Eren cargaba a la chica en sus brazos mientras corría en compañía de sus lobos por el bosque de regreso a la manada. Su preocupación iba en aumento ya que la mujer en sus brazos sangraba muchísimo y desde que cayo inconsciente no había vuelto a despertar. Su pulso era muy bajo y aún faltaba mucho para llegar hasta el pueblo.
—Alfa, ¿Por qué ha traído a esa humana con usted? Le pregunta un loco que corría a su lado de manera de protección.
—No podía dejarla morir.
—Muchas personas en ese autobús también iban a morir, ¿Por qué ella?
—Llévate a un grupo de lobos y vayan a cazar, regresen al pueblo cuando hayan terminado ¿entendido? Ordeno eren ignorando la pregunta del lobo.
—Sí señor.
El lobo corre en otra dirección llevándose consigo a varios lobos, Eren continua su camino seguido de los chicos. Debía darse prisa, si no lo lograba su luna morirá en sus brazos. Y no estaba dispuesto a correr ese riesgo, había esperado mucho tiempo por ella.
Unos minutos después el alfa entro en sus territorios corriendo directamente hasta su casa, el pueblo luna de plata era como cualquier otro lleno de casas y escuelas para los cachorros, la única diferencia era que permanecían adentrados en la montaña… era una manada grande, la más grande de todas las existentes. La más resistente y unida por esa razón muchos llegaban a diario para unírseles. Eren tenía mucho trabajo a diario investigando a estos nuevos lobos, no cualquiera podía ingresar ya que muchos eran espías que al final no terminaban siendo nada productivos.
En cuanto es divisado por su gente, el pueblo corre hacia él. La desnudes en luna de plata era normal, todos eran lobos y al convertirse en uno perdían todas sus prendas… cargado con la humana en sus brazos las lobas llegaron a él para auxiliarlo.
—Mi alfa, ¿Quién es ella?
—Necesito que busquen al doctor y lo envíen a mi casa.
—Sí señor.
Eren dejo el cuerpo de la chica sobre su cama, estaba muy mal herida sangraba muchísimo y su temperatura era muy alta. Unos segundos después, el doctor entra en la habitación divisando el cuerpo de la joven humana y luego observa al alfa.
—Intenta salvarla Mico.
—Haré lo que este en mis manos mi alfa.
Mico era un lobo de 300 años especializado en la medicina por ende se había convertido en el médico de la manada. Por su apariencia cualquiera diría que era muy joven para ser doctor, los lobos no envejecían como los humanos, su proceso era más lento.
Largas horas tuvo que esperar Eran fuera de su recamara. La impaciencia que sentía comenzaba hacer mella en él. No sabía si su luna estaba con vida, o había muerto, o lo haría muy pronto. Esa agonía solo lo hacía pensar en teorías que solo lo inquietaban más… frustrado por tener que permanecer sentado Eren se pone en pie caminando hasta la cocina para servirse un poco de café. Y justo en ese momento siente la esencia del médico bajar las escaleras.
Al darse la vuelta lo pilla entrando en la cocina, todo su cuerpo olía al aroma de la chica. Las manchas de sangre estaban por toda su ropa, eso no era bueno.
—¿Sobrevivirá?
—Si. Responde al fin caminando hasta el fregadero para lavarse las manos. —Tiene heridas severas Eren, algunas costillas rotas, muchos golpes externos. No tengo todos los implementos necesarios para saber si algún órgano está dañado pero lo que pude revisar no los tiene, sin embargo no te doy seguridad. Se verá con el pasar de los días.
—Pero ¿si va a vivir?
—¿Por qué trajiste esa humana contigo Eren? Mico se fue directo al grano dado el reciente interés del alfa por la mujer.
—¡Ella es mi luna! Responde con firmeza.
—Vaya, me lo estaba imaginando. Ya que tú aroma era diferente en cuanto entre en la casa. Mico se sienta en la mesa de la cocina. —¿Qué fue lo que le paso?
—Viajaba en un autobús que se volcó en el camino, desde que salí temprano un aroma diferente rondaba el aire. Lo seguí y me llevo hasta ella. Eren imita al doctor sentándose en la silla.
—Es una humana, no sé cómo se tomara todo esto. Debes estar preparado para un posible rechazo.
Eren piensa en las palabras de Mico, estaba consciente de ello. Para un lobo ser rechazado era lo peor. Nunca se preocupó por buscar a su luna, pero tampoco había dejado de pensar en el día que ella apareciera en su vida.
—Yo me las arreglare.
—Muy bien, si me necesitas solo envía a por mí. Termina la frase poniéndose en pie. —No puede estar mucho tiempo sola, así que será mejor que alguien la esté vigilando al menos cuando no estés en casa.
