Después de haber aceptado las nuevas condiciones para que Teressa y Rubí se quedaran, nos dijeron que esa misma tarde, después del almuerzo, tendríamos la siguiente prueba. Entendí que la organización del concurso quería rendir al máximo la nueva disyuntiva en nuestro grupo, que querían sacar provecho de lo que había sucedido y no nos iban a dar un respiro para conseguir remediarlo, porque esta pelea iba a generar bastante audiencia y enganchar a aquellos que quizá, a esa altura del concurso, estuvieran pensando en dejar de verlo. Comprobé mis sospechas cuando nos llamaron a entrevistas individuales, en las que, sin duda alguna, el tema central sería lo que acababa de pasar y ya me imaginada las escenas en televisión, cuando pasaran, en medio de las entrevistas, las escenas del halón de pelo que Teressa le dio a Rubí y, hasta donde yo alcancé a ver, la forma en que Rubí se defendió, tomando los brazos de Teressa para después también dirigirse contra su cabello. Recordándolo así, ahor
El plan que tenía en mente era arriesgado y algo extremo, pero así lo requería la situación y era consciente de que no había palabras, argumentos, razones o reflexión que llevará a esas dos chicas a conciliarse. La organización del concurso debía saber lo mismo y por eso nos las había soltado, para que ofrecieron su show de tigresas indomables, mientras Filip y yo nos las arreglábamos, como domadores, para evitar que se mordieran, o nos mordieran a nosotros, mientras el público en sus casas nos observaba. No iba a darles el gusto e iba a arreglar esa situación de una vez, en unas pocas horas y en mi habitación. Entramos y verifiqué la hora. Eran poco más de la una de la tarde, hacía calor y el día estaba esplendoroso, pero en ese momento, en la habitación del hotel, el ambiente era frío y las miradas que se dirigían Rubí y Teressa, con Filip en medio de las dos, no podía augurar más que tormentas. —Esto era lo que quería mostrarles —dije al acercarme a la cocineta del cuarto, que e
Para el momento en que llegamos a enfrentar la nueva prueba, todavía estábamos un poco bajo los efectos de la champaña, pese a que tomamos café y un caldo de pollo, pero poco me importaba eso, porque creía haber conseguido mi objetivo y Rubí y Teressa se reían, empujaban y hasta bromeaban entre ellas. Me divirtió un montón ver la cara del equipo de producción cuando las vio y, aunque no dijeron nada o solo cuchicheaban entre ellos, estaba segura de que habían notado el cambio y no se lo podían creer.—Concursantes, esta será la última prueba con sus equipos —dijo Michelle, la presentadora, cuando nos recibió y el director dio la orden de empezar el rodaje. Estábamos bajo unos toldos bastantes grandes en la playa—. Como seguro ya saben, la organización del concurso ha querido brindar una segunda oportunidad a las participantes Rubí y Teressa, después del altercado que las dos protagonizaron —continuó Michelle e imaginé, en ese momento, que en la pantalla de los televidentes se mostrarí
No tenía forma de sacarme el incidente del concurso de la cabeza y tuve que averiguar, esa misma noche, por más detalles. Llamé a Gerardo, que se había quedado en el hotel en Las Bahamas como mi enlace con Efraín Conde, con quien finalmente debí hablar porque mi secretario privado no tenía más detalles que los que ya me había comentado. —No tienes que preocuparte por eso —dijo Efraín cuando le comenté lo que sabía sobre el altercado entre Rubí y Teressa—. Ya la producción tomó una decisión y se les ha dejado participar, a las dos concursantes implicadas, a cambio de que su equipo aceptara una condiciones, que no dudaron un segundo en aceptar para tener a las dos jóvenes de vuelta. Lo que me dijo Efraín ya lo sabía, porque era información que Gerardo también conocía, pero a mí lo que me interesaba era saber qué tan implicada estaba Esmeralda en ese asunto o, mejor dicho, saber qué tanto se había besado con Filip, si le había gustado, si fue un beso pasional o más bien solo un pico, e
Mientras el cronómetro daba la impresión de no avanzar, o de que el resto del mundo avanzaba muy rápido, a excepción de nosotros cuatro, que seguíamos confinados en el toldo en la playa, hablamos sobre nuestras opciones. —Por nada en el mundo podemos arriesgarnos a hornear algo —dije—. Con solo dos horas, no vamos a alcanzar siquiera a que se cocine bien, sea lo que sea que intentemos. —Debemos recurrir a opciones de dulces que no impliquen calentar nada —dijo Rubí, que se había sentado entre Teressa y yo—, en eso tienes razón, Esma. —Yo conozco varias choices de dulce sin caliente —dijo Filip—. Para mí aportar con eso, si confían y dejan que mí lo haga.—Por supuesto, amor —respondió Teressa a la petición de su novio—. Si sabes fórmulas de cocina molecular para hacer dulces rápidos y sin cocción, hazlo.En ese momento caí en cuenta de que quizá Daniela no fuera la única con experiencia en elaboración de pastelería y confitería, porque con conocimientos de cocina molecular, era muy
Ya era bastante tarde cuando nos reunieron para comunicarnos la decisión del jurado. Los Starway habían elegido, como sus participantes amenazados, a Pepe, el español, y a Daniela, la mexicana. Crucé los dedos para que Pepe fuera el elegido para salir, porque tenía unas ganas enormes de hacer equipo con Daniela, llegar a conocerla más y que me diera algún otro truco de pastelería y masas, que eran su especialidad y de ahí que tuviera el Cosme, un restaurante de talla internacional y en 2019 fuera nombrada la mejor chef del mundo, pero antes de conocer la decisión de los jueces, tuvimos que escuchar, casi por media hora, sus razones para la decisión que habían tomado y fue Ramsay, como no podía ser de otra forma, quien se apropió de la vocería de los jueces.—Esta ha sido una de esas decisiones en las que no se ha considerado, y no ha tenido nada que ver, el talento de los participantes —dijo Ramsay, de pie entre los otros dos jueces— porque se ha dado por descartado que es impresionan
El jet aterrizó en Nassau en la madrugada y ya en ese momento había un vehículo del hotel esperándome. Llegamos en menos de quince minutos, cuando la actividad del día apenas comenzaba y asumí que Esmeralda estaría todavía durmiendo.—La prueba de anoche se extendió casi hasta las dos de la mañana —dijo Gerardo, que salió al lobby a recibirme—. Hoy se les ha dado el día a los concursantes.—¿Y cómo le fue a, ya sabes, a ella? —pregunté mientras el botones se encargaba de mi equipaje.Gerardo sonrió, satisfecho.—Excelente, señor. Una vez más, ella demostró que no solo es una gran cocinera, sin
Pese a que trasnoché, me desperté temprano para alcanzar a alistar a Verónica y, al menos, compartir el desayuno con ella y que me contara todo lo que pudiera sobre su primer día en el centro educativo.—Casi no entendí a ningún niño, porque creo que todos hablan en inglés —dijo mi Vero mientras la peinaba—, pero eso no importó porque igual jugamos y ya empecé a aprender algunas palabras.Me repitió una serie de expresiones que, esperé, no fueran palabrotas porque no comprendí que significaban, pero según ella, eran para pedir que te pasaran la pelota, que te columpiaran, ir al baño, pedir permiso…—Juego con Michael, con Mary, con Richard y con Sharon —continuó V