Dedos cruzados

Desde mi stand en la playa, y luego de haber probado ese terrón de sal que ofrecía como si fuese un dulce de fruta, escuché lo que las personas que probaban mis caramelos decían a las cámaras y no me fue necesario entender inglés para comprender que hablaban muy mal de lo que habían probado. Era la primera vez en mi vida, como cocinera, que casi podía sentir el desprecio de quienes habían probado alguna de mis preparaciones.

Estaba deshecha, no podía siquiera creer lo que estaba ocurriendo y mientras intentaba disimular que no me estaba desmoronando por dentro, aparentando una sonrisa que a cada segundo me costaba más sostener, repasaba todo lo que había hecho en la cocina, tratando de acordarme del momento en que había vertido tanta sal sobre la pulpa de fruta, pero no se me ocurría otra explicación que el más tradicional y tonto en los errores de cocina: haber confundido el azúcar blanca con la sal.

Ya podía imaginarme cómo habían disfrutado los camarógrafos al captar el momento en
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo