—Ey ¿qué ocurrió? — cuestionó Leia cuando él la soltó un momento e ingresó al pequeño cuarto de los vestidores, para segundos más tarde salir con su maleta al hombro. —¿Caleb? — volvió a nombrarlo y lo veía claramente molesto, todavía sin voltearla a ver. También se molestó —¡Basta ya! — habló y se tiró para soltarse.
La fría y molesta mirada azulina se clavó en ella en ese momento —vámonos, Leia— habló amenazante.
—¿Qué demonios ocurre? — cuestionó ya molesta. Caleb estaba tratándola como un simple bulto.
—¿Qué ocurre? — devolvió del mismo modo y se acercó, haciéndola retroceder —que deberías dejar de mostrar tu estupidez en público — escupió por fin al golpear su palma contra la pared, acorralándola.
—¿Qué? — mencionó nerviosa.
—Que yo soy tu maldito novio, y deja de estar apoyando a aquel imbécil como si él lo fuera — le gritó y volvió a tomarla de la mano para sacar
—D-duele…— confesó al pegar su mejilla en el casi blanquecino cabello del rubio.—Necesito que te acostumbres… de lo contrario no podrás albergarme— mencionó con su respiración todavía agitada.Leia contrajo el ceño en una mezcla de dolor y placer… Caleb volvió a besar sus senos para continuar extasiándose de ella y distraerla de la molestia.La joven soltó el lubricado miembro del rubio y se apoyó de sus hombros— Ce-Caleb…— mencionó y sus piernas se tensaron… un tercer dedo se había introducido en su interior y buscaba abrir espacio para la masculinidad del joven… estaba segura que lo hacía para evitarle un dolor igual a la última vez, pero eso no significaba que no doliera en ese momento.—Un poco
Leia suspiró cansadamente mientras se repetía que eso era lo mejor, terminar con Caleb era lo mejor… ya no tendría que fingir, bueno, no del todo, tragó pesadamente al momento de animarse a girar la perilla y entrar a su dormitorio.—¡Leia! — las dos voces femeninas se unificaron cuando se vio en el interior.La cobriza todavía no cerraba la puerta tras ella, y abrió los ojos con sorpresa al ver los rostros de sus dos mejores amigas con diferentes expresiones cada una, Kristel la veía notoriamente preocupada, mientras Hilary, la veía con picardía y entusiasmo.—¿Hola? — mencionó nerviosa, e instintivamente dio un paso hacia atrás.—¡Ey! Ven cuéntanos— Hilary le saltó encima y la jaló para sentarla en la cama de la castaña.
La gruesa lámina de la puerta de ese locker se hundió producto del fuerte impacto que recibió.—¡Maldita sea! — mencionó el rubio furioso sin prestar atención al dolor intenso que su mano sufría producto del impacto. —Expulsado del equipo— se recordó su situación.Frunció el ceño molesto… el imbécil de James le estaba quitando más de lo que debía.Abrió su maltratado locker y sacó todas sus pertenencias.El sonar de su móvil la hizo respingar… estaba en medio de su clase de Economía y se obligó a salir a contestar.—¿Hola? -—¿Dónde estás? ¿Por qué no me habías contestado?— solo con su tono de voz adivinó su todav&iacut
—Qué extraño…— mencionó la cobriza al observar la brillante pantalla del cajero automático.—¿Qué ocurre? — preguntó Hilary curiosa al acercarse a ella —¿se acabó tu dinero? — volvió a cuestionar sonriente.—No— negó al retirar el efectivo —mi papá no me ha depositado lo de este mes…—¿Y? seguro lo olvidó— le restó importancia su joven amiga.—Tal vez, aunque él siempre está al pendiente de este tipo de cosas— comentó Leia al girarse y caminar acompañada de la pelicorta a buscar a Kristel en ese centro comercial en el que estaban.Hilary se encogió de hombros. — Alguna vez habría de pasar – dijo sin darle mayor importancia.&n
Por la mañana siguiente el que acostumbraba ser un lugar solitario a esa hora, se vio concurrido medianamente, al parecer, varios estudiantes también saldrían de las instalaciones ese día.—Hace frío — se quejó Kristel al abrazarse ella misma mientras esperaban a James, Erick sonrió y la abrazó.—Es tu culpa… debiste ponerte algo más abrigador— mencionó la cobriza y se apretó el grueso y obscuro suéter que portaba.Kristel arrugó el ceño indignada por su comentario.— Vamos a la playa, no a esquiar, para abrigarme como lo haces tú – respondió la castaña indignada.Leia sonrió.— Tal vez… pero yo no tengo frío – dijo Leia con burla.Kristel estuvo
Leia mordió su labio con nerviosismo e impaciencia, apenas a los cinco minutos de haber entrado a la habitación que iba a ocupar durante su estadía recibió un texto en móvil, razón por la que ahora se encontraba parada en afuera, en uno de los costados de la casa.—Será mejor que me vaya— se dijo al no verlo y se giró — ¡Diablos! — mencionó asustada.Caleb sonrió de medio lado.— Me alegra ver que no has tardado — mencionó roncamente el rubio al acercarse a ella, Leia retrocedió instintivamente.—¿Qué quieres? Alguien podría vernos— mencionó y volteó preocupada hacia atrás.Él sonrió de forma torcida.— ¿Eso no te parece excitante? — le cuestion&oacu
—Cualquiera diría que te gusta… pero solo juegas con ella ¿cierto? — la suspicaz voz de Emireth a su espalda lo hizo voltear a verla.—¿Te importa? Lo que sienta o no por Leia no es tu maldito asunto…— respondió Caleb con simpleza.—¿Qué? — preguntó molesta ante lo poco específico de su respuesta y cuidando en todo momento que James no viera más de lo que quería dejarle ver entre ellos.—Cualquiera de las dos cosas, pero, tu no puedes saberlo ¿O sí? — confesó el rubio con burla y volvió a clavar su mirada en la torpe chica que había tropezado y ahora era ayudada por Erick a levantarse mientras las otras dos jóvenes estallaron en una sonora carcajada.Él pudo haber sonreído al verla avergonzada, pero estaba má
—¡Diablos! — se quejó Hilary — la luz es muy intensa – decía mientras intentaba cubrirse los ojos.—Solo te está haciendo efecto el alcohol — mencionó Leia al llegar tras ella y ayudarla a llegar a la habitación que compartirían.—No tuve miedo… es solo que no quise algo te pasara — mencionó seriamente Erick al tomar de la mano a Kristel que solo alzó las cejas sin creerle y terminó por sonreír.—Iré a darme una ducha — mencionó con fastidio Emireth, odiaba su cuerpo con olor a humo por la fogata.Melissa pasó directo a su habitación y optó por preparar sus cosas para cuando Emireth saliese, ella también moría por un baño.—Hilary…— la llamó Lei