—De acuerdo.
Mico se marcha y en segundos en su puerta se planta Deon su beta. Y a juzgar por su expresión sabia que estaba preocupado, detrás de él se encontraba su esposa e hija.
—Eren, ¿Qué rayos fue lo que pasó? He venido lo más rápido que he podido ya que sentí un aroma diferente introducirse en el pueblo. Todos están nerviosos murmurando por todos lados.
—¿Estas bien? Pregunta Lili la esposa de Deon.
—Pasen, yo estoy bien no se preocupen. Contesta acariciando la cabeza de la pequeña Sofía hija de Deon.
—¿De quién es ese aroma?
—He traído a la casa a una humana.
—¿Por qué harías algo así? Pregunta la mujer asombrada.
En luna de plata no existían humanos, solo hombres lobos. La entrada a los mismo estaba prohibida por las mismas razones por el cual Eren mantenía a salvo a su pueblo. Todos sabían que los humanos eran peligrosos y solo traían desgracia.
—No se preocupen es una mujer. Sufrió un accidente cerca de la carretera. La he traído porque ella es mi luna. La pareja abrió los ojos como platos al escuchar la noticia.
—Bueno ahora entiendo porque te has arriesgado a traerla. ¿Qué quieres que les diga a los lobos? Todos sienten preocupación por tu llegada con esa chica.
—Diles la verdad. Comunícales que su alfa ha encontrado a su pareja. De todos modos ella no podrá abandonar la casa por muchos días.
—Entiendo, se los haré saber para que se tranquilicen.
—Lili, necesito que cuides de ella los días que yo deba salir.
—Claro yo te ayudo. Sonríe la chica.
—¿Los cazadores llegaron?
—Aun no… responde el Deon.
Eren frunció el ceño. Si no habían regresado aun, significaba que la comida cada vez se hacía más escasa. Ese era un problema muy grande ya que eran una comunidad bastante numerosa y todos necesitaban alimento.
—Muy bien, quiero que estén pendientes de ellos y me estés informando de todo.
—Yo regresare más tarde para ayudarte con la chica. Comenta Lili siguiendo a su esposo.
El alfa asiente viéndolos marchar. Al cerrar la puerta suspira mirando las escaleras. Decidido subió a la planta de arriba… en lo que entro en su recamara el aroma de la chica se había impregnado en toda la recamara y con ello había vuelto a ponerse baboso y ansioso. Mordió sus labios para evitar cualquier desgracia.
Observo detalladamente todo su cuerpo, tenía tantos golpes. Aun no comprendía como seguía con vida después de todas las vueltas que dio ese autobús. Eren frunció el ceño al notar un pequeño bolso en el piso.
—¿Y eso?
Lo tomó, intento recordar si ella traía uno encima pero la verdad es que no se percató de eso. Así que hurgo dentro del bandolero sacando la billetera de la mujer. —Valentina Hokins. Susurro leyendo sus documentos.—Así que, así es que te llamas. Sonríe mirándola mientras que su corazón retumbaba como loco. —Al fin llegas a mí, después de tantos años.Eren toco su frente sintiéndola muy caliente, parecía que tenía mucha fiebre. La chica sudaba a mares. Dejo un pañuelo húmedo sobre su frente y salió de la recámara. Lili cuidaría de ella dentro de un rato.[…] El alfa encamino sus pasos hasta donde solían hacer las reuniones del pueblo. Todos estaban presentes murmurando los unos con los otros. A oídos de Eren la mayoría de los coment
El alfa entro en su casa siendo recibido por Sofía quien se le tiro encima a Eren. La cargo en brazos de manera delicada mientras que la pequeña sonreía de oreja a oreja. —Hola pequeña, ¿Dónde está tu mamá?—Arriba con tu novia, ¡es muy bonita! ¿Te vas a casar con ella? Pregunta la morena entre sus brazos.—No es mi novia, y no creo que nos casemos. Contesta serio mientras subía las escaleras.—Mamá dice que si lo es que ella es tu luna y que deben casarse. Responde con inocencia. Mientras que Eren pensaba lo contrario, lo que menos era chica su novia y dudaba que llegara a pasar algo entre ellos dos. Por ende no le respondió a la niña, sería inútil hacerla entender algo como eso. Era muy pequeña… eren entro en su habitación divisando el cuerpo
Valentina jamás en su vida había visto a esa mujer, pero tenía un aire amistoso y una mirada muy dulce lo que le calmo un poco sus miedos y nervios.—Hola, ¡Qué bien que hayas despertado! ¿Cómo te sientes?—¿Quién eres tú? —Me llamo Lili y ella es mi hija Sofía. Bebé saluda a la señorita.—Hola. Dice la niña. —Eres muy bonita. Sonríe la pequeña subiéndose en la cama.—¡Gracias! Contesta mirando a la niña con dulzura.—Debes estar hambrienta, bajare a preparar algo para que comas. Luego podemos resolver como haremos para que te pongas en pie y te des una buena ducha ¿te parece?—Si. Responde con voz casi audible.Valentina pensó que la mujer era muy amable,
