. La chica sudaba a mares. Dejo un pañuelo húmedo sobre su frente y salió de la recámara. Lili cuidaría de ella dentro de un rato.[…] El alfa encamino sus pasos hasta donde solían hacer las reuniones del pueblo. Todos estaban presentes murmurando los unos con los otros. A oídos de Eren la mayoría de los coment
El alfa entro en su casa siendo recibido por Sofía quien se le tiro encima a Eren. La cargo en brazos de manera delicada mientras que la pequeña sonreía de oreja a oreja. —Hola pequeña, ¿Dónde está tu mamá?—Arriba con tu novia, ¡es muy bonita! ¿Te vas a casar con ella? Pregunta la morena entre sus brazos.—No es mi novia, y no creo que nos casemos. Contesta serio mientras subía las escaleras.—Mamá dice que si lo es que ella es tu luna y que deben casarse. Responde con inocencia. Mientras que Eren pensaba lo contrario, lo que menos era chica su novia y dudaba que llegara a pasar algo entre ellos dos. Por ende no le respondió a la niña, sería inútil hacerla entender algo como eso. Era muy pequeña… eren entro en su habitación divisando el cuerpo
Valentina jamás en su vida había visto a esa mujer, pero tenía un aire amistoso y una mirada muy dulce lo que le calmo un poco sus miedos y nervios.—Hola, ¡Qué bien que hayas despertado! ¿Cómo te sientes?—¿Quién eres tú? —Me llamo Lili y ella es mi hija Sofía. Bebé saluda a la señorita.—Hola. Dice la niña. —Eres muy bonita. Sonríe la pequeña subiéndose en la cama.—¡Gracias! Contesta mirando a la niña con dulzura.—Debes estar hambrienta, bajare a preparar algo para que comas. Luego podemos resolver como haremos para que te pongas en pie y te des una buena ducha ¿te parece?—Si. Responde con voz casi audible.Valentina pensó que la mujer era muy amable,
Eren observa la figura lobuna de su padre ante él, el inmenso animal mantenía las orejas puntiagudas y la mirada recia. El joven lobo era observado por su padre con gran detenimiento, él se mantenía firme en el mismo lugar donde se había detenido.—¿Qué estás haciendo aquí padre? Pregunta el chico al fin después de un buen rato.—He venido a verte.—Sé que lo has hecho un par de veces algunos años atrás, solo que nunca te has acercado a mí como tal. ¿Por qué ahora sí? ¿Qué pasa? Eren nota como su padre empezaba a mover la cola.—Es cierto, esta vez he venido hablar contigo.—¿Sobre qué? Gruñe el joven.—He percibido un cambio en ti, eso me indica que has encontrado a tu luna ¿no es así
Después de mirar por horas por la ventana y no recordar absolutamente nada de su vida Valentina se dio por vencida regresando a la cama nuevamente para intentar conciliar un poco el sueño. Aunque pudiera caminar por su cuenta no quería decir que estuviera bien. Sentía mucho dolor en su cuerpo y de vez en cuando su cabeza retumbaba tanto que podía hasta desmayarse… en cuanto logro llegar a la acolchonada cama se tumbó en la misma agradeciendo la suavidad de las almohadas.Sin previo aviso la puerta de su recamara se abre estrepitosamente dándole un susto de muerte. Por un momento la castaña pensó que se trataba de Eren, no sabía porque había pensado una cosa así pero al ver a la pequeña Sofía entrar corriendo Valentina sintió una especie de decepción en su interior lo que le causó molestia. No debería de estar sintiéndose de e
—Bueno ya he terminado aquí, no hay más por hacer. Comenta Lili al cabo de un buen rato. —Creo que ella estará bien muy pronto. Finaliza caminando hacia la puerta. —Vamos Sofía es hora de volver a casa.—Si mami. La niña corre en dirección a Eren para abrazarlo, ambos habían desarrollado cierta conexión bastante inusual. Por lo general los demás cachorros no se les acercaban. —Adiós Alfa.—Hasta mañana Sofía. Sonríe Eren viéndola partir. Se preguntó si en algún momento tendría sus propios hijos. Llevo la vista hasta la parte de arriba, pero no sería con Valentina. De eso no había dudas, no la quería como su pareja. El necesitaba una mujer fuerte, una loba de nacimiento que pudiera aguantar a un macho alfa. Y Valentina carecía de todo eso, tan solo mir