—Caleb— lo nombró jadeante y agotada.
Luego de un par de segundos el cuerpo del rubio se tensó sobre ella y sintió su grueso miembro casi palpitar al derramar su blanquecino semen en su apretada cavidad.
—Lo siento— dijo Leia al intentar calmar su respiración, acarició la piel de su sudada espalda y encontró la larga trenza resbalando por la misma… jugó con uno de sus dedos con ella.
—No te preocupes… es difícil— respondió seguro de lo que le preocupaba—aunque…—añadió besando sobre la marca que le había hecho en el cuello apenas debajo de la oreja —podríamos volver a intentarlo.
—Eres un idiota, Caleb— mencionó avergonzada, ¿qué se sentiría? Que él lo mencionara despertó su curiosidad
Su concentración había estado todo el tiempo en clase, no podía darse el lujo de complicarse en sus estudios, su vida y su situación sentimental ya eran bastantes complicadas, como para permitirse eso, una vez que la profesora se volteó a limpiar la pizarra para comenzar a escribir de nuevo en ella, Leia suspiró… su atención recayó en las palabras escritas en su libreta, una vez que las mismas se desenfocaron, ella se sumergió en sus dudas…¿qué clase de persona era Caleb y qué tipo de vida habría vivido?“Nunca me dice nada”… pensó al recordar, todo el tiempo que he estado juntos él nunca había mencionado de nada su familia, salvo claro, que sus padres estaban muertos… y eso era una mentira, su madre vivía y él la detestaba.¿Qué debería hacer?…dudaba
Caleb tragó ligeramente —¿quién te lo dijo? – preguntó sin voltear a verla y un tono amargo se le escapó.El viento frio característico del final del otoño corrió entre ellos, él nunca la soltó y Leia trabajo su perfil desde atrás.—No importa… ¿por qué me mentiste? – cuestionó dudosa y la tirantez de sus manos sujetadas disminuyó.Él resopló cansadamente al entender que las mentiras no eran eternas — Ella…quiero decir…esa mujer, es un tema muerto para mi — confesó Caleb fastidiado sin intención de hablar del tema al apenas voltear a verla.Leia se acercó a verlo de frente —¿por qué? – preguntó sin soltarlo y viéndolo a los ojos, había tantas cosas entre ellos
Todo el camino Leia había ido con la mirada perdida y jugando sin saber con el cinturón de seguridad que atravesaba su pecho… su mundo de fantasía entre ella y el pelinegro terminaba de derrumbarse…aunque, si era sincera consigo misma, no podía encontrarse más decepcionada de James, aquello era, de cierta manera, inesperado…estaba doliendo, sin embargo, la impresión de la noticia no le dejó ver que el dolor no fue tanto como debió haber sido.El rubio que había conducido molesto y la vio de medio lado quería gritarle, sin embargo, al mismo tiempo intentaba comprenderla, recordaba las palabras que la cobriza alguna vez le dijo sentada en el mismo sitio en que se encontraba, “toda mi vida me dijeron que el seria mi esposo”, aquello, por supuesto, era una estupidez, ninguna mujer debería ser criada de la manera en que habían hecho con ella…Lei
– Te gusta que te lo haga — agregó y tras liberar una de sus manos, se colocó y la penetró con fuerza — te gusta pertenecerme… que te penetre y te haga mía una y otra vez — siguió hablando y mordió con pasión contenida su oído luego de gemir tras penetrarla. —¡Ah! – gimió agudamente la chica en el oído del joven excitándolo por ello. —Y a mí me gusta hacértelo— le dijo al oído, su voz fue ronca —porque eres mía… únicamente mía y no pienso compartirte con nadie — dejó claro y sus manos se apretaron en el trasero de Leia, mientras continuaba con un fuerte golpeteo en su contra. La respiración agitada de Leia escapaba por sus labios… solo pudo cerrar los ojos y abrazarlo con la fuerza de su cuello mientras sentía la dureza de su carne entrar y salir de ella. Su cuerpo comenzó a ser recorrido por ese adormecimiento que no la dejaba más que sentir… sentirlo y disfrutar. ¡Dios! … era cierto … ella
Entendió perfectamente por qué hablaba de la falta de confianza, no la dejaría retractarse, y si eso lo lograría, se lo diría. —¿Qué? – preguntó incrédula… ¿cómo podía decir eso? ¿Despreciarla? … —n-no tienes que… - quiso detenerlo al darse cuenta de que estaba tumbando esas barreras entre ambos y volviendo más peligroso el terreno que pisaban. Él volvió a dejarse caer pesadamente sobre la cama… reconoció en ese instante que Leia era la única persona a quién estaba dejando entrar tanto en su vida, con eso estaba jurándose que no iba a perderla. —Seguro has escuchado hablar de ella — Caleb la interrumpió y Leia giró su cuerpo a él sin saber si quería seguir ahí — Scarlett, no es otra persona que Milla Enju – dijo con rencor el hermoso rubio. Leia se sorprendió, por supuesto que sabía bien quien era ella. —La… actriz de… ¿cine? – preguntó la chica que no pudo evitar sorpr
Volvió a hundirse en su cuerpo mientras continuaba besando sus labios, Leia gimió y él absorbió el dulce sonido.—Quédate esta noche— habló sobre sus labios el jadeante y ya completamente desnudo joven —…vuelve a dormir conmigo.Los ojos de la cobriza viajaron de sus labios a los ojos azules del rubio… jadeó una vez más antes de contestar — sabes que no puedo…— se excusó y acarició su rostro … una nueva y profunda embestida de Caleb la hizo gemir y cerrar sus ojos al echar su cabeza hacia atrás —Kristel… Kristel lo sabrá todo si no… llego— explicó al resbalar su mano de su mejilla a su pecho, sintiendo el pulso acelerado en su cuello y en su corazón.Él gruñó frustrado y llevó sus manos sobre la cabez
Ella achicó los ojos — No lo estoy— dejó claro al verlo, después desvió la vista un segundo y volvió a observarlo a los ojos—Y… y… ¿y quién era esa chica?— se atrevió a preguntar y Caleb le sostuvo la mirada mientras lo meditaba… Leia no le perdonaría el estarle mintiendo… pero si sabía que esa chica era Emireth, iba a dejarlo, estaba seguro; Leia tenía esa sensación de inferioridad con respecto a Emireth por James, sí él también resultaba involucrado con ella, Leia…—Hay ciertas cosas que un caballero no dice— evadió la pregunta.—Pero tú no eres un caballero, ¿recuerdas? — alegó Leia al recordarle lo mismo que el chico le había dicho alguna vez.Caleb sonrió al recordar lo mismo —no tien
Se escuchó el sonido característico de la red en fricción con el balón solo por un segundo, luego, los lamentos y gritos de emoción de los miembros del equipo dependiendo al bando que pertenecían.—¡Maldición, cúbranlo mejor! — gritó Erick molesto mientras iba a recuperar el balón para reiniciar el partido.—¡Suficiente por hoy! — informó el entrenador a los agotados jugadores deteniendo a todos.James dejó escapar el aliento cansado mientras apoyaba sus manos en las rodillas.—Que gran enceste— felicitó Erick al acercarse y palmearle un hombro mientras sus compañeros se dispersaban de la duela.—Esto no es ningún reto— dijo fastidiado el pelinegro.Los tableros electrónicos estaban apagado