Eren observa la figura lobuna de su padre ante él, el inmenso animal mantenía las orejas puntiagudas y la mirada recia. El joven lobo era observado por su padre con gran detenimiento, él se mantenía firme en el mismo lugar donde se había detenido.—¿Qué estás haciendo aquí padre? Pregunta el chico al fin después de un buen rato.—He venido a verte.—Sé que lo has hecho un par de veces algunos años atrás, solo que nunca te has acercado a mí como tal. ¿Por qué ahora sí? ¿Qué pasa? Eren nota como su padre empezaba a mover la cola.—Es cierto, esta vez he venido hablar contigo.—¿Sobre qué? Gruñe el joven.—He percibido un cambio en ti, eso me indica que has encontrado a tu luna ¿no es así
Después de mirar por horas por la ventana y no recordar absolutamente nada de su vida Valentina se dio por vencida regresando a la cama nuevamente para intentar conciliar un poco el sueño. Aunque pudiera caminar por su cuenta no quería decir que estuviera bien. Sentía mucho dolor en su cuerpo y de vez en cuando su cabeza retumbaba tanto que podía hasta desmayarse… en cuanto logro llegar a la acolchonada cama se tumbó en la misma agradeciendo la suavidad de las almohadas.Sin previo aviso la puerta de su recamara se abre estrepitosamente dándole un susto de muerte. Por un momento la castaña pensó que se trataba de Eren, no sabía porque había pensado una cosa así pero al ver a la pequeña Sofía entrar corriendo Valentina sintió una especie de decepción en su interior lo que le causó molestia. No debería de estar sintiéndose de e
—Bueno ya he terminado aquí, no hay más por hacer. Comenta Lili al cabo de un buen rato. —Creo que ella estará bien muy pronto. Finaliza caminando hacia la puerta. —Vamos Sofía es hora de volver a casa.—Si mami. La niña corre en dirección a Eren para abrazarlo, ambos habían desarrollado cierta conexión bastante inusual. Por lo general los demás cachorros no se les acercaban. —Adiós Alfa.—Hasta mañana Sofía. Sonríe Eren viéndola partir. Se preguntó si en algún momento tendría sus propios hijos. Llevo la vista hasta la parte de arriba, pero no sería con Valentina. De eso no había dudas, no la quería como su pareja. El necesitaba una mujer fuerte, una loba de nacimiento que pudiera aguantar a un macho alfa. Y Valentina carecía de todo eso, tan solo mir
El joven lobo corría como alma que llevaba el diablo acercándose cada vez más a su manada donde esperaba estar seguro de ese demonio blanco que los ataco. Con una pata lastimada se le dificultaba correr a todo lo que le daban las patas pero necesitaba llegar y buscar a su alfa. De pronto sus orejas se pusieron en alerta conociendo que dé estaba siendo seguido. Se preguntó que había sucedo con sus camaradas. Sintiendo el peligro respirar en su nunca, el joven corrió más rápido sintiendo que su pata no resistiría. Y entonces fue cuando un dolor punzante se instaló en su cola. Al mirar hacia atrás observo al lobo blanco sujetarla con fuerza para luego lanzarlo muy lejos. Su pequeño cuerpo golpeo unas rocas dejando inmóvil por un momento.—¿A dónde crees que vas muchacho? El joven observa como aquel lobo albino
No le dio tiempo de capturar al joven lobo a tiempo, se le había escapado justo cuando pensaba romperle el m@ldito cuello al desgraciado. Gruñía mientras observaba desde lejos los movimientos de aquel pueblo. Sin más remedio regreso sobre sus pasos volviendo a los dominios prohibidos lo más rápido que sus patas le daban. Lucían intuyo que con esa mordida que le había propinado a ese muchacho no pasaría la noche, era demasiado profunda como para que cerrara por si sola. El lobo albino corrió hasta donde se encontraban los cadáveres humanos de los lobos, luego de que un lobo muere su cuerpo regresa a su forma humana. Este los observo por un momento acercándose lentamente hacia ellos, algo le decía que debía hacer algo más con ellos que arrastrarlos fuera de esas tierras. Y como por instinto Lucían arranco un tajo del pecho de los humanos y con ello el lo