Resopló fastidiado y sus azulinos ojos siguieron recorriendo el lugar ¿Dónde demonios se había metido Leia? Estaba seguro que debería encontrarse con los pasillos del edificio de su facultad, anoche no tuvieron tiempo de pensar algo lógico para explicar el ridículo noviazgo que tenían, lo que menos quería era que ella se inventara una estúpida historia donde lo hiciera ver mal, revisó su celular, y ella no había respondido a ninguno de sus mensajes, ni al par de llamadas que le hizo.
Siguió caminando y veía con insistencia al alumnado mientras avanzaba en dirección a su primera clase.
Un tirón en su brazo lo obligó a detenerse, volteó a ver molesto al causante del hecho.
—¿Es cierto? – la fría y molesta voz de Emireth detuvo las palabras que estuvo a punto de decir.
<Caleb también se dirigía a la conferencia para el alumnado de su carrera, caminaba con cierta prisa y justo frente a él apreció a su compañero de equipo, lo vio sin darle importancia al verlo de la mano de una chica, volvió su vista al frente, pero la cobriza y larga cabellera de la joven llamó su atención, frunció el ceño molesto al reconocerla.—Ho-hola— saludó la sorprendida chica.—¿A dónde vas? – cuestiono Caleb visiblemente molesto.– Vamos al aula de audiovisuales— interrumpió Erick e intentó seguir su camino.—Vas — corrigió el rubio al momento de detenerlo del brazo -… ella se queda conmigo – dijo Caleb con enojo.Erick frunció el ceño molesto.— ¿Por qu
Leia titubeó… apretó los ojos y dejó escapar el aliento, su mano descendió y en un segundo, sintió la extremamente suave piel del endurecido y caliente miembro del rubio.—Ahhh— el gimió roncamente por la delicadeza de su tacto.Leia gimió cuando él la penetró con un par de sus dedos, sin pensar, apretó el miembro del joven entre su mano, él se tensó y ahogó un gemido.—Mueve tu mano… despacio — le indicó en lo que se le antojó una súplica.Lo siguiente que recordó fueron los labios del chico besando su cuello, luego sentarla ligeramente en el escritorio y seguir tocándola, haciéndole eso que ya varias veces le había hecho… Su mano acarició de la forma que él le indicó esa parte de su anatomí
“¿Eso será lo que Caleb quiso decir respecto a James?” ¿sería posible?—Leia— la llamó al ponerse frente a ella —… la sexualidad no es mala si la tomas responsablemente —Leia frunció el ceño —no tienes que amarlo para hacerlo, a veces el amor viene después de la experiencia – aseguro Hilary.—¿Qué? — cuestionó extrañada, Hilary estaba loca, el amor era lo principal, pero bueno, ella tarde o temprano iba a hacerlo sin amor… ¿debía arriesgarse a tomar la iniciativa?La otra suspiró derrotada —no soy muy buena explicando —aceptó— pero no te limites, la vida es solo una — aseguró, ella también creía que Leia se cerraba a otra persona por James, y ¿quién mejor que Caleb para quitarle e
—Espérame aquí, enseguida vengo— mencionó el ojiazul al ver a uno de los sujetos con lo que hablaría, necesitaba terminar pronto y largarse de ahí con Leia.—¿Me dejarás sola? — Leia se atrevió a preguntar.—¡Ey Cedy! — saludó con voz fuerte Elton que recién entraba al establecimiento.—Te quedarás con él – dijo el rubio no estando demente para dejarla sola con esa apariencia en un lugar como ese.—¡¿Qué?!— preguntó avergonzada y en voz baja para que no la oyera. ¿Acaso no recordaba que Elton los había encontrado el día de ayer encerrados en su cuarto?... definitivamente se iba a morir de la pena.—¿Prefieres quedarte sola? — preguntó irónicamente al ve
Caleb subió segundos después y no pudo evitar tragar pesadamente al verla echar su cabeza ligeramente hacia atrás, Leia estaba mareada y no se había percatado que el cierre de su vestido exhibía un poco más ese par de pechos que moría por probar.Bajó la mirada vio la cremosa piel de sus piernas apenas cubiertas por ese pequeño vestido, negó en silencio y arrancó el vehículo antes de obedecer a sus instintos, el no era un maldito aprovechado que abusaba de mujeres alcoholizadas.—¿Es tu amante? — preguntó secamente la cobriza cuando el auto estuvo en marcha.—Estuve con ella un tiempo — mencionó Caleb seguro de a quién se refería.—¿La amaste? — cuestionó Leia sin entender la molestia que sentía.—&iq
—¡Maldición! — mencionó molesto mientras sentía el agua fría recorrer su cuerpo.Leia lo había dejado demasiado…emocionado, y el, se bañaba con agua fría para enfriarse, le había costado una fuerza enorme fuerza de voluntad que no sabia que tenia el no hacerle el amor allí mismo, ella era tan hermosa y tan ardiente si se lo proponía que se sentía francamente impactado…pero, aun así, no era el tipo de hombre que se aprovechaba de una mujer ebria.Una vez que retiró el exceso de agua de su cabello, acercó un par de cobijas a la cama.—Vamos a ver qué dices cuando despiertes a mi lado, desnuda por la mañana — y su sonrisa se extendió… iba hacerla sufrir un rato jugándole una mala broma.Dejó caer la blanca toalla que cubr&
El rubio volteó de medio lado a ver a la pelinegra de jeans y camiseta rosa… detuvo su andar para esperarla. Leia se acercó apresurada a él sin percatarse que su voz no solo llamó la atención del aludido, sino también del rubio, su novia y Erick, quienes también cursaban dicha carrera. —¿Si? — la saludó con media sonrisa, Leia todavía se veía avergonzada y no se atrevía a sostenerle la vista. —Ne-necesitamos hablar — mencionó nerviosa por el tema y por las miradas curiosas de varios alumnos que avanzaban por el pasillo y que era la primera vez que los veían juntos. —¿De qué? — cuestionó curioso y se acercó a ella para tomarla de la barbilla y obligarla a verlo. —De…— se animó a hablar y lo vio a los ojos —…de que si, si pasó lo que pasó… entonces… Caleb frunció el ceño al comprenderla —olvídalo— mencionó secamente al soltarla.
Leia había intentado volver a su clase, pero recordó la forma poco educada con la que había salido y prefirió no hacerlo, se quedó recargada en la pared del pasillo, a varios metros de la puerta mientras la clase terminaba para poder recoger sus cosas.—¿Leia? — se sobresaltó al reconocer la voz del pelinegro casi a su lado.—J…James — lo nombró y por unos segundos perdió el aliento.—Creí que mentías — confesó el rubio y se recargó en la pared a su lado.—¿De qué hablas? — preguntó nerviosa y fingió no tener idea.—De ustedes… ese tipo no es de fiar — habló calmado soportando la molestia que sentía al compartirla.Leia mordió su labio y medit&oacut